La ladrona de libros

La película está basada en la novela australiana del mismo nombre escrita por 'Markus Zusak' y publicada en 2005. 'Brian Percival' es el director encargado de la adaptación a la gran pantalla con la ayuda del guionista 'Michael Petroni'. 'La ladrona de libros' es una historia ambientada en la Alemania pre-nazi y durante La II Guerra Mundial la cual está narrada en off por la propia muerte, única testigo de cada trágica perdida en la barbarie humana. A simple vista, puede resultar ser una película más que trata sobre el holocausto ... pero en realidad no es así, la pelicula se centra en la historia de una niña llamada 'Liesel Meminger' (Sophie Nélisse) que vive con una familia de acogida: el padre adoptivo 'Hans Hubermann' (Geoffrey Rush), y la madre adoptiva 'Rosa' (Emily Watson). El film está magníficamente ambientado por un extraordinario diseño de producción y vestuarios. Buena película con buenas actuaciones de Sophie Nélisse, Geoffrey Rush, y Emily Watson.

Es cierto que cuando se habla de niños, de guerra, de huérfanos y roces con las artes todos ponen la cara de lado y se enternecen, y si bien hay mucho de eso en “La ladrona de libros” (2013) hay momentos en los que sus dos horas y más de duración languidecen a la audiencia.

En la Alemania que veía nacer y florecer el nazismo una pequeña mocosa aprende a ganarle a la vida y nos hace quererla sin mucho esfuerzo. Su origen literario es tan explícito como su afán por la emocionalidad que se traza como objetivo sin el menor tapujo.

La angelical Sophie Nélisse, el experimentado Geoffrey Rush y la talentosa y versátil Emily Watson son la pirámide de esta cinta que para hablar trapea el suelo con los hitlerianos en un lugar común algo revisitado pero que por lo expuesto anteriormente no podemos obviar.

“La ladrona de libros” es una película tranquila, a ratos cancina, muy familiar y correcta en su ejecución y argumento. No es ambiciosa y en cuanto a variantes es poco lo que nos ofrece para salir del sopor de “la niña en medio del fragor de la guerra”.

Decepciona un poco en este sentido que lo que vemos desde el afiche no es mucho más de lo que se nos entrega. Gustará aún así en públicos generales aunque sin despertar muchas pasiones ni fanatismos.

Recomendación:
Aceptable. Una película pulcra, quizás demasiado.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com

Nuevo intento de versionar lo más respetuosamente posible un éxito de ventas literario. Esta vez, le ha tocado a la novela de Markus Zusak, del mismo título que la película, cuya adaptación ha corrido a cargo de Brian Percival, director televisivo responsable, entre otras, de la notable serie “Downton Abbey” y especializado en trabajar con diseños de producción de periodos históricos.

Al día de escribir esta crítica no puedo opinar sobre la fiabilidad de la adaptación ya que no me he llegado a leer todavía la novela de Zusak, a pesar de que la tengo en mi biblioteca más de tres o cuatro años, y la película me ha pillado antes. Cinematográficamente hablando, podemos decir que la historia de Liesel (encantadora Sophie Nélisse) y el contexto en el que se desarrolla no aportan nada que no se haya visto ya antes. Para empezar, la parte dramática se circunscribe en los avatares diarios de Liesel y su familia adoptiva, formada por Geoffrey Rush y Emily Watson, durante la escalada del partido nazi y el estallido de la Segunda Guerra Mundial, sin duda acontecimientos muy trillados en el cine aunque no por ello menos interesantes. Por otro lado, el drama se desarrolla siguiendo una línea clara pero poco novedosa, de manera que se hace un tanto predecible.

Las bondades de la cinta son, sin embargo, muchas. Como ya sucediera con “El niño con el pijama de rayas” (2008), se relativizan las crueldades de la guerra con los puntos de vista inocentes de los niños. En este caso, la niña descubre el placer de la lectura en mitad de una barbarie incendiaria de libros, con lo cual un acto tan inocente como leer se convierte, de la noche a la mañana, en un acto de rebeldía contra el país. De esta forma, el filme en su nudo desplaza el foco de la guerra hacia un segundo plano que no deja de existir pero que se hace notar menos, y se centra en las ansias lectoras de Liesel y en sus relaciones con su bondadoso nuevo padre, su recta aunque protectora nueva madre, y sus dos mejores amigos: Rudy (Nico Liersch) y Max (Ben Schnetzer).

La película no puede evitar acusar un cierto aire de telefilme de gran calidad, algo normal en un director que se ha formado en la televisión. Sin embargo, su aspecto técnico es impecable y su diseño de producción consigue retratar de forma excepcional el contexto histórico. Hay pinceladas de buen cine y momentos memorables, como el acordeón que el personaje de Geoffrey Rush toca en el búnker subterráneo mientras las bombas caen sobre ellos, una escena que recuerda en cierta forma a otra con Adrien Brody en “El pianista” (2002). Por otro lado, las actuaciones también están a un nivel esperado, sobre todo en un siempre magnífico Geoffrey Rush, y la gran revelación que ha supuesto Sophie Nélisse, cuyo trabajo resultaba ya interesante en “Profesor Lazhar” (2011). Mención aparte merece la banda sonora de un John Williams que, a sus 82 años, aún es capaz de componer obras merecedoras de Óscar.

Brian Percival consigue, más por la forma que por el contenido, una obra interesante y más digna de lo que su simpleza aparenta.

Película más bien modesta, aunque parezca novedoso ya no lo es tanto narrar una historia de la II Guerra Mundial desde la parte alemana. Más interesante hubiera sido como unos alemanes que creían en las palabras de Hitler se metían poco a poco en la boca del lobo, ya que estos protagonistas siempre han sido reacios y queda muy bonito de cara a la galería.

Aún así, la historia es bonita, con un toque de cuento de hadas. Los protagonistas muy bien acertados y la fotografía (al principio y al final) es preciosa.

Aunque el título de mi crítica lleve a confusión a los lectores, nada más lejos de la realidad. No pretendo con ello menospreciar esta película ni entrar en comparaciones absurdas. Simplemente encuentro un símil con esa película. Época de guerras en ambos países, niños por medios y fantasía para evadirse de la realidad.

La ladrona de libros es una película que camina de puntillas por los sucesos que ocurrieron en los años que narra la historia, no entra en el morbo de los abusos, las palizas, los maltratos, ni vemos tan siquiera un tren con dirección a los campos de concentración y mucho menos uno de ellos. Quizás es lo que le faltó realmente para hacerla una obra maestra, sentir más el miedo y la tensión para valorar más lo que se hacía durante el film con algún protagonista. Prácticamente nos encontramos con una historia light de la época hitleriana. Con una niña que ha sufrido lo suyo, pero que no lo notamos apenas en pantalla, es como pasar de puntillas por encima de los problemas y centrarnos más en su mundo de los libros. Apenas profundiza en la guerra y sus consecuencias, en como deteriora a las personas cercanas a ellas, o como el miedo se va filtrando poco a poco en el comportamiento de los protagonistas.

Como cuento pasajero e historia para hablar de esos años sin ser morboso, pues está muy bien. Si la querían vender como una película sobre alemanes y judíos, ni se le acerca. Yo me lo he pasado muy bien. La chica te transmite mucho con su mirada, sus silencios, sus fantasías. Ese amigo fiel que comparte tus secretos y te seguirá hasta el mismo fin en la figura de Rudy es encantador. Ese padre que no comulga con el resto, pero que se disfraza constantemente en sus ideales para pasar desapercibido. O esa madre aparentemente bruja, la cual esconde unos buenos sentimientos. El poder de la lectura, ese es el resumen real de esta película. Como la protagonista envuelve su vida en páginas y páginas de libros de diferentes temas. Hasta el final de sus días.

Muy curioso el hecho de encontrar un film donde el narrador es la misma muerte. Me ha encantado. En cuanto a la fotografía, el rodaje en exteriores y la puesta en escena es perfecta. La recreación del pueblo alemán de principios de los años 40 no tiene ni un defecto.

Película muy recomendable.