Wall Street

Gran película en la que Michael Douglas clava su personaje, convirtiéndolo en uno de los mejores "malos" del cine, desde la primera imagen que enfoca a Gekko, Douglas le da un gran aire de poder e intimidación.
Oliver Stone hace una gran película, adentrándose profundamente en el interesante mundo de Wall Street, y tocando grandes temas morales.
Charlie Sheen interpreta a un broker de Wall Street con una gran ambición por llegar arriba, hace todo lo que puede por seguir a su ídolo Gordon Gekko que pisa a quién haga falta por conseguir su objetivo.

Gordon Gheko es el lobo hecho cinta, un auténtico inversor y máquina de hacer dinero. Es lo que queríamos ver, conocer cómo es el corazón de un personaje así, maestro de las finanzas, ególatra y todo ambición. Bajo la interpretación de Michael Douglas nada en él parece forzado ni tópico, es una auténtica obra maestra y la veracidad de su carácter invita a querer ser como él. No por sus virtudes inhumanas, sino por la autenticidad que destilan sus discursos y acciones.

La película entera parece una novela y así se ve, con la profundidad y la amenidad de quien va pasando las páginas de su cuento favorito. Los personajes convencen al 110 por ciento, estén o no basados en tópicos de la época. Por eso nos engancha y nos hace querer saber más del ingenuo Bud Fox y del maestro Geko. El último plano de la película nos deja el sabor que dejan las buenas novelas cuando acaban; es como acabarse el Quijote o leer Guerra y Paz y todavía desear saber qué ocurrirá con esas personas de carne y hueso, o que se harán en el futuro esos personajes tan bien trazados que ya parecen nuestros hermanos cuando vemos su triste final.

Película ochentera pero nada pasada de moda viendo cómo está el mundo. Los tiburones de la bolsa, la corrupción, la información privilegiada, los lujos... Oliver Stone no se olvida de nada, y nos presenta un relato conciso, más centrado en el contenido que en la forma, lo que hace que a ojos poco entrenados parezca una oda y no una crítica a su sistema. Hay escenas muy concretas donde vemos el pensamiento del director, y no deja títere con cabeza, aunque está claro que había que leer entre líneas, cosa que el público parece que hoy en día no está muy acostumbrado con el cine protesta, donde parece que hay que masticar el mensaje mil veces en lugar de lo que hace este genio: sutilmente introducirnos en ese mundo y hacernos llegar a nuestras propias conclusiones para, cuando menos lo esperamos, lanzarnos un ataque a la yugular (ya sea al corazón, con la relación de Martin y Charlie Sheen, estupendos ambos, como a la mente, al disfrutar del maquiavelico Michael Douglas en su mejor papel). Sólo la tira por abajo la subtrama con Daryl Hannah, flojita. El resto, caviar.

Oliver Stone es un director que se caracteriza por hacer un cine muy crítico con la sociedad y política de los Estados Unidos. Su filmografía cuenta con numerosas películas que se centran en esta crítica.
La trama se mete de lleno en el mundo de la bolsa y de los brookers, adentrándose en la jungla de Wall Street, y como el dinero mueve al mundo y destruye personas, empresas y sociedades. Un mundo no tangible, pero que es capaz de hacer millonarios a personas en unos segundos; y arruinar a otros. Y es este mundo que se esconde detrás de unos números el que mueve el mundo.
El film engancha desde el primer minuto. Uno se introduce de lleno en el mundo bursátil y empieza a descubrir ese trabajo que destruye vidas y realza otras de formar instantánea. Aunque no se conozca el lenguaje ni los códigos de este mundo, la trama se entiende perfectamente y se engancha rápidamente a la historia; donde las personas deben hacerse tiburones para comerse los pececillos que ofrecen algo de talento o dinero, y así poder ganar millones cada día y poder estar en la cima de un imperio.
Oliver Stone es un director que me encanta. Es cierto que tiene algunas películas que no son muy brillantes, pero en general siempre hace un cine sobresaliente que funciona bastante bien. Y en este caso no es una excepción, ya que es capaz de presentar un mundo totalmente despiadado a través de los ojos de dos personajes totalmente diferentes. Un joven que intenta llegar a la cima de la bolsa, y que es todo nobleza. Y a través también de uno de los hombres más importantes de Wall Street que es totalmente despiadado, y que intenta hacer de ese joven un semejante de él, y que así pierda esa inocencia.
La película cuenta con un gran reparto que cumplen sobresalientemente. Michael Douglas se llevó el Oscar al Mejor Actor por su papel en este film. Su trabajo es increíble dando vida a este hombre que no tiene ninguna compasión hacia nadie, para así conseguir un poco más de dinero.
Charlie Sheen realiza uno de sus mejores trabajos. Es un actor con un gran potencial, pero que debido a sus problemas personales, ha perdido su rumbo en un carrera brillante.
Por otro lado; Daryl Hannah, Terence Stamp, James Spader y Martin Sheen dan vida a unos personajes secundarios que funcionan muy bien porque están interpretados por brillantes actores.
En fin, "Wall Street" es una de las grandes películas de la década de los 80 que actualmente sigue funcionando perfectamente. Se trata de un film que se disfruta mucho desde el principio hasta el final gracias a una historia muy bien creada y desarrollada, una fantástica dirección y unas grandes actuaciones.

Les comentaré que cuando me dispuse a ver esta película tenía mis reticencias. Pensé que iba a ser un coñazo de los de campeonato, pero no señor, Oliver Stone vuelve a hacerlo, gracias Oliver.

El film tiene un ritmo trepidante, no hay tiros ni explosiones, nunca pensé que se me aceleraría el pulso viendo el devenir de las cotizaciones de ciertas empresas (pues entre otras cosas, de eso va este film, de un ir y venir de fluctuaciones en Wall Street). Es de esas películas que se pasan enseguida (como JFK, jamás 3 horas se me pasaron tan rápido) e incluso te quedas con ganas de más (de más compras, de más ventas, de más opas hostiles, de más repuntes, de más información privilegiada, de más codicia).

Les confesaré señores, que está película desató en mi una especie de fiebre del capitalismo momentánea. Mientras la veía sólo tenía en mente hacerme asquerosamente rico, como el señor Gekko (interpretado por el siempre correcto Michael Douglas), y acumular más y más poder y dinero (tranquilos amigos, luego recapacité y pensé que realmente, el dinero no da la felicidad).

Destacaré 2 cosas:

- Por un lado, CHARLIE SHEEN. Les confieso que siempre me ha parecido un gran actor, que tuvo la mala suerte de caer muy joven en un mundo muy peligroso lleno de malos vicios. En esta ocasión está soberbio, el tándem Stone-Sheen vuelve a funcionar como ya lo hizo en ''Platoon''.

- Por otro lado, la BANDA SONORA. Me doy cuenta de que le doy gran importancia a la banda sonora en las películas, y en esta ocasión no iba a ser menos. Una Banda Sonora que encaja perfectamente con lo se visiona. A mi personalmente me evoca lujo y nerviosismo a partes iguales. Representa para mi todo aquello que no conocí (los ochenta, la época dorada de los yuppies, con tantos excesos).

En definitiva, un film más que recomendable. Veanla en vez de perder el tiempo con la última gilipollez que estrene Tim Burton o alguno de esos mequetrefes.