Como perros salvajes

A este veterano de 71 años que ha firmado los guiones de "Taxi Driver", "Toro salvaje" o dirigido "Affliction" como botón de muestra, hay que tenerle un respeto, o al menos ser condescendiente con esta cinta de la que él mismo es consciente que juega en otra liga muy diferente. Pero arropado por Cage y Dafoe, con la colaboración del novato Cook que se comprometen con sus personajes y sobre todo por el hecho de que le han dado carta blanca para hacer lo que le viniera en gana, lo ha hecho. Y lo ha hecho como un viejo profesor que enseña a todo un equipo de recién graduados en la escuela de cine, con el que ha realizado la cinta, las posibilidades mágicas de este oficio tanto en el rodaje como en la sala de edición. Incluso se ha permitido el lujo de debutar como actor sin desmerecer en absoluto.

La historia es lo de menos. Aunque si uno quiere puede rascar en la falta de moralidad y escrúpulos de muchos individuos que pululan por las calles norteamericanas con una pistola en el bolsillo, desarraigados sociales y mentales cuyo paso por las instituciones penitenciarias les ha machacado aún más y que lo único que desean es exprimir la vida antes de matar o morir. Generalmente lo último a manos de una policía que también había que darla de comer aparte.

Con un comienzo vibrante, burro, violento y totalmente liberado en cuanto a la propuesta formal, la cosa promete durante la primera media hora, pero al final solo mantiene algún que otro ramalazo brillante de estilo, jugando con la fotografía, los colores y los encuadres.

Que nadie busque un thriller sesudo, clásico o convencional y se deje llevar por el absurdo y el desbarre de un señor que si le dejan divertirse sin más, lo hace.

Tras un tropiezo en un cine acción de baratillo con Cage toca levantarse (y cómo) y, sin cambiar de compañero de viaje, invitar a otro viejo zorro y colega de farras -buenas y no tanto, son bastantes más- de Schrader, Mr Dafoe, alborotando el subgénero negro de golpes fallidos y los secuestros chapuceros con unos exconvictos contratados para un trabajo que no termina precisamente bien y aboca en una huida in extremis para no acabar, otra vez, con sus estropeados huesos -he dicho que uno de los dos es Willem Dafoe, ¿no?- ni cayéndoseles el pelo -he mencionado que el otro es Nicolas Cage, ¿verdad?- en la trena.
El tercero en discordia del equipo -e injustamente relegado a nivel promocional- es Christopher Matthew Cook ('The Walking Dead') para completar un entrañable grupo de inadaptados en la fórmula de comedia criminal, algo de crítica contra el sistema, mucho ADN argumental compartido con 'Patty Hearst' y la misma exaltación de colegueo tocado de patetismo que se remite, por momentos, al lejano bautizo de Schrader dirigiendo con Harvey Keitel, Yapeth Kotto y Richard Pryor ('Blue collar') bajo el inasequible humor negro que no es incompatible (ni debe serlo) con las personalidades adorablemente ramplonas de estos tres jinetes del encefalograma (semi)plano:
"- Si nos cogen, caemos todos... al estilo samurai.
- ¡Oh, Jackie Chan!"
En qué medida estará inspirada la novela 'Dog eat dog' en que se basa en las vivencias de su autor malogrado, el escritor y ex delincuente Edward Bunker, lo desconozco. Pero sí sé que es el acicate que su director necesitaba para recuperarse, regalarse un pequeño papel como el gangster El Greco y hacérnoslo pasar como un cerdo revolcándose en el barro... o un perro comiéndose a otro.
Y esos últimos 15 minutos entran DE CABEZA a la antología de lo mejor de Schrader y un Nic Cage poseído por la mala uva de Travis Bickle empapado en neblinas de neón rojo.
¡Así sí, carajo! Y por cierto, ¿qué es esa basura que perpetraste con Nic dos años antes, Paul?

Exceptuando una escena que voy a comentar en la zona spoiler que me ha hecho mucha gracia, la película es una tontería de principio a fin.

Las actuaciones son buenas, de hecho hubiera sido más acertado dedicar a cada uno de estos tres personajes una película propia, así estarían más desarrollados y por tanto inspirarían mayor interés. En cambio, al estar comprimidas dichas tres personalidades en noventa delirantes minutos, lo único que nos deparan son pinceladas insustanciales, acordes con la imagen que quiere dar de sí mismo el filme, una locura desatada que no tiene contemplaciones ni otorga importancia a nada. El resultado, es por tanto, es un filme que roza lo surrealista, por los sucesos que aparecen y desaparecen de la trama sin más. Por si fuera poco el montaje de las escenas de acción es horroroso, más propio de un pedestre videojuego que de una película. Ni siquiera el principal hilo argumental, relacionado con el lucro económico de los estrafalarios maleantes tiene cierre. Lo dicho nos lleva a la fehaciente conclusión de que al director no le importa lo más mínimo lo que está filmando y que solo le preocupa que la estética que recubre su película vacía de contenido reluzca a su gusto.

A decir verdad la primera mitad es incluso salvable, pero lo visto en la segunda no tiene nombre. Aburrida, sin interés, con escenas interminables, mal montada. Una sarta de idioteces interminable.

Al más estilo Quentin pero sin resultado. Actores llevados por un director Paul Schrader que podría dedicarse a hacer películas mejores. El guión oscuro sin resultado, dando aspavientos de intento de mezclar el cine negro con las burdas artes de los años 70. Un guiño a favor a Quentin Tarantino sin resultado efectivo. Disgusta que actores como Dafoe o Cage se dejen llevar por asquerosa película... de las peores que he visto en mis años de cinéfilo.

El otro día me enteré de la existencia de esta película, es obvio que ver compartiendo cartel a Nicolas Cage y Willem Dafoe te llama la atención. El caso es que cuando me propuse indagar sobre ella (cosa que hago habitualmente antes de ver cualquier película) me sorprendió que el director fuese el señor Paul Schrader. Con lo que no pude no verla.
Después de que esto sucediese, me pregunto a mi mismo: ¿Por qué este hombre aun se sigue empeñando en hacer películas? Si, es un poco radical, arremeter contra el guionista de "Taxi Driver"... bla, bla, bla. No veo una buena película, al menos una que me llame la atención de él desde "Affliction", ¡y eso fue hace 20 años! Y no es porque no haya hecho mucho cine, sino porque ha hecho demasiado. Este son el tipo de cosas que me llevan a pensar que en la mayoría de los casos el nombre de alguien es sinónimo de deseo concedido.
Soy consciente de que la crítica era acerca de "Dog Eat Dog", aquí "ilustremente" titulada "Como perros salvajes", sin embargo sin tener nada que decir de este decepcionante largometraje he preferido hablar sobre mi queridísimo amigo "Paul Schrader", aquí "ilustremente" titulado "Pool Radiant".

A.D.