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Estigma

Terror. Intriga La joven Frankie Paige (Patricia Arquette) empieza a mostrar misteriosos estigmas tras enviarle su madre desde Brasil un crucifijo. Para que se ocupe del asunto, el Vaticano envía al padre Andrew Kiernan (Gabriel Byrne), un sacerdote experto en investigar milagros y que ya había analizado en Brasil el caso de una imagen religiosa que llora lágrimas de sangre. (FILMAFFINITY)
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Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
28 de julio de 2008
51 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para comenzar con la crítica a Stigmata, creo oportuno recordar brevemente cual es la característica principal del fenómeno que da nombre a la película;
Los estigmas son ni más ni menos que las heridas que aparecen sin motivo aparente en el cuerpo del "afortunado", coincidiendo de manera macabra con las más destacables que sufrió Jesús en la pasión; manos, pies, cabeza, espalda y costado cómo ya seguramente sabrán. A esta rareza hay quien le da el discutible título de "milagro"... y eso que tiene que escocer una cosa mala. Ellos sabrán.

A un servidor le apasionan historias y leyendas de este tipo aun aclarando que soy bastante escéptico con todo lo que tenga que ver con Dios (aunque ponga su nombre en mayúsculas). Pero en el caso de que estuviera con nosotros, yo no compartiría las risas con él por mandar un guiño a la humanidad en forma de semejante milagro. Entre otras cosas porque en la tierra importa bien poco que los boquetes en las manos duelan; si te pegas más de la cuenta de baja sales despedido. Por pedir, si se pudiese, le propondría milagros más humildes pero mucho más reconfortables (como comprobar que una crítica propia en FA tiene más de 10 votos en las dos primeras horas de ser publicada).

Pero dejando las tonterías, y hablando ya de la peli, comentar que la historia de Wainwright tiene una estética y una trama muy bella; tan bella como la desafortunada protagonista quien consigue transmitir con maestría el calvario sufrido. Junto a ella un Gabriel Byrne que ayuda bastante a que Stigmata sea una obra grande (y me refiero al actor, no sólo al personaje). Estos dos son los encargados de llevar el peso sobre sus espaldas de lo que resulta ser un thriller terrorífico, o un terror de intriga; como más gusten llamar.

Al contrario de lo que he dicho en "Premonition (7 días)" entre tanta basura se cuela de vez en cuando algo grande. Y Stigmata lo es.
JuanCádiz
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7 de julio de 2009
48 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
En, Nag Hammadi, Egipto, unos campesinos descubrieron, a mediados del siglo XX, unos códices de papiro que los paleontólogos identificaron, luego, como escritos en el siglo IV después de Cristo. Uno de los códices, de veinte páginas en total, y escrito en lengua copta (egipcio antiguo) contenía, al final del texto, las siguientes palabras: Evangelio de Santo Tomás, y en él se encuentra, lo que parece ser, un recuento de los mensajes de Jesús. Este texto se conserva, ahora, en el museo del antiguo Cairo en Egipto.

¿Por qué no se encuentra en La Biblia, el Evangelio de Santo Tomás? La explicación que da la iglesia católica es: “porque no surgió de un movimiento cristiano sino gnóstico” (¿?). Otros, como Rupert Wainwright, director de la película <<STIGMATA>>, creen que a la iglesia católica no le convenían algunas palabras que Tomás citaba, como aquellas que dicen: “El reino de Dios está dentro de ti y a tu alrededor. No en edificios de piedra y de madera. Corta un trozo de madera y allí estoy, levanta una piedra y ahí me encontrarás”, y que, por esta razón, lo eliminaron de La Biblia.

La historia de esta interesante y polémica película, escrita por Tom Lazarus y Rick Ramage, se centra inicialmente en los estigmas: marcas o señales que aparecen repentinamente en el cuerpo de algunas personas -devotas o no-, y que se asemejan a las heridas sufridas por Jesús durante su crucifixión.

Esta vez, es una joven peluquera, escéptica y non sancta, la que recibe las señales por un hecho aparentemente casual... y comienza así, una ardua investigación que llevará a un sacerdote de mentalidad abierta, a descubrir algunas cosas de verdadero significado y que, por feroces intereses, el sector más reaccionario de la iglesia se ha empeñado en mantener a oscuras.

Wainwright, recrea imágenes que impactan y algunas secuencias poseen una loable brillantez narrativa. La eficiente edición, los efectos sonoros y la electrizante música que acompasa cada secuencia, contribuyen a que se logre un ritmo constante y en crescendo. La historia se sigue, así, con profundo interés, pues, uno siente que, además, se va soltando el largo hilo de una maraña que, durante siglos, se nos había ocultado herméticamente.

Al final, <<STIGMATA>> es una película que sacude nuestros pensamientos durante un buen rato... y luego se recuerda porque, es de esa suerte de experiencias que nos trae a la memoria que, lo que suele contársenos como historia, casi siempre sucedió de otra manera.

Patricia Arquette y Gabriel Byrne, lucen muy efectivos en unos roles llenos de fuerza dramática y de destape moral que, quizás revuelque a más de uno, porque deja sentada una franca denuncia contra una institución que, en muy buen grado, se ha sostenido alimentando la mentira y acallando la verdad.

Sin lugar a dudas, Rupert Wainright ha salido al paso con una película valiente.

Título para Latinoamérica: <<ESTIGMA>>
Luis Guillermo Cardona
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13 de abril de 2008
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque nunca se podrá saber de antemano lo que el señor Wainwright quiso plasmar en un principio, es de antemano sabido que su resultado ha levantado ampollas: hay quien opina que es una simple película de palomitas, consumo rápido, y por si fuera poco, de final predecible; está el grupo de personas que opina que intenta mostrar algo, pero se asusta de mostrarlo totalmente, y todo queda en pequeños destellos de guión e incoherencias visuales.

En mi caso, opino que el señor Wainwright supo desde el principio que se estaba jugando mucho con ésta película. O caía en el mayor vacío moral y engrosaba las listas de films pretenciosos que no dieron la talla, o por el contrario, sacudía a golpe de fusta el poder que atesora la Iglesia, aquella que puede hacer y deshacer hasta los mas complejos nudos de marinero, para que no se dude de su "imagen".

El film plantea una serie de cuestiones que levantan curiosidad:

- ¿Porque una chica atea, que ni recuerda la última vez que pisó una Iglesia, es sufridora de estigmas?. En la película, el cura cuyo papel encarna Gabriel Byrne, le confiesa que sólo las personas muy devotas son las que están mas expuestas a recibir los estigmas.
Una prueba de que la palabra de los curas puede ser desdeñable.

- ¿Porque uno de los curas no reconoce la Iglesia que existe en Belo Horizonte, en la cual una virgen de piedra lloraba lágrimas de sangre humana?
Porque ellos mismos distan sus competencias y no se sienten reconocidos por algo que ellos no competen.

-¿Os parece razonable que unos curas pretendan matar a una chica inocente alegando que "está poseida por fuerzas malignas"?.
Yo diría que no.

Y última reflexión: ¿porque un evangelio es descuartizado, y de cada pedazo se hacen cargo distintas descendencias?
Para ocultar, simple y llanamente. Para ocultar y "lavarse las manos".

El problema de la película reside en unas muy pretenciosas ideas, pero llevadas a cabo torpemente, sin excesivo orden, y enmascarando esas ideas con parafernalia de efectos especiales y brutales ataques en la protagonista a causa de los estigmas que sufre.
En su desarrollo, el director recurre a personalidades inusales, en las que Frankie (Patricia Arquette) es capaz de hablar y escribir en arameo antiguo, sufrir posesiones de un cura fallecido...y ello hace que el film se vuelva muy poco creible.

Con sus defectos y virtudes, consigue ser un buen entretenimiento, que distará del gusto de haberlo visionado, dependiendo de qué posición cultural-religiosa seas.
Lo que es seguro es que no te dejará indiferente.
Weis
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5 de enero de 2022
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de Stigmata (Stigmata, 1999), película realizada a finalísimos de siglo XX, es que tiene un guión que no sé lo cree ni Dios. La película, que sigue la fórmula del éxito que en los setenta cosecharon las películas con tema diabólico como The Exorcist (El Exorcista, 1973) o The Omen (La profecía, 1976) se puede comparar perfectamente con casos literarios como El código da Vinci de Dan Brown. Porquería, con aires de grandeza artística, que pretende adoptar una postura crítica con la iglesia pero que en realidad acaba convirtiéndose en un bochorno continuo.

Sigue en Spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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29 de marzo de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Videoclipera versión de “El exorcista” (1973) con sutiles toques de “Seven” (1995) en los que Rupert Wainwright aprovecha la histeria colectiva que había con el cambio de milenio para dar su aporte paranoico al tema, conjugando algo tan distinto como son las posesiones infernales con la estigmatización.

El filme cuenta cómo una chica (Patricia Arquette), que no lleva precisamente el modo de vida de una monja, recibe un crucifijo de su madre desde Brasil, y empieza a sufrir en sus propias carnes heridas de la pasión y crucifixión de Jesús, es decir: agujeros en las manos y pies, latigazos en la espalda, espinas en el cuero cabelludo, etc. Un sacerdote (Gabriel Byrne), de mente escéptica y científica encargado de estudiar milagros por todo el mundo, es enviado por el Vaticano para conocer el caso, y será testigo de algo mucho más serio y sobrenatural que una estigmatización “normal”.

El filme se empapa del estilo comercial del cine de finales de los noventa; ritmo alocado, pop-rock electrónico, y estética de videoclip. Pero no a todos los directores esa mezcla le sale positiva, y Wainwright supo salir del paso haciendo de “Stigmata” un filme muy entretenido, pero vacío de cualquier tipo de coherencia.

Gabriel Byrne vuelve a repetir un papel en el que suele estar cómodo, el de sacerdote o religioso, probablemente porque siempre ha sentido atracción por los temas eclesiásticos a pesar de haber recibido abusos sexuales en su infancia en el seminario (¡oh, ironía!). Su interpretación resulta sobria y correcta, en contraposición de Patricia Arquette, quien da toda la pasión necesaria que requiere su papel.

“Sitgmata” nos da a conocer los pormenores del fenómeno de los estigmatizados a la vez que realiza una crítica poco sutil a la iglesia de Roma, lo cual resulta a la misma vez útil y engañoso para los espectadores desconocedores del tema, puesto que no todos los estigmatizados sufren posesiones (de hecho, no suelen) ni toda la iglesia es corrupta (otro cantar sería la manipulación que ha hecho de los textos sagrados durante toda su historia, algo que se comenta de pasada en el filme).

De una forma o de otra, la cinta cumple con su objetivo de hacer pasar un rato entretenido al respetable, sin más de nada más. Amén.
Richy
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