Haz click aquí para copiar la URL

Tiempos modernos

Comedia Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
Críticas 185
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
8
12 de noviembre de 2009 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chaplin en estado puro.
Y a pleno rendimiento puesto que dirige la obra, es el autor del guión, de la música y, además, actúa como protagonista.

Los comienzos del cine fueron duros y, por eso, debemos ser cautos al emitir juicios sobre estas películas. No podemos valorar las pinturas rupestres con planteamientos iconográficos del siglo XXI ni el cine de principios del siglo XX con arquetipos actuales.

Pero dicho esto, señalaremos que esta obra de Chaplin, pese a su excelente factura, peca de dos defectos fundamentales:

1. La desmesura en el decir.
2. La monofocalización en el pensar.

La obra, pese a ello, es muy divertida y posee un mensaje dicho con lenguaje artístico.
Es plausible, cargada de un humor inteligente y llena de guiños de complicidad.

Esos son valores que no han perdido su vigencia.
Y, por eso, hay que tener a esta película en alta estima.
10
29 de enero de 2010 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es el Charles Chaplin que me llega al alma. Productor, director, actor, compositor y guionista, el archiconocido Charlot, logra con, <<TIEMPOS MODERNOS>>, lo que cabe llamar una obra plena de autor... aunque hay que admitir que tomó como fuente de inspiración el filme de René Clair, "A Nous la Liberté" (1931). Además, es una deliciosa e imperecedera comedia y una fuerte y acerada crítica contra la sociedad de su época a la que conocía de palmo a palmo, y que ahora atentaba, por muchos frentes, contra la gente del común. Estamos en la Era Industrial, y el arribismo de los grandes empresarios está llevando a la clase obrera a convertirse en verdaderas piltrafas, debido a la explotación y el abuso de que se les está haciendo víctimas. Se está llevando a los seres humanos a trabajar como robots y se les exprime hasta el límite su capacidad productiva, sin importar sus derechos ni sus necesidades esenciales. Nada, como podrá verse, que no siga ocurriendo setenta años después y tras haber cambiado de siglo.

Charlot, representa al obrero extenuado por el exceso laboral, pero, con gran maestría, intercala sus mágicos toques humorísticos creando solaz y aligerando la ira que los abusos provocan. Así, con fino humor, deja su semblanza de la explotación del hombre por el hombre, y luego da paso a otro problema no menos crucial: la intolerancia del mundo frente a los millones de excluidos que sueñan con realizarse.

Tras hacer amistad con una agraciada joven quien, por fuerza de las adversidades se encuentra deambulando y huyendo del encierro, Charlot se entera de que sus hermanitas acaban de ser llevadas a un orfelinato tras la muerte de su padre. Ella, y el vagabundo, lucirán hechos el uno para el otro, y ella revelará un carácter y una fortaleza de ánimo que, quizás, la ponga de tú a tú con el solidario “gentleman”. Así, el impulso nacerá de ambas partes, pero, la oportunidades que la vida comienza a brindarles van a tener serios obstáculos.

Chaplin, exuda ingenio, agudeza, crea efectivas simbologías (las ovejas y los obreros camino al trabajo, el hombre tragado literalmente por la máquina, el banderín que te enrola en una causa incomprendida…) y se rebela, con su particular terquedad, contra el inamisible progreso del cine que había incorporado el sonido desde 1927. Han pasado 9 años, ¡y todavía, Chaplin, creía que el sonoro sería la ruina de la expresión actoral!, pero, por fortuna lo hace con gracia, incorporando divertidos efectos y su ya clásica composición, “A Nonsense Song” (Canción sin Sentido), con la que logra consolidarse en un empleo conseguido por la chica… hasta que entran de nuevo en escena los implacables verdugos del Estado.

La historia, en pleno, se resiente de una sociedad excluyente, estigmatizadora, insensible... y, Chaplin, lo hace con la maestría del arte que logra extraer gracia hasta de la peor tragedia.

Muy bien por el Chaplin que, aquí, reafirma su inmortalidad, y mi venia para, Paulette Godard, quien, con su denuedo, libera a la mujer del paternalismo de Charlot y la pone a la altura del hombre, ¡como siempre ha debido ser!
8
26 de septiembre de 2010 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El genio Chaplin en estado puro nos muestra la sociedad americana en la crisis de los años treinta, creando un retrato caricaturizado, marca de la casa, sobre el sistema laboral capitalista y sobre la pobreza imperante en Estados Unidos por esas fechas.

La película comienza con un plano de unos obreros entrando en una fábrica, el director monta encima de ese plano otro de unas ovejas, el símil es obvio, posteriormente Buñuel lo utilizaría en "El ángel exterminador" (1962). Desde el primer minuto Chaplin se burla del papel de los obreros en ese tipo de empresas, en donde no son más que pequeños borregos, como tales, no piensan, sólo van en grupo, amenazados por la vara del pastor/empresario.

Un gag importantísimo es el de la producción en serie, el protagonista cuando termina su trabajo no puede hacer otra cosa que atornillar todo lo que tenga forma de tuerca, el genio británico nos cuenta en clave de humor cómo la sobrecarga de trabajo debido al desgaste mental y físico y a la presión impide al trabajador disfrutar de su tiempo de ocio.

Chaplin es duro con el sistema capitalista, lo define mediante escenas cómicas como un sistema que sólo piensa en hacer dinero, donde los trabajadores no son más que capital humano para producir bienes y donde el empresario es un tirano que presiona constantemente al trabajador, lo exprime, a él y a su tiempo, con el fin de que produzca un par de unidades más.

Tal vez fuera un visionario.
9
6 de octubre de 2013 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En medio del entusiasmo generalizado por la llegada del cine sonoro, Chaplin expresó públicamente que éste supondría la muerte del arte más antiguo de la humanidad: la pantomima, y que destruiría la belleza del silencio. Chaplin aunque se resistió al sonoro hasta que pudo, finalmente tuvo que inclinarse ante el cambio de los tiempos y sonorizó esta película, sin diálogos. “Tiempos Modernos” es la última película dominada por el personaje que Chaplin había convertido en el más universal del siglo XX. La popularidad de Charlot, no sólo le había dado independencia como artista y riqueza personal como hombre. Lo más importante es que se había ganado el fervor del público, desde el más cercano a él, por humilde y maltratado, hasta políticos, científicos, economistas, aristocracia, artistas insignes y nobleza.

Éste es el Chaplin que acomete “Tiempos Modernos”, uno de los films más interesantes para conocer un estado de ánimo colectivo y las relaciones entre el capital y el trabajo. Es una comedia sobre la pobreza, la que siempre ha interpretado, pero esta vez es la pobreza de nuestro tiempo, y es muy real, igual que en aquella época de la depresión norteamericana, el ciclo se repite y en la España del 2013, tenemos seis millones de parados, sin esperanza de futuro, a meced de los poderosos, los Bancos y las grandes fortunas. Donde la precariedad laboral gana terreno, favorecido por un capitalismo atroz y donde los derechos de los trabajadores son mancillados.

Pero además es muy divertida, muestra la sobreexplotación del obrero en una cadena de montaje, mecanizado como un autómata. El trabajo de su cámara es tan simple como el dibujo de un niño, pero muchos de los que buscan ángulos y luces efectistas deberían tomar nota de que la historia y la dirección son en el cine mucho más importante que las herramientas. Una y otra vez, al menor conflicto, la pantalla se llena de guardias garantes de un orden mal entendido, que Chaplin nos muestra como injusto porque en realidad se trata de represión. Un neoliberalismo salvaje que trata a las personas como animales, que tiene sus medios para apalearlos cuando protestan, que les impone un ritmo laboral enloquecedor en su afán de competir con el contrario por el volumen de producción.

No quisiera que este comentario pudiera parecer un sectario panfleto político, pero tengo la impresión que no hemos aprendido nada de la Historia. Tras casi ochenta años de su creación, la película encierra muchas enseñanzas para las gentes del siglo XXI porque contiene el pensamiento de un artista comprometido que ridiculiza con el humor a los gobernantes y poderosos de su época. Chaplin nos permite conservar al menos la sonrisa pero algo sentimos en el estómago – donde se aloja el hambre – que nos mantiene en guardia. Y yo me pregunto: ¿No es extraordinario que con tantas disputas y guerras, con tanto dinero gastado en destrucción, nos enfrentemos a una vieja película y su contenido sea tan de actualidad?
9
31 de agosto de 2023 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encontramos en “Tiempos Modernos” una maravillosa invitación a la diversión y a la reflexión, ambas características que tiñen las obras de arte que Charles Chaplin nos fue dejando a lo largo de su carrera. Es esta una película que luce con maestría en dos terrenos diferentes que se consiguen entrelazar perfectamente. Por un lado brilla la feroz crítica que se realiza del capitalismo más abyecto, aquel que aprieta y estrangula sin compasión al trabajador para intentar sacarle hasta la última de sus entrañas y aprovechar cada segundo de su trabajo como
el que exprime a una famélica vaca a la que ya no le queda más leche que ofrecer. Por otro lado y brillando igualmente, nos conquista con una enternecedora historia de amor que habrá de mantenerse a flote pese a todas las maquiavélicas adversidades que se derivan de la pobreza y la escasez de oportunidad laboral.

Todo esto dicho así nos encajaría perfectamente como argumento para una película cargada de drama y malestar, pero Chaplin lo engalana y viste todo con un punzante, audaz e inteligentísimo humor que todo lo ameniza y satiriza, recurriendo a la metáfora y la hipérbole para mostrarnos la cruda realidad de las cosas y minimizar su daño a la carcajada más pura y sincera. Constantemente enamora con esa capacidad para convertir el contratiempo en caricatura y dejar volar la imaginación para buscar una salida a cada renglón torcido que nos
pueda ofrecer la vida.

80 minutos cargados de un valiosísimo material para divertir y hacer reflexionar a partes iguales con una puesta en escena, una fotografía y una innumerable secuencia de planos que son tesoros en sí mismos. Bien es cierto que en la época del cine mudo (aunque aquí ya se inician algunas escenas con voz) todo esto tenía que cobrar más valor que en la actualidad para llamar más la atención, pero aquí especialmente se nos deleita la vista con escenas y planos que son verdaderos cuadros andantes.

En mi caso esta película la pude ver por vez primera estando en mi primera década de la vida y ya por entonces me hizo reír y disfrutar más que muchas de las películas de animación que pudiera haber visto por entonces. Hoy por hoy la sigo viendo y me sigue haciendo pasar ratos agradabilísimos y casi siempre me deja alguna cosa nueva cada vez que la vuelvo a disfrutar. Así que, ¿película en blanco y negro aburrida y pesada solo para adultos? NADA DE ESO. Yo más bien diría: Película llena de luz y color para pasárselo de cine en familia.

(Sigo en spoilers).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena del rebaño de ovejas usada como apertura de la película y enlazada metafóricamente con el gentío saliendo por una boca de metro introduce perfectamente en objeto y forma aquello que se quiere criticar en clave humorística. Son múltiples las escenas que la continuarán y que ahondarán más en el problema, a cuál de ellas mas divertida: el atornillado en la cadena de montaje, la prueba de la máquina de alimentación, el involuntario encabezamiento de la manifestación obrera, el enloquecimiento de nuestro protagonista, etc, etc. De alguna manera su futuro está condenado a un trágico desenlace que no llega a producirse gracias a la aparición de una guapísima Paulette Goddard en escena, esa huérfana vagabunda perseguida por la justicia que enamora el corazón de Chaplin desde el momento en el que la ve.

Así, de la misma forma que se critica todo lo mencionado, también en "Tiempos Modernos" se alaba el poder del amor y la energía que de él se proyecta para sentirse capaz de superar todas las adversidades del sistema que tanto nos ahoga por momentos. También esto se satiriza de alguna manera en pasajes como el canto en el restaurante o el patinaje sobre el abismo en los grandes almacenes. Si con el primero uno se siente capaz de improvisar inspirado por ese amor hasta el punto de maravillar a la muchedumbre, con el segundo uno es capaz de estar tocado por una varita mágica que nos salva milagrosa y casualmente de la fatalidad.

La necesidad de generar y hacer dinero contra la necesidad de amar. Hermosa dicotomía, ¿no creen?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para