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Siempre nos quedará mañana

Comedia. Drama. Romance Es primavera y toda la familia está alborotada por el inminente compromiso de la querida hija mayor, Marcella, quien, por su parte, sólo espera casarse rápidamente con un simpático chico de clase media, Giulio, y librarse por fin de esa incómoda familia. (FILMAFFINITY)
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7
24 de agosto de 2024 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actualmente el cine se compone de superhéroes, homosexuales, bisexuales, feminismo y machismo. Originalidad cero por parte de esos artesanos que ya parecen pescaderos en un mercado que maestros de un arte llamado Cine. La película en sí misma esta bastante bien, me refiero a una esplendida fotografía en blanco y negro, un humor negro pero real y aunque no sea una novedad lo del maltrato hacía la mujer, sinceramente, ya cansa y mucho de ver siempre lo mismo. No descubren nada y más en una época donde se hacía más patente esta situación , no solo en Italia , más bien en todo el mundo, sin excepción. Pero desde hace unos años parece que se ha descubierto algo nuevo, como el racismo, cosa que lleva siglos una cosa y otra entre nosotros, solo que es más fácil mirar hacía otro lado y punto. Ahora, da igual si es en el cine como en series, siempre tiene que haber un superhéroe (parece mentira que actores como Robert Junior quede para estas bazofias) , racismo, homosexuales y un sin fin de temas de actualidad para poder triunfar y ser merecedoras incluso de una estatuilla de esas que dan y desde hace muchísimo tiempo es un sin sentido. Resumiendo: Entretenida e incluso divertida si se ve con una mente abierta y no con una visión feminista como quiere hacer que la veamos el director.
8
22 de septiembre de 2024 1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan las propuestas diferentes. No digo que "Siempre nos quedará mañana" invente nada, eso es difícil a estas alturas de la película (ba dum tss). El caso es que como mínimo hay que reconocerle a Paola Cortellesi que su cinta tiene diversos elementos que la alejan de ser tópica. Así en resumen y de primeras, ha conseguido una muy buena ópera prima, eso seguro.

Lo primero que llama la atención, por razones obvias, es esa elección del blanco y negro en pleno 2023/2024. Realmente a la larga es una decisión acertada porque ayuda bastante a la inmersión en los tiempos pasados que nos presenta la trama. Es un añadido más a una ambientación general que está muy conseguida, logrando retrotraer al espectador a otra época a través de sus escenarios, tanto interiores como exteriores.

La escena inicial es toda una declaración de intenciones también. Una mezcla extraña de crudeza (como una bofetada sin previo aviso) con suavidad/caricaturización (como una escena que parece sacada de un clásico Disney). Impacta y llama la atención precisamente por eso, por la ironía de la combinación, lo que hace que la parte "fea" llegue incluso más hondo al espectador, aunque sea de forma más paulatina. En ese comienzo es la primera vez que vemos esa mezcla tan impactante, pero no será la última. Durante la película hay unas cuantas ocasiones más en las que sentiremos así la desgraciada vida de la protagonista a través de su forma de minimizar e intentar escapar de esa cruda realidad. Así al menos es como interpreto yo esas escenas. Desde luego no como una frivolización sobre los malos tratos, ni como un intento de humor a través de ello, como he leído por ahí. Hay que ser cazurro, con perdón, o casi sin él, para extraer una conclusión así.

Bien es cierto que la trama es más un vehículo para el mensaje que se quiere mostrar y transmitir, pero tampoco desentona en absoluto. Incluso se da el lujo de jugar al despiste para intentar sorprender al final, buscando un impacto aún mayor de ese mensaje del que hablamos y que de forma sutil da nombre a la película: "Siempre nos quedará mañana".
7
5 de junio de 2024 0 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre la película voy a hablar muy poco.

Estoy aquí para contar que ayer tuve la suerte de ir al cine a ver esta película italiana con una chica italiana preciosa. De esas que te quitan el hipo, como diría mi madre. De esas de tetas, culo y cara, como diría mi hermano. Es vecina mía y nos conocimos en el gimnasio hace unos meses. Me había hablado de esta película varias veces. Todo el mundo la ha visto en mi país, me dijo. Y ayer en el gimnasio le propuse ir al cine a verla aprovechando que era el día del espectador, 3 euros la entrada, le dije. A ella le pareció una gran idea.

Hasta aquí todo muy bonito, pero hay un grave problema, spoiler, un novio la espera en Roma. Y entonces ella y yo solo podemos ser amigos, solo “amici”. Aunque yo de ella lo sería todo. No se lo he dicho, pero ella lo sabe. Yo sé que también le gusto, pero el novio la espera en Roma.

De camino al cine, me hizo asegurarle varias veces que íbamos a ver la película en italiano, y yo le dije que sí, que íbamos a los Renoir, a los mejores cines de Madrid. Le conté que yo iba a esos cines con mis padres, con mis amigos y con todas mis novias. Compramos corriendo un par de latas de cerveza en un chino que escondimos en su bolso y entramos en la sala.

De la película disfruté cada vez que giraba la mirada a mi izquierda y veía a mi amiga italiana reír y llorar, y ella me miraba ella a mí, con una mirada que quita el hipo, y me decía que qué bonita se veía Roma, la Roma de sus abuelas, que qué bonitas todas las canciones, que qué guapos eran los actores, y yo pensaba que qué guapa eres tú.

El mejor momento fue cuando al final de la película mi amiga italiana se puso nerviosa porque parecía que la protagonista no iba a poder escapar de su marido maltratador, y yo le dije que no se preocupara, que la hija de la protagonista estaba en camino para llevarle el billete que había perdido. Se le llenaron los ojos de lágrimas y sonrió, porque se dio cuenta de que tenía razón.

A la vuelta a casa, me explicó que la escena que más le había gustado fue la de la comida con la familia rica de los padres del novio de la hija. Que qué mal lo había pasado por la pobre hija. A mí esa escena me pareció divertidísima. Me la imaginé comiendo pasta con un padre italiano enorme y gritón y una madre guapísima y gritona, y una abuela no muy vieja que se reía y un hermano también guapo como ella, algo chulo y también gritón. Le pregunté si su familia se parecía más a la familia pobre o a la familia rica y me dijo que a las dos y que a ninguna y me sonrió. Me dedicó muchas sonrisas.

Hablamos del final de la película, que qué inesperado, pero que qué bonito y qué importante y emocionante. Que al final todo había cobrado sentido. Hablamos de lo importante que es ir a votar. El domingo hay elecciones al parlamento europeo. Votaremos los dos. Nos une Europa.

Es junio y las noches son frescas en Madrid y se está muy bien en la calle. Ayer era martes, y ya eran la 1 de la mañana cuando llegamos a nuestro portal. El camión de la basura había pasado y solo nos acompañaba el sonido lejano de la banda sonora de una película que salía por una ventana abierta del vecindario.

Me habló de la nostalgia que ella sentía por una Roma que nunca había conocido, me dijo que ahora ya no se puede vivir allí, con tanto turista. Que por eso se ha ido. Yo le dije que me pasaba algo parecido con Madrid, que ya no soporto ir por el centro de la ciudad. Que me gusta más el Madrid de las películas, el que veo en Almodóvar o el que vi hace poco el “El crack” de Jose Luis Garci y Alfredo Landa.

No hubo beso de despedida, solo un abrazo corto en un ascensor iluminado con una luz espantosamente blanca. Pero no sintáis lástima por mí. A la película le he puesto un 7, pero mi noche fue de 10.
7
4 de mayo de 2024
4 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es sencillamente buena, un blanco y negro.... deslumbrante, una puesta en escena..... impecable, una interpretación..... de lujo.

PERO:

Tolerancia cero: No tomar a broma las agresiones machistas ni físicas, ni mentales.
Tolerancia cero: No adornar con bailecitos de salón y cancioncillas para disimular.
Tolerancia cero: Ninguna risa por la complicidad de parientes, ni por recurrentes frases relacionadas con los hijos.
Tolerancia cero: No jugar con cartitas, soldados americanos y amantes de la infancia.
Tolerancia cero: No bajar la cabeza con recuerdos de cuando se declaró un repugnante maltratador.

No sigo. Porque sino.....

Eso si, pataletas aparte, muy bien el juego con el "macguffin" de cartas que finalmente sirven para una de las más esenciales victorias de la mujer (quien la vea sabrá a lo que me refiero).

Pero más allá de todo lo que nos cuenten, nada de milongas TOLERANCIA CERO.
2
27 de abril de 2024
11 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sentido del humor es muy personal, pero hablar de comedia cuando la historia va de un marido que da palizas a una mujer, creo no es correcto. Y poner una banda sonora alegre y unos pasos de baile entre puñetazo y puñetazo me parece como mínimo inapropiado. Si a ello le sumamos que la película es en blanco y negro, mi recomendación es “no vayas a verla”.
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