Película notable. Cruda y esperanzadora.
Que a ratos, para descargar la tensión emocional, continuamente in crescendo, utiliza pequeños lapsos de salto teatral que logran rebajar la presión pero a la vez suponen una pequeña desconexión que podría tener ese mismo efecto en la experiencia íntima del espectador. Es arriesgado pero efectivo y el resultado sólo puede ser valorado de manera individual por cada asistente a la proyección. A destacar; actores o actuaciones increíblemente vívidas. Ambientación que no parece sino un viaje en el tiempo. Y una dirección y montaje extraordinarios.

"Siempre nos quedará mañana" es una película que resuena profundamente con situaciones actuales y experiencias vividas, planteando una crítica incisiva a la sociedad contemporánea, especialmente en cuanto a la desigualdad de género. La trama destaca cómo los hombres suelen tener más poder y recursos económicos en los mismos puestos de trabajo que las mujeres, y cómo tienen más facilidad para acceder a posiciones de mayor prestigio. Esta desigualdad de poder permite que algunos hombres ejerzan control y violencia psicológica, e incluso física, sobre las mujeres. La película muestra de manera desgarradora cómo muchas mujeres no se dan cuenta de esta dinámica de abuso hasta que ya están casadas o económicamente dependientes de sus parejas, lo que hace que escapar de esta situación sea extremadamente difícil, especialmente si lo enfrentan solas.

La obra aborda estos temas de manera brillante, con una atención meticulosa a los detalles. La música es encantadora y los diálogos son realistas, salpicados con un toque de humor que aligera la intensidad de la narrativa. Los actores ofrecen actuaciones sobresalientes, transportando al espectador a la época retratada gracias también al uso magistral del blanco y negro y a una ambientación cuidadosamente creada.

En conclusión, "Siempre nos quedará mañana" me ha encantado no solo por los importantes temas que trata, sino también por el cuidado y la precisión con los que se ha realizado. Es una película que invita a la reflexión y deja una huella duradera en el espectador.

Esta película es claramente un melodrama entendido como género que exagera en las situaciones y los personajes para lograr emociones. Tiene algunos toques de folletín, familia pobre, con hija que busca salir de la situación con un matrimonio ventajoso, y, sobre todo, de comedia, que aligera las situaciones más dramáticas, por ejemplo, la de la violencia en el hogar que sufre la protagonista.

Los personajes más exagerados son los del marido, Valerio Mastandrea, y el suegro. Giorgio Colangeli, malos, muy malos, y, a pesar de ser caracteres planos y poco elaborados, están los dos increíbles. Y esa es una de las claves de la película, las interpretaciones extraordinarias, en especial la maravillosa Paola Cortallesi, también directora, que desborda cada escena con su presencia y naturalidad, da gusto verla; la otra es la selección musical, con temas italianos antiguos y modernos perfectamente integrados en el argumento, igual que los fondos musicales de Lele Marchitelli.

El marco general está inspirado en las películas del neorrealismo italiano de los 40 y 50, y le va perfecto. Todos estos elementos integrados con el optimista mensaje final de lo que supuso para las mujeres (y para Italia) la llegada de la democracia y la República en 1946 consiguen una película más que notable. Los aplausos del público al final de la proyección, muy merecidos.

Paola Cortellesi da el salto a la dirección con esta comedia dramática que también co-escribe y protagoniza. En ella, realiza un retrato de la situación de las mujeres a mediados de los años 40 en Italia. Esto lo consigue con una historia familiar en la que destaca el estrecho vínculo materno-filial.

Grabada en un elemental blanco y negro, 'Siempre nos quedará mañana' comienza como una aparente propuesta cercana al neorrealismo italiano. Aunque pronto esto queda descartado, entre otras cosas, debido al uso de canciones anacrónicas que apelan a un público totalmente contemporáneo.

La película mantiene una realización más bien simple y mezcla momentos musicales que, puntualmente, caen en frivolizar acontecimientos graves. Sin embargo, en general, Paola Cortellesi consigue un correcto trabajo con su ópera prima y presenta un equilibrio ejemplar entre drama y comedia. Esto permite una observación seria del trasfondo social de la época mostrada, pero salpicada de una cierta ligereza que entretiene y un humor que saca sonrisas y asienta el mensaje crítico del film.

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¿Cuántas mujeres habrán vivido o estarán viviendo esta película? Aunque sea duro es recomendable verla y poder extraer alguna conclusión que ayude a salir del maltrato.
Paola Cortelessi nos dibuja un guión que a veces puede parecer difuso, pero que culmina de una forma precisa y emocionante. Interpreta sin altibajos el papel de Delia, que soporta una vida que a veces es insoportable, con unos toques musicales y cómicos que, si cabe, resaltan este drama feminista.
El resto de actores, acompañan con solvencia a Delia.
La puesta en escena es un poco escasa, no alcanza emular el neorrealismo italiano. Por lo que, a pesar de ser una buena película, no puede considerarse clásica.
Aunque a veces te enfadan los hechos que acontecen, se resuelven de manera delicada y con alguna sonrisa.