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7.4
44,780
8
30 de julio de 2023
30 de julio de 2023
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buenas,
Me dispongo a escribir mi primera crítica a una película en filmaffinity. Mi amigo Nacho se animó a hacerlo después del visionado de Oppenheimer, y yo, que he ido a verla hoy, no puedo ser menos.
Comentaros que he ido a verla a la sesión de la 4 de la tarde en los Renoir de la plaza de los cubos. Hoy, 31 de julio y en Madrid, ya me diréis qué mejor plan que meterse en el cine 3 horacas seguidas. En serio, con el calor que hace no hay mejor plan, hasta para follar hace demasiado calor. 9 pavos y medio la entrada, pero son 3 horas de aire acondicionado que te ahorras.
Sobre la peli, en líneas generales está muy guapa. Tommy Shelby está inconmensurable, hay que ver lo bien que le queda a este hombre un piti en la boca. Otro que me mola mucho es Mat Damon, ha acertado Nolan dándole este papel secundario al bueno de Damon.
Me dispongo a escribir mi primera crítica a una película en filmaffinity. Mi amigo Nacho se animó a hacerlo después del visionado de Oppenheimer, y yo, que he ido a verla hoy, no puedo ser menos.
Comentaros que he ido a verla a la sesión de la 4 de la tarde en los Renoir de la plaza de los cubos. Hoy, 31 de julio y en Madrid, ya me diréis qué mejor plan que meterse en el cine 3 horacas seguidas. En serio, con el calor que hace no hay mejor plan, hasta para follar hace demasiado calor. 9 pavos y medio la entrada, pero son 3 horas de aire acondicionado que te ahorras.
Sobre la peli, en líneas generales está muy guapa. Tommy Shelby está inconmensurable, hay que ver lo bien que le queda a este hombre un piti en la boca. Otro que me mola mucho es Mat Damon, ha acertado Nolan dándole este papel secundario al bueno de Damon.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Temas random que se me ocurren:
1. No he entendido por qué le vemos las tetas a la primera amante como 5 o 6 veces a lo largo de la peli y en cambio a la piba con la que se casa y tiene hijos, mucho más importante, no las vemos ni una vez. No sé, yo lo veo injusto.
2. En la peli se están mezclando dos historias: la de cómo el bueno de Opi y sus coleguitas físicos montan la bomba atómica, y luego cómo el politicucho ese interpretado por el señor que hace de Iron Man y llamado Strauss quiere joder al bueno de Opi pintándole como un rojo cabrón.
La primera historia es la que está guapa, aunque no entiendo ni papá de cuándo se ponen a hablar de cosas técnicas, pero, aunque no lo entienda, no me produce aburrimiento.
La segunda historia sí me ha dado mucha más pereza, porque me parece poco importante. Por lo que yo he entendido, el pibe que hace de Iron Man está siendo valorado para un puesto muy tocho en el gobierno de USA, y para que le den el puesto, pues tiene que dejar por los suelos a Opi. No sé si lo he entendido muy bien. Se me hace más pesada, pero sirve como hilo conductor de la primera historia y dota a la primera de intensidad narrativa.
3. Como buen rojo que soy, me ha molado la referencia a la guerra civil española. Muy bien señor Nolan. Les habrá escocido un poco a los fachas españoles que hayan visto la peli. Se ve que Oppenheimer envió pasta a la república española.
4. Esperaba ver algo más de carnaza, ya sabéis, japos desintegrándose en Hiroshima, pero de eso nada. Lo que vemos es la prueba final de si la bomba funciona. Pero bueno, yo no lo he echado de menos. Ni siquiera nos ha metido Nolan la imagen del avión volando y soltando la bomba. Quizá sea para no hacer sentir mal a los americanos que fueron a ver la peli. El momento más yanqui de la peli es cuando sale bien la prueba final y suben a hombros a Opi y al fondo aparece ondeando la bandera americana. Yo la verdad que no me he emocionado absolutamente nada.
5. Muy guapas las intervenciones de Albert Einstein. El papel de Einstein es una especie de Dumbledore dando consejos súper sabios en momentos clave del film. También me ha gustado que saliera Heisenberg, dame like si tú también pensaste en Breaking Bad cuando salió su nombre. También han metido una referencia final a JFK, a alguna en la sala le ha dado la risa. Hay que ver cómo les pone a los americanos hablar de JFK.
6. Creo que hay una cosa que hace bien la peli es que no se posiciona ni a favor ni en contra de la bomba, cuenta los hechos como debieron ser (yo me lo creo porque no me voy a poner a hacer fact checking), y nos deja a los espectadores que decidamos si la bomba estaba bien o no.
Bueno lo dejo aquí que me entra sueño. Espero que les haya gustado.
1. No he entendido por qué le vemos las tetas a la primera amante como 5 o 6 veces a lo largo de la peli y en cambio a la piba con la que se casa y tiene hijos, mucho más importante, no las vemos ni una vez. No sé, yo lo veo injusto.
2. En la peli se están mezclando dos historias: la de cómo el bueno de Opi y sus coleguitas físicos montan la bomba atómica, y luego cómo el politicucho ese interpretado por el señor que hace de Iron Man y llamado Strauss quiere joder al bueno de Opi pintándole como un rojo cabrón.
La primera historia es la que está guapa, aunque no entiendo ni papá de cuándo se ponen a hablar de cosas técnicas, pero, aunque no lo entienda, no me produce aburrimiento.
La segunda historia sí me ha dado mucha más pereza, porque me parece poco importante. Por lo que yo he entendido, el pibe que hace de Iron Man está siendo valorado para un puesto muy tocho en el gobierno de USA, y para que le den el puesto, pues tiene que dejar por los suelos a Opi. No sé si lo he entendido muy bien. Se me hace más pesada, pero sirve como hilo conductor de la primera historia y dota a la primera de intensidad narrativa.
3. Como buen rojo que soy, me ha molado la referencia a la guerra civil española. Muy bien señor Nolan. Les habrá escocido un poco a los fachas españoles que hayan visto la peli. Se ve que Oppenheimer envió pasta a la república española.
4. Esperaba ver algo más de carnaza, ya sabéis, japos desintegrándose en Hiroshima, pero de eso nada. Lo que vemos es la prueba final de si la bomba funciona. Pero bueno, yo no lo he echado de menos. Ni siquiera nos ha metido Nolan la imagen del avión volando y soltando la bomba. Quizá sea para no hacer sentir mal a los americanos que fueron a ver la peli. El momento más yanqui de la peli es cuando sale bien la prueba final y suben a hombros a Opi y al fondo aparece ondeando la bandera americana. Yo la verdad que no me he emocionado absolutamente nada.
5. Muy guapas las intervenciones de Albert Einstein. El papel de Einstein es una especie de Dumbledore dando consejos súper sabios en momentos clave del film. También me ha gustado que saliera Heisenberg, dame like si tú también pensaste en Breaking Bad cuando salió su nombre. También han metido una referencia final a JFK, a alguna en la sala le ha dado la risa. Hay que ver cómo les pone a los americanos hablar de JFK.
6. Creo que hay una cosa que hace bien la peli es que no se posiciona ni a favor ni en contra de la bomba, cuenta los hechos como debieron ser (yo me lo creo porque no me voy a poner a hacer fact checking), y nos deja a los espectadores que decidamos si la bomba estaba bien o no.
Bueno lo dejo aquí que me entra sueño. Espero que les haya gustado.
1 de octubre de 2023
1 de octubre de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El viernes pasado, de 12 a 3 de la madrugada, pasé las tres mejores horas del fin de semana. Tres horas de maravillosos planos de los Alpes y los Himalayas. Tres horas de conversaciones trascendentales sobre la amistad y sobre encontrar el lugar de uno mismo en el mundo.
Una película conmovedora y preciosa, de aquellas que no quieres que acaben y de las que te quedarías a vivir dentro, aunque fuera con un papel secundario y pequeñito, pero que al menos te diera para disfrutar un poco más de los picos, los valles y las caminatas con crampón y piolet.
Nuestros dos amigos barbudos nos transmiten muchísimo amor y nos explican que cualquier modo que elijamos para pasar nuestra existencia sobre la tierra no nos hará completamente felices. La felicidad es siempre a medias, va por épocas, nos encuentra y nos abandona.
Se podría pensar que el amigo que decide viajar por el mundo y conocer los lugares de dios puede tener una vida más plena y más llena de experiencias, y que, en cambio, el amigo que elige quedarse a vivir en el valle de toda su vida con una mujer, una casita, un hijo y un pequeño negocio, tendrá una visión más reducida de lo que es la vida.
Sin embargo, observamos como el primero de los amigos siente un profundo desarraigo y llega a envidiar la vida ordenada y predecible de su amigo en la montaña. Vemos también como el segundo termina sintiéndose tremendamente desdichado por los problemas que conllevan los días iguales y monótonos.
Esto queda perfectamente explicado en la escena de las 8 montañas exteriores y la montaña interior que da nombre a este hermoso film.
Yo, amante de la montaña, amante de la vida y amante de los amantes, disfruté cada minuto de las tres horas del pasado viernes, de 12 a 3 de la madrugada.
Una película conmovedora y preciosa, de aquellas que no quieres que acaben y de las que te quedarías a vivir dentro, aunque fuera con un papel secundario y pequeñito, pero que al menos te diera para disfrutar un poco más de los picos, los valles y las caminatas con crampón y piolet.
Nuestros dos amigos barbudos nos transmiten muchísimo amor y nos explican que cualquier modo que elijamos para pasar nuestra existencia sobre la tierra no nos hará completamente felices. La felicidad es siempre a medias, va por épocas, nos encuentra y nos abandona.
Se podría pensar que el amigo que decide viajar por el mundo y conocer los lugares de dios puede tener una vida más plena y más llena de experiencias, y que, en cambio, el amigo que elige quedarse a vivir en el valle de toda su vida con una mujer, una casita, un hijo y un pequeño negocio, tendrá una visión más reducida de lo que es la vida.
Sin embargo, observamos como el primero de los amigos siente un profundo desarraigo y llega a envidiar la vida ordenada y predecible de su amigo en la montaña. Vemos también como el segundo termina sintiéndose tremendamente desdichado por los problemas que conllevan los días iguales y monótonos.
Esto queda perfectamente explicado en la escena de las 8 montañas exteriores y la montaña interior que da nombre a este hermoso film.
Yo, amante de la montaña, amante de la vida y amante de los amantes, disfruté cada minuto de las tres horas del pasado viernes, de 12 a 3 de la madrugada.

7.2
19,819
8
12 de febrero de 2024
12 de febrero de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza con una maravillosa escena en la que dos voces en off, una masculina y otra femenina, juegan a adivinar la relación entre dos hombres y una mujer que están tomando una copa en lo que parece un lujoso bar.
Las voces en off ríen divertidas por este juego en el que todos hemos participado alguna vez y que consiste en convertir al resto de mesas del bar en pequeñas representaciones teatrales y tratar de imaginar la vida y milagros de los personajes que en ellas aparecen a partir de su estado emocional, sus gestos, apariencia física, edad, o cualquier otra información que podamos observar desde nuestra mesa.
A los que somos fanáticos de este juego, con esta primera escena, en la que entramos en contacto con los protagonistas de la película, no desde la butaca de la sala de un cine, si no sentados en una mesa de ese lujoso bar, la película ya nos tiene atrapados.
“Past lives” es una película sobre el amor que se interrumpe, el amor que pudo haber sido y nunca fue. Leí alguna vez que una obra de arte es buena en la medida en la que interpela los sentimientos de aquel que observa la obra. A todos los seres humanos que hemos amado a varias personas en una sola vida, hemos podido vernos reflejados en las emociones de los personajes de la película y, en ese momento, esta ha dejado de contarnos la vida de sus personajes para contarnos la nuestra propia.
Las voces en off ríen divertidas por este juego en el que todos hemos participado alguna vez y que consiste en convertir al resto de mesas del bar en pequeñas representaciones teatrales y tratar de imaginar la vida y milagros de los personajes que en ellas aparecen a partir de su estado emocional, sus gestos, apariencia física, edad, o cualquier otra información que podamos observar desde nuestra mesa.
A los que somos fanáticos de este juego, con esta primera escena, en la que entramos en contacto con los protagonistas de la película, no desde la butaca de la sala de un cine, si no sentados en una mesa de ese lujoso bar, la película ya nos tiene atrapados.
“Past lives” es una película sobre el amor que se interrumpe, el amor que pudo haber sido y nunca fue. Leí alguna vez que una obra de arte es buena en la medida en la que interpela los sentimientos de aquel que observa la obra. A todos los seres humanos que hemos amado a varias personas en una sola vida, hemos podido vernos reflejados en las emociones de los personajes de la película y, en ese momento, esta ha dejado de contarnos la vida de sus personajes para contarnos la nuestra propia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El film está dividido en tres actos, que son los tres momentos vitales en los que los personajes protagonistas coinciden en tiempo y en lugar. Primero como niños en un colegio de Corea del Sur, doce años después como jovencísimos adultos a través de las pantallas de sus móviles, y, otros 12 años más tarde, en Nueva York, siendo todavía adultos jóvenes pero maduros. La estructura argumental de la película me lleva a recordar la mejor trilogía sobre el amor que jamás se ha hecho: “Before Sunshine”, “Before Sunset” y “Before Midnight”. Pero la delicadeza y la pausa, y quizá también el origen asiático de los personajes, me trasladan a “In the Mood for Love”. El decorado neoyorquino del tercer acto me devuelve, como siempre, a Woody Allen.
Los personajes, perfectamente construidos a lo largo de los tres actos que dividen la película, nos hablan a los espectadores y se hablan a sí mismos desde una honestidad admirable, y la coherencia de los actos y decisiones que toman, a mí, persona impulsiva, me resultan asombrosos.
Para la historia del género queda la escena final en la que los dos protagonistas se miran sabiendo que va a ser la última vez de su vida en que lo hagan. Una escena pausada, contenida, pero cargada de enorme emoción. Una parte de mí deseaba que ella se metiera con él en ese maldito Uber que ojalá no hubiera llegado nunca, o, al menos, hubiera tardado 5 minutos más en llegar. Creo que resulta imposible no emocionarse cuando ella rompe en lágrimas en brazos de su marido, que, en un acto de comprensión y generosidad enorme, consuela a su mujer.
Los personajes, perfectamente construidos a lo largo de los tres actos que dividen la película, nos hablan a los espectadores y se hablan a sí mismos desde una honestidad admirable, y la coherencia de los actos y decisiones que toman, a mí, persona impulsiva, me resultan asombrosos.
Para la historia del género queda la escena final en la que los dos protagonistas se miran sabiendo que va a ser la última vez de su vida en que lo hagan. Una escena pausada, contenida, pero cargada de enorme emoción. Una parte de mí deseaba que ella se metiera con él en ese maldito Uber que ojalá no hubiera llegado nunca, o, al menos, hubiera tardado 5 minutos más en llegar. Creo que resulta imposible no emocionarse cuando ella rompe en lágrimas en brazos de su marido, que, en un acto de comprensión y generosidad enorme, consuela a su mujer.
5 de junio de 2024
5 de junio de 2024
0 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre la película voy a hablar muy poco.
Estoy aquí para contar que ayer tuve la suerte de ir al cine a ver esta película italiana con una chica italiana preciosa. De esas que te quitan el hipo, como diría mi madre. De esas de tetas, culo y cara, como diría mi hermano. Es vecina mía y nos conocimos en el gimnasio hace unos meses. Me había hablado de esta película varias veces. Todo el mundo la ha visto en mi país, me dijo. Y ayer en el gimnasio le propuse ir al cine a verla aprovechando que era el día del espectador, 3 euros la entrada, le dije. A ella le pareció una gran idea.
Hasta aquí todo muy bonito, pero hay un grave problema, spoiler, un novio la espera en Roma. Y entonces ella y yo solo podemos ser amigos, solo “amici”. Aunque yo de ella lo sería todo. No se lo he dicho, pero ella lo sabe. Yo sé que también le gusto, pero el novio la espera en Roma.
De camino al cine, me hizo asegurarle varias veces que íbamos a ver la película en italiano, y yo le dije que sí, que íbamos a los Renoir, a los mejores cines de Madrid. Le conté que yo iba a esos cines con mis padres, con mis amigos y con todas mis novias. Compramos corriendo un par de latas de cerveza en un chino que escondimos en su bolso y entramos en la sala.
De la película disfruté cada vez que giraba la mirada a mi izquierda y veía a mi amiga italiana reír y llorar, y ella me miraba ella a mí, con una mirada que quita el hipo, y me decía que qué bonita se veía Roma, la Roma de sus abuelas, que qué bonitas todas las canciones, que qué guapos eran los actores, y yo pensaba que qué guapa eres tú.
El mejor momento fue cuando al final de la película mi amiga italiana se puso nerviosa porque parecía que la protagonista no iba a poder escapar de su marido maltratador, y yo le dije que no se preocupara, que la hija de la protagonista estaba en camino para llevarle el billete que había perdido. Se le llenaron los ojos de lágrimas y sonrió, porque se dio cuenta de que tenía razón.
A la vuelta a casa, me explicó que la escena que más le había gustado fue la de la comida con la familia rica de los padres del novio de la hija. Que qué mal lo había pasado por la pobre hija. A mí esa escena me pareció divertidísima. Me la imaginé comiendo pasta con un padre italiano enorme y gritón y una madre guapísima y gritona, y una abuela no muy vieja que se reía y un hermano también guapo como ella, algo chulo y también gritón. Le pregunté si su familia se parecía más a la familia pobre o a la familia rica y me dijo que a las dos y que a ninguna y me sonrió. Me dedicó muchas sonrisas.
Hablamos del final de la película, que qué inesperado, pero que qué bonito y qué importante y emocionante. Que al final todo había cobrado sentido. Hablamos de lo importante que es ir a votar. El domingo hay elecciones al parlamento europeo. Votaremos los dos. Nos une Europa.
Es junio y las noches son frescas en Madrid y se está muy bien en la calle. Ayer era martes, y ya eran la 1 de la mañana cuando llegamos a nuestro portal. El camión de la basura había pasado y solo nos acompañaba el sonido lejano de la banda sonora de una película que salía por una ventana abierta del vecindario.
Me habló de la nostalgia que ella sentía por una Roma que nunca había conocido, me dijo que ahora ya no se puede vivir allí, con tanto turista. Que por eso se ha ido. Yo le dije que me pasaba algo parecido con Madrid, que ya no soporto ir por el centro de la ciudad. Que me gusta más el Madrid de las películas, el que veo en Almodóvar o el que vi hace poco el “El crack” de Jose Luis Garci y Alfredo Landa.
No hubo beso de despedida, solo un abrazo corto en un ascensor iluminado con una luz espantosamente blanca. Pero no sintáis lástima por mí. A la película le he puesto un 7, pero mi noche fue de 10.
Estoy aquí para contar que ayer tuve la suerte de ir al cine a ver esta película italiana con una chica italiana preciosa. De esas que te quitan el hipo, como diría mi madre. De esas de tetas, culo y cara, como diría mi hermano. Es vecina mía y nos conocimos en el gimnasio hace unos meses. Me había hablado de esta película varias veces. Todo el mundo la ha visto en mi país, me dijo. Y ayer en el gimnasio le propuse ir al cine a verla aprovechando que era el día del espectador, 3 euros la entrada, le dije. A ella le pareció una gran idea.
Hasta aquí todo muy bonito, pero hay un grave problema, spoiler, un novio la espera en Roma. Y entonces ella y yo solo podemos ser amigos, solo “amici”. Aunque yo de ella lo sería todo. No se lo he dicho, pero ella lo sabe. Yo sé que también le gusto, pero el novio la espera en Roma.
De camino al cine, me hizo asegurarle varias veces que íbamos a ver la película en italiano, y yo le dije que sí, que íbamos a los Renoir, a los mejores cines de Madrid. Le conté que yo iba a esos cines con mis padres, con mis amigos y con todas mis novias. Compramos corriendo un par de latas de cerveza en un chino que escondimos en su bolso y entramos en la sala.
De la película disfruté cada vez que giraba la mirada a mi izquierda y veía a mi amiga italiana reír y llorar, y ella me miraba ella a mí, con una mirada que quita el hipo, y me decía que qué bonita se veía Roma, la Roma de sus abuelas, que qué bonitas todas las canciones, que qué guapos eran los actores, y yo pensaba que qué guapa eres tú.
El mejor momento fue cuando al final de la película mi amiga italiana se puso nerviosa porque parecía que la protagonista no iba a poder escapar de su marido maltratador, y yo le dije que no se preocupara, que la hija de la protagonista estaba en camino para llevarle el billete que había perdido. Se le llenaron los ojos de lágrimas y sonrió, porque se dio cuenta de que tenía razón.
A la vuelta a casa, me explicó que la escena que más le había gustado fue la de la comida con la familia rica de los padres del novio de la hija. Que qué mal lo había pasado por la pobre hija. A mí esa escena me pareció divertidísima. Me la imaginé comiendo pasta con un padre italiano enorme y gritón y una madre guapísima y gritona, y una abuela no muy vieja que se reía y un hermano también guapo como ella, algo chulo y también gritón. Le pregunté si su familia se parecía más a la familia pobre o a la familia rica y me dijo que a las dos y que a ninguna y me sonrió. Me dedicó muchas sonrisas.
Hablamos del final de la película, que qué inesperado, pero que qué bonito y qué importante y emocionante. Que al final todo había cobrado sentido. Hablamos de lo importante que es ir a votar. El domingo hay elecciones al parlamento europeo. Votaremos los dos. Nos une Europa.
Es junio y las noches son frescas en Madrid y se está muy bien en la calle. Ayer era martes, y ya eran la 1 de la mañana cuando llegamos a nuestro portal. El camión de la basura había pasado y solo nos acompañaba el sonido lejano de la banda sonora de una película que salía por una ventana abierta del vecindario.
Me habló de la nostalgia que ella sentía por una Roma que nunca había conocido, me dijo que ahora ya no se puede vivir allí, con tanto turista. Que por eso se ha ido. Yo le dije que me pasaba algo parecido con Madrid, que ya no soporto ir por el centro de la ciudad. Que me gusta más el Madrid de las películas, el que veo en Almodóvar o el que vi hace poco el “El crack” de Jose Luis Garci y Alfredo Landa.
No hubo beso de despedida, solo un abrazo corto en un ascensor iluminado con una luz espantosamente blanca. Pero no sintáis lástima por mí. A la película le he puesto un 7, pero mi noche fue de 10.
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