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El hoyo

Thriller. Ciencia ficción El futuro, en una distopía. Dos personas por nivel. Un número desconocido de niveles. Una plataforma con comida para todos ellos. ¿Eres de los que piensan demasiado cuando están arriba? ¿O de los que no tienen agallas cuando están abajo? Si lo descubres demasiado tarde, no saldrás vivo del hoyo.
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7
6 de abril de 2020 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si estás buscando una película "para pasar el rato", "El Hoyo" no es la película que andas buscando. Eso sí, es entretenida y no te dejará indiferente.

"El Hoyo" se ha convertido en el último boom cinematográfico español en todo el mundo. La vida de esta película independiente ha dado un giro de 360º con su llegada a Netflix, que ha supuesto un re-nacimiento de la película y que, semanas después de su estreno en la plataforma, sigue colándose entre lo más visto del día.

La ópera prima de Gaztelu Urrutia es una profunda crítica política, económica y social del capitalismo y la sociedad neoliberal e individualista del siglo XXI. No es una distopía, como muchos se empeñan en definir, sino más bien una desagradable, dura y explícita metáfora de la sociedad llevada a la máxima expresión, que muestra que el único enemigo del hombre es el propio hombre. Es una oda al individualismo, un aviso alto y claro, con signos de exclamación, que nos advierte de que otra sociedad solo es posible si empezamos por el cambio en nosotros mismos.

Así lo explicó el propio director en la presentación de la película en el Festival de Sitges: “No es una crítica contra los de arriba o contra los de abajo. Es una exposición de una realidad, nos hacemos preguntas nosotros [...] y queremos contribuir a una especie de reflexión sobre el reparto de la riqueza”.

Como único escenario tenemos el Centro Vertical de Autogestión, un edificio dividido en multitud de plantas aisladas entre sí. En cada planta viven dos personas y hay un enorme hueco rectangular, que ocupa cada cierto tiempo una mesa de banquete que desciende por turnos para que los miembros de todas las plantas puedan servirse. La comida debería ser suficiente para todos, pero en la práctica, mientras los de los niveles superiores comen más de la cuenta, los de los niveles inferiores pasan hambre porque nunca les llega nada. Es el claro reflejo de la sociedad estamental, donde el rico lo es a costa del pobre; y del establishment político.

En el reparto, Iván Massagué, Zorion Eguilar y Antonia San Juan, tres actores camaleónicos, que saben curtirse y dar lo mejor de ellos mismos y que disfrutaremos tanto de ellos en esta tragedia como lo hemos hecho en otras ocasiones en alguna comedia. Son personajes redondos, sumamente complejos. La película es un viaje a través de sus vidas, sus preocupaciones, deseos y vivencias, que el espectador vivirá a su lado; una muestra de la complejidad del ser humano llevada a un principio tan simple como el instinto de supervivencia que nos caracteriza.

La historia en sí resulta entretenida y liviana, porque sabe cómo involucrar al espectador y hacerle partícipe desde el minuto uno y hasta el final. "El Hoyo" es una muestra más de que no por tener un elenco más numeroso o contar con cientos de localizaciones el producto final va a ser mejor.

El desenlace puede dar la impresión de que es una muy buena idea que el director no ha sabido concluir. Pero recuerda que lo importante no es el final, sino el transcurso, el enfrentamiento del protagonista con el sistema. Es probable que cuando termines de ver la película tengas muchas más preguntas que las que tenías antes de empezarla.

Si la ves en compañía, probablemente ni siquiera tu compañero/a y tú la hayáis entendido del mismo modo. Y probablemente, aunque las conclusiones a las que lleguéis sean dispares, ambos estaréis en lo cierto, porque es una película de la que se pueden hacer muchas y muy diversas interpretaciones. Así que, llegues a la conclusión que llegues, ya estás avisado de que lo que vas a ver no, no es la típica película española.
7
7 de abril de 2020 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL HOYO (2019)

Hoy vamos a hablar de una película sorprendente y distinta; sobre eso no hay duda. El hoyo, a través de los escenarios extremos (siempre el mismo) toca muchos temas que interesan, y más en la época actual de incertidumbre e inquietud que vivimos.
Lo que primero empieza siendo una crítica al sistema o a la "administración", para acabar después derivando en un relato casi "quijotesco" de redención y de dejarse ir.

Aquí la comida es lo de menos. Es el elemento que utiliza el director, para mostrar, y sacar lo peor y lo mejor de las personas. Enfrentar al espectador con su propia solidaridad y de paso sacar todo lo que tenemos dentro; el miedo, el odio, la pena, la violencia, la desolación, la tolerancia, el egoísmo, y por supuesto la gula...porque aquí hasta los siete pecados capitales tiene cabida... hasta la pereza se lleva la palma. Lo único que podría achacarle al director, es cuando toca el tema del racismo, lo mete con calzador; si o si. Debería ser un poco más sutil (porque estaba claro). En cuanto sale una persona negra ya sacamos el racismo de la supremacía blanca a relucir, por eso habría que decirle al director; NO SEÑOR NO. No nos manipules.
Aquí en "El hoyo" todo el mundo quiere algo. Todo el mundo es racista, sea negro o blanco. La película en si es racismo puro. De hecho si estas arriba eres superior al que está abajo. Así lo muestra la cinta desde el principio. Así que deja de sacar a negros para decir que los blancos que están arriba son malos y racistas. Es obvio, están arriba. Aparte también el director desde el principio te explica en que consiste el funcionamiento del hoyo.
¿Qué harías tú? ¿A menor nivel eres peor persona? ¿o en un nivel superior eres buena persona? ¿ o sigues siendo igual indistintamente del nivel donde estes?

La película es una radiografía dura de la sociedad. Una crítica mordaz a los que mandan, a los que están por encima del bien y del mal, y cruel para el espectador que la visiona, te hace pensar, no te deja indiferente.
Hay escenas de violencia extrema que están muy logradas. Es un "Survival Horror" en toda regla. Supervivencia y horror.
Tendría que volver a visionarla para hablar más profundamente de esta distopía voraz de ciencia ficción, ya que hoy en día ver esta película con los tiempos que corren te agita la mente. Es una cinta fresca, original. Me recuerda un poco a Cube (1997) de Vicenzo Natali o incluso a Snowpiercer (2013) del visionario director coreano Bong- Joon- ho, autor de obras monumentales como "Memories of Murder" (2003) o la actual "Parasitos" (2019).

En resumidas cuentas es una buena película, repito, como película, con buenos giros de guion sin caer en una metáfora fácil, y tampoco creo que los personajes esten estereotipados, como he leído por ahí.
Esta claro que la cinta establece la desigualdad del mundo contemporáneo. No es una huida hacia la libertad, sino hacia la verdad, ahondando en la reflexión continua sobre la voracidad humana. En este caso la comida. Pero no olvidemos que el ser humano es voraz en todo. Lo ha sido siempre. La historia lo refleja.
Pero aparte de tildarla de buena película (que lo es), en realidad amigos; ¿QUE SIMBOLIZA ESTA PELÍCULA IDEOLOGICAMENTE?.
No quiero ser incorrecto, pero no hay que olvidar que la película es una producción vasco-catalana.
A continuación reflejo una frase textual de la película, sin ser spoilers
"SI TODO EL MUNDO COMIERA LO QUE NECESITA, LA COMIDA LLEGARÍA AL NIVEL MAS BAJO"
¿de qué habla amigos?. Pues os lo voy a decir, está claro. Habla de Capitalismo, puro y duro. Al fin y al cabo la película, y repito, es buena película, pero la película no deja de ser un elemento político y social. No se engaña a nadie aunque se quiera disfrazar la cinta sobre una alegoría de supervivencia con toques gore y "survival horror"
6.7 mi calificación.
9
16 de mayo de 2020 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No empezaré diciendo de qué va la trama, porque he leído opiniones suficientes en este Foro que la exponen claramente. Por lo tanto prefiero analizar el mensaje que contiene, y es un mensaje profundo sobre la Condición Humana. Sí, ya sé que es un tema muy manido, pero creo necesario recordarlo con frecuencia. Muchos no quisieran pensar en éllo, porque todo lo que resulta desagradable para la mente, intentamos alejarlo y mirar para otro lado.

A veces me pongo a reflexionar sobre el concepto de "inteligencia", de que nosotros, a diferencia del resto de especies de este planeta, tenemos una capacidad, quizás un Don, que nos ha permitido, con nuestro especial intelecto, crear un mundo artificial sobre el mundo natural del que provenimos. Nos hemos diferenciado de los demás seres vivos, creando Civilizaciones imponentes a lo largo de la Historia. Se podría decir que nuestra inteligencia es el culmen de la evolución en el planeta Tierra.

Sin embargo estos brillantes logros se ven empañados por un "reverso tenebroso" de la conciencia humana, derivado de nuestro origen animal, de nuestras emociones primarias, que no dejan sitio a la reflexión. La Humanidad, como especie, lleva poco tiempo en el planeta, es decir, somos una especie jóven; por lo tanto nuestra evolución aún tendrá que madurar mucho. Esta incipiente inteligencia que poseemos queda atrapada dentro de nuestra mente instintiva, emocional, que no nos permite utilizar adecuadamente los procesos del razonamiento lógico.

Cuando nos vemos enfrentados a circunstancias críticas, como por ejemplo: guerras, pandemias, carencias materiales, etc., nuestra mente reacciona de forma básica, activando el "instinto de supervivencia", lo que produce situaciones aterradoras, donde no se piensa, solo se actua de manera salvaje y descontrolada. Este es nuestro talón de aquiles, que llevamos arrastrando desde siempre.

Otro problema de nuestra "mente animal" es el sentido de lo privativo, de lo que consideramos "propio", bien a nivel individual ó colectivo. Somos seres egoístas, algo que también deriva de nuestros ancestros, cuando tenían que alimentarse de lo que obtenían diariamente, pues eran cazadores-recolectores. Estas emociones primordiales aún anidan en el subconsciente, lo que provoca esa avidez, muchas veces desmedida, de acaparar todos los recursos.

En "El Hoyo" se ejemplifica todo esto acertada y descarnadamente; lo que vemos en la película, aparte de los aspectos meramente visuales, es una reflexión sobre cómo somos los seres humanos en general. Por fortuna alumbra una pequeña esperanza en la figura del "quijote" que piensa en los demás, que utiliza la inteligencia y no el instinto en una situción difícil. Ese es el mensaje que destila la película: Esperanza, esperanza de que podemos cambiar y evolucionar, de que podemos conseguir un Mundo mejor para todos, libre de barbarie y de insolidaridad.

Cuando realmente lleguemos a ser "inteligentes", es decir, cuando nuestra mente racional y lógica se imponga a nuestra mente instintiva, podremos desterrar todas las miserias que ahora nos afligen; podremos ser más generosos, más justos; miraremos por el Bien común, sin distinguir razas, ni credos; entonces seremos "Uno" bajo las estrellas.
4
2 de julio de 2020 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suele ser mejor sugerir que mostrar. Una imagen impactante nos puede distraer de los subtextos y de las pretensiones narrativas de los autores. Al margen de los presupuestos, en las películas priman la inteligencia y el diseño.

Por Nicolás Bianchi

Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé. En el tren de Snowpiercer y en la cárcel de El Hoyo también. Ambas películas comparten género, la ciencia ficción, y metáforas. En la película del tren de Bong Joon Ho son los de los vagones de atrás y los de adelante. En la ópera prima del realizador vasco Galder Gaztelu-Urrutia se trata de los de arriba y los de abajo.

Entrar en lo que nos quieren contar ambos films es sencillo. En Snowpiercer, luego que un accidente ecológico congeló al mundo, los únicos hombres y mujeres vivos habitan en un tren que permanentemente recorre todo el planeta. Los de los últimos vagones son muchos, viven hacinados y solo comen unas barras proteicas hechas a base de cucarachas. Los de adelante, son menos, viven bien, comen rico.

El punto de partida también queda claro en El Hoyo. En una prisión vertical con dos internos por piso una plataforma que levita baja con comida. Primero comen los del primer nivel y así hasta llegar al 200 o al que sea. Si bien todos los días hay un plato por preso, rápidamente nos enteramos que después del nivel 50 es prácticamente imposible comer. Los de arriba eligen qué comer, los de abajo pasan hambre.

Las similitudes continúan. En ambos un héroe lleva al espectador por todo el tren o toda la prisión. Chris Evans como Curtis en Snowpiercer, Iván Massagué como Goreng en El Hoyo. Ambos son, en principio, altruistas, quieren cambiar el mundo en el que están encerrados, tornarlo más justo. Hay una primera diferencia que es necesario señalar. Mientras la película de Bong cuenta con un elenco superestelar (a Evans se le suman John Hurt, Ed Harris y Tilda Swinton, entre otros) y un presupuesto de 40 millones de dólares que le permitió contar con buenos efectos especiales, en la película española los recursos son más acotados.

La cuestión es en qué decidió gastar cada uno lo que tenía. El principal problema de El Hoyo radica en que muestra explícitamente todo lo que sucede en esa prisión del horror. Primero un personaje secundario advierte al héroe recién ingresado sobre lo que pasa cuando la comida no llega a todos. Los presos se comen entre ellos, cuenta, y unos minutos más tarde la película comienza a desplegar una serie de escenas de canibalismo gore realmente impactantes. Los de arriba se cagan en los de abajo, es la segunda advertencia de Trimagasi (Zorion Eguilior, el mejor actor de la película) a Goreng. También lo vamos a ver explícitamente. Para más obviedades a cada preso se le permite escoger un objeto antes de entrar y Goreng elije llevar una edición de El Quijote de la Mancha, lo que nos habla, o nos grita, sobre el tipo de odisea que va a iniciar el personaje. Por último, nos muestra un final lo suficientemente ambiguo como para soportar distintas interpretaciones, que parece pensado para discutir en reuniones y redes sociales.

En cambio, el viaje en el tren de Snowpiercer es visualmente más amable aunque conceptualmente se exhiba un horror similar o incluso peor. Lo más terrible que sucede en el tren no lo vemos sino que lo sabemos por un diálogo entre el héroe Curtis y uno de los personajes secundarios. Curtis cuenta que al principio, como no había comida, los de atrás comenzaron a canibalizar a los más débiles. “Yo sé qué gusto tienen los bebés, saben mejor”, dice. Pero no vemos a nadie comiendo ningún bebé sino la cara del personaje completamente conmocionada por el recuerdo del espanto. Menos mal que a Gaztelu-Urrutia no se le ocurrió incluir a recién nacidos dentro de la trama. Además, el relato de Curtis sirve para contarnos por qué tantos personajes presentan brazos o piernas amputados. Los mensajes están ahí, más fuertes que en la película del vasco porque no estamos distraídos por imágenes impactantes. Y el final es concreto, cierra la historia, no es ampuloso en sus pretensiones, o sí, pero de una mejor manera.

Seguramente Gaztelu-Urrutia tenga mucho para dar. Es su primera película y ha logrado convertirla en un hito, al menos fugaz, gracias al alcance de la plataforma Netflix. Tanto es así que hay quienes la comparan con otra del talentoso Bong, ganador del Oscar y uno de los cineastas más importantes del siglo XXI.
8
12 de septiembre de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Hoyo es una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años, una película que habla de nuestra sociedad y de la propia naturaleza humana de una forma muy cruda pero con un poso dramático con sus personajes históricos que para mí la hacen una película notable.

Mucho se ha dicho de que es una crítica al capitalismo, él propio director declaró en una entrevista que la película no toma partido que se puede interpretar por el lado de cualquier ideología. En realidad es una crítica a ambas, tanto al capitalismo como al comunismo/socialismo, pero se inclina más por el socialismo, de hecho, se nota que es muy comunista.

Por un lado hay una administración que funciona como un sistema planificado, comunista, deciden quién está arriba, quien abajo, cuando tiempo, qué cantidad de comida les dan, que pueden y no pueden hacer. Aunque su representación visual si pretende ser un reflejo capitalista, es la parte más ambigua de la película, o como dice un personaje “la administración no tiene conciencia”.

Y por otro esta el modo en el que los de arriba cogen más de lo que necesitan mientras que los de abajo no tienen nada cuando si estos abandonaran su egoísmo todos podrían comer, pero también hay que tener en cuenta que elHoyo, ese edificio, al final es una aplicación del sistema comunista, la redistribución de la riqueza, pero que al igual que pasa siempre que se aplica el sistema comunista en la vida real en esa redistribución siempre se llevan más la gente de poder, los que están arriba.

Llega un momento en el que el protagonista que junto a otro prisionero del Hoyo (un negro que está claro representa al inmigrante de nuestros días, algo que es muy importante para entender el tema social de la película), deciden aplicar el socialismo, una redistribución de la riqueza más justa. Lo que ocurre es que en esa redistribución se hace presente lo que pasa al aplicar el socialismo o comunismo, la violencia, para lograr esa redistribución se emplea una autoridad sobre los demás que implica violencia; es lo que dicen los liberales cuando hablan de impuestos.
Pero como he dicho al principio se nota que es una película que apuesta por un mensaje comunista, y por mucho que el director declare que es una crítica a todo y que todo se le puede dar la interpretación que quieras, no cuela, se nota y mucho, pero para vender la película y que no te la tilden de panfleto comunista hay que declarar eso.

Al principio tenemos al viejecito que claramente representa al liberal, el que vive el sistema capitalista, el racista de derechas que cuando le proponen algo razonable responde “eso es comunismo”, que es arquetipo, como lo son el resto de personajes, y lo que viene a plantear la película es que como buen capitalista te sacrificará para conseguir lo que quiere si es necesario hacerlo, algo que si nos ceñimos a la ideología liberal es falso por los principios de la ideología liberal son la libertad, la propiedad privada, y la no violencia, tú libertad acaba donde termina la de otro; mientras que después está la mujer con el perro que representa al progresista que intenta lograr avances sociales a través de la razón, pero cuya ingenuidad por pensar que en este mundo tan egoísta y violento se puede conseguir algo por la vía de la razón la lleva a hacer lo que hace. Esa es la primera evidencia, después está la representación de a pesar de que como he dicho y sucede esa redistribución que se da al final es por la vía de la violencia, tiene su sentido racional. Como dice el señor este sabio “primero dialogo, y si no funciona palo”, es decir, la película al final dice que hay violencia por parte de unos y de otros, por parte de los capitalistas y socialistas, pero que al final todo se reduce a que en el sistema comunista todo iría, todo el mundo tendría lo que necesita, de no ser por la naturaleza humana, nada sería necesario de no ser por la avaricia y el egoísmo, si cada cual cogiese únicamente la comida que le toca todos podrían comer. Y claro, siempre se asocia ese egoísmo y avaricia al capitalismo. Por eso digo que se nota que la película es muy comunista, porque reconociendo los defectos del comunismos/socialismo, afirma que sería perfectamente aplicable, sin necesidad de violencia, de no ser por la propia naturaleza humana egoísta.

El final, es esa advertencia para los jóvenes, una forma de decir a las nuevas generaciones que en sus manos está cambiar el sistema o no.

Y que conste que yo no tengo ningún problema con su temática comunista, me encanta el Acorazado Potemkin y otras películas con temáticas con las que yo no tengo porque estar de acuerdo, y de hecho no lo estoy, pero que son muy buenas; eso sumado a que no es una película que se dedica a lanzar panfletos, por ejemplo, no hace lo que hace Spike Lee al final de Infiltrado en el KKK, o Michael Bay en Pearl Harbour

Después dirección, actores, geniales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El único problema para mí es que a veces se pasa de ambiguo. Es decir, en el tema de la administración le falta mostrarnos cómo funciona, porque al final ellos actúan como el enemigo a derrotar, pero, por qué esto es así. Quiero decir, qué mundo es este en el que un tío que quiere dejar de fumar se mete en el mismo sitio al que mandan a criminales, cómo puede ser que si esa mujer entró hace 10 meses tenga una niña de por lo menos 8 o 9 años, si la administración no sabe que en el Hoyo hay menores de edad por qué la plataforma se detiene cuando llegan al nivel de la niña, la muerte de Miharu no tiene sentido, cómo ha bajado, cuándo, si ellos estaban en la plataforma. Esos agujeros de guión, junto con cosas que son demasiado ambiguas y no aprovecha este universo que ha creado y que tiene muchas cosas interesantes; algo que espero cambie en la secuela.
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