El tormento y el éxtasis
1965 

7.1
3,770
Drama
Renacimiento italiano, principios del siglo XVI (Cinquecento). Cuando el papa Julio II (Rex Harrison) encarga a Miguel Ángel (Charlton Heston) que pinte el techo de la Capilla Sixtina, el artista rechaza el trabajo. El Papa lo obliga a aceptarlo, pero Miguel Ángel destruye su obra y huye de Roma. Cuando, por fin, reanuda el proyecto, éste se convierte en un enfrentamiento de férreas voluntades, avivado por constantes diferencias ... [+]
22 de abril de 2023
22 de abril de 2023
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión romántico tópica del arte como sacerdocio emasculado obsesivo compulsivo paranoico crítico enfrentado a un poder arbitrario, necio, vulgar y brutal (por cierto, una vez más hay que decirlo, la raza degenera que da gusto, también en la santa madre iglesia faltaría menos, quién pillara ese papa tan chulo soldado y no los mamelucos eunucos vendidos por cuatro duros de nuestros tiempos abyectos) aunque en este caso con buen corazón y amor y sabiduría al fondo del fondo, amigos/hermanos pese a tanto, Don Camilo y el honorable Peppone, todo sea por dios o lo que usted más quiera.
La película, para variar, es un espectáculo hinchado aparatoso estruendoso mucho más pendiente de crear un artefacto artificio hipertrofiado que algo mínimamente riguroso, creíble o humano. Tiende inevitablemente, amada querencia, a la simplificación, el estrambote, la reducción y el arquetipo grotesco, al énfasis, el melodrama amoroso (puesto por el ayuntamiento o la autoridad pertinente) y el palabrerío afiebrado, a la afectación y la gigantomaquia, a la protuberancia y la enormidad, al disparate engolado, el loco del pelo rojo no anda tan lejos, montan tanto en este caso los artistas malditos más grandes que la vida que a las masas ilustradas pirran, el sufrimiento como una de las bellas artes, el héroe de la marvel pinta o esculpe, se disfraza a lo que salga, en el tiempo viaja, al mundo (y a nosotros ya de paso) de la barbarie y la fealdad una vez más (nos) salva.
El artista como individuo elegido (a dedo, no ha lugar a la meritocracia, te toca o no te toca, lotería divina) por Dios, instrumento de su luz, como majadero iluminado por tanto y no como un simple obrero artesano más o menos hábil o entregado al servicio del que manda o toca, no somos nada, en cada momento como bien le dice Rafael (aquí de simple comparsa).
Tediosa, vacua, inflada, horriblemente interpretada por Heston y que puede servir de vago contexto, poca cosa más mucho me temo o, ah, sí, para sentirse algo más si cabe, el saber no ocupa lugar, culto y elevado, no le mires el diente, hombre, aprovecha el regalo, majete.
La película, para variar, es un espectáculo hinchado aparatoso estruendoso mucho más pendiente de crear un artefacto artificio hipertrofiado que algo mínimamente riguroso, creíble o humano. Tiende inevitablemente, amada querencia, a la simplificación, el estrambote, la reducción y el arquetipo grotesco, al énfasis, el melodrama amoroso (puesto por el ayuntamiento o la autoridad pertinente) y el palabrerío afiebrado, a la afectación y la gigantomaquia, a la protuberancia y la enormidad, al disparate engolado, el loco del pelo rojo no anda tan lejos, montan tanto en este caso los artistas malditos más grandes que la vida que a las masas ilustradas pirran, el sufrimiento como una de las bellas artes, el héroe de la marvel pinta o esculpe, se disfraza a lo que salga, en el tiempo viaja, al mundo (y a nosotros ya de paso) de la barbarie y la fealdad una vez más (nos) salva.
El artista como individuo elegido (a dedo, no ha lugar a la meritocracia, te toca o no te toca, lotería divina) por Dios, instrumento de su luz, como majadero iluminado por tanto y no como un simple obrero artesano más o menos hábil o entregado al servicio del que manda o toca, no somos nada, en cada momento como bien le dice Rafael (aquí de simple comparsa).
Tediosa, vacua, inflada, horriblemente interpretada por Heston y que puede servir de vago contexto, poca cosa más mucho me temo o, ah, sí, para sentirse algo más si cabe, el saber no ocupa lugar, culto y elevado, no le mires el diente, hombre, aprovecha el regalo, majete.
4 de agosto de 2020
4 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay tópicos cinematográficos inevitables: siempre se cita a "En busca del fuego" si quieres abrir una ventana al renacimiento, a Espartaco para una ventana a Roma o a "El nombre de la rosa" para una ventana a la edad media, pero claro, si es una ventana al renacimiento ya no hay tantas opciones.
Una sería Las aventuras de Quintín Duward pero creo que la gran película sobre el renacimiento es este fresco fascinante sobre la creación de la capilla Sixtina.
Rex Harrison es un actor que siempre me ha parecido un poco antipático y relamido pero su caracterización de papá guerrero es vigorosa y se une al papelón de Charlton Heston como el genio y geniudo Miguel Ángel.
Queremos más pelis sobre el renacimiento que sean tan grandes como está.
Una sería Las aventuras de Quintín Duward pero creo que la gran película sobre el renacimiento es este fresco fascinante sobre la creación de la capilla Sixtina.
Rex Harrison es un actor que siempre me ha parecido un poco antipático y relamido pero su caracterización de papá guerrero es vigorosa y se une al papelón de Charlton Heston como el genio y geniudo Miguel Ángel.
Queremos más pelis sobre el renacimiento que sean tan grandes como está.
21 de febrero de 2021
21 de febrero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que retrata el profundo tormento de Miguel Ángel ante su obra más ambiciosa y emblemática: la Capilla Sixtina, su techo.
Charlton Heston se erige como el mejor actor de los 50, dejando de lado todo héroe representado anteriormente para encarnar el sufrimiento del artista incomprendido para el que el dinero no es nada, pero un trabajo divino terminado todo.
Y por supuesto Rex Harrison, una vez más .Dos años más tarde de rodar "Cleopatra" como Julio César, su amante, en el 63, es el papa Julio, cuyo enamoramiento del genio del ángel y sus rencillas por querer ver su gran obra terminada en vida le consumirá mientras libra guerras por toda Italia.
Época convulsa renancentista donde aparecen representados otros personajes como Rafael, que mostrarán el siglo, los convulsos cambios políticos de Italia, la difícil relación de Roma y Florencia.
Gran introducción, gran reparto, pero sobre todo actuaciones de primeras, las de los principales y los secundarios. Al final, la nostalgia, el amor a Dios. Y una vida consagrada al arte.
Charlton Heston se erige como el mejor actor de los 50, dejando de lado todo héroe representado anteriormente para encarnar el sufrimiento del artista incomprendido para el que el dinero no es nada, pero un trabajo divino terminado todo.
Y por supuesto Rex Harrison, una vez más .Dos años más tarde de rodar "Cleopatra" como Julio César, su amante, en el 63, es el papa Julio, cuyo enamoramiento del genio del ángel y sus rencillas por querer ver su gran obra terminada en vida le consumirá mientras libra guerras por toda Italia.
Época convulsa renancentista donde aparecen representados otros personajes como Rafael, que mostrarán el siglo, los convulsos cambios políticos de Italia, la difícil relación de Roma y Florencia.
Gran introducción, gran reparto, pero sobre todo actuaciones de primeras, las de los principales y los secundarios. Al final, la nostalgia, el amor a Dios. Y una vida consagrada al arte.
10 de octubre de 2012
10 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La considero notable por varios aspectos: Primero, las notables interpretaciones de Charlton Heston (habitual en este estupendo actor) y el no menos extraordinario Rex Harrison. Segundo, la magnífica ambientación, la recreación de la capilla Sixtina, las tomas del campo italiano, la personificación de un papa guerrero, e incluso, los diálogos son excelentes. Tercero, el tema de la inspiración que debió hallar en un paraje inhóspito Miguel Angel, para poder culminar su obra. Los amantes del cine histórico - biográfico sabrán apreciar el valor de este film.
4 de febrero de 2022
4 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película cuyo director, Carol Reed, aprovechó cualquier oportunidad para trasladar a la pantalla la espectacularidad de la historia, aderezada con toques épicos. Esa actitud, se evidencia incluso con la elección del actor que encarna a Miguel Angel, Charlton Heston, cuya fisonomía y presencia física dista bastante de la que supuestamente tenía el gran artista florentino. A mi entender, creo que Vittorio Gassman como protagonista hubiera sido más idóneo, no solo por su semblante sino también por su calidad como actor.
Obviamente, los decorados y efectos especiales tienen un peso importante en está película, que logra mostrar con realismo el proceso de pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina. Lo mismo cabe decir respecto al vestuario y demás ambientación, resaltado por la fotografía de Leon Shamroy.
La interpretación de Heston y de Rex Harrison (Papa Julio II) no es destacable, posiblemente enturbiada por la discreta dirección de Carol Reed.
Para los amantes de la historia del arte.
Obviamente, los decorados y efectos especiales tienen un peso importante en está película, que logra mostrar con realismo el proceso de pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina. Lo mismo cabe decir respecto al vestuario y demás ambientación, resaltado por la fotografía de Leon Shamroy.
La interpretación de Heston y de Rex Harrison (Papa Julio II) no es destacable, posiblemente enturbiada por la discreta dirección de Carol Reed.
Para los amantes de la historia del arte.
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