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Voto de Ferdydurke:
4

Voto de Ferdydurke:
4
7.1
3,784
Drama
Renacimiento italiano, principios del siglo XVI (Cinquecento). Cuando el papa Julio II (Rex Harrison) encarga a Miguel Ángel (Charlton Heston) que pinte el techo de la Capilla Sixtina, el artista rechaza el trabajo. El Papa lo obliga a aceptarlo, pero Miguel Ángel destruye su obra y huye de Roma. Cuando, por fin, reanuda el proyecto, éste se convierte en un enfrentamiento de férreas voluntades, avivado por constantes diferencias ... [+]
22 de abril de 2023
22 de abril de 2023
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión romántico tópica del arte como sacerdocio emasculado obsesivo compulsivo paranoico crítico enfrentado a un poder arbitrario, necio, vulgar y brutal (por cierto, una vez más hay que decirlo, la raza degenera que da gusto, también en la santa madre iglesia faltaría menos, quién pillara ese papa tan chulo soldado y no los mamelucos eunucos vendidos por cuatro duros de nuestros tiempos abyectos) aunque en este caso con buen corazón y amor y sabiduría al fondo del fondo, amigos/hermanos pese a tanto, Don Camilo y el honorable Peppone, todo sea por dios o lo que usted más quiera.
La película, para variar, es un espectáculo hinchado aparatoso estruendoso mucho más pendiente de crear un artefacto artificio hipertrofiado que algo mínimamente riguroso, creíble o humano. Tiende inevitablemente, amada querencia, a la simplificación, el estrambote, la reducción y el arquetipo grotesco, al énfasis, el melodrama amoroso (puesto por el ayuntamiento o la autoridad pertinente) y el palabrerío afiebrado, a la afectación y la gigantomaquia, a la protuberancia y la enormidad, al disparate engolado, el loco del pelo rojo no anda tan lejos, montan tanto en este caso los artistas malditos más grandes que la vida que a las masas ilustradas pirran, el sufrimiento como una de las bellas artes, el héroe de la marvel pinta o esculpe, se disfraza a lo que salga, en el tiempo viaja, al mundo (y a nosotros ya de paso) de la barbarie y la fealdad una vez más (nos) salva.
El artista como individuo elegido (a dedo, no ha lugar a la meritocracia, te toca o no te toca, lotería divina) por Dios, instrumento de su luz, como majadero iluminado por tanto y no como un simple obrero artesano más o menos hábil o entregado al servicio del que manda o toca, no somos nada, en cada momento como bien le dice Rafael (aquí de simple comparsa).
Tediosa, vacua, inflada, horriblemente interpretada por Heston y que puede servir de vago contexto, poca cosa más mucho me temo o, ah, sí, para sentirse algo más si cabe, el saber no ocupa lugar, culto y elevado, no le mires el diente, hombre, aprovecha el regalo, majete.
La película, para variar, es un espectáculo hinchado aparatoso estruendoso mucho más pendiente de crear un artefacto artificio hipertrofiado que algo mínimamente riguroso, creíble o humano. Tiende inevitablemente, amada querencia, a la simplificación, el estrambote, la reducción y el arquetipo grotesco, al énfasis, el melodrama amoroso (puesto por el ayuntamiento o la autoridad pertinente) y el palabrerío afiebrado, a la afectación y la gigantomaquia, a la protuberancia y la enormidad, al disparate engolado, el loco del pelo rojo no anda tan lejos, montan tanto en este caso los artistas malditos más grandes que la vida que a las masas ilustradas pirran, el sufrimiento como una de las bellas artes, el héroe de la marvel pinta o esculpe, se disfraza a lo que salga, en el tiempo viaja, al mundo (y a nosotros ya de paso) de la barbarie y la fealdad una vez más (nos) salva.
El artista como individuo elegido (a dedo, no ha lugar a la meritocracia, te toca o no te toca, lotería divina) por Dios, instrumento de su luz, como majadero iluminado por tanto y no como un simple obrero artesano más o menos hábil o entregado al servicio del que manda o toca, no somos nada, en cada momento como bien le dice Rafael (aquí de simple comparsa).
Tediosa, vacua, inflada, horriblemente interpretada por Heston y que puede servir de vago contexto, poca cosa más mucho me temo o, ah, sí, para sentirse algo más si cabe, el saber no ocupa lugar, culto y elevado, no le mires el diente, hombre, aprovecha el regalo, majete.