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El cuento de la criadaSerie

Serie de TV. Drama Serie de TV (2017-2025). 6 temporadas. 66 episodios. Para enfrentarse a una tasa de natalidad en declive, un régimen fundamentalista ha empezado a tratar a las mujeres como propiedades. Como una de las pocas mujeres fértiles que quedan, Defred es una criada, una más de la casta de mujeres forzadas a una servidumbre sexual para intentar repoblar el mundo.
Críticas 132
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1
16 de julio de 2018
50 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gusta, no entiendo, no me aporta, no me dice y no aprendo...NADA. Es una serie vacía, en argumento (INFUMABLE), apática de intención y emoción humana.
La protagonista no puede transmitir más, NADA, al espectador, por que no hay nada más que contención irracional de la lógica humana a aspectos naturales que en esta serie, en este contexto, en estas circunstancias...ningún ser humano reaccionaria como los guionistas explican como NORMAL en este contexto del siglo XXI...a no ser que trasladaran a toda la población, con una maquina del tiempo al pasado concretamente siglo XI...y El derecho de pernada estuviera a la orden del día...cosa que no sucede...Aburrida en fondo y forma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero esto de que va? Se supone que es el futuro? Cierto? Pues no lo entiendo. Para explicarnos una historia, contada un millón veces, de un millón de formas como: "no codiciaras a la mujer de tu prójimo" o el "Rapto de las Sabinas", etc, etc, se inventan una paranoia religioso/psicológica contagiosa de ámbito nacional americano (como siempre) en el que ojo! 325.000.000 de personas! Aceptan y consumen como "normal" que te rapten/secuestren a tu mujer, mercadeen con esta las élites del país como les plazca, repito como algo normal...y sobre esta base argumental de normalidad futurista me explicas la historia de una mujer, la protagonista. Siglo XXI. Todo esto para corregir la baja natalidad de un país! Que aburrimiento de argumento sin sentido.
La ciencia y desarrollos en fertilidad invitro y otras soluciones no se...tipo "Matrix"...campo de cosechas humanas! aquí ni se plantean! Los guionistas para solucionar un problema de fertilidad y natalidad del futuro optan por la solución, ojo, del pasado, pasado, "El derecho de pernada del siglo XI"...no me convence en absoluto, no lo compro.
7
22 de junio de 2017
48 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mediados de los 80, la canadiense Margaret Atwood decidió escribir una especie de fábula, una distopía, en la que, en un futuro relativamente cercano los Estados Unidos han sido sustituidos por un estado absolutista, una dictadura militar de corte teocrático llamado la República de Gilead.

En el mundo imaginado por Margaret Atwood, las mujeres tienen asignados unos papeles muy concretos y son divididas en clases (casi como castas) y obligadas a seguir un estricto código de conducta y de vestimenta.

Están las esposas, la cúspide de la pirámide aunque para ellas también rigen prohibiciones como las de leer o escribir libros, que visten siempre de azul (aunque en la serie de TV a mi casi me parece más verde, pero bueno).

También están las Martas, mujeres que no pueden tener hijos, bien por su edad, bien por ser estériles (recordad que la esterilidad es un serio problema en este mundo), que están destinadas a ser sirvientas dedicadas a las tareas del hogar: cocinar, limpiar... Las Martas visten de un verde apagado

Y también están las criadas (que dan título a la serie) que también son sirvientas asignadas a las familias de los comandantes, vestidas de rojo, pero estas –a diferencia de las Martas- si son mujeres probadamente fértiles, que pueden tener hijos.

Por último están las tías, mujeres no fértiles, no casadas y normalmente de cierta edad que visten de color marrón, las únicas a las que se permite leer, y cuya función es adiestrar a las criadas.

Por supuesto no toda la población vive así: esto está reservado para los jerarcas del régimen, los Comandantes y sus familias. El resto (los hombres de clase social más baja, tienen esposas que deben cumplir todos los papeles (esposa, Marta, criada) a la vez, a las que se denomina “Econowives” en el original.

Y estas son las mujeres “legítimas”, las clases socialmente aceptadas. Además están las no-mujeres (las solteras por decisión propia, las lesbianas, las monjas, algunas viudas, las criadas que no han logrado concebir hijos, y en general las mujeres “disidentes”) que son ejecutadas o exiliadas para trabajar en las llamadas colonias (áreas rurales, agrícolas, con fuerte polución). Y por último las Jezabels, las prostitutas, bien las que ya eran profesionales antes, bien las que se han visto forzadas a ello para eludir ser declaradas no-mujeres.

Pero el meollo de la historia (y la razón del título: El cuento de la criada) viene del papel de las criadas (o las doncellas, según la versión). Su “trabajo” es tener hijos, y se considera casi sagrado, una bendición. El problema es que no es voluntario, claro, es obligado: la historia cuenta las vivencias de una de ellas, que es capturada cunado intentaba escapar con su familia a Canadá.

Una vez “entrenadas” por las tías en los llamados Centros Rojos, cada criada una es asignada a un comandante durante un periodo de servicio de unos meses: vivirá en su casa hasta quedarse embarazada, tener un hijo y entregarlo a la familia A partir de aquí pierden su nombre, pasan a denominarse con el nombre del comandante que tengan asignado en cada momento. La protagonista se llama Defred (Offred en el original) porque ahora está asignada al comandante Fred Waterstone. Literalmente se “de Fred” (“of Fred”) en el original. De la misma forma que otras criadas son Degeln/Ofglen (“de Glen”), Dewarren/Ofwarren (“de Warren”), etc. Y como una propiedad que son, cambian de nombre cada vez que cambian de comandante.

Aunque rodeada de una parafernalia y una liturgia místico-religiosa, su papel no es otro que el de ser úteros andantes: son reproductoras, están ahí para tener hijos. Cada mes, en sus días fértiles, tiene lugar “la ceremonia” en la que se tienden de espalda sobre el regazo de la esposa que la sujeta, mientras el comandante intenta hacer lo suyo. Todo muy aséptico y muy ceremonial: Nadie se desnuda, ni la criada ni la esposa ni el comandante, por supuesto el comandante no toca ni acaricia a la criada (aparte de penetrarla, claro). Esto también está justificado bíblicamente por el pasaje en que Raquel, que no podía darle hijos a Jacob, le ofrece a sus dos criadas para que le den un hijo. Pero por mucha justificación bíblica que tenga, no es de extrañar que no sea muy agradable para la esposa, no digamos ya para la criada, claro.

El problema es que en Gilead las estériles son sólo las mujeres, se presupone que los comandantes no tienen problemas de esterilidad, por lo que si una criada no puede quedarse embarazada después de varios periodos de servicio (a pesar de ser probadamente fértiles, bien por las pruebas que les han realizado, bien porque ya han tenido hijos antes) tienen “un pequeño problemilla”.

En general os puedo decir que la serie es mejor que la película. No os puedo decir por qué pero es así. Y eso que la película tenía buenos actores (por ejemplo Rober Duvall interpretaba al comandante Fred Waterstone). En la serie, la protagonista es Elizabet Moss (la secretaria de Mad Men), y también aparecen gente como Joseph Fiennes o Samira Wiley (de Orange is the New Black). Una cosa que me gustó mucho es cómo utiliza la música: mezcladas con la banda sonora más sinfónica, hay canciones pop o rock para realzar ciertos momentos, como Don’t You (Forget About Me) de los Simple Minds, o White Rabbit de Jefferson Airplane (en el episodio en que una alucinada Defred es llevada a uno de los prostíbulos donde conoce la existencia de las Jezabels).

En cualquier caso, recomendable, así que os la recomiendo.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2017/06/el-cuento-de-la-criada-nolite-te.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En 1990, se hizo una adaptación al cine, una película alemana dirigida por Volker Schlöndorff, que no es que estuviera mal, pero que no tuvo ningún éxito y es bastante poco conocida. Por eso me sorprendió cuando este año 2017 se estrenó El cuento de la criada, la serie de TV, y comprobé que era la misma historia: otra adaptación de la novela de Atwood.

Ah, por cierto, no se si habrá segunda temporada, pero si la hay, se tendrá que basar en “material nuevo”, en guión original, no adaptado, porque básicamente la serie cuenta todo lo que se cuenta en la novela.


Como curiosidad: la principal diferencia entre serie, película y libro es el final, no porque sean distintos, sino porque unos cuentan más y otros menos. La serie acaba cuando Defred es llevada por los Ojos. La película acaba un poco después, cuando Defred ha logrado (con ayuda, claro) escapar de ese mundo, y además deja entrever como los movimientos de resistencia formados por insurgentes están iniciando la batalla por derrocar al gobierno de Gilead. Y en cuando al libro, abarca lo que cuenta la película, pero además tiene un capítulo final, una especie de epílogo en el que (más de un siglo después) en un congreso de historiadores, un par de profesores presentan unas antiguas cintas grabadas por la criada como ilustración de lo que fue el “breve periodo de Gilead”, antes de que el régimen cayera. Por tanto, en el libro, todo está narrado como si fuera como un gigantesco flashback en el que la criada (mediante las cintas) cuenta su historia.
8
3 de agosto de 2017
77 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espeluznante. Terrorífica. Inquietante. Aterradora. Estremecedora. Cruda. No, no estoy hablando de ninguna película de terror, estoy definiendo The Handmaid's Tale. Todos esos adjetivos se quedan cortos para hablar de ella. La he visto dos veces y me ha seguido impactando de la misma forma.
Muchos la califican de lenta, al contrario, yo creo que narra la historia de la forma más inteligente. Te va atrapando poco a poco. Hay momentos, escenas, planos que no podrían ser plasmados mejor. Hace que sientas la misma rabia, angustia y desesperación que siente Offred en cada situación.
Elisabeth Moss da una clase magistral de interpretación. Su superioridad respecto a todo y a todos es brutal. No le hace hablar ni gesticular demasiado, solo con su mirada lo dice todo. Esos primerísimos planos son oro puro. En Mad Men ya demostró su calidad interpretativa, en Top of the Lake siguió escalando, pero su trabajo en The Handmaid's Tale ya es de otro nivel.
Pero no solo de Elisabeth Moss vive esta serie, los secundarios no se quedan atrás.
Ann Dowd (The Leftovers) está absolutamente brillante. Su Aunt Lydia se ha convertido en una de las villanas del año. Alexis Bledel hace un trabajo espectacular, pero es en el 1x03 donde la termina de romper. Esos planos finales son del mismo nivel que los de Moss.
Luego tenemos a Samira Wiley, Yvonne Strahovski y Madeline Brewer que están impecables cada una en su papel. En especial Brewer, su Janine es maravillosa.
Donde sí que falla es el cast masculino. No están a la altura de ellas. Parecen una broma a su lado. Elisabeth se come a Minghella, Fiennes y Fagbenle juntos.
Es el único "pero" que le he encontrado a esta serie, el resto es una delicia: la dirección, el guión, las interpretaciones, la fotografía, el montaje...
The Handmaid's Tale está en mi TOP 3 del año y no creo que vaya a cambiar.
Es un must-see. De visionado necesario.
Don't let the bastards grind you down!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Solo por estos momentos merece la pena verla:
- El piloto entero.
- Offred leyendo las cartas de las demás criadas.
- Offred en el coche viendo a Serena hablar con su hija.
- Janine en el puente.
- Offred contándole la verdad de su situación a la embajadora.
- Luke leyendo el mensaje que le escribió June en un papel.
- Ofglen viendo como ahorcan a su amante.
- Cuando Ofglen despierta en el hospital y Aunt Lydia le cuenta lo que le han hecho.
- Cuando Aunt Lydia tortura a June por intentar escaparse en el tren.
- Ofglen robando el coche.
- Offred leyendo lo que hay escrito en el armario.
- Cuando Offred lee la nota de Moira en el paquete.
- Offred negándose a lapidar a Janine y las demás criadas siguiéndola al ritmo de Feeling Good.
- La última escena de Offred subiendo a la furgoneta.

...and so I step up, into the darkness within; or else the light.
1
8 de octubre de 2019
41 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida... profundamente absurda, con diálogos diseñados para adolescentes que ignoran lo que es una obra literaria, y valoran las series como si de arte se tratara.

Una lástima que con series como esta, continuemos aceptando cualquier escombro como entretenimiento visual.

Hace días observaba a un humano contemplando esta serie, con la cabeza y la mirada dirigida hacia la pantalla, sin ver ni apreciar lo que allí se ofrecía. Mi amiga C. psicóloga con gran experiencia comentaba que en cierto tipo de espectadores, la adicción a las series se producen debido a procesos de estímulo-recompensa que generan peligrosas dinámicas al interferir en el control de su conducta.

Sabía que algo no iba bien... ¿Os habéis fijado en las elevadas puntuaciones a las series?
10
18 de febrero de 2018
37 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tha handmaid's tale no es sólo una serie extraordinaria.
Y lo es. Todo, absolutamente todo, roza la perfección. Presten atención a cómo funciona el vestuario, a la luminosidad u oscuridad consciente de la fotografía según el momento, al montaje, a la selección musical, a los decorados. Todo es de una calidad que da gusto contemplar y hacía tiempo que no se veía.
Pero también es un temblor de tierra. Un puñetazo en el estómago. Una paliza al corazón. La historia más terrorífica que nos ha dado la televisión en años. Los primeros cuatro capítulos, especialmente, son casi insufribles de ver por el asco que produce la sociedad que describe la novela de Margaret Atwood. Una sociedad que podría ser la de los puritanos que asesinaron a 20 personas en Salem en 1692, pero en el siglo XXI. Una sociedad dictatorial en la que ser homosexual, católico, trabajador en una clínica abortista o cualquier otra "disidencia" sale muy caro. Una sociedad en la que la mujer vale menos que nada, y queda reducida a ser un objeto decorativo, una empleada doméstica ("Martha") una perra guardiana del régimen, una prostituta ("Jezabel"), o lo peor de todo, una esclava sexual que es poco más que un útero con patas. Sin nombre propio, sin identidad, sin pasado, sin voz, sin autorización siquiera para leer o escribir a riego de perder una mano o un ojo, una propiedad más de su amo, marcadas a fuego, apaleadas, violadas. Todo por "el bien común".
¿Y saben por qué es todo tan terrorífico? Porque no hay más que ver las noticias para creer que esto pudiera pasar, incluso ahora, en nuestro mundo. Es terrorífico porque nos suena. No es una locura impensable. Tal como lo vemos en pantalla, resulta terriblemente real.
Y qué decir de los intérpretes. Joseph Fiennes no es precisamente Daniel Day-Lewis, y su carrera no es que haya sido brillantísima desde que nos enamoró a todas con su bardo de Stratford en Shakespeare in love, pero podría ser correcto decir que este es su mejor trabajo hasta la fecha. Pone cuerpo y ojos perfectamente a la dualidad de Waterford, que nunca se sabe realmente lo que piensa y siente por su esposa, por June o por el régimen que ayuda a mantener. Yvonne Strahovsky y Ann Dowd están ambas absolutamente soberbias, y representan como nadie la dualidad de muchos personajes y la complejidad con que se han tratado: pueden ser siniestras y odiosas en muchos momentos, pero logran transmitir también pasiones humanas, sentimientos reales y una cierta ternura que está ahí escondida entre tanta crueldad. Max Minghella tiene quizás el personaje más débil, pero su trabajo está a la altura. Alexis Bledel, Madeline Brewer y Samira Wiley, muy conocidas las tres gracias a series como Mad Men u Orange is the new black, realizan trabajos soberbios también en la piel de tres mujeres muy distintas. Bledel y Brewer en particular están sobrecogedoras, la primera por la injusticia de su situación y la segunda porque plasma de forma desgarradora un estado mental que sorprende que no tengan más de las "etiqueta roja".
Pero quien es dueña y señora de la ficción es Elisabeth Moss. Ya con 17 años sorprendía su talento en Inocencia interrumpida con Winona Ryder y Angelina Jolie, y después llegó su inolvidable Peggy Olson de Mad Men, pero esto es de otro planeta. Parece dos actrices distintas cuando es June y cuando es Offred, y creo que es el mejor halago que se puede hacer a una actriz. Cada mirada, cada lágrima, cada susurro, cada cabeza baja, cada grito, cada expresión que oculta lo que está viviendo realmente, todo está medido por Moss al milímetro, sin que sobre ni falte nada. Es sencillamente un trabajo memorable.
Por ponerle un pero, podríamos decir que esa intensidad tan abrumadora y, en cierto modo, insoportable de los primeros capítulos se va diluyendo según la trama y los capítulos avanzan. O será que ya nos hemos acostumbrado a la sordidez, no sé. Pero igualmente no es impedimento para reconocer a The handmaid's tale como una se las mejores y más espectaculares series que hemos visto en años. Y deja con ganas de más.

Lo mejor: Todo: actores, guión, ambientación, realismo, vestuario...
Lo peor: Es más intensa al principio que al final
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