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Nomadland

Drama Una mujer, después de perderlo todo durante la recesión, se embarca en un viaje hacia el Oeste americano viviendo como una nómada en una caravana. Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, Fern toma su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional, como nómada moderna. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
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10
12 de abril de 2021
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede mezclar realidad y ficción en una película de tal forma que, llegado un momento, no sepas ya si estás viendo una fábula o el más duro de los documentales?. ¿Se puede realizar además con una técnica narrativa y visual al nivel de cualquiera de los mejores directores de la historia?. ¿Puede también dicha película involucrar al espectador y emocionarlo con todas y cada una de sus maravillosas escenas?. La respuesta a estás tres preguntas es afirmativa y se corresponde con una película rodada el pasado año 2020. Me refiero a "Nomadland" (Chloé Zhao), en la que la directora china llega a una cima, en su corta carrera, que veo difícil pueda llegar a superar algún día, aunque ojalá me equivoque.

Fern (Frances McDormand) ha perdido en pocos años a su marido y su trabajo. Debido a ello y a la total falta de expectativas laborales en la zona en la que vive, decide llevar una vida nómada a bordo de su autocaravana, trabajando de forma temporal en diferentes empleos a lo largo de toda la zona Medio Oeste de Estados Unidos. Durante su camino irá conociendo otros nómadas que la acompañarán en este viaje a la libertad, la cual sin embargo tiene un precio, que a veces puede resultar demasiado alto.

La película parte del libro "Nomadland: Surviving América in the Twenty-First century" escrito por Jessica Bruder y en el que se describen a estos nuevos nómadas, los cuales al igual que los primigenios indios americanos, montan campamentos temporales en las zonas en las que hay oferta de trabajo extra en fechas determinadas. A partir de esa base Chloé Zhao, autora del guión, nos narra la historia de Fern, en la forma vital de Frances McDormand, la cual comparte su labor actoral con auténticos nómadas tornados en intérpretes para la ocasión.

No se exactamente como describir la labor de Chloé Zhao como directora en "Nomadland" y la razón es que no conozco adjetivos lo suficientemente superlativos que hagan justicia a un trabajo que se podría considerar como perfecto. Todo, absolutamente todo está a un nivel excelso, empezando por una narrativa densa, profunda, que se toma su tiempo, con el objeto de introducir al espectador en un mundo al que es totalmente ajeno. Siguiendo por un uso de la cámara sencillamente colosal, el cual alterna primerísimos planos de los protagonistas, con panorámicas exteriores de una enorme belleza. Así mismo, el movimiento de la cámara es siempre suave, acompañando a la protagonista como una sombra silenciosa y consiguiendo escenas sobrecogedoras que llegan a emocionar de pura belleza técnica. Pero es que además, Chloé Zhao consigue algo reservado sólo a los más grandes, consigue meter al espectador en la autocaravana, de tal forma que la pantalla de cine desaparece y de repente te encuentras en medio del desierto, contemplando una puesta de sol inenarrable, tomando una cerveza que Fern te ofrece desinteresadamente, mientras te mira con media sonrisa y tú, sin saber exactamente por qué, rompes a llorar de emoción.

Es hora de hablar de Fern, es decir de Frances McDormand y de un trabajo como actriz que rompe todos los esquemas habidos y por haber. Sin apenas gestos y pocos diálogos, la genial intérprete consigue un personaje que va a permanecer en la memoria del espectador durante muchos años, por su sencilla complejidad, sus contradicciones y por reflejar de forma magistral la caída del sueño americano de finales del siglo XX, así como la vuelta a las raíces de dicho sueño, las de los pioneros que atravesaban el país en sus carromatos, en busca de una vida mejor. No quiero olvidarme de Dave, su compañero de fatigas en gran parte del film, interpretado por David Strathairn, uno de los actores más infravalorados de las últimas décadas. David consigue mantener el tipo en todo momento, frente a su compañera de reparto y nos regala un personaje bueno y dulce, pero con mucha personalidad.

Al igual que hiciera en su anterior película "The rider" (2017), Chloé Zhao utiliza como actores a los protagonistas reales de la historia que nos quiere contar. Si en 2017, eran los cowboys de rodeo los que se ponían frente a la cámara, en esta ocasión son verdaderos nómadas a los que la directora saca muy buenas interpretaciones, en otro aspecto de su descomunal talento, el cual me tiene hablando sólo por las noches.

En definitiva, "Nomadland" es una de las mejores experiencias que he tenido en una sala de cine, un torrente de emoción y talento, en el que además se nos cuenta una historia que merece la pena conocer. Sinceramente, desde John Ford no había visto a nadie controlar la posición de la cámara en exteriores al nivel de como Chloé Zhao lo consigue en esta película. No puedo si no recomendar a todo el mundo que deje a un lado, aunque sea por un día, todas esas obligaciones que nos hemos construido para llenar nuestra vida y se introduzca durante dos horas en una autocaravana que circula a lo largo de territorio norteamericano.

Gabriel Menéndez Piñera
Historiasdelceluloide.elcomercio.es
9
23 de abril de 2021
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta científicamente imposible que no me calara “Nomadland”, probablemente la única apuesta con una dosis suficiente de dignidad como para poder haber sido nominada a los Oscars principales desde mi personal criterio. Las demás, es obvio que son hijas del páramo pandémico en el que todos estamos sumidos.

Una cinta, en cualquier caso, que está diseñada para que me atrapara de principio a fin, puesto que presenta un formato de road movie (mi género favorito) y un aroma perpetuo a neowestern existencialista, y que se empeña en mostrar dos cosas que me atrapan necesariamente: la narración del reverso más terrorífico y ominoso del sueño americano (los que el sistema apartó definitivamente de la rueda del éxito) y la superioridad de la naturaleza sobre el ser humano, infinitamente más bella, más auténtica y más sabia. Mi amor por la naturaleza crece por días de forma inversamente proporcional al asco y odio que me produce el ser humano. La misantropía como una forma de subsistencia que procuro practicar a diario y cada día con más fe y devoción.

Siguiendo el reconocible estilo de su autora, pero en esta ocasión con una cinta que presenta un mayor calado y profundidad que en su anterior entrega ("The rider"), “Nomadland” nos asoma al abismo insondable de los que han perdido su trabajo, su casa y su vida y que sobreviven en constante nomadismo sobre furgonetas viejas adaptadas para ser su hogar.

Una insuperable Frances McDormand interpreta a una mujer que se va acercando peligrosamente a la vejez y que sobrevive mediante duros trabajos esporádicos o temporales, esos puestos de trabajo que nadie quiere y que quedan para quienes están tocando fondo definitivamente, tras haber cerrado la fábrica que sostenía a su pueblo, en consecuencia haberse abandonado la localidad íntegramente y haber perdido a su marido. Todo lo que le queda en la vida es una vieja furgoneta destartalada, algunos platos de una vajilla que le legó su abuela y un vacío insondable por delante.

Pero ella, paradójicamente, también está llena de curiosidad por saber que habrá en el siguiente episodio, que tendrá por delante la vida, y ha decidido de forma inapelable descubrir la belleza de la libertad y de los espacios abiertos de los USA donde va aparcando su furgoneta para paladear cada instante y para compartir sensaciones y vivencias con otros que igualmente circulan de un lado para otro a lo largo y ancho de tan extenso país en sus mismas condiciones de desarraigo total y pobreza latente.
Un guión preciosamente minimalista de los que a mí me embaucan en el que parece que pasan muy pocas cosas pero que en realidad se transparenta todo lo que es la vida, una dirección de fotografía portentosa de Joshua James Richards (la más llamativa baza del film), unos paisajes norteamericanos a cielo abierto ante los que resulta imposible no caer enamorado, una música que pudiera ser realmente el gran factor que eleva la película firmada por Ludovico Einaudi, una Frances McDormand como siempre, o sea, perfecta de principio a fin sosteniendo en los primeros planos de su rostro todas y cada una de las escenas de la película y una sensación de que los invisibles deben ya ocupar su lugar delante de la pantalla para entender que en absoluto es oro todo lo que reluce y que, tras los USA que nos han querido vender, hay una trastienda pavorosa.

Un único defecto, una única excepción: que en algunos momentos de su metraje pudiera parecer que estos nómadas perpetuos hubieran elegido libremente esa forma de vida. Nada más lejos de la realidad: viven como viven, para lo bueno y para lo malo, por un sistema que los ha expulsado y los ha escupido fuera del mundo real, donde estorban y son incómodos.
9
29 de septiembre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día falta poco para que ir al McDonals o al Burger tenga una connotación política, o echarle ketchup o mahonesa, cualquier chorrada ya está impregnado no de política, de conmigo o contra mí. Yo tenía ganas de ver algún culpable en la peli, responsabilizar de algo a alguien, al sistema, a las facturas, a los bancos, a las multinacionales, a algo, pero no. La película, si eres capaz de adaptarte a su ritmo, te mece en esa sensación conciliadora que te arrebata las ganas de buscar culpables. El ritmo también es cierto, no es apto para todos los públicos pero yo llegué a leer hasta cuatro libros de Proust por lo que no sé si cuento. Pero merece la pena verla sin prejuicios, sin prisas y sin nada que moleste, para dejarse llevar.
8
3 de octubre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia de un duelo, de una mujer valiente pero real, confundida, sin certezas: humana.
La película es lenta pero eso logra que se le dé más énfasis a la profundidad de los diálogos.
Los diálogos son profundos, cotidianos, emocionales y todos los personajes atraviesan un proceso de duelo o de dolor pero ninguna narrativa es lastimera, reflejan lo más íntimo de cada uno.
Un relato íntimo del dolor, sanación, y de la soledad.
8/10
9
4 de octubre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún estoy sorprendido por la puntuación tan baja de esta película en esta página.
Quizás si Nomadland no hubiera ganado el oscar a la mejor película, no se hubieran acercado a ella miles de personas cuyas expectativas, parece ser, no han sido satisfechas.

No soy un gran amante del cine indie ni del cine “arty” en particular. Creo que hay mucho impostor rodando tonterías vacías con ínfulas de introspección trascendente, pero también creo, sin embargo, que hay cineastas con cosas bonitas que contar y que además saben como hacerlo. Es decir, intento no acudir a ninguna película con prejuicios demasiados férreos, ni en un sentido ni en otro.

Dicho esto, es inevitable dejarte guiar por tus gustos a la hora de seleccionar en que producto inviertes tu tiempo. Nomadland no era a priori una película en la que quisiera invertir mi tiempo. La campaña de marketing orquestada alrededor del film, vendiéndolo como un alegato anticapitalista y de denuncia social, me generaba una pereza tremenda. Craso error. Nomadland no va de eso, por mucho que esté inspirada en un libro que sí va de eso.
Porque es cierto que Nomadland expone una realidad social, al menos de cierta parte (minoritaria) de la sociedad americana que viven en furgonetas, caravanas y que se mueven itinerantes por el país de las oportunidades. Sin embargo, esa “realidad” no es más que un lienzo sobre el que se pinta una historia que nada tiene que ver con el nomadismo ni la denuncia social (como queda reflejado en varios detalles reveladores de la película que comento en el spoiler).

“Nomadland” no es un relato de nómadas, aunque la película nos hable de una nómada. “Nomadland” es un relato desgarrador sobre la tristeza, la soledad, el paso del tiempo, la vejez y la nostalgia.
Hacía mucho tiempo que una película no me conmovía tanto, que no conectaba tanto con una historia como he conectado con la historia de Fern, una mujer golpeada por la crisis económica, que ha tenido que marcharse del pueblo en el que fue feliz, pero sobre todo y la figura que termina emergiendo sobre el fondo, es la historia de una mujer que ha perdido al amor de su vida y que sigue sin superar ese dolor insoportable.
“Nomadland” es la historia de una mujer que lleva a rastras, el peso de vivir una vida sin aquello que le daba un sentido. Y esa realidad emocional, plasmada en una actuación colosal de Frances McDormand, es el alma de la película.

Técnica y narrativamente “Nomadland” es una auténtica delicia. Hay ciertas secuencias que son, sencillamente, poesía visual y que en un sentido estético y sensitivo me han recordado al cine de Malick. Pero mientras que en Malick solo veo pretenciosidad y preciosismo hueco, en Zhao veo hondura y lirismo. No hay nada que sobre en la película y esos atardeceres, esos paisajes, esos árboles y esos planos de carreteras desiertas nos están describiendo el alma de una mujer rota.

Cabe mencionar también la increíble y desgarradora banda sonora de Ludovico Einaudi, que potencia de manera bellísima ciertos momentos en donde es imposible no conmoverse.

Nomadland es una película de una belleza triste y casi dolorosa. Una de esas películas que te reconcilian con el séptimo arte como un vehículo de transmisión de empatía y honesta humanidad.

Imprescindible
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- No veo muy plausible que Amazon (probablemente el mayor símbolo del capitalismo y del comercio global del siglo XXI) preste sus instalaciones a una película en donde se critique el capitalismo y sus efectos devastadores en la vida de las personas. No tiene mucho sentido, verdad? No lo tiene porque Nomadland no va de eso, de hecho, Fern habla muy bien de Amazon en la película, se la ve feliz cuando está trabajando allí y además comparte con otros personajes lo bien que la pagan.

- Es cierto que Fern pierde su casa porque la fábrica que sostenía al pueblo donde vivían desaparece. Pero es Fern quien decide llevar una vida nómada. Hay al menos dos momentos más que evidentes en donde esto se pone de manifiesto: La conversación con su hermana (que vive en un casoplón y a la que no le va nada mal) y toda la parte que pasa en la casa de David Strathairn y como huye de la posibilidad de establecerse.

- ¿Qué pensaríamos de esta película si la protagonista en vez de tener 60 años, tuviera 25? Una chica joven moviéndose en furgoneta por unos lugares preciosos, sin problemas para encontrar trabajos temporales que le permitan seguir viajando, conociendo gente superagradable, conociendo a un chico majo e interesante que se enamora de ella…
¿Verdad que sería una película diferente? Lo sería porque lo importante de Nomadland no es lo que pasa afuera, ni las furgonetas, ni las carreteras, ni la vida nómada, ni el capitalismo, lo importante es lo que le está pasando dentro a Fern, en esa huida o búsqueda de un alma rota (preciosa la escena de los platos y de cómo intenta recomponerlos).

- Esa conversación final con Bob donde ambos comparten su sufrimiento y lo que les mantiene vivos.

- Esa escena de ella, volviendo al lugar donde fue feliz, volviendo a recordar los días que no volverán pero que la acompañarán siempre allá donde vaya.
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