La profesora de piano
2001 

7.3
24,415
23 de agosto de 2022
23 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacer una crítica de esta película es algo realmente complicado porque la historia es tan truculenta, tan disparatadamente macabra, provocadora, retorcida, burda, pornográfica, etc., no sé qué más calificativos puedo añadir; que te oculta el resto, lo que es verdaderamente el Cine.
Para que nos entendamos, se trata de la historia de una respetable profesora de música, de un Conservatorio Superior, que bajo su apariencia esconde a una enferma mental, una auténtica psicópata sexual, con comportamientos delictivos, por no decir criminales. Asistimos a todo un desfile de conductas demenciales, a cual más vulgar, enfermiza, perversa y chabacana. Si no fuera porque las escenas sexuales no son explícitas, uno pensaría que estamos ante cine porno.
En consecuencia no puedo estar de acuerdo con que la interpretación de Isabelle Huppert sea excepcional porque algo tan extremadamente exagerado y enfermizo lo puede hacer cualquiera. Basta con estar seria casi todo el rato, que es lo que realmente hace. No es una mala interpretación, pero sin exagerar. Mucho mejor, más contenido, difícil y expresivo, me parece el papel de madre, de Annie Girardort.
Con respecto a la producción hay poco que decir, la película recurre a los espacios reales y transcurre en espacios muy reducidos. Trata de situarnos en una sociedad burguesa, acomodada, decadente y conservadora; y lo consigue sin grandes complicaciones.
Dicho todo lo anterior, la dirección hace un despliegue fascinante para mostrarnos estas situaciones (conductas) a través de un lenguaje cinematográfico muy personal; con inquietantes planos, enfoques, encuadres, etc. Muy contenida, algo lenta pero de una tensión hipnótica, jugando con los silencios. Para mí ha sido lo mejor, con diferencia, de toda la película.
Y volviendo al principio, utilizando un símil culinario, esta película es como un guiso, cargado hasta las trancas y a lo loco, de sal, de especias y de picantes; da igual el resto de los ingredientes, es imposible que esté soso y que no sepa a nada; otra cuestión es que te guste. Con estos ingredientes uno se come el papel del periódico y encima le sabe bien.
Para que nos entendamos, se trata de la historia de una respetable profesora de música, de un Conservatorio Superior, que bajo su apariencia esconde a una enferma mental, una auténtica psicópata sexual, con comportamientos delictivos, por no decir criminales. Asistimos a todo un desfile de conductas demenciales, a cual más vulgar, enfermiza, perversa y chabacana. Si no fuera porque las escenas sexuales no son explícitas, uno pensaría que estamos ante cine porno.
En consecuencia no puedo estar de acuerdo con que la interpretación de Isabelle Huppert sea excepcional porque algo tan extremadamente exagerado y enfermizo lo puede hacer cualquiera. Basta con estar seria casi todo el rato, que es lo que realmente hace. No es una mala interpretación, pero sin exagerar. Mucho mejor, más contenido, difícil y expresivo, me parece el papel de madre, de Annie Girardort.
Con respecto a la producción hay poco que decir, la película recurre a los espacios reales y transcurre en espacios muy reducidos. Trata de situarnos en una sociedad burguesa, acomodada, decadente y conservadora; y lo consigue sin grandes complicaciones.
Dicho todo lo anterior, la dirección hace un despliegue fascinante para mostrarnos estas situaciones (conductas) a través de un lenguaje cinematográfico muy personal; con inquietantes planos, enfoques, encuadres, etc. Muy contenida, algo lenta pero de una tensión hipnótica, jugando con los silencios. Para mí ha sido lo mejor, con diferencia, de toda la película.
Y volviendo al principio, utilizando un símil culinario, esta película es como un guiso, cargado hasta las trancas y a lo loco, de sal, de especias y de picantes; da igual el resto de los ingredientes, es imposible que esté soso y que no sepa a nada; otra cuestión es que te guste. Con estos ingredientes uno se come el papel del periódico y encima le sabe bien.
10 de septiembre de 2007
10 de septiembre de 2007
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
* He de reconocer que poco he visto de la llamémosle “primera etapa” de Haneke, antes del gran impacto que causara con “Funny Games”, pero si que he visto todas sus obras posteriores, y “La Pianista” destaca de forma evidente dentro de esta “segunda etapa”. No digo esto refiriéndome a mis preferencias en ese intervalo que va de “Funny Games” a “Caché”, sino respecto al propio planteamiento del film. Es el mismo estilo frío y sobrio, pero entre esas cinco películas solo esta se centra de forma tan contumaz en el retrato y desarrollo de uno de los personajes protagonistas.
* La cinta nos expone las trabas socio-emocionales del personaje de Erika, y no diserta tanto sobre negativas y crípticas problemáticas psicosociales. Se muestra el conflicto que una persona mantiene con su entorno, propiciado por su propia naturaleza emocional; no arremete contra censurables aspectos de nuestra psique. Se tratan, como en otras películas de este director, los insorteables obstáculos a la armonía en las relaciones humanas, pero la mirada que se lanza sobre los personajes, al menos sobre uno de ellos, aunque triste y desesperada, es más comprensiva de lo normal en Haneke, aunque no amable, lo cual no parece tener cabida en sus trabajos.
No se nos habla del pasado de Erika, interpretado por Isabelle Huppert de forma aniquiladora, pero viendo las circunstancias actuales del personaje se puede aventurar como su experiencia la ha ido transformando en el ser supuestamente impasible e inescrutable que es hoy.
* La cinta nos expone las trabas socio-emocionales del personaje de Erika, y no diserta tanto sobre negativas y crípticas problemáticas psicosociales. Se muestra el conflicto que una persona mantiene con su entorno, propiciado por su propia naturaleza emocional; no arremete contra censurables aspectos de nuestra psique. Se tratan, como en otras películas de este director, los insorteables obstáculos a la armonía en las relaciones humanas, pero la mirada que se lanza sobre los personajes, al menos sobre uno de ellos, aunque triste y desesperada, es más comprensiva de lo normal en Haneke, aunque no amable, lo cual no parece tener cabida en sus trabajos.
No se nos habla del pasado de Erika, interpretado por Isabelle Huppert de forma aniquiladora, pero viendo las circunstancias actuales del personaje se puede aventurar como su experiencia la ha ido transformando en el ser supuestamente impasible e inescrutable que es hoy.
23 de octubre de 2006
23 de octubre de 2006
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una excelente recomendación. No sólo por su atractivo poderoso y agresivo, sino por las estupendas interpretaciones, por un guión valiente (basado en la novela de Elfriede Jelinek, premio Nobel austríaca) y por varios silencios atronadores. Si te ha gustado, te gustará 'Hundstage', de Ulrich Seidl.
5 de marzo de 2016
5 de marzo de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Pianista, más que una película, es una puñalada directa en mi corazón, pues me duele en lo más hondo de mí misma. Es una obra artística que he amado, amo y amaré toda mi vida por atreverse a mostrar de la forma más cruda, seria, comprometida y realista nuestra esencia autodestructiva. Es un milagro cinematográfico, todo un acontecimiento.
El personaje de Erika Kohut está enfermo, sí, es extremo y va al límite de la autodestrucción ,sí, pero no nos engañemos, su problema no está tan alejado del nuestro, pues tiene buena parte de la esencia humana, la cual tiene luces pero también tiene sombras, y no podemos explicarnos porqué pero en muchas ocasiones nos llevan a lastimarnos con saña a nosotros mismos. Este filme me produce muchísima lástima, porque lo que veo lamentablemente es real.
La dirección de Michael Haneke (en toda su filmografía, pero sobre todo en esta cinta) no tiene reservas, lo muestra todo sin remilgos, sin trampas y sin distracciones. Es directa y fría como una puñalada, pero como una puñalada no deja impasible y tiene sus consecuencias.
Sorprendentemente La Pianista es una adaptación de una novela de Elfriede Jelinek, también llamada La Pianista, que me leí con muchas expectativas tras ver el filme, pero he de reconocer que no me gustó nada, me defraudó totalmente, con narradora insoportable que critica todo el tiempo a la protagonista y a su madre, haciendo unos juicios, en general, de vergüenza ajena, me pareció burda y poco sensible, aparte de restarle verosimilitud todo el tiempo al libro. No me dejaba espacio para mi propia visión de lo que leía, al leer me salía de dentro una voz interna que clamaba ''¿Quiere dejar que sea el lector o la lectora quien juzgue o critique a los personajes si le apetece y de la forma que le apetezca?... Porque para soltar tanta falacia y verter semejante basura sobre ellos...
De verdad, qué tipo de narración tan desagradable, y con ello qué imparcial, injusta, falsa y arbitraria parece la escritora. Es cierto que es un libro del 83, pero ¿y, qué? Haneke logra aquí lo imposible, hacer de un fraude literario, en mi opinión, una adaptación cinematográfica gloriosa, aportando a la historia de base una absoluta complejidad e imparcialidad, una sensibilidad e inteligencia tanto emocional como psicológica increíble, y sobra decir que logra finalmente una obra mucho más realista y elevada, pero tanto es así que se marca una obra prodigiosa. Nada que ver.
Hablar de La Pianista de Haneke es hablar de unas de las películas más crudas, insondables, inquietantes y humanas de la historia del cine. Es todo un viaje a los lugares más oscuros del ser humano, representados por una mujer que tanta desolación me transmite durante (y mucho después) del film.
La malsana relación que tiene con su madre, la malsana relación que tiene con sus alumnos/as en el conservatorio y la malsana relación que tiene consigo misma son enfrentadas desde personalidades completamente opuestas, resultando su personaje del todo complejo y enfermizo.
La música (el arte por excelencia) es la coprotagonista del film, pues representa la luz en mitad de la oscuridad, es el talento de su protagonista, su parte más bella y elevada (al igual que ella todas las personas tenemos la nuestra propia).
La película toca techo a casi todos los niveles, es casi a lo más alto a lo que una película (que pretende ser artística y no comercial) puede aspirar.
¿Qué puedo decir de su actriz protagonista Isabelle Huppert y no quedarme corta? Sencillamente su interpretación en La Pianista me parece una de las tres mejores de la historia del cine. Lo que hace este prodigio de actriz, aparte de ser absolutamente insólito por el talento sin límites que demuestra, es mostrarnos una valentía fuera de serie. Bastantes actrices grandes y respetadas no hubieran aceptado un personaje así, pues es mostrado desde las entrañas, y se han de tomar verdaderos riesgos.
Para interpretar un personaje tan extremo como el de Erika Kohut no es suficiente ser una gran actriz, se ha de ser verdaderamente prodigiosa como Isabelle. Su actuación es quizás la más perturbadora, oscura, profunda y demente que se haya realizado en el cine. Sin palabras lo que esta mujer transmite en esta cinta.
Annie Girardot y Benoìt Magimel están soberbios en sus difíciles y complejos personajes.
Michael Haneke, uno de mis directores predilectos y todo un portento del cine, firma esta obra, la que para mí es (y eso que tiene grandísimas obras) la más excelsa de toda su carrera.
Spoiler:
El personaje de Erika Kohut está enfermo, sí, es extremo y va al límite de la autodestrucción ,sí, pero no nos engañemos, su problema no está tan alejado del nuestro, pues tiene buena parte de la esencia humana, la cual tiene luces pero también tiene sombras, y no podemos explicarnos porqué pero en muchas ocasiones nos llevan a lastimarnos con saña a nosotros mismos. Este filme me produce muchísima lástima, porque lo que veo lamentablemente es real.
La dirección de Michael Haneke (en toda su filmografía, pero sobre todo en esta cinta) no tiene reservas, lo muestra todo sin remilgos, sin trampas y sin distracciones. Es directa y fría como una puñalada, pero como una puñalada no deja impasible y tiene sus consecuencias.
Sorprendentemente La Pianista es una adaptación de una novela de Elfriede Jelinek, también llamada La Pianista, que me leí con muchas expectativas tras ver el filme, pero he de reconocer que no me gustó nada, me defraudó totalmente, con narradora insoportable que critica todo el tiempo a la protagonista y a su madre, haciendo unos juicios, en general, de vergüenza ajena, me pareció burda y poco sensible, aparte de restarle verosimilitud todo el tiempo al libro. No me dejaba espacio para mi propia visión de lo que leía, al leer me salía de dentro una voz interna que clamaba ''¿Quiere dejar que sea el lector o la lectora quien juzgue o critique a los personajes si le apetece y de la forma que le apetezca?... Porque para soltar tanta falacia y verter semejante basura sobre ellos...
De verdad, qué tipo de narración tan desagradable, y con ello qué imparcial, injusta, falsa y arbitraria parece la escritora. Es cierto que es un libro del 83, pero ¿y, qué? Haneke logra aquí lo imposible, hacer de un fraude literario, en mi opinión, una adaptación cinematográfica gloriosa, aportando a la historia de base una absoluta complejidad e imparcialidad, una sensibilidad e inteligencia tanto emocional como psicológica increíble, y sobra decir que logra finalmente una obra mucho más realista y elevada, pero tanto es así que se marca una obra prodigiosa. Nada que ver.
Hablar de La Pianista de Haneke es hablar de unas de las películas más crudas, insondables, inquietantes y humanas de la historia del cine. Es todo un viaje a los lugares más oscuros del ser humano, representados por una mujer que tanta desolación me transmite durante (y mucho después) del film.
La malsana relación que tiene con su madre, la malsana relación que tiene con sus alumnos/as en el conservatorio y la malsana relación que tiene consigo misma son enfrentadas desde personalidades completamente opuestas, resultando su personaje del todo complejo y enfermizo.
La música (el arte por excelencia) es la coprotagonista del film, pues representa la luz en mitad de la oscuridad, es el talento de su protagonista, su parte más bella y elevada (al igual que ella todas las personas tenemos la nuestra propia).
La película toca techo a casi todos los niveles, es casi a lo más alto a lo que una película (que pretende ser artística y no comercial) puede aspirar.
¿Qué puedo decir de su actriz protagonista Isabelle Huppert y no quedarme corta? Sencillamente su interpretación en La Pianista me parece una de las tres mejores de la historia del cine. Lo que hace este prodigio de actriz, aparte de ser absolutamente insólito por el talento sin límites que demuestra, es mostrarnos una valentía fuera de serie. Bastantes actrices grandes y respetadas no hubieran aceptado un personaje así, pues es mostrado desde las entrañas, y se han de tomar verdaderos riesgos.
Para interpretar un personaje tan extremo como el de Erika Kohut no es suficiente ser una gran actriz, se ha de ser verdaderamente prodigiosa como Isabelle. Su actuación es quizás la más perturbadora, oscura, profunda y demente que se haya realizado en el cine. Sin palabras lo que esta mujer transmite en esta cinta.
Annie Girardot y Benoìt Magimel están soberbios en sus difíciles y complejos personajes.
Michael Haneke, uno de mis directores predilectos y todo un portento del cine, firma esta obra, la que para mí es (y eso que tiene grandísimas obras) la más excelsa de toda su carrera.
Spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena auto lesionándose la vagina con una cuchilla, y la que está con la madre en la cama y la besa y mete mano (entre otras escenas bestias de esta película) me parece dos de las secuencias más valientes que haya visto en el cine jamás.
8 de julio de 2010
8 de julio de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una diferencia sustancial entre el cine norteamericano (estadounidense específicamente) y el europeo o el mal llamado culto o de autor. La diferencia radica principalmente en que en las primeras la película empieza, se desarrolla y termina. Cuando uno ve "La pianista" inmediatamente recuerda "Buscando a Mr. Goodbar" y no por las perversiones sino por los miedos y atavismos de las protagonistas, pero resuelta ágil y coherentemente en la de Brooks.
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