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Pompeya

Aventuras. Drama Pompeya, año 79 d.C. Milo (Kit Harington), un esclavo convertido en gladiador, ve cómo a su amor, la joven Cassia (Emily Browning), la obligan a prometerse con Corvus (Kiefer Sutherland), un corrupto senador. Cuando el Vesubio entra en erupción amenazando con destruirlo todo, Milo intentará salvarla... mientras todo se derrumba. (FILMAFFINITY)
Críticas 112
Críticas ordenadas por utilidad
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6
3 de mayo de 2014
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bien conocido por la saga resident evil, alien vs predator y posteriormente con los mosqueteros, Paul W.S. Anderson se ha convertido en cierto referente de la ficción controlada en donde sus películas destacan en lo visual , pero que deja en lo tópico todos lo demás, y Pompeya, no iba a ser a excepción .

Pompeya arranca bien, poniéndonos en situación ràpidamente, con unos planos bastante buenos, una ambientación correcta y una recreación bastante aceptable y que según avanza nos enseña que su punto fuerte será la parte técnica, como es normal en este tipo de películas, con unas secuencias visuales entretenidas, con una fotografía, también bastante acertada y con un desarrollo de los hechos, entretenido que hace que la cinta no se vuelva lente en ningún momento y que según pasan los minutos, todo se agrava mas y mas, hasta desembocar en un espectáculo visual que hace que valga la pena su visualización, y hasta aquí se puede decir que es todo lo positivo de la cinta, que por otro lado no es poco, muchas se quedan en la primera línea.
Por contra, lo primero que hace que la historia nunca cuaje es el estereotipo de su personaje principal, que provoca desde su primera aparición se sepa como va a avanzar en la historia no logrando en ningún momento establecer ningún tipo de vínculo con el espectador, ya que lo tópico de su personaje hace que toda la película queda empequeñecida, y si a esto le sumamos la historia de chico conoce a chica y todo lo que ello conlleva la película, su argumento y todo en lo que se tiene que sostener, se vaya derrumbando hasta darnos con un final con la etiqueta de americanada .
Sus interpretaciones, están ligadas en parte al personaje y como los personajes carecen de poder empático, sus trabajos quedan mermados, no llegando ninguno de ellos a satisfacer a un público que está cansado de ver lo mismo pero con distinto nombre.

Como conclusión se puede decir, que la película merece la pena verla únicamente por el tema técnico, todo lo demás queda unido por el tópico de género que más cansado estamos de ver.

Lo mejor: Su recreación
Lo peor: Su reparto al completo, por no negarse a repetir lo que tanto nos aburre.

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5
6 de marzo de 2014
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta cuanto menos curioso que Kit Harington haya pasado de una serie con fascinantes y complejos personajes y multitud de sorpresas argumentales como Juego de Tronos a una de las películas más planas, descaradamente tópicas y faltas de alma que se recuerdan. Porque eso es Pompeya.
Ojo, al César hay que darle lo que es del César (nunca mejor dicho). Tampoco es tan mala como se está diciendo. De hecho, no es mala en absoluto si no se le piden peras al olmo. Primero porque es una película de Paul W.S. Anderson, lo cual ya debería dar una idea al respetable de que no va a ser una obra maestra de la inteligencia fílmica, y segundo porque sus únicos propósitos es entretener y epatar con los efectos visuales, y eso lo consigue de sobra. Se pasa volando gracias a su ajustado metraje y la media hora final de destrucción es una secuencia ciertamente atractiva en lo visual.
Lo que sí es Pompeya es una película, como se decía antes, sin alma, sin ninguna capacidad de emocionar y que plagia sin pudor miles de cosas de otras muchas películas previas y especialmente de Gladiator. Todo es un dejà vu inmenso, todo lo hemos visto ya anteriormente y desde luego que lo hemos visto mejor. La película avanza sin que haya ningún espacio ya no para la sorpresa (todo es de un tópico que asusta) sino para la emoción. Mueren personajes a porrillo y da prácticamente igual, porque sus historias y sus sentimientos son de cartón piedra, hechos con la fotocopiadora de las fórmulas populares mil veces vista (chico pobre y esclavo se enamora de chica rica, malvado quiere casarse con la chica y encima es protagonista de un hecho dramático en la vida del chico pobre, amigo del chico pobre que al principio es enemigo y poco a poco se convierte en aliado... ¿sigo?) y esta vez la flauta no ha sonado. entre los actores, Kiefer Sutherland no parece saber muy bien dónde está, así como tampoco Emily Browning (¿por qué tiene esa cara de alucinada todo el rato?), mientras Harington hace lo que puede con un personaje principal, Milo, absolutamente pírrico (atención al cara a cara final con Sutherland y como el inglés intenta insuflar algo de vida a esas frases ampulosas). Las únicas alegrías son Jared Harris y la siempre interesante Carrie-Anne Moss (qué lejos queda Matrix, aun así), que tienen a su cargo los únicos personajes que inspiran algo de conmiseración en el espectador.
En definitiva, una película de aprobado raspado porque cumple con lo que se había propuesto, pero que hubiera podido estar mucho mejor a poco que se hubiese cuidado más el aspecto emocional.

Lo mejor: La última media hora.
Lo peor: Mucho ruido y pocas nueces. Tal cual.
2
3 de agosto de 2014
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas de las conclusiones a las que he llegado tras el visionado de esta película, y que me gustaría compartir con los responsables de la cinta:

- Paul Anderson: Esta película parece dirigida por un niño de 15 años, y escrita por uno de 12. Al menos las de Resident Evil eran graciosas. Esta mezcla de Gladiator con Vulcano produce verguenza ajena. Mi conclusión: debería hablar con sus camellos, no le están pasando un buen producto.

- Guionistas: El guión aparece firmado por 4 personas. ¿De verdad hacen falta 4 personas para escribir este pedazo de truño? Mi conclusión: son los 4 camellos de Paul Anderson.

- John Nieve: Posiblemente tenga un nombre, pero para mí es John Nieve. Veo que ha trabajado mucho los abdominales, no estaría de más que trabajase también la elección de guiones. Mi conclusión: le auguro una carrera corta y un pasaje en la Isla de los famosos 2017, versión británica.

- Kiefer Sutherland: ¿Necesitaba pasta? Y en caso afirmativo, ¿la consiguió rodando este bodrio? Este pobre no levanta cabeza desde 24 y rodando basura como ésta no volverá a hacerlo jamás. Mi conclusión: se apuntó porque debe pagar la hipoteca de varios palacetes, a lo Nicolas Cage.

- Trinity: Ella parte con una ventaja respecto a Kiefer: no tiene ninguna carrera cinematográfica que destruir. Podría rodar la secuela de Pompeya el año que viene y su carrera no se vería afectada. Mi conclusión: Saldrá en Pompeya II, y habrá un tornado.

- Ella: No recuerdo su nombre, ni tengo intención de averiguarlo. Antes al menos Anderson tenía la decencia de incluir a su mujer, Milla Jovovich, en el reparto de sus películas. En esta ocasión la sustituye por esta alma en pena con orejas de soplillo. Lamentable. Mi conclusión: Paul y Milla tienen una crisis de pareja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Algunas perlas:

- La escena en que deciden representar en el circo la victoria del Senador contra los celtas no puede estar más copiada de Gladiator.

- El negro salvando a una madre y su hija, para luego abandonarlas e irse por patas ¿?

- Cuando John Nieve y el negro vuelven al circo, hay romanos patrullando en las catacumbas. ¿Estaban dormidos mientras el volcán explotaba y medio circo se derrumbaba?
3
29 de abril de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el paso de los años haciendo críticas de cine -y, ay, más de los que quisiera reconocer...- uno termina por desarrollar una especie de sexto sentido de cómo van a ser las películas. Este olfato que desgraciadamente he llegado a tener, termina por impedirme disfrutar con cierta virginidad e ingenuidad el visionado de una película que pudiera apetecerme... para bien o para mal. Quiero decir con esto, que con esta "Pompeya", aunque mi sentido de crítico me indicaba que me iba a encontrar con una porquería muy bien producida, tenía algunas esperanzas (más que nada porque me gustan las películas de romanos -sin que sirva de cachondeíto, que ya nos conocemos...- y porque estaba mi querido Jack Bauer (esto es, Kiefer Sutherland) en el reparto). Pero al final he tenido que darle la razón a mi sentido de crítico, porque me he encontrado con una de las peores películas que he visto en mucho tiempo.
Vale, Anderson no es ninguna lumbrera, y su trayectoria como director deja bastante que desear -su mayor logro fue hacer en 1997 "Horizonte final", pero entre las porquerías que ha firmado como director se encuentran "Resident Evil", "Alien Vs Predator", "Mortal Kombat"-, pero por lo menos podría haberse currado un poquito más un guión tan tópico, tan estúpido, tan previsible, tan ridículo... que no tiene absolutamente ningún interés: desde el minuto uno sabemos perfectamente qué es lo que va a pasar, y lamentablemente, todo pasa. Dejando a un lado la trama -que resulta aproximadamente de la misma complejidad que un cortometraje de Disney-, los personajes son aún más planos, más esquemáticos, más maniqueos, manidos... y lo que es peor, absurdos: el protagonista, que resulta ser un esclavo celta cuya tribu ha sido exterminada por las legiones romanas se convierte en Gladiador, es un chavalito que ni es rubio -como los celtas-, ni tiene una abultada musculatura -como cualquier guerrero de la arena, que le pregunten a Russell Crowe...-. La protagonista, que es una bella romana de la alta aristocracia, ni es bella, ni tiene el glamour de una Patricia Romana -más bien parece una freganchina de cualquier parte-. Y esta imposible historia de amor se desarrolla en el preámbulo de lo que sería una de las hecatombes mayores de la historia de la humanidad, esto es, la erupción del Vesubio que arrasaría Pompeya.

Argumentalmente, son los mismos mimbres de "Titanic", solo que infinitamente peor hecha. Y no por los medios técnicos, que son muy espectaculares y alucinantes, sino porque es una historia estúpida, poco creíble, ridícula... y puesta al servicio de unos impresionantes efectos especiales, que si encima la ves en 3D, son para alucinar. Hemos llegado pues, a algo que yo ya temía secretamente, y que se ha terminado de cimentar: que el cine se ha convertido en un espectáculo de un parque temático, cuyo único interés es ver lo bien que están hechos los efectos visuales en un cine de tres dimensiones. O sea, como un espectáculo barato de feria (bueno, más bien caro, que este engendro ha costado la friolera de 100 millones de dólares), al igual que hacían los Hermanos Lumière en sus barracas. Para eso ha quedado el cine de Hollywood (en muchos casos).

Y es verdad que en algunos momentos, esa espectacularidad termina por envolverte, a base de llamas impresionantes, carreras imposibles, peleas de gladiadores en la arena (resulta increíble que un señor que ha dirigido las películas de la franquicia de "Resident Evil" aún no sepa rodar una buena pelea de dos hombres con espadas...), pero todas esas sensaciones, emociones... se diluyen cuando alguien dice una estúpida línea de diálogo, y todo se te viene abajo, aburriéndote soberanamente. Es inconcebible que un juguete tan caro como este, llegue a resultar tedioso. Pues señores, es así. No hay por donde cogerla, y mira que a mí me gustan las películas de romanos... -sí, volvemos a dejar en cachondeíto a parte-.
6
29 de abril de 2014
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizare un símil para describir la última película de Paul W.S. Anderson un director conocido sobre todo por la saga de “Resident Evil” y es que “Pompeya” es como un Frankenstein, es una película compuesta por trozos de muchas otras, cogemos parte de la historia y los combates de “Gladiator”, la historia de amor de los protagonistas de “Titanic” y la erupción del volcán de “Volcano” o de “Un pueblo llamado Dantes Peak” todo esto lo unimos y tenemos “Pompeya” así de simple y claro.

No ayuda tampoco el hecho de que su protagonista un joven Kit Harington (más conocido por todos como John Nieve de “Juego de tronos”) este sea su primer papel protagonista y se le vea algo perdido y falto de carisma mientras que otros actores secundarios con más experiencia como Kiefer Sutherland o Carrie-Anne Moss están algo desaprovechados.

La trama tarda demasiado en llegar a su climax final que sin duda es lo mejor de la película en la que vemos la erupción del Vesubio y un Tsunami en todo su esplendor pero llegados a este punto ya es demasiado tarde y aunque muy espectacular y con unos buenos efectos (sobre todo la escena del Coliseo) sabe a poco.

Por lo que en conjunto tenemos una película entretenida con algún momento puntual muy bueno pero que al verla nos deja con esa sensación de que esto ya lo hemos visto u oído antes casi de manera literal ya que hay frases y escenas casi calcadas de otras, una oportunidad perdida de su director de alejarse de lo hecho últimamente y de traernos algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados.
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