¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú
Comedia. Bélico
Convencido de que los comunistas están contaminando los Estados Unidos, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear sorpresa contra la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de encontrar la fórmula para impedir el bombardeo. Por su parte, el Presidente de los EE.UU. se pone en contacto con Moscú para convencer al gobierno soviético de que el ataque no es más que un estúpido error. Mientras tanto, ... [+]
26 de noviembre de 2015
26 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido una excelente sátira de la "Guerra Fría" y de la posible destrucción de la Tierra, esta vez por nuestra culpa, ya no por ningún Dios ni alienígenas... el apocalípsis postmoderno. Es major que Fail-Safe, aunque la idea sea la misma. Peter Sellers, con sus tres papeles, genial.
26 de diciembre de 2015
26 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién tiene más poder en el mundo? Yo diría –por ahora- que la torpeza, porque como están las cosas, basta que un día cualquiera algún chiflado vuelva a sentirse como Jack D. Ripper, prepotente y exterminador, y decida apretar los botones que conviertan nuestra hermosa tierra en un infernal hongo de humo. Para esto ha servido una parte de la ciencia y es a esto a lo que venimos llamando progreso.
Ha pasado medio siglo desde que, Stanley Kubrick, rodara su magnífica, elocuente y totalmente convincente demostración de los grandes riesgos que corría la humanidad por estar en manos de quienes estaba… ¡y no ha cambiado nada! Cada día crece más y más el auge armamentista. Las naciones más ricas del mundo siguen buscando armas cada vez más poderosas, y la amenaza contra la humanidad pesa cada día, hasta que a alguno de los nuevos megalómanos, se le ocurra meter el dedo donde jamás debería meterlo.
Lo que me resulta plausible en todo esto es que, la mayor parte de los pueblos, sigue viviendo como si nada a la espera simplemente de lo que ha de suceder… como si, en el fondo, presintieran que, en definitiva, Aquel que realmente tiene el poder, sabrá mover sus fichas cuando sea necesario.
En cualquier caso, con suma rigurosidad científica, con un exquisito humor negro y con el más pleno virtuosismo narrativo, Kubrick ha dejado bien, pero bien sembrada, la demostración de que, al no estar nuestro mundo en manos de hombres sensatos, el peligro de aniquilación nos ronda cada día.
¡Como suena de irónica y de absurda aquella frase que leemos primero en la oficina del comandante en jefe, Jack D. Ripper, y que luego vemos en una valla exterior: “LA PAZ ES NUESTRA PROFESIÓN”! ¿Creerá alguien entre nosotros o entre ellos mismos que eso es cierto? Unos países cargados de armas nucleares, de cañones y misiles que, de no usarse acabarían con el mercado, ¿no estarán siendo animados cada día con cualquier pretexto para que entren en guerra? Y los pueblos perderán, hombres y mujeres morirán, la desgracia arreciará en los caminos… pero los fabricantes de armas se harán más ricos cada día… aunque solo sea para eso, para sentir que son más ricos y “poderosos”.
Peter Sellers vuelve a tener con Kubrick una estupenda caracterización triple, y como Lionel Mandrake, el oficial ejecutivo del comandante Ripper, procurará en vano obtener la clave que detendría la locura. Como el presidente Muffley, demostrará que muchos gobiernos se van de besitos mientras sus propios pueblos son aniquilados. Y como el Dr. Strangelove, dejará insinuado que, las pretensiones fascistoides, no han desaparecido todavía del planeta.
Stanley Kubrick vuelve a demostrar que el cine puede ser un Arte.
Título para Latinoamérica: “DR. INSÓLITO”
Ha pasado medio siglo desde que, Stanley Kubrick, rodara su magnífica, elocuente y totalmente convincente demostración de los grandes riesgos que corría la humanidad por estar en manos de quienes estaba… ¡y no ha cambiado nada! Cada día crece más y más el auge armamentista. Las naciones más ricas del mundo siguen buscando armas cada vez más poderosas, y la amenaza contra la humanidad pesa cada día, hasta que a alguno de los nuevos megalómanos, se le ocurra meter el dedo donde jamás debería meterlo.
Lo que me resulta plausible en todo esto es que, la mayor parte de los pueblos, sigue viviendo como si nada a la espera simplemente de lo que ha de suceder… como si, en el fondo, presintieran que, en definitiva, Aquel que realmente tiene el poder, sabrá mover sus fichas cuando sea necesario.
En cualquier caso, con suma rigurosidad científica, con un exquisito humor negro y con el más pleno virtuosismo narrativo, Kubrick ha dejado bien, pero bien sembrada, la demostración de que, al no estar nuestro mundo en manos de hombres sensatos, el peligro de aniquilación nos ronda cada día.
¡Como suena de irónica y de absurda aquella frase que leemos primero en la oficina del comandante en jefe, Jack D. Ripper, y que luego vemos en una valla exterior: “LA PAZ ES NUESTRA PROFESIÓN”! ¿Creerá alguien entre nosotros o entre ellos mismos que eso es cierto? Unos países cargados de armas nucleares, de cañones y misiles que, de no usarse acabarían con el mercado, ¿no estarán siendo animados cada día con cualquier pretexto para que entren en guerra? Y los pueblos perderán, hombres y mujeres morirán, la desgracia arreciará en los caminos… pero los fabricantes de armas se harán más ricos cada día… aunque solo sea para eso, para sentir que son más ricos y “poderosos”.
Peter Sellers vuelve a tener con Kubrick una estupenda caracterización triple, y como Lionel Mandrake, el oficial ejecutivo del comandante Ripper, procurará en vano obtener la clave que detendría la locura. Como el presidente Muffley, demostrará que muchos gobiernos se van de besitos mientras sus propios pueblos son aniquilados. Y como el Dr. Strangelove, dejará insinuado que, las pretensiones fascistoides, no han desaparecido todavía del planeta.
Stanley Kubrick vuelve a demostrar que el cine puede ser un Arte.
Título para Latinoamérica: “DR. INSÓLITO”
9 de agosto de 2016
9 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro Stanley Kubrick nos dejó grandes películas con unas actuaciones formidables y soberbias, y en ésta ocasión la de Peter Sellers no es una excepción, interpretando a tres personajes completamente diferentes, nos dejó maravillados en cualquier momento y nos hizo ver el otro lado de la guerra, una sátira muy bien realizada y poco vista de manera magistral en estos tiempos, en lo personal, ni Eddie Murphy ni Adam Sandler (que ya con mencionarlo es mucho), podrán igualar jamás ésta película. Haberla hecho a blanco y negro fue lo más factible y aceptable de Kubrick, siendo ésta su última película de éste tipo. Un hito en el cine que posiblemente sea recordada por su originalidad y humor, que seguramente la mayoría de los integrantes de las generaciones venideras la verán aburrida por el hecho de tener a algunos pseudo cómicos (véase Mike Myers), personalmente hablando, claro.
En resumen, ésta película nos muestra la genialidad con la que Kubrick podía dirigir diversos géneros sin titubear, con una reflexión muy grande, nos vemos sorprendidos ante un metraje inteligente.
En resumen, ésta película nos muestra la genialidad con la que Kubrick podía dirigir diversos géneros sin titubear, con una reflexión muy grande, nos vemos sorprendidos ante un metraje inteligente.
2 de abril de 2018
2 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas de la historia del cine, eso es "Doctor Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb", título original que, para variar, resulta más acertado.
¿Qué debe tener una película para ser considera como obra maestra? La respuesta fácil sería que se diese una combinación de talento en todos los aspectos que componen la película, como la dirección, guión, casting, interpretación, etc. Y una respuesta algo más profunda sería que para llegar a semejante nivel la obra debe dejar un impacto en su tiempo, que forme parte de la cultura y que sea atemporal para trascender en el tiempo sin quedar anticuada. En este caso se pueden aplicar tanto la primera como la segunda respuesta.
Peter Sellers interpreta tres papeles cada cual mejor que el anterior, el resto del reparto borda cada segundo que está en pantalla. Kubrick se sitúa como uno de los referentes del cine con su puesta en escena y manejo de una sátira caricaturizada pero verosímil. El guión es una obra de arte por sí misma, un cómico surrealismo con profundidad emocional, política y social para todos los gustos. Y el impacto que dejó esta película es incuestionable, a su manera, no hay otra que defina mejor la paranoia vivida durante la Guerra Fría, esa sensación de que si se diesen las circunstancias adecuadas, el planeta entero podía desaparecer por un bombardeo nuclear, de la manera más tonta posible. Y a día de hoy, y seguramente por siempre en el futuro, ese riesgo sigue existiendo.
Una obra maestra del cine donde las haya.
¿Qué debe tener una película para ser considera como obra maestra? La respuesta fácil sería que se diese una combinación de talento en todos los aspectos que componen la película, como la dirección, guión, casting, interpretación, etc. Y una respuesta algo más profunda sería que para llegar a semejante nivel la obra debe dejar un impacto en su tiempo, que forme parte de la cultura y que sea atemporal para trascender en el tiempo sin quedar anticuada. En este caso se pueden aplicar tanto la primera como la segunda respuesta.
Peter Sellers interpreta tres papeles cada cual mejor que el anterior, el resto del reparto borda cada segundo que está en pantalla. Kubrick se sitúa como uno de los referentes del cine con su puesta en escena y manejo de una sátira caricaturizada pero verosímil. El guión es una obra de arte por sí misma, un cómico surrealismo con profundidad emocional, política y social para todos los gustos. Y el impacto que dejó esta película es incuestionable, a su manera, no hay otra que defina mejor la paranoia vivida durante la Guerra Fría, esa sensación de que si se diesen las circunstancias adecuadas, el planeta entero podía desaparecer por un bombardeo nuclear, de la manera más tonta posible. Y a día de hoy, y seguramente por siempre en el futuro, ese riesgo sigue existiendo.
Una obra maestra del cine donde las haya.
21 de febrero de 2021
21 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película de Stanley Kubrick. Es una comedia que no da risa, sino que te deja reflexionando desde el humor. Contextualizada en la guerra fría en 1960. Está cargada de grandes actuaciones, destacándose Peter Sellers, como un científico nazi que ahora trabaja para EEUU, Sterling Hayden como el general Jack Ripper que toma el mando de la base militar y ordena atacar.
La cinta trata sobre los protocolos y preparativos que había planeados en caso de guerra desde los dos contrincantes en lo que fue el conflicto diplomático/no bélico más largo del siglo XX. Un día un general se releva, toma el poder y ordena atacar Rusia. Allí se reunirán las autoridades en cargo para dirimir cómo seguir y contactar a los rusos.
Se debe destacar que luego de su estreno el conflicto internacional duró más de 25 años con sus competencias espaciales, científicas, culturales y hasta olímpicas.
Te dejan tecleando los diálogos, dejándote con una sonrisa de saber que están diciendo algo muy interesante que no se suele decir sobre los conflictos bélicos.
La dirección es perfecta, la búsqueda de la perfección técnica es un clásico de Kubrick. El guion destaca en lograr buenos momentos de tensión y los protagonistas no desentonan.
Quedará para siempre en la memoria la escena que protagoniza el general "king" Kong.
La cinta trata sobre los protocolos y preparativos que había planeados en caso de guerra desde los dos contrincantes en lo que fue el conflicto diplomático/no bélico más largo del siglo XX. Un día un general se releva, toma el poder y ordena atacar Rusia. Allí se reunirán las autoridades en cargo para dirimir cómo seguir y contactar a los rusos.
Se debe destacar que luego de su estreno el conflicto internacional duró más de 25 años con sus competencias espaciales, científicas, culturales y hasta olímpicas.
Te dejan tecleando los diálogos, dejándote con una sonrisa de saber que están diciendo algo muy interesante que no se suele decir sobre los conflictos bélicos.
La dirección es perfecta, la búsqueda de la perfección técnica es un clásico de Kubrick. El guion destaca en lograr buenos momentos de tensión y los protagonistas no desentonan.
Quedará para siempre en la memoria la escena que protagoniza el general "king" Kong.
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