Desde su primera entrega, la serie de películas de John Wick ha llamado la atención del público por su forma de ambientar las actividades criminales. En la primera película, por ejemplo, las sombras de los asesinos estaban enlazadas con una especie de grupo elitista bajo el que se patrocinaban todas las actividades violentas. En esta segunda entrega ocurre algo parecido, salvo que ahora toda la sociedad está realmente penetrada por los lazos de la violencia. Es como si se nos dijera que todos somos responsables de lo que pasa en las ciudades. John Wick se ve, así, tanto apoyado como espiado por el resto del mundo, literalmente.
En ese esquema de cosas, la película fluye y nos hace creer que este universo criminal es irreductible y que, al contrario de lo que puede pasar en la vida real, este planeta macabro es un gozo de ver y de sentir tan cercano. Sutilezas narrativas que hacen que la película sea un verdadero placer audiovisual.

Me he enterado de la existencia de John Wick como de casualidad. Pensaba que Keanu Reeves ya no tenía punch. Pero sigue teniendo presencia icónica y fisicidad. Y como habla muy poco -es más de disparar en la cabeza-, los que piensan que no sabe actuar no tienen de qué quejarse. Este John Wick es casi una abstracción. Una especie de modo zen de la violencia. Un videojuego con pantallas sangrientas que pasar. En el primer Jonh Wick teníamos que reconstruir el pasado del sicario con un gran flash back. En este segundo capítulo, que queda abierto para un tercero, las cartas están sobre la mesa: acción a raudales y tiempos muertos solo para respirar un poquito. Un héroe lacónico, letal, casi cómico, que solo morirá con la franquicia. Es como una serie B hinchada con clenbuterol, que haría las delicias del Tarantino de Kill Bill, pero con menos sentido de la autoría. El director no va a descubrir la pólvora, solo a hacerla estallar en coregrafías de roja belleza.

Una que rompe la frase de "segundas partes nunca fueron buenas". Si la 1ª era una entretenida y disfrutable película de acción, sobre todo a nivel de ambientación y coreografías, esta la mejora y supera a todos los niveles.

Expandiendo un apasionante sub-mundo criminal, mejora a la primera en casi todos los niveles. Una consciente sobrada, lo goza en la exageración y hace gozar al espectador. Desatada en decibelios y en paleta de colores (pese a su oscura ambientación) y un derroche de elegancia, nos adentra en un mundo donde la muerte tiene un traje para la noche, otro para el día y se toma pausas en la matanza para beber un buen whisky frente a sus enemigos.

Ganas de la tercera en una saga, que si no patina, va camino o incluso ya es referente, en cuanto a films de acción de los últimos años.

Nota: 7'3

Lo malo de una película como John Wick 2, es que tiene mucho que demostrar y es bastante dificil llegar a sorprender como lo hizo su primera parte. Algo que sin duda sucede.

Sin embargo esa falta de frescura se contrarresta con una puesta de escena mucho más épica y elaborada, una acción mucho más espectacular y llamativa, una expansión de la mitología introducida en la primera (y que podría dar para mucho más si se trata de la forma correcta) y una intencionalidad artística que pocas veces se ve en el cine de acción (más estética que funcional, pero llamativa a fin de cuentas).

Por supuesto, Keaunu lo da todo en esta secuela y es de agradecer.

Puede que John Wick 2 no se sienta tan fresca y pura como su anterior, pero sin duda es una película que nos entretendrá.

John Wick 2 Pacto de Sangre es una de las mejores secuelas que he visto en mucho tiempo, coge todo lo que nos gustó de su primera parte y lo eleva al cuadrado, regalándonos una de las secuelas del cine de acción más espectaculares y entretenidas de los últimos tiempos. Las secuencias de acción de esta película son, en pocas palabras, de otro mundo, todo un ejemplo de secuencias bien coreografiadas, con un ritmo frenético y totalmente sorprendentes y espectaculares. En cuanto al reparto, todos desempeñan su papel genialmente, empezando por Reeves, como el asesino de referencia del cine actual, y abarcando a todos los secundarios, personajes carismáticos que ejercen su rol de buena manera. El villano no es que sobresalga especialmente, pero si es sólido y ejerce muy bien su papel como típico antagonista de este tipo de género. La banda sonora esta acorde y acompaña muy bien las escenas de acción. En cuanto a efectos digitales y demás, no busques muchos, la mayoría de las secuencias de acción están hechas como debe ser. En definitiva, si te gusta el cine de acción, esta película es una obligación. Todo un espectáculo entretenido, divertido y absolutamente genial. 8/10