Buena película, no desmerece de la primera. Muertos a tutiplen pero muy bien estructurada. Si quieres pasar una buena tarde ( si te gusta este tipo de película de acción) es para verla. Deja buen sabor de boca y te prepara para una tercera película, sino al tiempo.

Esto es un copia y pega del comentario de la primera parte de la franquicia, pienso lo mismo y le he dado la misma puntuación.

Le he dado un 8 porque dentro de su género esta bastante bien, argumento quemado en plan has matado a mi perro la has cagado.

Me ha gustado porque entretiene, porque coreográficamente esta muy bien (a pesar de que a Keanu Reeves ya no se mueve con agilidad), porque me recuerda mucho al mundo comic, y porque sabes lo que vas a ver, y cuando lo tienes claro, sin pretensiones, te gusta.

En resumen esta película es buenas peleas, algo de artes marciales, muchos tiros y eso sí, un precioso mustang.

No se puede decir que el guión es puro por que no hay, simple acción a raudales, coreografías magníficas al mas estilo manga japonés. El primer capítulo destacó en sembrar de dudas si todo lo que ocurría podía ser real, por que una sociedad controlada por una organización internacional de asesinos se veía utópica. Pero en este segundo capítulo de John nos encontramos como la historia desaparece para convertirse en un ir y venir de venganza a raudales.

Pues lo dicho a veces flojea pero se mantiene sujeta y fuerte gracias a la ira de Reeves. Las peleas y las coreografías de estas están genialmente hechas. Si va a haber una tercera entrega tengo la sensación de que va a ser apabullante.

Una secuela que regresa con todos los honores y toda justicia, manteniendo el nivel de ese sleeper del cine de acción que ya sorprendió y reactivó a Keanu Reeves, una estrella que se encontraba algo perdida. Volvemos a disfrutar de su resplandeciente acción, de sus vibrantes persecuciones, de sus incontables muertes y de su estética pulp.

Un portento de la inventiva vengadora. Lo que se pierde de efecto sorpresa, se gana en violencia cruda y dura. Vislumbrando todo lo que da de sí un simple lápiz en manos adecuadas.
Así pues, por sus coreografías perfectas, por su toque nostálgico, John Wick, es un personaje imperecedero, que bien se merece un tercer capítulo que cierre el círculo. Todos nos lo merecemos, incluido su anónimo perro.