Deseo, peligro
7.2
8,871
Thriller. Drama. Romance
Shanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La señora Mak, una mujer rica y sofisticada, recuerda cómo empezó todo en 1938. Su verdadero nombre no es Mak, sino Wong Chia Chi. Poco antes de estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), su padre huyó a Inglaterra y la dejó en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min, que acababa de fundar una compañía de teatro para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se ... [+]
25 de diciembre de 2007
25 de diciembre de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que hay que decirlo claramente. Ang Lee es uno de los grandes directores en activo. Dejando a un lado a los maestros, Eastwood, Scorsese y compañía, Ang Lee se puede decir que está en el pelotón de cabeza de los directores que no fallan nunca. Puede hacer una obra maestra, o solo una gran película, pero siempre está muy por encima de la media.
Con Deseo, Peligro no ha hecho una maestra. Pero si le ha salido una gran película, compleja, cautivadora, fascinante en muchos momentos y sobre todo intensa. Y pese a los fallos que pueda tener, una película que admite cuatro calificativos así es una gran película.
Con esta película el director vuelve a hacer cine en su tierra, pero aun así nos habla de una época y unas circunstancias totalmente ajenas a él, como ha hecho en casi todo su cine.
Estamos en Hong Kong, durante la invasión japonesa de China. Allí un grupo de jóvenes de la resistencia china deciden infiltrarse en la vida de un colaboracionista para así poder acabar con su vida. Eligen como cebo a una compañera que se encargara de que su presencia sea habitual en la vida de este hombre. Esta implicación alcanzará cotas que ni ella misma será capaz de controlar.
Ang Lee comienza su historia detallando de forma precisa la preparación del plan. Es probable que le dedique demasiado tiempo, pero la calidad de la puesta en escena te mantiene pegado a la butaca, con alguna secuencia de una violencia memorable. Después de esto se desata el engaño y la simulación primero para después llegar al deseo, a la sensualidad, al sexo apasionado, sin dejar de lado el riesgo, el peligro e incluso la muerte.
Ya he dicho que la historia puede resultar un poco lenta al principio, que hay demasiadas partidas al domino ese al que juegan las damas, pero el talento del director consigue mantener el nivel con unas imágenes sólidas y poderosas de comedida belleza. Ang Lee rueda las mejores escenas de sexo que se han visto en el cine en mucho tiempo. Y los dos actores protagonistas se entregan a ellas de forma memorable. Además hacen trabajos de interpretación soberbios. Tony Leung está contenido, misterioso, complejo e inquietante. La joven Tang Wei es un absoluto descubrimiento. Sensual, delicada y perturbadora. Una pareja para el recuerdo.
Si ha esto añadimos la envolvente y sensible música del gran Alexandre Desplat, un diseño de producción adecuado, y una fotografía notable, el resultado alcanza un gran nivel.
Con media hora menos posiblemente estaríamos hablando de una obra maestra, así como he dicho antes solo es una excelente película.
Con Deseo, Peligro no ha hecho una maestra. Pero si le ha salido una gran película, compleja, cautivadora, fascinante en muchos momentos y sobre todo intensa. Y pese a los fallos que pueda tener, una película que admite cuatro calificativos así es una gran película.
Con esta película el director vuelve a hacer cine en su tierra, pero aun así nos habla de una época y unas circunstancias totalmente ajenas a él, como ha hecho en casi todo su cine.
Estamos en Hong Kong, durante la invasión japonesa de China. Allí un grupo de jóvenes de la resistencia china deciden infiltrarse en la vida de un colaboracionista para así poder acabar con su vida. Eligen como cebo a una compañera que se encargara de que su presencia sea habitual en la vida de este hombre. Esta implicación alcanzará cotas que ni ella misma será capaz de controlar.
Ang Lee comienza su historia detallando de forma precisa la preparación del plan. Es probable que le dedique demasiado tiempo, pero la calidad de la puesta en escena te mantiene pegado a la butaca, con alguna secuencia de una violencia memorable. Después de esto se desata el engaño y la simulación primero para después llegar al deseo, a la sensualidad, al sexo apasionado, sin dejar de lado el riesgo, el peligro e incluso la muerte.
Ya he dicho que la historia puede resultar un poco lenta al principio, que hay demasiadas partidas al domino ese al que juegan las damas, pero el talento del director consigue mantener el nivel con unas imágenes sólidas y poderosas de comedida belleza. Ang Lee rueda las mejores escenas de sexo que se han visto en el cine en mucho tiempo. Y los dos actores protagonistas se entregan a ellas de forma memorable. Además hacen trabajos de interpretación soberbios. Tony Leung está contenido, misterioso, complejo e inquietante. La joven Tang Wei es un absoluto descubrimiento. Sensual, delicada y perturbadora. Una pareja para el recuerdo.
Si ha esto añadimos la envolvente y sensible música del gran Alexandre Desplat, un diseño de producción adecuado, y una fotografía notable, el resultado alcanza un gran nivel.
Con media hora menos posiblemente estaríamos hablando de una obra maestra, así como he dicho antes solo es una excelente película.
5 de enero de 2008
5 de enero de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy recomendable película de este director que lograr transmitir intensidad, emoción y densidad a todos los personajes que toca. Ya lo había hecho en sus anteriores films y repite ahora de una forma más turbadora. La ambigüedad que se maneja acerca de los sentimientos reales de los personajes, ¿sexo, pasión o amor?, la historia de intriga y las magníficas interpretaciones (la protagonista está impecable. El momento de la canción me deja que con la misma cara que Tony Leung) hacen que la película sea densa como el mercurio, perturbadora. Casi parece masticarse el drama que se avecina.
Este hombre es ya un clásico
Este hombre es ya un clásico
8 de diciembre de 2009
8 de diciembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee vuelve a Taiwán para rodar esta película, algo que no hacía desde 7 años antes con Tigre y Dragón.
Magnífica y absorbente, el espectador no puede evitar dejarse llevar por la historia de esta valiente mujer a lo largo de dos horas y media que se pasan volando.
A nivel técnico es una pasada, con una recreación del Shanghai y el Hong Kong de los 30 y 40 espectacular y una banda sonora que, sin ser especialmente buena como música por sí sola, es magnífica acompañando a las imágenes de la película, haciendo algunas escenas de lo más estremecedoras.
Los dos actores principales están que se salen. Por un lado tenemos a Tony Leung, actorazo ya consolidado desde hace bastantes años y que está, como siempre, genial. Y, por otro lado, todo lo contrario, Tang Wei tiene el protagonismo absoluto de la película en la que es su primera participación en una, y me atrevería a decir que lo hace aún mejor que Leung. Creo que aún no ha vuelto a hacer otra película. Estaré pendiente para ver la próxima y seguirle la pista.
Magnífica y absorbente, el espectador no puede evitar dejarse llevar por la historia de esta valiente mujer a lo largo de dos horas y media que se pasan volando.
A nivel técnico es una pasada, con una recreación del Shanghai y el Hong Kong de los 30 y 40 espectacular y una banda sonora que, sin ser especialmente buena como música por sí sola, es magnífica acompañando a las imágenes de la película, haciendo algunas escenas de lo más estremecedoras.
Los dos actores principales están que se salen. Por un lado tenemos a Tony Leung, actorazo ya consolidado desde hace bastantes años y que está, como siempre, genial. Y, por otro lado, todo lo contrario, Tang Wei tiene el protagonismo absoluto de la película en la que es su primera participación en una, y me atrevería a decir que lo hace aún mejor que Leung. Creo que aún no ha vuelto a hacer otra película. Estaré pendiente para ver la próxima y seguirle la pista.
10 de abril de 2011
10 de abril de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lust, Caution" es una película especial, extraña, ambiciosa, muy ambiciosa... y sincera, atrevida, admirable... un trabajo único, con sello de autor. Si, de autor porque el camino que toma la obra no es muy vendible, por más que el trailer pudiera decir lo contrario, es una obra para admirar con cierta predisposición y curiosidad por saber lo que nos están contando, en donde Ang Lee explora y conjuga sus señas de identidad e inquietudes... aunque estamos claramente ante una superproducción: Puesta en escena colosal, una reconstrucción del Shanghái de los años 40 realmente espectacular, el detalle inunda la pantalla y la cotidianidad urbanística del entorno en el que se desarrolla nuestra historia alcanza una autenticidad tan palpable como pocas veces se ve, proporcionando al filme una atmósfera densa y subyugante. A lo que también contribuye la portentosa fotografía de Rodrigo Prieto, premiada en Venecia (al igual que la película) y la exquisita, melodiosa, intensa, hipnótica; en definitiva, excelentísima banda sonora de Alexandre Desplat.
Además, la película sobresale en las interpretaciones: Tony Leung construye un personaje enigmático y misterioso, que hace que lo temas sin apenas decir o hacer nada: su gesto comedido, su porte, su forma de moverse.... se intuye un gran carácter contenido que en cualquier momento puede estallar y arrasar con todo. Aunque aquí, la que sorprende, impacta y deja boquiabiertos es Wei Tung: Cualquiera diría que Ang Lee buscó en la calle y encontró a su personaje con otro nombre, pues eso no es actuar: es SER. Respirar, moverse, hablar, mirar... es pura expresión, sentimiento, verdad... cautivadora. Desde el primer minuto, enamora a la cámara y al espectador.
La película se divide en dos tiempos; el "presente" (¿1944?), donde comienza la película y “4 años antes”, donde transcurre más de la primera hora de película, mediante un flashback. Toda la parte de "hace 4 años", cuando empieza todo, se centra en la historia de nuestra protagonista, Wong Chia Chi: Una universitaria que sola en china, esperando a que su padre reúna suficiente dinero para volver por ella y llevarla a Londres, acaba siendo la estrella de una compañía universitaria de teatro para fomentar el patriotismo. Donde enamora del organizador, un idealista ultra-patriótico. Lo que empieza siendo un juego de niños acaba transformándose en algo mayor: pronto, la panda de teatreros trazan un plan para asesinar al Señor Yee, un importante colaborador chino de los japoneses.
SPOILER SIN DESTRIPES, POR ESPACIO.
Además, la película sobresale en las interpretaciones: Tony Leung construye un personaje enigmático y misterioso, que hace que lo temas sin apenas decir o hacer nada: su gesto comedido, su porte, su forma de moverse.... se intuye un gran carácter contenido que en cualquier momento puede estallar y arrasar con todo. Aunque aquí, la que sorprende, impacta y deja boquiabiertos es Wei Tung: Cualquiera diría que Ang Lee buscó en la calle y encontró a su personaje con otro nombre, pues eso no es actuar: es SER. Respirar, moverse, hablar, mirar... es pura expresión, sentimiento, verdad... cautivadora. Desde el primer minuto, enamora a la cámara y al espectador.
La película se divide en dos tiempos; el "presente" (¿1944?), donde comienza la película y “4 años antes”, donde transcurre más de la primera hora de película, mediante un flashback. Toda la parte de "hace 4 años", cuando empieza todo, se centra en la historia de nuestra protagonista, Wong Chia Chi: Una universitaria que sola en china, esperando a que su padre reúna suficiente dinero para volver por ella y llevarla a Londres, acaba siendo la estrella de una compañía universitaria de teatro para fomentar el patriotismo. Donde enamora del organizador, un idealista ultra-patriótico. Lo que empieza siendo un juego de niños acaba transformándose en algo mayor: pronto, la panda de teatreros trazan un plan para asesinar al Señor Yee, un importante colaborador chino de los japoneses.
SPOILER SIN DESTRIPES, POR ESPACIO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así se teje una trama thrilleresca, con tintes políticos, que tras un cierre temporal en mitad película, que sirve para preparar todos los elementos para la conjugación final: 4 años después de la disolución del grupo de idealistas, tras una serie de eventos y estratagemas fallidas o semi-fallidas, todo ha quedado en una posición cómoda para tejer la estrategia definitiva: Wong Chia Chi se convertirá en la Señora Mak y tras acercarse al círculo personal del señor Yee, deberá seducirlo.
Ahí de verdad empieza la película y ahí Ang Lee se centra en lo que de verdad quería contar dejando (progresivamente) en segundo plano la trama thrilleresca y política y el plantel de secundarios para centrarse en lo que de verdad le importa: la torturada y tortuosa relación de nuestra protagonista y el señor Yee. Durante más de una hora, todos los hilos que forman la trama se reducen a formar una tensa e insegura cuerda sobre la que los dos protagonistas principales comenzarán a moverse, en un juego de equilibrios, un duelo de emociones, plasmado con una crudeza y elegancia pasional (las celebérrimas escenas de sexo)… al final, tantos elementos que integran la trama, china, Japón, la patria, intrigas y demás, sólo sirven cercar a las dos frágiles, inciertas, complejas criaturas que Ang Lee construye en una espiral de Deseo, Peligro….
Nada desdeñable, desde luego, mas no todo el mundo podrá ser capaz de disfrutar de un bocado tan particular y exquisito: La película dura unos largos 160 minutos, y la duración no se justifica por la propia historia, sino más bien por la construcción que Lee y sus guionistas hacen. Se hace larga, con escenas innecesarias, y acusa un molesto regodeo en ocasiones, detallando en exceso para lo poco que no están contando, aunque nunca decae por completo siempre hay “algo” y siempre respira esa atmósfera misteriosa…. pero ciertamente queda algo fofa por momentos, con media hora menos ganaría en intensidad general, aunque tenga momentos ciertamente muy intensos ricos cinematográficamente hablando.
A mí me ha ¿gustado? No, ciertamente, me ha fascinado, más bien. Es una obra a la que hay acercarse sin prisas, y confiando en que Ang Lee tiene algo importante que contar, que es algo que él da por supuesto y por ello obvia la necesidad de “enganchar” forzosamente al espectador, el sólo habla… y con ello, a algunos, aburre, y a otros fascina.
Ahí de verdad empieza la película y ahí Ang Lee se centra en lo que de verdad quería contar dejando (progresivamente) en segundo plano la trama thrilleresca y política y el plantel de secundarios para centrarse en lo que de verdad le importa: la torturada y tortuosa relación de nuestra protagonista y el señor Yee. Durante más de una hora, todos los hilos que forman la trama se reducen a formar una tensa e insegura cuerda sobre la que los dos protagonistas principales comenzarán a moverse, en un juego de equilibrios, un duelo de emociones, plasmado con una crudeza y elegancia pasional (las celebérrimas escenas de sexo)… al final, tantos elementos que integran la trama, china, Japón, la patria, intrigas y demás, sólo sirven cercar a las dos frágiles, inciertas, complejas criaturas que Ang Lee construye en una espiral de Deseo, Peligro….
Nada desdeñable, desde luego, mas no todo el mundo podrá ser capaz de disfrutar de un bocado tan particular y exquisito: La película dura unos largos 160 minutos, y la duración no se justifica por la propia historia, sino más bien por la construcción que Lee y sus guionistas hacen. Se hace larga, con escenas innecesarias, y acusa un molesto regodeo en ocasiones, detallando en exceso para lo poco que no están contando, aunque nunca decae por completo siempre hay “algo” y siempre respira esa atmósfera misteriosa…. pero ciertamente queda algo fofa por momentos, con media hora menos ganaría en intensidad general, aunque tenga momentos ciertamente muy intensos ricos cinematográficamente hablando.
A mí me ha ¿gustado? No, ciertamente, me ha fascinado, más bien. Es una obra a la que hay acercarse sin prisas, y confiando en que Ang Lee tiene algo importante que contar, que es algo que él da por supuesto y por ello obvia la necesidad de “enganchar” forzosamente al espectador, el sólo habla… y con ello, a algunos, aburre, y a otros fascina.
21 de agosto de 2008
21 de agosto de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta ocasión Lee da un salto en el tiempo y en el espacio, situando el film en China durante los años en que gran parte de su territorio estaba controlado por los japoneses en los años de la Segunda Guerra Mundial. Más concretamente, el film comienza en el Hong Kong ocupado por los japoneses, en el que un grupo de modestos actores intentan rebelarse contra los colaboracionistas, en concreto contra el Sr. Yee (interpretado por Tony Leung), y es Jiazhi Wang interpretado por (Tang Wei), la encargada de acercarse a él a través de su mujer. Sin embargo, al abandonar Hong Kong, el plan queda en agua de borrajas al trasladarse el Sr. Yee a Shangai. Sin embargo, una resistencia más organizada volverá a intentarlo a través de la joven Jiazhi.
El film de Lee, se podría dividir en dos partes que se complementan, e incluso se podría hablar de dos películas bien diferentes: por un lado nos cuenta una trama típica de espias, en la que los referentes a maestros como Lang o Hitchcock son perfectamente visibles, sin embargo paralelamente, el director nos está contando una historia de amor "fou", de obsesión que incluso roza el masoquismo. El film no sólo es la historia de un grupo de la resistencia china intentando librarse del opresor japonés a través de los principales colaboracionistas, sino también la historia de amor entre Yee y Jiazhi.
Durante la primera mitad de la película, el director avanza en la pelicula de unos jóvenes idealistas aprendices de espias (esta parta acaba con el chapucero asesinato del chofer de Yee), al mismo tiempo que se va fraguando la historia de amor que el director nos va anticipando a través de las miradas entre ambos, mientras que se producen aburridas y rutinarias partidas de mahjoong con la mujer de éste y sus amigas. En la segunda parte del film, este deseo reprimido acaba explotando incluso con violencia (como podemos ver en su primer encuentro sexual), aquí es donde Ang Lee pone toda la carne en el asador, (y nunca mejor dicho si tenemos en cuenta la realidad de las secuencias de sexo que filma), dejando casi a un lado la intriga de espias y centrándose en esa pasión arrebatadora a que se ven abocados sus protagonistas sin poder reprimirse. Una pasión con tintes trágicos, algo que ella asume casi inmediatamente y que está condenada casi desde su inicio, aún así, ambos se dejan llevar y es quizás esta segunda parte de lo mejor que se ha visto del cine de Ang Lee en años. Destacar la impresionante actuación no sólo de Tony Leung un impresionante actor, lamentablemente poco conocido en occidente, y de la joven Tang Wei que no queda ensombrecida por la presencia de éste.
Otra mención especial a la estupenda ambientación del film, no solo a la hora de hacer creible la época en la que situa el relato, sino en la estupenda puesta en escena de los interiores, consiguiendo atmósferas muy sugerentes. El film se resiente a veces de ciertas caidas de ritmo, pero aún así Ang Lee ha firmado una estupenda película.
El film de Lee, se podría dividir en dos partes que se complementan, e incluso se podría hablar de dos películas bien diferentes: por un lado nos cuenta una trama típica de espias, en la que los referentes a maestros como Lang o Hitchcock son perfectamente visibles, sin embargo paralelamente, el director nos está contando una historia de amor "fou", de obsesión que incluso roza el masoquismo. El film no sólo es la historia de un grupo de la resistencia china intentando librarse del opresor japonés a través de los principales colaboracionistas, sino también la historia de amor entre Yee y Jiazhi.
Durante la primera mitad de la película, el director avanza en la pelicula de unos jóvenes idealistas aprendices de espias (esta parta acaba con el chapucero asesinato del chofer de Yee), al mismo tiempo que se va fraguando la historia de amor que el director nos va anticipando a través de las miradas entre ambos, mientras que se producen aburridas y rutinarias partidas de mahjoong con la mujer de éste y sus amigas. En la segunda parte del film, este deseo reprimido acaba explotando incluso con violencia (como podemos ver en su primer encuentro sexual), aquí es donde Ang Lee pone toda la carne en el asador, (y nunca mejor dicho si tenemos en cuenta la realidad de las secuencias de sexo que filma), dejando casi a un lado la intriga de espias y centrándose en esa pasión arrebatadora a que se ven abocados sus protagonistas sin poder reprimirse. Una pasión con tintes trágicos, algo que ella asume casi inmediatamente y que está condenada casi desde su inicio, aún así, ambos se dejan llevar y es quizás esta segunda parte de lo mejor que se ha visto del cine de Ang Lee en años. Destacar la impresionante actuación no sólo de Tony Leung un impresionante actor, lamentablemente poco conocido en occidente, y de la joven Tang Wei que no queda ensombrecida por la presencia de éste.
Otra mención especial a la estupenda ambientación del film, no solo a la hora de hacer creible la época en la que situa el relato, sino en la estupenda puesta en escena de los interiores, consiguiendo atmósferas muy sugerentes. El film se resiente a veces de ciertas caidas de ritmo, pero aún así Ang Lee ha firmado una estupenda película.
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