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Voto de The Luiser Spaceman:
8
Voto de The Luiser Spaceman:
8
7.2
8,875
Thriller. Drama. Romance
Shanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La señora Mak, una mujer rica y sofisticada, recuerda cómo empezó todo en 1938. Su verdadero nombre no es Mak, sino Wong Chia Chi. Poco antes de estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), su padre huyó a Inglaterra y la dejó en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min, que acababa de fundar una compañía de teatro para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se ... [+]
10 de abril de 2011
10 de abril de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lust, Caution" es una película especial, extraña, ambiciosa, muy ambiciosa... y sincera, atrevida, admirable... un trabajo único, con sello de autor. Si, de autor porque el camino que toma la obra no es muy vendible, por más que el trailer pudiera decir lo contrario, es una obra para admirar con cierta predisposición y curiosidad por saber lo que nos están contando, en donde Ang Lee explora y conjuga sus señas de identidad e inquietudes... aunque estamos claramente ante una superproducción: Puesta en escena colosal, una reconstrucción del Shanghái de los años 40 realmente espectacular, el detalle inunda la pantalla y la cotidianidad urbanística del entorno en el que se desarrolla nuestra historia alcanza una autenticidad tan palpable como pocas veces se ve, proporcionando al filme una atmósfera densa y subyugante. A lo que también contribuye la portentosa fotografía de Rodrigo Prieto, premiada en Venecia (al igual que la película) y la exquisita, melodiosa, intensa, hipnótica; en definitiva, excelentísima banda sonora de Alexandre Desplat.
Además, la película sobresale en las interpretaciones: Tony Leung construye un personaje enigmático y misterioso, que hace que lo temas sin apenas decir o hacer nada: su gesto comedido, su porte, su forma de moverse.... se intuye un gran carácter contenido que en cualquier momento puede estallar y arrasar con todo. Aunque aquí, la que sorprende, impacta y deja boquiabiertos es Wei Tung: Cualquiera diría que Ang Lee buscó en la calle y encontró a su personaje con otro nombre, pues eso no es actuar: es SER. Respirar, moverse, hablar, mirar... es pura expresión, sentimiento, verdad... cautivadora. Desde el primer minuto, enamora a la cámara y al espectador.
La película se divide en dos tiempos; el "presente" (¿1944?), donde comienza la película y “4 años antes”, donde transcurre más de la primera hora de película, mediante un flashback. Toda la parte de "hace 4 años", cuando empieza todo, se centra en la historia de nuestra protagonista, Wong Chia Chi: Una universitaria que sola en china, esperando a que su padre reúna suficiente dinero para volver por ella y llevarla a Londres, acaba siendo la estrella de una compañía universitaria de teatro para fomentar el patriotismo. Donde enamora del organizador, un idealista ultra-patriótico. Lo que empieza siendo un juego de niños acaba transformándose en algo mayor: pronto, la panda de teatreros trazan un plan para asesinar al Señor Yee, un importante colaborador chino de los japoneses.
SPOILER SIN DESTRIPES, POR ESPACIO.
Además, la película sobresale en las interpretaciones: Tony Leung construye un personaje enigmático y misterioso, que hace que lo temas sin apenas decir o hacer nada: su gesto comedido, su porte, su forma de moverse.... se intuye un gran carácter contenido que en cualquier momento puede estallar y arrasar con todo. Aunque aquí, la que sorprende, impacta y deja boquiabiertos es Wei Tung: Cualquiera diría que Ang Lee buscó en la calle y encontró a su personaje con otro nombre, pues eso no es actuar: es SER. Respirar, moverse, hablar, mirar... es pura expresión, sentimiento, verdad... cautivadora. Desde el primer minuto, enamora a la cámara y al espectador.
La película se divide en dos tiempos; el "presente" (¿1944?), donde comienza la película y “4 años antes”, donde transcurre más de la primera hora de película, mediante un flashback. Toda la parte de "hace 4 años", cuando empieza todo, se centra en la historia de nuestra protagonista, Wong Chia Chi: Una universitaria que sola en china, esperando a que su padre reúna suficiente dinero para volver por ella y llevarla a Londres, acaba siendo la estrella de una compañía universitaria de teatro para fomentar el patriotismo. Donde enamora del organizador, un idealista ultra-patriótico. Lo que empieza siendo un juego de niños acaba transformándose en algo mayor: pronto, la panda de teatreros trazan un plan para asesinar al Señor Yee, un importante colaborador chino de los japoneses.
SPOILER SIN DESTRIPES, POR ESPACIO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así se teje una trama thrilleresca, con tintes políticos, que tras un cierre temporal en mitad película, que sirve para preparar todos los elementos para la conjugación final: 4 años después de la disolución del grupo de idealistas, tras una serie de eventos y estratagemas fallidas o semi-fallidas, todo ha quedado en una posición cómoda para tejer la estrategia definitiva: Wong Chia Chi se convertirá en la Señora Mak y tras acercarse al círculo personal del señor Yee, deberá seducirlo.
Ahí de verdad empieza la película y ahí Ang Lee se centra en lo que de verdad quería contar dejando (progresivamente) en segundo plano la trama thrilleresca y política y el plantel de secundarios para centrarse en lo que de verdad le importa: la torturada y tortuosa relación de nuestra protagonista y el señor Yee. Durante más de una hora, todos los hilos que forman la trama se reducen a formar una tensa e insegura cuerda sobre la que los dos protagonistas principales comenzarán a moverse, en un juego de equilibrios, un duelo de emociones, plasmado con una crudeza y elegancia pasional (las celebérrimas escenas de sexo)… al final, tantos elementos que integran la trama, china, Japón, la patria, intrigas y demás, sólo sirven cercar a las dos frágiles, inciertas, complejas criaturas que Ang Lee construye en una espiral de Deseo, Peligro….
Nada desdeñable, desde luego, mas no todo el mundo podrá ser capaz de disfrutar de un bocado tan particular y exquisito: La película dura unos largos 160 minutos, y la duración no se justifica por la propia historia, sino más bien por la construcción que Lee y sus guionistas hacen. Se hace larga, con escenas innecesarias, y acusa un molesto regodeo en ocasiones, detallando en exceso para lo poco que no están contando, aunque nunca decae por completo siempre hay “algo” y siempre respira esa atmósfera misteriosa…. pero ciertamente queda algo fofa por momentos, con media hora menos ganaría en intensidad general, aunque tenga momentos ciertamente muy intensos ricos cinematográficamente hablando.
A mí me ha ¿gustado? No, ciertamente, me ha fascinado, más bien. Es una obra a la que hay acercarse sin prisas, y confiando en que Ang Lee tiene algo importante que contar, que es algo que él da por supuesto y por ello obvia la necesidad de “enganchar” forzosamente al espectador, el sólo habla… y con ello, a algunos, aburre, y a otros fascina.
Ahí de verdad empieza la película y ahí Ang Lee se centra en lo que de verdad quería contar dejando (progresivamente) en segundo plano la trama thrilleresca y política y el plantel de secundarios para centrarse en lo que de verdad le importa: la torturada y tortuosa relación de nuestra protagonista y el señor Yee. Durante más de una hora, todos los hilos que forman la trama se reducen a formar una tensa e insegura cuerda sobre la que los dos protagonistas principales comenzarán a moverse, en un juego de equilibrios, un duelo de emociones, plasmado con una crudeza y elegancia pasional (las celebérrimas escenas de sexo)… al final, tantos elementos que integran la trama, china, Japón, la patria, intrigas y demás, sólo sirven cercar a las dos frágiles, inciertas, complejas criaturas que Ang Lee construye en una espiral de Deseo, Peligro….
Nada desdeñable, desde luego, mas no todo el mundo podrá ser capaz de disfrutar de un bocado tan particular y exquisito: La película dura unos largos 160 minutos, y la duración no se justifica por la propia historia, sino más bien por la construcción que Lee y sus guionistas hacen. Se hace larga, con escenas innecesarias, y acusa un molesto regodeo en ocasiones, detallando en exceso para lo poco que no están contando, aunque nunca decae por completo siempre hay “algo” y siempre respira esa atmósfera misteriosa…. pero ciertamente queda algo fofa por momentos, con media hora menos ganaría en intensidad general, aunque tenga momentos ciertamente muy intensos ricos cinematográficamente hablando.
A mí me ha ¿gustado? No, ciertamente, me ha fascinado, más bien. Es una obra a la que hay acercarse sin prisas, y confiando en que Ang Lee tiene algo importante que contar, que es algo que él da por supuesto y por ello obvia la necesidad de “enganchar” forzosamente al espectador, el sólo habla… y con ello, a algunos, aburre, y a otros fascina.