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El topo

Intriga. Thriller Años 70, en plena guerra fría. El fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una nueva misión: se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del Servicio y sólo alguien de fuera puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes ... [+]
Críticas 193
Críticas ordenadas por utilidad
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8
17 de enero de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una trama intrigante, atractiva y compleja. Actuaciones correctas con una dirección actoral de precisión milimétrica. La fotografía y dirección en general me parecieron excelentes y en combinación con la elegancia de la ambientación y el contexto retro, tiene una estética visual muy atractiva y agradable.

Lo reprochable es que el guión, que aunque es muy sólido es extremadamente escueto en su explicación, lleno de sutilezas y datos que requieren mucha documentación previa. La línea de la trama tiene que leerse en medio de un laberinto de diálogos que en su mayoría son confusos y que si bien le dan realismo a la historia y elevan la calidad del guión, también lo hacen complicado de seguir. Algunos por eso podrían perder el interés o llegar a sentir que es aburrida, además por el hecho de que hay muy poca acción (que tampoco la necesita). Aunque al final logré entender la idea general de la trama, sentí que quedaron cabos sueltos, pero creo que debo verla dos veces.
8
22 de marzo de 2013
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de “El topo” es una grandísima adaptación de la novela homónima de John Le Carré, un autor que no es precisamente Matilde Asensi, Alberto Vázquez Figueroa o Ken Follet (por citar tres respetables estilos literarios distintos entre sí dentro de lo que podríamos llamar el género de los best-sellers, que nadie busque ninguna comparación oculta por favor) y cuyos libros no son accesibles a cualquiera. Sus obras ligeras requieren un esfuerzo considerable por parte del lector, las obras pesadas un esfuerzo profundo y para sus obras más controvertidas suelen hacer falta varios intentos para terminarlos.

Como a las grandes figuras, o se le ama incondicionalmente o se le odia hasta la hoguera… a grandes rasgos, sus detractores le consideran un escritor aburrido o, mejor dicho, un escritor que aburre con unas macrotramas interesantes (espías, contrabando, revoluciones…) pero que aterrizan en un hiperrealismo en la descripción, psicología y comportamiento de sus personajes que provoca un ritmo lento, sosegado, cotidiano y creíble, aunque alejado de lo que se espera de las novelas de espías. Que nadie espere héroes infalibles y villanos maléficos en las novelas de John Le Carré: ni los buenos son inteligentísimos ni los malos son estúpidos, no hay acción a raudales con persecuciones, tiros y peleas, los agentes secretos son más funcionarios familiares que seductores playboys… eso sí, el lector puede identificarse perfectamente con muchos de los protagonistas y ponerse en su piel, encontrándose con que dichos personakes sienten, piensan y actúan como él mismo haría en su situación… con John Le Carré se vive el libro, no se fantasea con él.

A mí siempre me han encantado sus libros porque te enseñan la cara oculta de los Servicios de Inteligencia que nunca aparece en las novelas o películas: la labor de ratoneo en los archivos (las cosas llevan su tiempo, el documento clave no está a la vista en el primer fichero); la tensión de la espera a que ocurran acontecimientos o que alguien cometa un error, (“espiar es esperar”, como no deja de repetir en “La Casa Rusia”); las operaciones de inteligencia no acaban con fugas espectaculares activando el gadgetocóptero (si te tienen rodeado no te queda otra que rendirte); los interrogatorios son breves y salvajes (todo el mundo termina hablando salvo que el interrogador sea tan ineficaz como para matar a su víctima), no hay héroes inquebrantables; no hay explosiones ni persecuciones, tan sólo breves intercambios de disparos; nadie está a salvo del error y nada suele acabar al cien por cien de satisfacción, muchas veces ambas partes obtienen una parte de lo que buscaban…

En fin… “El topo” (libro y película) es, como decía, uno de los clásicos de Le Carré y por tanto contiene todas sus virtudes (o defectos, según quien lo mire). Una trama enrevesada que exige el 100% de atención incluso al que se haya leído el libro, que en el fondo es una partida de ajedrez entre el MI6 y el KGB donde el juego de todas las piezas se desmenuza y muestra hasta la intoxicación informativa, sin cabos sueltos, paso a paso, conversación a conversación, personaje a personaje, con mucha más información de la necesaria dejando que el espectador tenga que separar el polvo de la paja en una agotadora, pero reconfortante, labor de encajar todas las piezas del puzzle en un ambiente rígido, frío, gélido por momentos, sin concesiones a los estereotipos glamorosos que todos tenemos en mente.

Pero es que la vida es así y la película (bravo) no hace nada por endulzarla… si Londres es oscuro y lluvioso, pues nos tenemos que mojar y deprimir, no vamos a adornarlo poniendo la acción en el Caribe soleado. El talentoso Tomas Alfredson (“Déjame entrar”, la original) genera una ambientación apropiada en la que los personajes de la novela cobran vida y nos invitan a que acompañemos a Smiley en una labor de busca y captura del traidor, como si fuésemos compañeros invisibles de Gary Oldman. Cuando Oldman pregunta, traslada nuestras preguntas a los sospechosos; cuando Hinds, Firth, Hurt… las responden, también nos responden a nosotros.

Realmente apasionante. El único motivo por el que no logró ninguno de los 3 oscars a los que estuvo nominada en 2013 es que compitió en una de los años de más calidad que recuerdo…. Hay que intentar verla.
8
8 de abril de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película atípica para los tiempos actuales, una cinta de espías donde más que acción hay reflexión, en mi opinión un meritorio trabajo del director sueco Tomas Alfredson en la que es probablemente la mejor adaptación hasta la fecha de una obra de Le Carré, teniendo en cuenta, además, que se trata de uno de sus textos más complejos e introspectivos. Llevada a la televisión a finales de los años setenta del pasado siglo con su título original, “Calderero, sastre, soldado, espía” y con Alec Guinness como protagonista, dirigida por John Irvin con similar tono distante, cuando no abstracto que se basa antes en el gesto que en la palabra, en el rostro de los actores antes que en el espacio que transitan en una alambicada pesquisa internacional de agentes y dobles agentes.

La trama gira alrededor de la búsqueda de un traidor, de un “topo” o agente doble que en plena guerra fría está pasando información a los rusos a pesar de trabajar para los británicos. Cine de espías inquietante y estilizado, basado en la conspiración como metáfora de un universo muy intrincado. “El topo” muestra así los entresijos de la guerra fría como si se tratara de una historia contada por los misteriosos mecanismos de la memoria. Por un lado, no sólo la utilización repetitiva del “flash back”, sino también la presencia de personajes siempre marcados por el pasado, empezando por el propio Smiley, construyen una historia que conserva las principales características del género – mentiras, traiciones, sospechas – como si se tratara de reliquias una y otra vez visitadas por la caricia del recuerdo.

Por otro, los agujeros, las elipsis, la deliberada confusión de la trama dejan en evidencia que lo que más importa es precisamente eso, el modo en que se estiliza la materia prima, la conversión de la realidad, o de aquella realidad, en una leyenda del presente que sólo puede contarse a retazos. Na hay duda que la composición del camaleónico Gary Oldman se inspira en la de Alec Guinness, y no sólo en las gafas y el corte de pelo, que evoca y recuerda: similar estoicismo, idéntica sensación de abatimiento controlado, mirada taciturna e inquietante a la par, una dicción pausada y reflexiva. Smiley es un personaje que nunca alza la voz y parece tenerlo todo bajo control aunque no sea así, lo mejor del film es esa puesta en escena lacónica que pasa por una especie de gelidez ambiental. Igualmente ocurre con la fotografía, lánguida, triste y oscura.

“El topo” indaga en las relaciones frontales entre personajes abocados a situaciones límite por cuestiones éticas, morales, profesionales, ideológicas y de supervivencia en un mundo que se desmorona. El film está escenificado como una partida de ajedrez, arropado por unos excelentes actores (John Hurt, Colin Firth), Smiley (Oldman) escenifica con fotografías recortadas y adheridas a un tablero todos los sospechosos en la investigación, metáfora simple pero perfecta del espionaje internacional. Bajo la apabullante sombra de la misión fracasada en Hungría, el relato inicia su recorrido transversal por vericuetos más o menos sorprendentes o reveladores mientras Smiley va cerrando el círculo con la misma paciencia que el cineasta se preocupa del proceso más que del resultado.
8
26 de abril de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El topo es lo que todas las películas deberían ser: una buena película con un guión inteligente que no trate al espectador como un idiota, con personajes complejos e interesantes, bien rodada y excelentemente actuada.
Qué fácil, ¿no? Y qué difícil.
Dirigida con enorme pulso por Tomas Alfredson (responsable de la magnífica Déjame entrar), El topo es un gran thriller que trata al espectador como un ser inteligente y exige toda su atención. De hecho, es posible que sea necesario más de un visionado para apreciarla y comprenderla en su totalidad.. Lo cierto es que no tiene demasiada tensión, y hay que reconocer que le cuesta un rato arrancar y que cuando lo hace el rirmo de la propuesta sigue siendo un poco lento, pero es un gustazo encontrarse con una película de diálogo y actores, una película tan sumamente elegante y medida, que recuerda a un cine que ya cada vez se hace menos entre tanto hobbit y Fast & Furious.
Entre los actores, todos increíbles, destaca por supuesto un estratosférico Gary Oldman, que borda el hieratismo y la máscara de hombre tranquilo de Smiley, aunque no conviene olvidar al (casi) siempre interesante Colin Firth o a un excelente Tom Hardy, cuyo personaje da bastante lástima.
En definitiva, un notable thriller cuyo fondo y forma deberían ser más imitados en el cine actual. Mucho más imitados.

Lo mejor: La enorme elegancia del guión (¡qué bueno encontrar un guión tan complejo y tan inteligente!) y todos los actores, sin excepción, y muy especialmente Gary Oldman y Tom Hardy.
Lo peor: Es demasiado larga y le cuesta arrancar en el ritmo.
10
31 de agosto de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, una de las mejores películas de espías que he visto, junto con "El factor humano" de Hemingway y "La vida de los otros" de Henckel von Donnersmarck; Eso sí, de "espías de verdad", no de 007's.

He leído muchísimas críticas aquí hablando de "no se entiende" y "aburrida".

Discrepo con todos aquellos que identifican el cine de espías con James Bond; No hay nada más lejos de un espía real que 007; Un espía debe, sobre todas las cosas, pasar inadvertido; Esa es la regla número 1, 2, 3, 4 y 5 (la siguiente sería la 6); Y James Bond, ... ¿Inadvertido?: Derriba aviones a pedradas, lleva armas nucleares en el tacón de sus zapatos, se las "tira" a todas, etc. Sus películas son divertidísimas pero no son "de espías"; son tebeos; Y aparte, eso sí, las mujeres que salen (¡pagaría por participar en el casting!) son igualmente discretitas, de las que no se nota que están.

Por incidir en la explicación del párrafo anterior hago un paralelismo con el género "S-F": Para mí, igualmente "Star Wars" no es una película de Ciencia-Ficción, sino puramente de Ficción (otro tebeo); No tiene el menor fundamento científico; "2001 Odisea del espacio" (Kubrick y Arthur Clarke) en cambio SÍ es C-F, ya que arranca de la ciencia conocida y realiza predicciones más o menos acertadas (acertó en bastantes cosas) de como iba a ser la conquista del espacio (de aquel espacio que es posible "conquistar" y que, de acuerdo al estado actual de la ciencia física, se reduce al sistema solar)

En cuanto a que la película "no se entiende", esto es efectivamente así si uno pretende comprenderla "a pelo" y viéndola una sola vez; Es una película complicada, pues complicado es el mundo de los espías, y mucho más si se incluye el contraespionaje; Ser un agente doble como Polyakov, fingiendo que trabaja para el MI6 cuando realmente trabaja para Karla (KGB) es algo que da lugar a muchos equívocos y falsas interpretaciones; Y es que el trabajo de este tipo de personaje, que existe realmente en los servicios de inteligencia actuales (especialmente en los israelíes, británicos y norteamericanos), consiste precisamente en engañar acerca de su identidad o intenciones; Aquí menciono el papel de los tres "agente-pardillo" (Alleline, Bland y Esterhase), a quienes el engaño urdido entre el topo y Karla se lleva por delante al final de la cinta: No es verosímil que en la cúpula del MI6 (el Circus, en la cinta) existan tipos tan flojos; Incluso Alleline es nombrado Director del MI6; Esto es imposible, el perfil de este personaje y el de los otros dos está mal dibujado, aunque claro, a Le Carré le hacía falta crear personajes que fueran engañados en su novela); Si se quiere avanzar algo en la comprensión, recomiendo leer la sección "Plot Synopsis" (no la "Plot Summary") en IMDb (Ojo!, contiene "Spoilers")

¿Es lenta la película? Pues sí que lo es, diría que deliberadamente lenta; Es un arma que emplea Alfredson para retratar la personalidad del protagonista, el agente Smiley; A mí no me ha parecido mal, esa lentitud coincide absolutamente con el mundo y el trabajo de los espías que pasan enormes cantidades de su tiempo en seguimientos (a veces de ¡meses!) observando a los espiados y escuchando grabaciones, etc (ver "La vida de los otros"); Aparte, esa falta de ritmo proporciona tiempo al espectador para pensar e hilvanar los acontecimientos en flashback y en tiempo real que el Director va administrando; No viene mal, si te interesa la trama.

Una última cosa: Para mí, el trabajo de Cumberbatch impresionante; Creo que estamos ante uno de los futuros "grandes"; Y en cuanto a John Hurt, su papel se queda corto, aunque en la escena inicial sobreactúa un poco; Y la nominación de Gary Oldman, justa

En suma: sino te ha gustado esta película, posiblemente es que no te gustan las películas de espías, sino las de James Bond!

Un saludo a todos y quedo pendiente de posibles réplicas
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