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Sangre de mayo

Drama Adaptación de "El 19 de Marzo y el 2 de Mayo" uno de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós. El joven Gabriel Araceli (Quim Gutiérrez) trabaja de cajista en una modesta imprenta de Madrid. Su novia Inés (Paula Echevarría) es una chica huérfana que vive en Aranjuez en casa de su tío, el fraile don Celestino Santos del Malvar (Manuel Galiana). Con ocasión de una visita a su novia, Gabriel es testigo del motín de Aranjuez contra ... [+]
Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
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1
18 de septiembre de 2008
97 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que yo he sido uno de los pocos que seguía defendiendo el cine de Garci. Películas como "Volver a empezar" o "El abuelo" me parecen obras maestras y de lo mejor que ha dado el cine español. Pero en los últimos años su carrera ha ido en un continuo descenso hasta llegar a este total y absoluto desproposito que es "Sangre de mayo".

Podría empezar por las cosas positivas para ahorrar tiempo, pero es que no las hay. A ver si se me ocurre alguna... Ah sí, para los fans, hacen su aparición los ya míticos pajaritos que se escuchan en todos sus films... Se han convertido en un cameo habitual estilo Hitchcock.

Por lo demás, serían cientos y cientos de líneas explicando desbarres y torpezas en esta película: Penosas actuaciones, con mención especial a Quim Gutierrez, que se dedica a soltar sus frases y a pasearse decorado tras decorado lujoso con cara de estar aun en el extrarradio de "AzulOscuroCasiNegro"; Garci haciendo el montaje, lo que significa que de momento sólo ha aprendido dos lenguajes en este idioma: El fundido a negro y el encadenado, que se repiten una y otra vez sin ningún sentido ni coherencia; multitud de personajes secundarios que aparecen y desaparecen soltando frases estrambóticas y rimbombantes de forma didáctica como si fuesen profesores de literatura en el colegio, (otra cosa no, pero Garci tiene mucha cultura, hasta cinematográfica, quien lo diría viendo esto...)

Como digo, la lista de penosidades sería interminable y provoca vergüenza ajena, casi tanta como bostezos y miradas al reloj durante los interminables 150 minutos en que transcurre el tostonazo. Todo esto se puede resumir en una conclusión bastante triste: El señor Garci es un amante del cine clásico, pero por desgracia ha aprendido muy poco de todo lo que ha visto, y confunde clásico con rancio, que es la definición perfecta del cine que se dedica a hacer ahora.
7
23 de septiembre de 2008
43 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien vaya a ver esta película que no espere una film de acción, con sangre digital a raudales, sino una película intimista en la que lo que priman son los sentimientos.
Garcí no es santo de mi devoción pues sólo me ha convencido dos de sus películas: "El abuelo" y "Historia de un beso". Sin embargo ahora les añado ésta "Sangre de mayo", ya que he disfrutado enormemente con esta película coral llena de estupendos actores patrios, jóvenes y veteranos, muchos de ellos considerados "secundarios" y que están espléndidos en sus papeles.
Es este un film pausado, lleno de sabrosos pequeños detalles y sus más de dos horas se me han hecho ligeras, pues me he deleitado con momentos inenarrables en los que se mezcla habilmente el amor, la refexión histórica, el drama, junto con otros de fino humor.
Me han gustado sobre todo Rellán en su papel de avaro rijoso está inconmensurable y Galiana con su rol de fraile sencillo y bondadoso. Quim Gutiérrez sin embargo me ha decepcionado un poco pues está bastante inexpresivo en comparación con su gran debut en "Azul oscuro..."
En fin, que pese a sus fallos, que los tiene en alguna que otra escena no conseguida, es una película muy disfrutable que les gustará a los amantes de un cine reposado ( creo que somos muchos los que ya estamos sobresaturados de la acción inverosímil y del "tiempo bala".
8
5 de octubre de 2008
33 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
De JOSE LUIS GARCI se ha dicho que es más aficionado al cine que director. Seguramente así sea. Pero ama al cine, y eso en algo se tiene que notar. SANGRE DE MAYO es para mi gusto una película única, un lujo que no será suficientemente apreciado en los próximos tiempos, que definirán la obra como una más en el conjunto del autor, “otra de GARCI”.

Las marcas de la casa, eso sí, son evidentes: la excepcional dirección artística de GIL PARRONDO, una buena fotografía, grandes interpretaciones de los secundarios, etc. También vuelven los silencios, algo que en ocasiones se consiguen bien, y en otros resultan algo irritantes, pero que en definitiva conforman el ritmo de las películas de GARCI. Lo que no resulta nada virtuoso es el sonido: al clásico problema de los actores españoles para vocalizar, se une, creo yo, algún defecto de tipo técnico. Y el que para mí es el principal problema de la película: la acción no funciona. En eso quizás se vea que GARCI es más cinéfilo que director, en que le van los ambientes, pero no la acción. Y no por falta de presupuesto o mala puesta en escena, sino por falta de credibilidad, de fuerza, de ritmo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La ambientación sobrecoge y los actores están casi todos a gran nivel. QUIM GUTIERREZ es algo irregular. En su haber, creo que está la naturalidad y en su debe la falta de dramatismo en momentos que lo requerían. PAULA ECHEVARRÍA cumple y llena la cámara con una belleza pura que hace entender lo que por ella se haga, incluso evitar a la muy sensual marquesa NATALIA MILLÁN. Pero el que verdaderamente realiza un papel portentoso es MIGUEL RELLÁN. El papel del SEÑOR REQUEJO era suculento y su interpretación -digna del mayor reconocimiento- está más que a la altura. Mucho más si quien le acompaña es otra fantástica TINA SÁINZ.

La película corría el grave peligro de ser apasionada. No lo es. De los franceses se dice que podían haber traído consigo muchas cosas (TRAFALGAR, MOLIÈRE, ILUSTRACIÓN) y que fue la locura imperialista de NAPOLEÓN lo que denigró sus valores. GODOY no resulta un tipo tan infame como la historia parece haber sentenciado -el motín de ARANJUEZ me recordó mucho al de VERSALLES en la MARIA ANTONIETA de SOFÍA COPPOLA-. Y aunque el levantamiento de los madrileños es estimado como ejercicio de identidad patriótica en busca de la libertad, es también temido por las consecuencias que de él se pudieran derivar. De hecho los madrileños lucharon en favor de un rey, el deseado FERNADO VII, que terminó por dejar un infausto recuerdo. Y esa lucha terminó por alimentar un dudoso absolutismo servil que ya vaticina el personaje de CARLOS LARRAÑAGA, antes de agregar un “que tragedia siempre la de ESPAÑA” que no por forzado deja de resonar en lo hondo del espectador. Por cierto que en mi opinión, ESPAÑA es INÉS, la historia es GABRIEL -que acaba aceptando lo necesario en detrimento de lo deseable- e incluso el propio GARCI es el anciano escritor que poco comprende ya del mundo que le rodea.
8
19 de septiembre de 2011
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por más que le doy vueltas sigo sin poder comprender cómo es posible que “Sangre de Mayo”, a pesar de sus buenas críticas y excelente calidad, haya sido intencionadamente apartada del fácil alcance de cualquier mortal. En las páginas en las que los usuarios pueden registrarse para votar películas sale un promedio de notas cercano a lo ridículo. Han querido enterrarla, destruirla, hacerla mala sin serlo puesto que es una cinta, al menos a mi parecer, bastante buena. Por lo menos este servidor ha podido disfrutar con todo lo que su conjunto ha reflejado: no es una película épica y de acción sobre los acontecimientos que posteriormente desembocaron en la revolución que daría a España su independencia de los franceses, sino más que eso, un reflejo de las gentes de aquella época, madrileños o no, poderosos o humildes, caballeros o taberneros.

Es un pausado viaje a lo más profundo, cercano y sencillo del siglo en el que se desarrolla esta historia, inspirada en los textos de Galdós. Un cuento en el que se habla de amor, amistad, lealtad, patriotismo, supervivencia y mezquindad, habiendo cabida para que la sensualidad se alterne con lo heroico, y lo ruin de ciertas clases altas contraste con lo sublime de las obreras.

Probablemente haya pesado en muchos que este trabajo haya sido un encargo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Muchos detractores del partido político al que ésta pertenece no habrán sido capaces de digerir que desde la más alta institución madrileña se haya dictado el deseo de poder rememorar las hazañas y vivencias de unos héroes en una película dirigida por un gran director y profundo apasionado del cine como lo es José Luís Garci (“El crack“, 1981). Además, hace un breve cameo (simplemente es una de las personas que aparece en un palco presenciando una de las primeras obras de teatro que se visualizan en la película) el periodista Luis Herrero, quien por un tiempo fue eurodiputado por el Partido Popular y que hoy es uno de los fundadores de esRadio, una de las emisoras más críticas con la izquierda de nuestro país. Pero por encima de todo, es amigo de Garci. Y claro, eso no vende. Podemos hartarnos a ver películas del "clan de la ceja" y el “no a la guerra” de los Bardem, podemos admitir las preferencias políticas izquierdistas o comunistas de cientos de actores y directores españoles, pero en cuanto uno huele medianamente a derecha, amigo, has muerto.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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En “Sangre de Mayo” no hay izquierda ni derecha. Hay españoles. Unión. Pasión. Opresión de unos que quisieron hacerse con lo que es nuestro y salieron escaldados porque los madrileños tenían (y siguen teniendo) muy mala leche. Porque como todo español, no se dejan fácilmente amedrentar y porque entonces, más que ahora, amaban su país por encima de todas las cosas. El miedo que produce la ocasión de verlo todo perdido, con el país a manos de alguien que aquí no debía ni pinchar ni cortar, se acrecentaba. Y los ciudadanos se cabreaban. Ciudadanos. Con sus palos de escobas, herramientas, navajas y todo aquello con lo que pudieran hacerse para poner el freno a los franceses que lucían flamantes uniformes sobre esbeltos caballos. Toda esta vida, estas sensaciones, confusiones, temores y arrebatos, están firmemente representados en la película de Garci que aquí se cita. Bien es cierto que el trabajo en la dirección artística de Gil Parrondo es impresionante, captando los lugares madrileños más emblemáticos de siempre de una forma ejemplar. Todo huele a aquella época gracias a ello y a la dorada fotografía escogida para filmar la cinta.

En el apartado interpretativo tenemos a un muy buen elenco de actores que realizan, cada uno a su nivel, papeles más que gratos, y que vienen desde el excelente trabajo de Miguel Rellán (“Compañeros“, 1998-2002), hasta el soberbio de un más breve Carlos Larrañaga o el más simplón correspondiente al protagonista, Quim Gutiérrez (“Azuloscurocasinegro“, 2006), quien peca de cierta falta de expresión pero que aún así sabe sacar del paso su papel sin dejar mal sabor de boca. Tina Saínz (“Cuando los niños vienen de Marsella“, 1974), Enrique Villén (“La comunidad“, 2000), Paula Echevarría (“El comisario“, 2002-2007), Manuel Galiana (“Luz de domingo“, 2007), Ramón Lillo, un poderoso Manuel Tejada (“Balada triste de trompeta“, 2010) y una maravillosa Natalia Millán (“Policías, en el corazón de la calle“, 2000) conforman el resto de lo más destacado del reparto. La música, de Pablo Cervantes (“Tiovivo C. 1950“, 2004) completa una partitura que llama a levantarse del sillón para luchar por lo que es tuyo: emociona, llena, enamora. Con todo lo citado, este es un álbum de pequeños momentos que, unidos todos, forman una gran hazaña, un fantástico recuerdo sobre el poderío de una nación, la española, que estando asfixiada contaba con fuerzas suficientes para luchar por su libertad.

Somos un país en el que los últimos que hablamos somos la gente de la calle. Todo lo tomamos con indiferencia y hasta que no nos llueve el lodo, no actuamos. Quizá entonces pasó esto, y teniendo los herreros, taberneros, limpiadores, agricultores y todos los humildes trabajadores la última palabra, la pronunciaron. Y muy alto.
6
5 de octubre de 2008
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque inspirada en textos de Benito Pérez Galdós, "Sangre de mayo" parece nacer de un cuadro concreto de Goya cuyas figuras se convierten en personajes que se retrotraen en el tiempo para mostrarnos sus vidas. ¿Quién no ha mirado las pinturas de este genial sordo, reparando en algunos de sus anónimos y expresivos tipos humanos, y sentido curiosidad por conocer sus historias? Un muy buen planteamiento sin duda para llevarlo al cine.

Garci lo hace con un esfuerzo técnico impecable, acompañado por una elaborada fotografía y por la dirección artística de Gil Parrondo que convierten a los individuos y escenarios de Madrid, El Escorial y Aranjuez de principios del siglo XIX, aprovechando y adaptando localizaciones actuales de sus cascos históricos, en lo más sobresaliente de la cinta. Madrid de artesanos y mercaderes, de frailes y soldados, poetas y conjuras palaciegas, tabernas y revueltas... Motín de Aranjuez, carga de los mamelucos, fusilamientos... Pero cuando es la ambientación lo más importante de una película, probablemente es porque algo falla. ¿Por qué este trabajo con excelentes expectativas no termina de despegar?

La culpa no es de las interpretaciones y los diálogos, que en ocasiones llegan a ser muy buenos y ocurrentes, en una prosa culta propia del teatro decimonónico español. No se trata del rodaje de las secuencias de acción, en principio tan temidas por el director, que se solventan correctamente y con buenas tomas. Tampoco es en sí la idea de contarnos los sucesos de una época a través del devenir de un sujeto mientras se relaciona con otros que aparecen como secundarios dentro de un trasfondo histórico; de hecho, eso es más bien un acierto antes que empantanarse en abarcar con extensión a demasiados protagonistas.

Lo que realmente falla es que se nota demasiado que la aventura de Gabriel Araceli está ideada aposta para contarnos una parte de la Historia de España. Lo cual hace que aparezca en ocasiones forzada y que no se desarrollen las entrañas de las personas que vemos. Por ello asistimos al desenlace maravillados en parte por la recreación formal, pero sin la emoción que requiere el fondo de los hechos. No sentimos lo que sienten los personajes.

Esto sucede porque Garci ha dirigido esta obra por el pueblo, para el pueblo, pero sin el pueblo. Pensando -como revelan las imágenes de los títulos finales- en homenajear a los caídos en mayo de 1808 y contar aquellas vidas, pero sin ser esas historias el motor del argumento, sino la propia Historia el motor de las otras que quedan así desdibujadas arrastrando al conjunto.

¡Ay, si Galdós o Goya levantaran la cabeza!
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