American Horror Story: CovenMiniserie
2013 

Ryan Murphy (Creador), Brad Falchuk (Creador) ...
6.5
13,447
Serie de TV. Terror. Intriga
Serie de TV (2013-2014). 13 episodios. Narra la historia secreta de las brujas y la brujería en América. Más de 300 años después del juicio a las brujas de Salem, las que lograron huir de la justicia se encuentran en peligro de extinción. Tras sufrir misteriosos ataques, han decidido mandar a las más jóvenes a una escuela de Nueva Orleáns para que aprendan a protegerse. La recién llegada, Zoe (Farmiga), esconde un terrible secreto. ... [+]
24 de noviembre de 2013
24 de noviembre de 2013
64 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡No, no y no!
Después de una primera temporada interesante y una segunda, en mi opinión, fascinante, temía bastante lo que me podía encontrar en esta tercera temporada, más que nada por eso de las expectativas, que siempre lo joden todo. Y después de haber visto 7 episodios de Coven puedo afirmar que the times they are a-changin. En apariencia todo lo esencial sigue ahí, es decir: las escenas desagradables, los encuadres imposibles, la fotografía con una factura impecable y Jessica Lange.
Pero lo que más miedo me ha dado de toda la temporada ha sido ser espectador de su decadencia. Ya no consigue hacer que me tape los ojos, la tensión se ha diluido, los personajes han perdido su profundidad y las tramas de los episodios me parecen pensadas para satisfacer a un público más bien adolescente. ¿Y Kathy Bates? Espero que se lleve el Emmy a Peor Uso de Actriz en Miniserie. Es que hasta parece que ya no saben qué hacer con Lange, que aunque sigue comiéndose los planos en los que aparece, le ha tocado esta vez interpretar un papel totalmente superficial. Intentan repetir la fórmula, pero en esta ocasión no les ha salido.
Quizá sea eso lo que más le falta a Coven: un buen uso de sus actores, que se traduce en un mejor planteamiento de los personajes, porque aquí todo me huele a querer tomar el camino fácil y evitar pararse a pensar las cosas.
Todo me parece relleno, Photoshop, confeti, fuegos artificales, y es imposible desprenderse de esa sensación de que nada es real; de que todo va a durar lo que tardemos en darnos cuenta de que nos están engañando.
Después de una primera temporada interesante y una segunda, en mi opinión, fascinante, temía bastante lo que me podía encontrar en esta tercera temporada, más que nada por eso de las expectativas, que siempre lo joden todo. Y después de haber visto 7 episodios de Coven puedo afirmar que the times they are a-changin. En apariencia todo lo esencial sigue ahí, es decir: las escenas desagradables, los encuadres imposibles, la fotografía con una factura impecable y Jessica Lange.
Pero lo que más miedo me ha dado de toda la temporada ha sido ser espectador de su decadencia. Ya no consigue hacer que me tape los ojos, la tensión se ha diluido, los personajes han perdido su profundidad y las tramas de los episodios me parecen pensadas para satisfacer a un público más bien adolescente. ¿Y Kathy Bates? Espero que se lleve el Emmy a Peor Uso de Actriz en Miniserie. Es que hasta parece que ya no saben qué hacer con Lange, que aunque sigue comiéndose los planos en los que aparece, le ha tocado esta vez interpretar un papel totalmente superficial. Intentan repetir la fórmula, pero en esta ocasión no les ha salido.
Quizá sea eso lo que más le falta a Coven: un buen uso de sus actores, que se traduce en un mejor planteamiento de los personajes, porque aquí todo me huele a querer tomar el camino fácil y evitar pararse a pensar las cosas.
Todo me parece relleno, Photoshop, confeti, fuegos artificales, y es imposible desprenderse de esa sensación de que nada es real; de que todo va a durar lo que tardemos en darnos cuenta de que nos están engañando.
21 de noviembre de 2013
21 de noviembre de 2013
63 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nombre de American Horror Story se acerca peligrosamente a un punto en el que la gente vota por el nombre.
Lo mismo sucede en el mundo de los videojuegos. La gente le da cierta nota porque se llama de tal manera (y en cierto modo le recuerda a buenos tiempos pasados), y eso es lo que está sucediento con American Horror Story.
Sé que ésta crítica se llevará negativos, pero así ha sido siempre, a la gente no le gusta leer algo que ponga en entredicho sus pensamientos.
Ésta temporada es mediocre, muy mediocre.
No quería escribir una crítica hasta finalizar la temporada, pero es que el capítulo número 6 me ha obligado a hacerlo.
En American Horror Story: Coven las cosas suceden sin más. No hay un objetivo claro, es como un navío sin rumbo, y el capítulo número 6 es un insulto al espectador con criterio.
Los guionistas no tenían una historia lo suficientemente buena como para hacer una temporada, pero aún así la han hecho y claro, el resultado es el que es.
Lo único destacable son las actuaciones de Jessica Lange y de Sarah Paulson
Lo mismo sucede en el mundo de los videojuegos. La gente le da cierta nota porque se llama de tal manera (y en cierto modo le recuerda a buenos tiempos pasados), y eso es lo que está sucediento con American Horror Story.
Sé que ésta crítica se llevará negativos, pero así ha sido siempre, a la gente no le gusta leer algo que ponga en entredicho sus pensamientos.
Ésta temporada es mediocre, muy mediocre.
No quería escribir una crítica hasta finalizar la temporada, pero es que el capítulo número 6 me ha obligado a hacerlo.
En American Horror Story: Coven las cosas suceden sin más. No hay un objetivo claro, es como un navío sin rumbo, y el capítulo número 6 es un insulto al espectador con criterio.
Los guionistas no tenían una historia lo suficientemente buena como para hacer una temporada, pero aún así la han hecho y claro, el resultado es el que es.
Lo único destacable son las actuaciones de Jessica Lange y de Sarah Paulson
2 de febrero de 2014
2 de febrero de 2014
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ryan Murphy y Brad Falchuk dieron en el clavo con el formato antológico "American Horror Story". Si la primera temporada de la serie, titulada (a posteriori) "Murder House" abordaba la mitología de lo sobrenatural en relación a las casas encantadas, en "Asylum" la cosa iba muchísimo más lejos al permitirse licencias a puñados gracias a ambientarse en un asilo mental. "Coven" mantiene todas las características previas de la ficción, es decir: saltos temporales para presentar personajes y darles un final, o complementarlos en adelante con los que sirven de eje a la función, el abuso de recursos cinematográficos (¡esos ojos de pez! ¡esos picados!) que impedirían a cualquier realizador ganar el Oscar, pero que son el método perfecto de ejecutar las retorcidísimas tramas que Murphy/Falchuk son capaces de idear. Esta ocasión en torno a la brujería, el vudú y la magia negra.
Volvemos a un espacio cerrado (una academia de brujas) para ahogar a varios personajes con aspiraciones a psychokillers de manual. Fiona (Jessica Lange) es la que dirige todo el cotarro y como siempre, va a su bola: es una perra de mucho cuidado, interesada e inteligente; los demás son herramientas para obtener sus propósitos. En AHS siempre ha sido así, no sorprende. El reparto habitua de la antología regresa en gran medida (Evan Peters, la maravillosa Lily Rabe, Sarah Paulson, Frances Conroy, Taissa Farmiga...) y se suman nombres como las tremendas Kathy Bates (con un personaje retorcido e hilarante), Angela Basset (diosa del vudú, entre mortales) y una muy agradecida Gabourey Sidibe, nada menos que como una muñeca de vudú humana. Esta serie no es para ganar premios ni para abordar conflictos sociales o realidades dramáticas de nuestro día a día. Como las demás AHS, es muy bruta, no se corta un pelo, es amorfa e irregular, probablemente incluso inmadura. Y es, en resumen, una cosa tan entretenida, que hay que verla sí o sí. "Asylum" me pareció más redonda, pero "Coven" no es moco de pavo. Tiene además algunos episodios que son brutales, y en global no se desinfla (como si ocurría con la segunda mitad de la primera temporada). Al final, sólo queda lamentarse: porque falta un año para que llegue la próxima temporada y aquí dan ganas de quedarse durante muchos más episodios.
Volvemos a un espacio cerrado (una academia de brujas) para ahogar a varios personajes con aspiraciones a psychokillers de manual. Fiona (Jessica Lange) es la que dirige todo el cotarro y como siempre, va a su bola: es una perra de mucho cuidado, interesada e inteligente; los demás son herramientas para obtener sus propósitos. En AHS siempre ha sido así, no sorprende. El reparto habitua de la antología regresa en gran medida (Evan Peters, la maravillosa Lily Rabe, Sarah Paulson, Frances Conroy, Taissa Farmiga...) y se suman nombres como las tremendas Kathy Bates (con un personaje retorcido e hilarante), Angela Basset (diosa del vudú, entre mortales) y una muy agradecida Gabourey Sidibe, nada menos que como una muñeca de vudú humana. Esta serie no es para ganar premios ni para abordar conflictos sociales o realidades dramáticas de nuestro día a día. Como las demás AHS, es muy bruta, no se corta un pelo, es amorfa e irregular, probablemente incluso inmadura. Y es, en resumen, una cosa tan entretenida, que hay que verla sí o sí. "Asylum" me pareció más redonda, pero "Coven" no es moco de pavo. Tiene además algunos episodios que son brutales, y en global no se desinfla (como si ocurría con la segunda mitad de la primera temporada). Al final, sólo queda lamentarse: porque falta un año para que llegue la próxima temporada y aquí dan ganas de quedarse durante muchos más episodios.
3 de marzo de 2014
3 de marzo de 2014
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los fans de la franquicia, esta tercera temporada seguramente les resultará algo más light. Carece en su mayor parte de metraje de ese toque sumamente lúgubre de las dos primeras. Y pese a que no abandona en absoluto el sello de la casa, se echa en falta el misterio y la trama más desarrollada de sus predecesoras.
El trío de veteranas protagonistas, eso sí, mantiene el pabellón en lo más alto, y aunque el guión peca en ocasiones de previsible, sus interpretaciones son determinantes para evitar lo que en otras manos podría haber sido un descalabro.
Esperemos que en la cuarta entrega (Murphy anuncia más toque de humor) se olviden del público teen (las actrices y los actores jóvenes son lo más flojo de la función) y vuelvan a los orígenes, con esas dos primeras temporadas donde nos dejaron a todos con la boca abierta.
Nota: 6.5.
El trío de veteranas protagonistas, eso sí, mantiene el pabellón en lo más alto, y aunque el guión peca en ocasiones de previsible, sus interpretaciones son determinantes para evitar lo que en otras manos podría haber sido un descalabro.
Esperemos que en la cuarta entrega (Murphy anuncia más toque de humor) se olviden del público teen (las actrices y los actores jóvenes son lo más flojo de la función) y vuelvan a los orígenes, con esas dos primeras temporadas donde nos dejaron a todos con la boca abierta.
Nota: 6.5.
4 de febrero de 2014
4 de febrero de 2014
19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, Murphy no nos ha decepcionado y nos ha ofrecido imágenes interesantes, frases de esas para la posteridad, unos decorados escalofriantes, un toque kitsch súper petardo, finas dosis de humor inteligente, un delicioso elenco femenino en estado de gracia, un vestuario y unos looks estupendos, sean o no de Balenciaga, y mucho, mucho glamour.
Hay que decir que su premisa resulta altamente atractiva. Una academia de brujas, a lo Hogwarts, pero situada en una magnífica y blanquísima casa Victoriana de New Orleans, con escaleras glamourosas, lámparas de araña, y con una grandiosa Jessica Lange (aka Fiona Goode) como Suprema de este Aquelarre. La serie arranca con la llegada de Zoe Benson, interpretada por Taissa Farmiga (la chica del "coño asesino" ¿se puede decir "coño" en un blog para todos los públicos?, bueno ya lo pensaré mañana cuando el post esté irremediablemente publicado...). Allí entra en contacto con otras alumnas aventajadas con superpoderes bastante originales. Madison Montgomery (interpretada por Emma Roberts), una deslenguada y superficial ex-niña prodigio del cine echada a perder con poderes telequinéticos, Queenie (interpretada por Gabourey Sidibe), una especie de vudú humano y Nan (interpretada por Jamie Brewer), una chica con Síndrome de Down que posee poderes clarividentes. En la casa también vive la hija de Fiona, Cordelia (interpretada por Sarah Paulson), que viene a ser una especie de protectora de las alumnas, adoptando un papel casi maternal. Se dice que cuando una nueva Suprema comienza a florecer, la vieja Suprema empieza a desvanecerse y este es precisamente el elemento detonante de toda la trama: Fiona se está debilitando, su trono se está desmoronando, y eso sólo puede significar una cosa, que ha llegado una nueva bruja para ocupar su lugar. Pero la Suprema no se lo pondrá tan fácil a esa perra e intentará matar a todas aquellas brujas listillas que se le crucen por delante cuando sospeche que ésta haya venido a intentar arrebatarle el trono.
Ni hace falta decir que Jessica Lange está descomunal y que sólo perdono que no haya ganado el Golden Globe este año porque se lo llevó Elisabeth Moss, que me cae muy simpática. Lange es la Suprema, su cara angulosa, esa mirada felina, esa voz algo carajillera pero sumamente sensual, esa elegancia innata (como fuma, como se desliza por la pantalla como si se tratara de una serpiente venenosa, que lo es...), todo, todo en ella es puro talento y virtuosismo de la interpretación. Por favor, que instauren una nueva categoría en los Oscar a Mejor Actriz de Televisión, sólo para que la Lange pueda subir al escenario del Academy's Samuel Goldwyn Theater a recoger la dorada estatuilla mientras nos lanza unas de sus fulminantes miradas. Obviamente el equipo de guionistas de Murphy no ha querido desaprovechar la ocasión de tener una artistaza de este tamaño para dejarle soltar verdaderas joyas con su lengua viperina.
Pero también quiero destacar a Frances Conroy interpretando a Myrtle Snow, la jefa del Consejo de Brujas, enemiga desde la infancia de Fiona, ya que ambas luchaban por ocupar el lugar de la Suprema, pero Fiona con sus malas artes consiguió el preciado trono. El look de Myrtle, con su peluca crespada de color rojo Pipi Langstrump y su colección de gafas asimétricas no tiene parangón. La Conroy es un animal todoterreno, puede interpretar lo que le echen, en SFU ya mostró que funcionaba tanto en la tesitura dramática como en la cómica, pero AHS está siendo la plataforma de lucimiento ideal para ella, porque puede interpretar a los personajes más variopintos. Hay que decir que en esta temporada se ha llevado la palma: esa amplia gama de cambios y modulaciones de la voz (sonidos guturales, casi animales, inhumanos), su abanico de acentos, todo. Esta actriz es un verdadero camaleón de la interpretación y espero que su talento sea reconocido porque en AHS está que se sale interprete lo que interprete.
Para finalizar, quiero hacer incapié en la maravillosa estética de la serie. Esas imágenes grabadas con perspectivas angulosas o distorsionadas a través de cámaras con lentes de ojo de pez, han dado un tono onírico, deformado, surrealista, casi expresionista a la serie. Y también cabe destacar su vestuario, que va alternando elegantes trajes chicle de color negro para la Lange, enormes gafas de sol, una interesante colección de sombreros, ropas africanas, trajes de época del siglo XIX, vestimentas hippies, y los extremados conjuntitos de Myrtel con combinaciones de colores a lo Ágatha Ruiz de la Prada. Era un gozo ver la serie por sus elementos visuales y sonoros: la incómoda intro, la música, los dos vídeos musicales que se pegaron en la serie con la cantante Stevie Nicks, en el último episodio cantando su tema "Seven Wonders", muy apropiado para la trama, ya que las aspirantes a Suprema tienen que poseer y dominar siete poderes para reunir los requisitos necesarios para ser la nueva Suprema.
Hay que decir que su premisa resulta altamente atractiva. Una academia de brujas, a lo Hogwarts, pero situada en una magnífica y blanquísima casa Victoriana de New Orleans, con escaleras glamourosas, lámparas de araña, y con una grandiosa Jessica Lange (aka Fiona Goode) como Suprema de este Aquelarre. La serie arranca con la llegada de Zoe Benson, interpretada por Taissa Farmiga (la chica del "coño asesino" ¿se puede decir "coño" en un blog para todos los públicos?, bueno ya lo pensaré mañana cuando el post esté irremediablemente publicado...). Allí entra en contacto con otras alumnas aventajadas con superpoderes bastante originales. Madison Montgomery (interpretada por Emma Roberts), una deslenguada y superficial ex-niña prodigio del cine echada a perder con poderes telequinéticos, Queenie (interpretada por Gabourey Sidibe), una especie de vudú humano y Nan (interpretada por Jamie Brewer), una chica con Síndrome de Down que posee poderes clarividentes. En la casa también vive la hija de Fiona, Cordelia (interpretada por Sarah Paulson), que viene a ser una especie de protectora de las alumnas, adoptando un papel casi maternal. Se dice que cuando una nueva Suprema comienza a florecer, la vieja Suprema empieza a desvanecerse y este es precisamente el elemento detonante de toda la trama: Fiona se está debilitando, su trono se está desmoronando, y eso sólo puede significar una cosa, que ha llegado una nueva bruja para ocupar su lugar. Pero la Suprema no se lo pondrá tan fácil a esa perra e intentará matar a todas aquellas brujas listillas que se le crucen por delante cuando sospeche que ésta haya venido a intentar arrebatarle el trono.
Ni hace falta decir que Jessica Lange está descomunal y que sólo perdono que no haya ganado el Golden Globe este año porque se lo llevó Elisabeth Moss, que me cae muy simpática. Lange es la Suprema, su cara angulosa, esa mirada felina, esa voz algo carajillera pero sumamente sensual, esa elegancia innata (como fuma, como se desliza por la pantalla como si se tratara de una serpiente venenosa, que lo es...), todo, todo en ella es puro talento y virtuosismo de la interpretación. Por favor, que instauren una nueva categoría en los Oscar a Mejor Actriz de Televisión, sólo para que la Lange pueda subir al escenario del Academy's Samuel Goldwyn Theater a recoger la dorada estatuilla mientras nos lanza unas de sus fulminantes miradas. Obviamente el equipo de guionistas de Murphy no ha querido desaprovechar la ocasión de tener una artistaza de este tamaño para dejarle soltar verdaderas joyas con su lengua viperina.
Pero también quiero destacar a Frances Conroy interpretando a Myrtle Snow, la jefa del Consejo de Brujas, enemiga desde la infancia de Fiona, ya que ambas luchaban por ocupar el lugar de la Suprema, pero Fiona con sus malas artes consiguió el preciado trono. El look de Myrtle, con su peluca crespada de color rojo Pipi Langstrump y su colección de gafas asimétricas no tiene parangón. La Conroy es un animal todoterreno, puede interpretar lo que le echen, en SFU ya mostró que funcionaba tanto en la tesitura dramática como en la cómica, pero AHS está siendo la plataforma de lucimiento ideal para ella, porque puede interpretar a los personajes más variopintos. Hay que decir que en esta temporada se ha llevado la palma: esa amplia gama de cambios y modulaciones de la voz (sonidos guturales, casi animales, inhumanos), su abanico de acentos, todo. Esta actriz es un verdadero camaleón de la interpretación y espero que su talento sea reconocido porque en AHS está que se sale interprete lo que interprete.
Para finalizar, quiero hacer incapié en la maravillosa estética de la serie. Esas imágenes grabadas con perspectivas angulosas o distorsionadas a través de cámaras con lentes de ojo de pez, han dado un tono onírico, deformado, surrealista, casi expresionista a la serie. Y también cabe destacar su vestuario, que va alternando elegantes trajes chicle de color negro para la Lange, enormes gafas de sol, una interesante colección de sombreros, ropas africanas, trajes de época del siglo XIX, vestimentas hippies, y los extremados conjuntitos de Myrtel con combinaciones de colores a lo Ágatha Ruiz de la Prada. Era un gozo ver la serie por sus elementos visuales y sonoros: la incómoda intro, la música, los dos vídeos musicales que se pegaron en la serie con la cantante Stevie Nicks, en el último episodio cantando su tema "Seven Wonders", muy apropiado para la trama, ya que las aspirantes a Suprema tienen que poseer y dominar siete poderes para reunir los requisitos necesarios para ser la nueva Suprema.
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