El menú

Que locura de película! Un chef demente que aterroriza a sus comensales por agravios de difícil entendimiento por parte del público espectador. En realidad, más que un Chef entregado a su arte estamos en presencia del jefe de una secta dispuesta a inmolarse de una forma un tanto estúpida.

Anya Taylor-Joy lo intenta. Es decir, trata de que su protagonismo no quede hundido por tan descabellada historia. Mientras que Ralph Fiennes no se lo pasa mal ya que sabe que su caracterización es sólo una muy mala caricatura.

El señuelo de la película es la refinación de los comensales que acuden a una cena especial en una isla paradisiaca a degustar un menú sofisticado, minimalista y único. Aparte de esto, y que nos quedamos con las ganas de probar esos platillos, El Menú, más que terror es una muy mala comedia.

Entre lo ridículo, elegante y crítico, el Menú es un filme que hay que aceptarlo en medio de sus grandes huecos argumentales en post de lo que intenta que es hacer una exposición (demasiado obvia) a la banalidad de la comida de alta gama o la alta cocina como llaman algunos. Con eso de fondo todo se va construyendo en un thriller y especie de cinta de terror que no tiene mucho pies ni cabeza pero que sobre sale por las actuaciones convincentes de Ralph Fiennes (como es que este mae no sale en más películas) y la maravillosa y expresiva Anna Taylor Joy. Estos dos se echan al hombro este filme que nunca define si es una sátira, una comedia negra o un intento de manhunter. En todo caso tiene una elegantísima puesta en escena y una cumplidora banda sonora. Lo demás no se toma mucho en serio, pero tiene sus epifanías interesantes. El final no me convence para nada eso sí.

7/10

Opinión Final: Que antojo de una Queso-hamburguesa.

Esa es la elección cuando realmente aprieta el apetito y los sofisticados platos de la alta cocina a uno le deja con más hambre que Carracuca y además con la abultada diferencia de precio que supone decantarse por una hamburguesa, si puede ser XXL y con todo ese queso americano chorreante que a uno le deja con el corazón paralizado y la cabeza pensando en los kilómetros que hay que hacer para que aquello no se adhiera al cuerpo en forma de nombre de neumático.

Finalizamos un año muy suculento en manjares culinarios de todo tipo, desde la bellísima fábula del chef especializado en trufas “Pig”, pasando por los apetitos caníbales de “Hasta los huesos” y acabando con esta ingeniosa comedia negra que deja al mundo de la alta cocina y sus comensales snobs a la altura del betún. Obviamente es una sátira y bastante contundente del universo de los platos con nombres imposibles y los “gourmets” expertos en esferificaciones y espumas diversas que no deja títere con cabeza.

Después de una primera parte brillante de presentación de los personajes y llegada a la isla donde se va a desarrollar el exclusivo dispendio, la película, en mi opinión, decae un poco al dejar de lado las historias de los invitados para centrarse en el semblante terrorífico que va tomando el menú y que nos va a dejar en un duelo de alto voltaje entre el chef, siempre inquietante Ralph Fiennes y la invitada sorpresa Anya Taylor Joy.

Estamos ante una ocurrente película de misterio muy en línea con “Puñales por la espalda” o un “Asesinato en el Orient Express” que hubiese escrito una Agatha Christie nacida en los años ochenta. Un menú canalla para paladares exigentes con un postre que sabe estar a la altura.

Termino de ver "El menú" y sigo sin entender cuáles son las motivaciones del chef, pareciéndome todo un sinsentido. Desde mi punto de vista, el tercio final se cae por completo y el desenlace de la protagonista está cogido con pinzas, aunque lo verdaderamente terrorífico de esta película es que nada de lo que ocurre tiene razón de ser.

Curioso film estadounidense lleno de intriga y misterio, dotado también de un malévolo humor negro en ocasiones, aunque yo personalmente no la considero una comedia.

Lo mejor, sin duda, es el guión, que bebe de otras cintas anteriores, toma de aquí y de allá (no es difícil adivinar de qué pelis han tomado ideas los dos guionistas), pero al final se consigue una personalidad.
Está muy bien narrada, de forma clara y precisa, aunque se tarda un poquito en entrar en materia, pero primero se nos dan a conocer los distintos personajes y así vemos de qué pie cojean, de qué presumen y de lo que carecen y en verdad son.

Muy buenas interpretaciones, destacando un Ralph Fiennes educado y perverso y Hong Chau, magnífica en su composición.

Muy entretenida e interesante, deja un buen sabor de boca tanto por su forma (preciosa fotografía, por ejemplo) como por su fondo, aunque bien es cierto que hay algún pequeño detalle sin aclarar o al menos yo no lo he pillado, como su moraleja final (si la tiene), algo ambigua en mi opinión.

Pero me lo he pasado francamente bien con esta refinada y mefistofélica cinta.

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