Hotel Rwanda

Una gran película que retrata el horror que se desata entre etnias, gentes de a pie que matan, asesinan, violan simplemente con la excusa de tener otras creencias.
Retrata muy bien el desespero de una sociedad que ha sido abadonada por la mísma sociedad que la hizo caer en su mas profunda miseria.

Las guerras son cruentas, y más cuando un bando es asesinado salvajemente por el otro, sin tregua, sin piedad. Hotel Rwanda hace una crónica efímera pero intensa de la guerra civil de Rwanda, a través de los ojos de una víctima que podía haber sido verdugo.

Un film magnífico, de excelente factura, aún moviéndose entre el telefilm y la película de puro celuloide, que supone un documento muy veraz y explícito de otro de los ignominiosos pozos negros, henchidos de ignominia, que han pasado delante de nuestros ojos en los últimos años: en este caso el canibalístico, depredador y salvajísimo genocidio que los hutus cometieron sobre los tutsis en 1994. Durante ese tiempo el gerente de un hotel, de raza hutu, actuó como improvisado y valiente Schlinder ruandés cobijando en el hotel a centenares de tutsis (entre ellos, y por supuesto, a su mujer e hijos: ella de raza tutsi). "Hotel Ruanda" tiene piel y cuerpo de documento, es cine auténtico, produce no pocos escalofríos en más de un instante, hace que volvamos a preguntarnos ¿hacia dónde va el ser humano? y supone, en definitiva, un valioso film de unos hechos atroces, dónde la ONU volvió a quedar en mera comparsa inservible.
Don Cheadle ofrece una interpretación sobria, llena de vida y verismo, contenida y cercana, absolutamente humana.

P.D.: Es cierto que falta la otra parte, ya que también hubo matanzas del pueblo tutsi a los hutus, una vez recuperado el poder, pero lo que aquí se cuenta es un espejo muy valioso de lo que es otro de los putrefactos pozos que suceden día a día, telediario a telediario, en tantas partes del mundo. Por tanto, no es una película para valorarla como tendenciosa o partidista, creo yo.

Película basada en los terribles genocidios de Ruanda de 1994 y en una historia real del gerente hutu de un hotel de lujo. A lo largo de la película puedes sentir muy cerca la impotencia del protagonista y lo absurdo que resulta matar y morir por la raza, la nacionalidad o el color de piel; cosas que no elegimos ninguno al nacer.
El protagonista (Don Cheadle) y su mujer en el film (Sophie Okonedo) interpretan el papel a la perfección y nos ayudan a entender lo injusto que es este mundo gobernado por el incompetente ser humano.
Película muy interesante y muy bien contada, recomendable.

Aunque sólo sea por el sentimentalismo de sus escenas bélicas, y por la tristeza que nos produce el saber lo que ocurrió en Rwanda, hay que afirmar que estamos ante una muy buena película. Es cierto que tiene sus defectos (sobre todo, en mi opinión, debería informar más al espectador sobre la no actuación de la ONU y el desenlace del genocidio), pero las virtudes los compensan con creces.
Por ejemplo, podemos destacar la grandísima actuación de Don Cheadle, especialmente en esas escenas en que muestra su frustración ante las pocas posibilidades de salvar su vida y la de los refugiados de su hotel, y su impotencia por no obtener el favor de los blancos que él tanto esperaba como ventaja de su empleo.
Esta película es de las que te hacen odiar al ser humano por ser capaz tanto de iniciar una guerra y un genocidio por razones triviales como la raza, la religión, etc; como de no aprovechar la posibilidad de poner fin a esas atrocidades (eso es lo que hizo la ONU) por el hecho de que en ese país no haya prácticamente nada ni nadie que te importe. Todo esto es muy reciente, muchos países africanos han sufrido guerras civiles similares, y son pocas, muy pocas, las que la ONU ha conseguido (querido) solventar.