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La gran familia española

Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 158
Críticas ordenadas por utilidad
13 de septiembre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Mundial de fútbol de Sudáfrica, admitámoslo, fue infumable. Será porque la Eurocopa de dos años antes, excelsa en lo que a épica y a fútbol de calidad se refiere, dejó el listón demasiado alto. Será porque, incluso antes de que empezara a rodar el balón en el partido inaugural, ya estábamos hasta el gorro de la maldita canción de Shakira (si es que realmente era suya). Será porque, con total desagrado, descubrimos qué eran las vuvuzelas... y cómo su sonido retumbaba en nuestro cerebro horas después de que el árbitro hubiera dado por concluido el encuentro de turno. Será porque los patatales en los que se jugó invitaban mucho más a las patadas que no al toque del esférico. Pero, ya se sabe, está bien todo lo que bien termina. Y lo que termina genial, igualmente genial está. Antes, todas las sensaciones (más agrias que dulces) ahora enumeradas... y la selección favoritísima perdiendo su primer partido ante un combinado mucho más débil. Y la memoria, bombardeada por aquellos malditos instrumentos (?) de viento, bu(bu)ceaba de nuevo entre los recuerdos de Tassotti, del hambre de Zubi, de aquel maldito penalti de Raúl y del amigo Ghandour.

No, ni la Roja ni el Mundial empezaron con buen pie. Del mismo modo, la boda de Efraín y Carla, antes incluso de que los invitados hicieran acto de presencia, olía a rotundo fracaso. Adán, el hermano mayor del novio, atravesaba una profunda depresión que parecía haberle aislado del resto del mundo. Mónica, la hermana de la novia, llegaba a la celebración sin haber podido / querido aclarar sus sentimientos hacia Efraín. Caleb y Daniel, otros dos hermanos del novio, temían que reencontrarse dos años después de la última vez que se vieron, fuera a despertar sus viejas rencillas... y que quizás por todo esto, la precaria salud de su padre dijera finalmente ''basta''. De la madre ni se hablaba, se había convertido en un tabú largo tiempo atrás. Las señales que auguraban la fatalidad podían encontrarse por todas partes, y cada cual era más espeluznante. Aunque la que se llevaba la palma, de largo, era la más amarga de las coincidencias: el casamiento iba a coincidir en horario ni más ni menos que con la finalísima del, por aquel entonces, -potencialmente- mejor Mundial de la historia.

A España le faltaba un solo rival para alcanzar una gloria que hasta aquel entonces no había entrado ni el más húmedo de los sueños del más forofo de los forofos... y Efraín y Carla habían decidido casarse aquel mismo día; aquella misma tarde. Para pegarse un tiro. La puntilla; tal vez el golpe de gracia para aquella desgraciada familia. Atrás quedaron los días de -ingenua- esperanza en que los progenitores (pero sobre todo el progenitor), emborrachados del buen rollo que emanaban las partituras de los musicales de la época dorada de Hollywood, emprendieron el proyecto de su vida. 'Siete novias para siete hermanos', rezaba el título del clásico de Stanley Donen. En ella, los hermanos Pontipee, bíblica y alfabéticamente ordenados, dejaban atrás (o quizás no) sus rudos modales y costumbres de leñador para cazar, literalmente, a sus respectivas medias naranjas. La historia, analizada con frialdad, podía llegar a poner los pelos de punta... ¿pero quién podía resistirse al encanto de aquellas sonrisas canallas, de aquellas letras, de aquellas coreografías, de aquellas hachas... en definitiva, de aquella propuesta?

La trampa, eso sí, podía detectarse en el primer fotograma: en aquel coloreado; en el anuncio del Cinemascope... todo era una preciosa mentira. Pero de nuevo: ''¿Y qué? ¿Por qué no intentarlo?'' 'La gran familia española', cuarto -y más redondo- largometraje de Daniel Sánchez Arévalo, empieza hablándonos de un precioso proyecto inacabado, y seguramente fallido. Donde debía haber siete hermanos ''sólo'' aparecieron cinco; donde debía haber comunión, canciones y carcajadas sólo había una sobredosis de caras largas, silencios incómodos, broncas y amargos suspiros por un pasado -supuestamente- mejor. Ni en el peor de los funerales. No obstante, el cineasta de Madrid, después de su aclamado debut, parece tener pensamientos solamente para la comedia... lo cual no implica que las ''sonrisas'' no dejen espacio para las ''lágrimas''. Como en la vida real... y como en las mejores familias. Al fin y al cabo, nada mejor que una reunión con los seres queridos (por llamarlos de alguna manera) para que salga -más bien estalle- lo mejor y lo peor de cada uno. Esto es, ¿qué mejor catalizador emocional que un cumpleaños, o un entierro, o una boda (sinónimos todos ellos para los asuntos que ahora nos conciernen)?

Arévalo lo sabe, por esto no es de extrañar que a lo largo de su carrera, hermanos, padres, madres, primos, suegros y demases se apilen en buena parte de las escenas / situaciones / imágenes propuestas. De esta combinación de ingredientes, ya de por sí altamente volátiles, surge un cóctel obviamente explosivo, difícilmente manejable, y que por lo tanto parece condenado a la más letal y devastadora de las explosiones. ''Fracaso'', lo llaman algunos, ahogados por sus propios sudores fríos, y a fracaso huelen las historias (que no las películas) de Arévalo. Ésta embriagadora peste es la que impregnaba la fatalidad total de 'AzulOscuroCasiNegro', la caprichosa báscula de 'Gordos' y los planes conyugales (así como la ''madurez'') de 'Primos'. Precisamente ésta última empezaba con un corazón hecho pedazos (por incomparecencia) en el altar... y quizás para no desentonar, 'La gran familia española' se presenta, desde el prólogo, emanando el mismo hedor. Para no andarse con rodeos: una familia destrozada se concede una última oportunidad en el momento aparentemente más inoportuno. Catástrofe a la vista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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17 de septiembre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director se estrella al intentar hacer una comedia coral en el punto más sutil e importante: salvo gags puntuales, no tiene gracia.

Pasados los primeros diez minutos de película, uno se da cuenta de que no se ha reído ni una sola vez y que empieza a pasar de lo que les pueda ocurrir a los personajes. Los diálogos no son del todo malos, la cámara se mueve con soltura y oficio, la situación de partida podría funcionar... pero no funciona. Algo tienen que ver los personajes, y es que los actores buenos son los que menos aportan a la trama. Y por favor, nunca pensé que este director pudiera filmar una escena como la de la boda.

Al final, la película levanta el vuelo cuando abandona la comedia y se adentra en el drama. La parte final es con mucho lo mejor de la película, con lo que logra que salgas del cine sin cabreo, pero no contento. Sánchez Arévalo ha rodado aquí la película mala que todo director de cine hace en algún momento de su vida. Espero que pronto vuelva por la senda habitual.
Marcoveguista
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26 de mayo de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue una gran sorpresa descubrir AzulOscuroCasiNegro. Con Gordos me di cuenta que estaba ante el futuro del cine español. Al ver Primos, una de las comedias españolas que más me ha hecho reír(sino la que más), me alegré de no haberme equivocado, pues rozaba la perfección. La Gran Familia Española es el culmen de este director, el top, pues consigue llegar a esa perfección con una película sencilla la par que compleja, en la que cabe todo, pero sin ser un batiburrillo sin propósito.
La película nos cuenta la historia de una familia numerosa, con cinco hermanos, que celebra la boda del más pequeño, que quiere continuar con el sueño de su padre: tener siete hijos, como en la película Siete novias para siete hermanos. La mala suerte hace que la boda coincida con la final del Mundial de fútbol en la que España es la gran favorita. A partir de ahí, todo se va enredando, dando pie a distintas historias con un denominador común: el amor.
El elenco de actores es bastante amplio al tratarse de una familia tan numerosa, a cada cual más guapo. Empezaré hablando por orden, de mayor a menor.


Adán, interpretado por Antonio de la Torre, es el mayor de estos cinco variopintos hermanos. Adán tiene una hija y una depresión de caballo. Esta depresión hace que veamos a un Antonio de la Torre muy comedido, algo muy poco habitual en sus papeles, haciendo un papel muy redondo.


Benjamín, interpretado por Roberto Álamo, el segundo de la familia, tiene una ligera discapacidad psíquica. Este personaje, como suele ser habitual, es el más entrañable y el que más momentos cómicos nos deja. El actor, para interpretar a este personaje, se ayudó de su pareja, doctora en autismo y experta en Aspergen. He visto a Roberto Álamo en varios papeles, y cada uno era totalmente distinto del anterior, por lo que considero que es un gran actor. Por este papel ganó el Goya a Mejor Actor de Reparto.


El gran Quim Gutiérrez interpreta el papel del tercero de los hermanos, Caleb, que vuelve después de ejercer como médico voluntario en un país necesitado de África. El motivo de su marcha repentina es un misterio durante toda la película, y cuya solución es una sorpresa bastante grande. Quim es una debilidad para mí, por lo que no puedo decir nada malo de él. Quim comentó que lo más difícil de su personaje fue, que era el personaje más serio de la comedia.


Miquel Fernández, el rostro más desconocido para mí, interpreta a Daniel, el cuarto hermano. Su historia parece la más simple a priori, tiene una nueva relación y ve que ella, Cris, interpretada por Verónica Echegui, no siente lo mismo que él. Esta historia luego se enreda un poco más, dando lugar a situaciones muy emotivas.


Patrick Criado es el más pequeño de los hermanos, Efrain. Él es el afortunado que se casa el día que España juega la final del Mundial. La historia de Efrain es muy bonita. Para seguir la tradición de su padre, le pidió a Carla, una compañera de clase, que se casará con él cuando cumplieran los 18 años. Carla está interpretada por la guapísima Arantxa Martí, que tiene una hermana melliza muy loca, Mónica, que es su contrario en todo. Mónica es interpretada por Sandra Martín. Estás dos hermanas volverán un poco loco a Efrain. Este papel le valió una nominación a Patrick a Mejor Actor Revelación.


El otro punto destacable de esta película es la dirección. Daniel Sánchez Arévalo hace un trabajo exquisito del caserío, con planos secuencias espectaculares y muy trabajados, y distintas escenas en las que se enredan frases y personajes con una perfección milimétrica. Valoro mucho cuando un director trabaja con su propio guión, pues así crea él, su propia historia. Este director cada vez me gusta más.


Está claro que con películas como esta, las frases como "es tan buena que no parece española", irán desapareciendo poco a poco del refranero patrio, y darán paso a frase como "es tan buena que me ha encantado". Por ejemplo.
Os recomiendo enormemente la película, pues es a mi parecer, perfecta.

Una curiosidad: La madre de la familia no sale en ningún momento.

Una frase con la que me quedo: "El tiempo es como un quesito, si lo guardas, acaba poniéndose malo."

Mi puntuación: 10/10


https://fotogramayalfondo.blogspot.com/
IvánPérez
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15 de septiembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran familia española es una comedia fresca, sin prejuicios, natural y con notas de humor ocurrentes. Se trata de una atípica familia de cinco hermanos, con un padre moribundo y una frustrada boda, justo el día que la selección española de fútbol ganaba la copa del mundo de fútbol en Suráfrica.

La dirección y el guión de Daniel Sánchez Arévalo, tomando como punto de partida la celebérrima película de 1954 “Siete novias para siete hermanos” es ocurrente y original. El resto, dirección, interpretación y música, aceptables, si bien la película es desigual a lo largo de su metraje, con momentos más acertados y otros realmente regulares. Pero lo más notorio es su frescura, como decía antes, su juventud y la enorme distancia de aquella otra película sobre otra Gran familia, de Palacios y Salvia en 1964, que a pesar de ser graciosa, cordial y tener su mérito (los entrañables Alberto Closas, Amparo Soler Leal, Pepe Isber o López Vázquez) pertenece ya a otra España muy diferente a la que ganó el mundial de fútbol en 2010. Ésta, salvo por sus políticos, ya no es postguerra, ni casposa, ni tan hortera. Pues eso es lo que cuenta la peli.
Kikivall
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1 de octubre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no acudía a una sala de cine, y necesitaba desde hace mucho tiempo ese lapso de tiempo que me aisla del mundo exterior y sus problemas, puesto que ver cine en casa nunca produce el mismo efecto que verlo en la gran pantalla. Asi es que, vista la cartelera me decidí por esta gran familia española creada por Daniel Sánchez Arévalo. No había visto su afamada anterior obra, 'Primos' (2011), aun habiéndoseme recomendado en varias ocasiones, siendo la película que tratamos igualmente alabada por parte de la crítica.
Pues bien, el resultado ha sido satisfactorio en lineas generales. Como comedia consigue dejarte al término una buena sensación, una amable sonrisa con la que salir de la sala. Aunque acudir a verla con la idea de ver una gran comedia puede ser un error. Sin duda su carga dramática esta bastante por encima de su nivel cómico. El truco utilizado por Daniel Sánchez Arévalo y en el que reside por otra parte su mérito es el de conseguir que te encariñes y empatices con la totalidad de los personajes que aparecen en el film, por lo que sus estados anímicos y circunstancias personales producen tarde o temprano todo tipo de sensaciones en los espectadores. Digo tarde o temprano, porque su comienzo se me antoja algo flojo, hasta que Quim Gutiérrez aparece en escena. A partir de entonces, la historia empieza a coger forma y fuerza más y más a cada minuto que transcurre.
Pues bien , comentada su parte cómica, de la que terminaré diciendo que los variados momentos 'videocliperos' sobran y reducen la seriedad y calidad del film, toca comentar su apartado romántico, el cual está bastante conseguido, ya que contenta tanto a público femenino como masculino. Y los artifices de que funcionen los triángulos amorosos no son otros que los personajes interpretados por Quim Gutiérrez y la novel Sandra Martín, dos espiritus libres de intensa personalidad. Quim no ha llegado a su techo artístico pero ha demostrado con creces que puede realizar cualquier registro como actor. La gran sorpresa sin duda ha sido Sandra Martín, actriz a tener en cuenta para el futuro, y de la que espero que sepa escoger sus papeles.
El guión de Daniel Sánchez Arévalo es brillante y el trabajo de dirección está bastante cuidado. El montaje de escenas se me antoja por momentos atropellado (comienzo de la ceremonia nupcial por ejemplo), aunque escenas como las que cuentan las tres versiones del robo o las conversaciones de los prometidos con sus familias son sobresalientes. Hace falta más comedia de calidad en España como la nos trae en esta ocasión Daniel Sánchez Arévalo, que en definitiva, aunque utilice algunos tópicos del género y del país, consigue hacerte pasar un buen rato y cargarte de bastante energía positiva.
DaniBernalR
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