Niños del paraíso

En mi país hay también pobreza extrema, y tal vez parezca más extrema y más pobreza porque está al lado de la riqueza más absoluta. Los barrios pobres están a 10 cuadras apenas de los barrios más ricos. En realidad en mi país todo está a 10 cuadras de todo. Y los niños pobres cuando se quedan sin zapatos piden o roban. Y es lógico.
No quiero parecer una desalmada, la cara de esos niños y sus lágrimas y la carga de sus responsabilidades y su solidaridad fraterna me conmovieron. Pero no me parece creíble. A lo mejor la explicación está en que son un país religioso en extremo y temen el castigo de Dios, ese Dios que gobierna y rige sus vidas hasta en sus más mínimos actos. Pero si la explicación es esa, no se deja en claro en esta película. Sí me resultó claro en “Nader y Simin, una separación”, en esa película todo fue como fue por el extremismo religioso, y así lo hace saber la mujer que cuida al anciano desde el principio cuando pregunta si es pecado cambiarle la ropa al viejo que se hizo encima. En “Niños del paraíso” no se toca el tema religioso en ningún momento, salvo por el hecho de que el padre sirve el te en una mezquita, hecho al que se le dedican unos 10 segundos de filmación.
Entonces creo que la historia es tramposa, desencadena nuestra angustia de la forma más fácil, que es mostrándonos dos niños pequeños con caritas de ángeles que son unos desgraciaditos y no tienen la más mínima maldad (como la tiene cualquier niño, por lo menos los nuestros) En “Las tortugas también vuelan” sin embargo, que es una historia mucho más dura, más terrible, más desoladora, los niños tienen su picardía y dentro de toda su tragedia (que es bastante más definitiva que ésta) se la rebuscan de una u otra manera, como tendemos a hacer todos los seres humanos.

Bonita película, humana y sensiblera; por momentos me hizo recordar a "Cinema Paradiso y Kolya", Una aventura para aprender grandes valores de la vida y hermandad.

No tiene nada que ver con la obra maestra de Marcel Carné aunque está casi a su altura, según una inmensa mayoría de votantes de filmaffinity, situada actualmente en el olimpo del 1998: tercera tras dos pesos pesados de la talla de “American History X” y “La vida es bella” e incluso nominada al Oscar a la mejor película extranjera aunque, obviamente, Benigni arrasase.
En mi opinión tampoco tiene nada que ver con las mejores películas de Majid Majidi: no le llega ni a la suela de los zapatos a “El color del paraíso” e incluso a “Baran (lluvia)”. Pero algo tendrá… aunque un servidor no le vea ni por asomo.

Para empezar, la historia de los zapatos y el punto de partida me parecen formidables aunque la manera de perderlos resulte completamente estúpida.

Me contaron que el director iraní retrata una historia universal a través de la sencillez. Yo creo que la a veces se confunde la candidez con la sencillez, que son dos cosas totalmente diferentes:
- La pérdida de los zapatos es absurda… El niño pierde los zapatos y se queda pasmado. Por supuesto nadie le ayuda y menos el vendedor por tener una madre morosa. Vamos, que estaba en el guión y punto.
- No dicen nada a sus padres: según la crítica la cinta retrata el sacrificio y la amistad. Se olvidaron decir que los niños sí mienten.
- El leitmotiv del filme es la diferencia entre clases. El tema es que los niños compartan unos simples zapatos pero ya que han aprendido a mentir, ¿por qué no roban?: no me creo que los niños sean tan puros y no se les pase por la cabeza robar unos zapatos.
- La cosa luego es hacer sufrir y putearles como buen guionista: uno de los zapatos se cae en un arroyo de agua… que el niño llegue tarde y el profesor le de un ultimátum
- La niña quiere chivarse pero el niño no quiere que le peguen y MIENTE…También la niña ‘hija-de-su-madre’ que tira los zapatos viejos…
- El niño se va con su padre un viernes para hacer trabajitos de jardinería en las casas de los ricos que la cosa está fatal. No saben lo que es un “telefonillo”…ni qué decir. La secuencia más absurda de la historia del cine… El niño se tiene que poner porque no sabe lo qué es hablar, un telefonillo ni un ¡¡¡PERRO!!! Puede que quiera mostrar la diferencia absoluta de clases y el desconocimiento del entorno civilizado…pero ¿¡un perro?!
- La carrera y el tercer premio es de risa.

Primer Premio:
Dos semanas en un campo vacacional y ropa deportiva.

Segundo Premio:
Dos semanas en un campo vacacional y artículos escolares.

Tercer Premio:
Una semana en un campo vacacional y un par de zapatillas.

¿En qué posición queda el protagonista?

Para hablar de la pobreza y la dolientes diferencias económicas no hace falta hablar de equiparara a la pobreza mental. Para que nos entendamos: según las películas iraníes si eres pobre eres gilipollas. Véase otra joya intocable del cine iraní: “¿Dónde está la casa de mi amigo?” Algo que personalmente me ofende.