El ritual

Soy escritor influenciado evidentemente por el género. Filmaffinity es un referente en el mundo de las críticas, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. La presente me merece el calificativo de: INTERESANTE.
Como en todo, es evidente que los británicos tienen su sello en esto de hacer cine. La presente película destila un halo peculiar, impropio de los estudios hollywoodienses. Es algo que se nota a los pocos mimutos de metraje; y desde luego, no le sienta mal a la trama, una historia un tanto peculiar, que tiene su conexión con ese oscuro mundo de la antigua Britania, con sus densos bosques, druidas y religiones paganas, rayanas con el alucinante mundo de Lovecraft. Ya por esto, el filme merece la pena, en un tiempo en el que las historias se repiten hasta la saciedad. Si a ello le sumanos una buena fotografía, justas interpretaciones, atmósfera adecuada y buenos efectos, la distracción está servida.

Me gustan las películas ambientadas en parajes naturales espectaculares y este es el caso. A partir de ahí, el argumento nos introduce bien en el problema y el desarrollo te mantiene enganchado.

El argumento, aunque muy visto, mantiene detalles que le aportan originalidad hasta el final, que parece un poco forzado, pero que salva la película.

"El ritual" es una película de terror con tintes de thriller psicológico. En el primer aspecto se muestra bastante convencional: un grupo de amigos que se van a un lugar alejado de la mano de Dios (esta expresión cobra especial sentido en esta película) y pasan cosas horribles y difícilmente explicables, lo que pone en extrema tensión a los protagonistas pero también al grupo lo que crea una dinámica de conflicto humano desgraciadamente irregular y colateral. Cumple los clichés típicos: indefensión de los protagonistas, enemigo desconocido de naturaleza implacable, lugar poco familiar y una buena dosis de música a todo volumen que aparece de repente y plano rápidos, algunos poco claros, expresar la acción lo que resulta en una buena dosis de respingo.

Pero más allá de lo típico y de que sea una película funcional, cabe destacar algunos puntos fuertes como la ambientación. El bosque es un lugar excelente que ya de por sí promete por su similitud que se convierte en desorientación y su frondosidad que aumenta la tensión, pero la película se esfuerza en que éste sea un personaje más, al menos un elemento vivo (casa bien con la filosofía de la peli), y a través de los movimientos de cámara, los planos y otros recursos, se logra trasladar la sensación de agobio y de estar perdido, así como sensaciones de terror y angustia, todo envuelto en un aura de misticismo gracias al trabajo de fotografía e iluminación. Interesante es también el aspecto sonoro respecto al bosque, trabajado, algo muy importante en este tipo de películas.

Realmente tienes la sensación de estar atrapado con esa cosa ahí fuera.

Por desgracia en la parte de thriller psicológico no puede uno ser tan benévolo. El conflicto es duro y sentido pero no se exprime todo lo que se podría y al final termina siendo algo superficial y accesorio aunque al final allá algún toquecito de pureza. En general, aunque te pueda despertar el interés, te deja un poco frío y prefieres otros aspectos psicológicos que salen en la peli, como la dinámica entre personajes que, aunque algo estereotipados, mil veces vistos y poco diferenciados (esto es, poca personalidad marcada), se hace interesante y bien llevada gracias a las actuaciones.

Finalmente tengo que destacar, y esto es por afinidad más que otra cosa, la naturaleza del conflicto externo, sobrenatural. En "El ritual" en lugar de ser un señor un tanto aleatorio, feote y con machete en mano que pasaba por allí con un trasfondo más o menos currado (pero que siempre brota de algún evento traumático), es una bestia mitológica, un ser espiritual de la antigua religión de los habitantes precristianos de la península escandinava, un elemento que aún sobrevive en el folklore. En este caso la ambientación está muy muy lograda, tiene mucha personalidad, aunque es obvio que se han tomado licencias por aquí y por allá y probablemente no sepan del todo el papel de estos y los rituales asociados dentro del mundo simbólico del paganismo nórdico. Así, "El ritual" se separa aunque sea sólo por temáticas de muchas películas de este estilo que terminan siendo idénticas entré sí ya no solo por formas sino también por contenido.

En general recomiendo la película pese a sus críticas que a veces la ponen en el cajón de "lo malo". Tiene carácter por la iconografía usada que le dota de personalidad y presencia, además de un aspecto técnico-artístico notable y muy disfrutable, bastante pulido. Puede que no sea lo mejor que hayas visto en mucho tiempo ni te vaya a sorprender, pero tienes el "buen" rato (¡si es que puedes pasar un buen rato con una peli de miedo!) asegurado y algo más.

"El ritual" podríamos calificarla como una cinta de terror de esas de auto-ayuda en la que al final termina sobresaliendo bastante más la auto-ayuda que el terror.
David Bruckner es de esos pocos realizadores que han sido capaces de causarme pesadillas en los últimos años, lo hizo con su segmento "Amateur night", pieza que formaba parte de la película "V/H/S" (varios directores, 2012); juro que la tía que aparecía en dicho relato, junto con el propio relato, perturbaron mis sueños un par de noches. Por desgracia "El ritual" está bastante lejos de volver a evocar dichas sensaciones en mí, o en alguien. La cinta, basada en la novela homónima de Adam Nevill, nos relata el viaje de cuatro amigos ingleses haciendo senderismo por las montañas suecas como última voluntad de un quinto compañero recientemente fallecido. Tengo la sensación de que hay historias que funcionan mejor en un libro que en la gran pantalla, y viceversa, y no por malas, sino más bien por errónea adaptación al medio. Con "El ritual" me ha pasado mucho de lo anterior, el libro imagino que utiliza la excursión de estos cuatro muchachos y todo lo que les sucede como metáfora para hablarnos de saber enfrentar y superar la pérdida y esa falsa sensación de culpa que nos inunda muchas veces ante sucesos que escapan a nuestro control; buena lección, dicho sea de paso. Pero el problema del film es que esa moraleja crece tanto y cobra tanta fuerza durante los noventa minutos de metraje que termina devorando incluso el horror, que era el, en teoría, primer objetivo de la cinta. Y mira que Bruckner gozaba de buenos elementos para satisfacer al fanático, bien repartidos en su inicio, por cierto, y tales como: el bosque como opresiva atmósfera y la mitología nórdica como sádico vehículo, pero en ningún momento termina de aprovecharlos, se queda demasiado en la superficie. Todo se resume a la perfección en un tercer acto del que sales con la moraleja bien aprendida pero sin haberlo gozado.
En general "El ritual" tiene dos primeros actos muy sutiles e incluso pausados, y un tercero en el que la cinta cambia por completo tornando en semi-locura bizarra. Y todo ello lo hace sin demasiado filtro, lo que terminará enfadando tanto a los que vivían contentos con lo primero como a los que se quedan con más ganas de lo segundo. Todos insatisfechos.
"El ritual" es una película que en lineas generales huye del gore para recalar más en la vertiente psicológica del terror, el objetivo es casi más volver locos mentalmente a nuestros cuatro protagonistas que hacerles sufrir físicamente. La idea no es mala, jugando bastante bien con ese suceso del pasado que los atormenta, sobretodo a uno de ellos. Pero al final vuelve a suceder lo mismo, la idea se queda bastante en la superficie por culpa de ese extraño cambio de tercio que sufre el film en su acto final.
En resumidas cuentas, "El ritual" podría haber sido muchísimo más de lo que es, sin que lo que es tenga que ser malo, que no lo es.

En los últimos meses, Netflix ha estado explorando la temática de desastres junto con el imponente escenario de parajes con climas extremos. Un ejemplo de ello fue "Hold the Dark" (Jeremy Saulnier, 2018) que nos encamina hacia otras películas más mainstream (referidos puntualmente a accidentes aéreos) como "The Grey" (Joe Carnahan, 2011) y "The Mountain between us" (Hany Abu-Assad, 2017), donde actúan figuras populares como Liam Neeson y Kate Winslet respectivamente.

The Ritual (así como otras películas, como "Bad Times at the El Royale" y "First Man") llega con bastante retraso al Perú (por razones que desconocemos) y puede ayudar a explicar este nuevo género que combina el horror sobrenatural con las fuerzas inclementes de la naturaleza. En "Hold the Dark" era Alaska y los rituales animistas de los indígenas de la región (que buscan un sangriento pago a la tierra y restablecer el "equilibrio"). En esta película se presenta una madre naturaleza que esconde secretos y cultos atávicos.

La trama puede aparentar ser simple: un grupo de amigos se aventura a explorar los bosques de Suecia, a fin de honrar la voluntad de un colega ya fallecido y compartir momentos de camaradería. Sin embargo, esta excursión degenera rápidamente en una pesadilla al aire libre.

El director, David Bruckner, quien ha participado con cortos en antologías de horror tales como "VHS" (2012) y "Southbound" (2015) nos entrega un film de formato más “amigable”, dejando de lado la técnica de “metraje encontrado” y los efectos mareantes del shaky camera. Así, en “El ritual” encontramos tomas tradicionales con la cámara estabilizada, charlas amenas, dramatismo y sin escenas extremadamente escatológicas ni retorcidas como en el segmento “Noche amateur” de VHS.

Se observa una clara evolución estilística de Bruckner. Las tomas resaltan el aspecto siniestro y sombrío del bosque (ubicado realmente en Rumania) incluso a la luz del sol. El contraste de los personajes es muy delineado. El principal, aquejado por la culpa, el segundo más proactivo y experimentado en excursionismo, un tercero más débil (que se queja de todo) y el reflexivo y silente que sigue al resto.

En todo caso, eso no resta valor “terrorífico” al film. El director ahora apuesta más por la tensión psicológica en torno a este ritual (acerca de una deidad activa y palpable) que implica la devastación y el aniquilamiento del Yo, así como la destrucción de la confianza y la larga amistad entre los exploradores.

"Debimos ir a Las Vegas", se lamenta uno de los protagonistas, justo antes de adentrarse al bosque...