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Tres anuncios en las afueras

Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
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Críticas 386
Críticas ordenadas por utilidad
18 de febrero de 2018
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen historias en las cuales hasta cierto punto es válido clasificar y desarrollar a los personajes para colocarlos en los extremos del bien y el mal, siempre y cuando se consiga el objetivo de transmitir un mensaje y dejar una lección al espectador. No obstante, el mundo real es más complejo, en éste no existen héroes inmaculados ni villanos completamente malvados, solo personas llenas de imperfecciones que deciden actuar o reaccionar de acuerdo a sus propias circunstancias. Es así como el más reciente trabajo del director y guionista Martin McDonagh (In Bruges, Seven Psychopaths) plantó cara a The Shape of Water en el pasado año cinéfilo, ya que mientras esta última es un cuento de hadas, la cinta del británico es un duro golpe de realidad.

Ante la incapacidad para encontrar al responsable del brutal asesinato de su hija adolescente, Mildred Hayes decide tomar cartas en el asunto y exhibir a un departamento de policía que parece estar más ocupado en oprimir a las personas de color que en resolver el caso. De esta forma, renta tres anuncios espectaculares expuestos sobre una carretera en las inmediaciones de la ficticia localidad de Ebbing, Missouri con mensajes hirientes dirigidos en particular al alguacil Bil Willoughby para exigir justicia. Como era de esperarse, la particular muestra de descontento hace eco en el pueblo, despertando la animadversión de unos ciudadanos que a pesar de condenar el homicidio de la joven, desaprueban la reacción debido a que consideran que a pesar de la falta de resultados el oficial es un ciudadano ejemplar. De entre todos, destaca el oficial Jason Dixon, un inmaduro oficial sin escrúpulos que hará todo lo posible por limpiar el nombre de su jefe, aunque muy a su manera.

El guion de McDonagh es extraordinariamente complejo, ya que se trata de una historia en la cual es muy difícil tomar partido y empatizar con alguno de los personajes. Los presuntos villanos sobrellevan como pueden sus propios conflictos personales mientras que la supuesta heroína dista mucho de ser un dechado de virtudes. Paradójicamente, Mildred denuncia la violencia generando más violencia, mientras que Dixon intenta proteger el buen nombre del cuerpo policíaco con acciones por demás detestables. En medio de todos, Willoughby dará un golpe de timón que marcará el rumbo de los acontecimientos y cambiará la perspectiva del público. Así, uno puede pasar de la empatía a la animadversión hacia los personajes en instantes, para llegar a un final que deja las respuestas al criterio del espectador.

El racismo característico del estado de Missouri es el marco en el que se desenvuelve una cinta que se caracteriza por su ironía y un humor negro que incluso hace que el público se sienta culpable por reír ante situaciones trágicas por su naturaleza. Decir que es un llamado en contra del racismo y la misoginia es un error, más bien se trata de un reflejo de la condición humana y de las pasiones que motivan a las personas que tienen que afrontar una tragedia, reaccionando de formas poco convencionales e incluso irracionales que solo se podrían explicar si uno se pone en su lugar para intentar comprender el duro momento por el que están pasando.

Por si todo lo anterior fuera poco, la película es un auténtico duelo de actuaciones. Por una parte, Frances McDormand (Fargo, Almost Famous) es impresionante como la ruda e impasible Mildred, un personaje que le queda a la medida. Mientras tanto, Sam Rockwell (Seven Psychopaths) sorprende gratamente por su capacidad de encarnar los vicios y complejos del agente Dixon. Completa la terna Woody Harrelson (The People vs. Larry Flynt, The Messenger), quien nuevamente demuestra su gran talento en el papel de Willoughby, un comprensivo alguacil que tiene que lidiar con sus propios demonios en medio de la turbulencia desatada en su pueblo.

Es así como se trata de una película redonda llena de claroscuros protagonizados por actores que interpretan a personajes que dentro de su ambivalencia resultan ser humanamente perfectos y quienes en lugar de encontrar redención quedarán como lo que son: gente común. Los sucesos son llevados de forma magnífica gracias a la excelente dirección de McDonagh para llegar a una conclusión en la cual los juicios de valor quedarán al criterio de un espectador que saldrá fascinado por haber disfrutado de casi dos horas de excelente cine. Sin lugar a dudas, se trata de uno de los mejores filmes del año.

Calificación: TÚ DECIDES.

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wraparty
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13 de mayo de 2018
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me siento hasta nervioso cuando voy a escribir esta crítica, porque no se si realmente estoy capacitado para juzgar una JOYA como la que acabo de visionar, disfrutar, paladear,.....
Estamos ante una película magistral, cómo hace tiempo que no veía otra, pero además magistral en todas sus facetas: actores, dirección, guión, montaje, música,.......
La sinopsis es ya conocida por todos. Madre coraje, que tras la violación y asesinato de su hija hace apenas un año, decide contratar tres vallas publicitarias para denunciar la pasividad policial, en especial, la del jefe de policía.
A partir de este hecho, se desencadenan una serie de acontecimientos, que casi sin percibirlos, van a cambiar para siempre, la vida de gran parte de los habitantes del pueblo sureño.
Frances McDormand, como siempre y sin excepción, está genial, su Oscar más que merecido y se queda corto, me ha recordado su oscarízado papel en Fargo y su nominación que debió ser galardón por su rol en la inmensa Arde Mississipi. Lástima que no haga tantas películas como debiera, pero entiendo que su labor de esposa de uno de los Cohen, la tiene que tener entretenida en su mundo de creatividad inclasificable.
Estelar el papel de Woody Harrelson, corto pero intenso, recreando un jefe de policía local lleno de humanidad, superado por los acontecimientos, amante de su mujer y sus hijos, pero pendiendo de un hilo por los avatares del cruel destino. También hubiese sido justísimo merecedor del Oscar.
¿ Qué decir de Sam Rockwell ? Es completo, lo tiene todo; violento, racista, homófobo.... un ayudante del jefe de policía que merecía estar en Alcatraz, pero que por circunstancias del destino, el jefe de policía lo mantiene en su puesto, y sus razones tiene.
Su Oscar es indiscutible, completar esa gama de cualidades con la pinta de colgado que tiene ya es un mérito en si mismo, pero además completa su proceso de transformación casi sin darnos cuenta, a escondidas, de ahí el valor de su trabajo de este actor a veces infravalorado.
El guión es indescriptible, cada diálogo vale su peso en oro, cada palabra parece sacada de otro universo, las situaciones, que en cualquier otro film podrían parecer ridículas se convierten en pequeñas obras maestras.
La dirección de Martin McDonagh, guionista también, es sencillamente excepcional, no tengo palabras.
Lo siento amigo Guillermo, pero una vez más, los señores académicos han escamoteado el galardón al que más lo merecía. Cada vez entiendo menos el sistema de votaciones de los Oscars, y sus pretendidos giros de tuerca, no se si con el objeto de decir, aquí estamos nosotros y gana quien queremos, aunque el resto del mundo esté justamente pensando lo contrario.
Obviando el tema de los premios, porque me enciendo, hay que destacar en la labor del director-guionista, algo que no había visto nunca en otra película, hace que cada personaje en si, de para una nueva película: el ex-marido maltratador, su inocente novia, el nuevo jefe de policía, el sacerdote, el bajito, el inmobiliario, la madre del ayudante de policía, el hijo de Frances, el amenazador, el dentista, y así podría citar a todos los secundarios del film aunque algunos no estén ni cinco minutos en pantalla.
Crea un universo coral vivo tan excelente que hace que el papel de las tres estrellas principales suba como la espuma, y además convierte a secundarios express en casi protagonistas de la historia.
Impactante los sobres que deja el jefe de policía para ciertas personas, tan llenos de humanidad y casi como pidiendo un perdón expiatorio.
Hay escenas magistrales, pero tantas, que no me atrevo a destacar ninguna por no hacer un desagravio a las demás (lo siento, la del sacerdote no tiene nombre).
En fin, vuelvo a repetir, magistral JOYA que se tardara años en repetir, ojala no sean muchos.

Siento irme a zona spoiler porque no me gusta, pero me veo obligado a relatar lo que yo creo es el verdadero final de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miguel Ángel
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25 de enero de 2019
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos podrían decir que eso es el teatro, o el cine, pero no sería cierto. Al menos no en todos los casos. El anglo irlandés McDonagh domina el arte como un maestro. Alterna drama con comedia, poesía con lenguaje vulgar, sentimentalismo con rudeza, personajes turbios al borde del existencialismo, como en el caso de Escondidos en Brujas, y personajes pintorescos y más irlandeses que la Guinnes como las madres de La reina de la belleza de Leenane o de esta película.

A todos brinda al menos una escena memorable, la de Woody Harrelson para enmarcar, la de su personaje fetiche el pequeñito Peter Dinklage, y las actuaciones completas del gran Norman Rockwell y la reina del cine independiente Frances McDormand.

Probablemente no hay mejor personaje que aquel al que la vida le da igual, porque puedes hacer con él lo que quieras sin caer en el ridículo. McDonagh maniobra con total libertad. Incluye una escena de curas con el único fin de llamarles pederastas; hace una de las mejores escenas de eutanasia vistas en cine; se saca unas cartas de la manga que rozan la cursilería pero funcionan como un engranaje en el guión. Y acaba negociando con Hollywood un final aceptable sin renunciar a sus principios irlandeses de sentimentalismo, ruido y furia.

Un dramaturgo metido al cine, otro irlandés migrado al Oeste. Un mago que domina todas las artes del oficio, al que le permitimos todos los trucos. Hasta los que se ven.
Minke
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7 de agosto de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El corazón de la Norteamérica más profunda y provinciana vuelve a ser escenario por enésima vez de un adecuado drama, con gruesas pinceladas de comedia negra, en que tomando fondo con un trágico suceso, salen a la luz como pretexto unos personajes que poco a poco se hacen su hueco en éste hosco escenario ambientado en pueblo llamado Ebbing, en el Estado de Missouri. Rincón herrumbroso donde todo el mundo saca lo peor de si mismo para acabar redondeando éste lúgubre fresco dirigido por el angloirlandés Martin McDonagh (Escondidos en Brujas).

Una brillante Frances McDormand interpretando en profundidad la colérica y poco piadosa madre de una hija brutamente violada y asesinada cuyo caso ha recaído en el más absoluto de los sin resolver por lo que ella decide emprender manos a la obra y dejar en evidencia al xérif (Woody Harrelson) y a los suyos, provocando que monté en cólera su más allegado ayudante (Sam Rockwell), homófobo, racista y cuarentón que vive todavía con su madre.

Lo que se prevé como un intencionado drama acaba dosificado por una irreparable dosis de humor negro en una prueba de habilidad argumental que McDonagh consigue convencer con creces. Duelo sublime entre McDormand y Rockwell, ambos metidos de lleno en sus papeles.
Natxo Borràs
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14 de octubre de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos acostumbrados a historias donde cada personaje asume un rol inamovible. Podrían ir etiquetados, de puro previsibles: el malo, el bueno, el gracioso, el niño pesado, la vecina chismosa.

Tres anuncios en las afueras supone un puñetazo sobre la mesa estimulante y demoledor. Los personajes ¡¡¡dudan!!!. Todo lo que puedas prever al principio, va mutando, oscila (pero ojo, tampoco con esos giros estrafalarios, diametrales, a los que también estamos habituados). Los seres humanos somos poliédricos, influenciables, sufrimos, odiamos, amamos... y aqui estamos ante una película donde ¡por fin! aparecen seres humanos. No viven predestinados por un destino, ni por un guión. El final (que lógicamente no desvelaré), lo dice todo.

Puede criticársele quizá algún elemento inverosímil o hiperbólico, pero estamos ante una obra de ficción, ante una obra de arte. Si "Cien años de Soledad", que es una maravillosa ida de olla, es en su género una obra cumbre, "Tres anuncios en las afueras" merece, cuando menos, cierta comprensión (guardando las distancias, por supuesto: que nadie piense que pongo ambas obras al mismo nivel).

En cualquier caso, es una magnífica película, de visión obligada para aficionados a las historias de verdad, de las que llegan al alma y dejan poso.
MiguelValleladoVila
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