El beso del asesino

La primera película del endiosado Kubrick dónde se me vuelve a confirmar mis temibles sospechas de que como toda su obra estamos ante un film sobrevalorado. "El beso del asesino" es una buena película, pero nada genial, un film-tipo para que cualquier fulano con talento (y Kubrick, que duda cabe, tenía mucho) demuestre su estilo, sus señas de identidad, su concepción cinematográfica. Pero no es una obra maestra, aunque a primera vista reunía elementos suficientes para haber llegado a ello, ni mucho menos, es la típica película eficaz por dar a conocer a un autor y llamativa por su voluntad de estilo (recuerda a Cassavettes), la típica película que cualquier buen cineasta primerizo (y cuántos ha habido) han parido. Eso sí, y pasando ya de discutir si es mejor o peor que sus posteriores y alabados films, éste es más normal, sencillo y menos pretencioso que los discursos filosóficos de sus sofisticadas y detallísimas e indiscutidas obras maestras. Y yo la prefiero.

Esta película (por los pelos no hablamos de corto) la primera no repudiada por su creador, no es que sea una genialidad, pero tiene puntos muy interesantes y por ello merece su visionado. La escena de la bailarina, tan minimalista, como de "relleno" para que fuera un largometraje, es sombríamente bella. El asesinato en el callejón con las sombras ejecutoras. El combate de boxeo (aunque de plano abusivo). Y por supuesto el final, rodeado de maniquíes que vivieron tiempos mejores.

Se nota que el maestro Kubrick estaba en fase de aprendizaje, y que sirvió bien, ya que después haría una de sus obras maestras, "Atraco perfecto". Los actores son muy "amateur", pero la película sigue siendo interesante.

Como su primer proyecto, “Fear and Desire” había tenido una acogida más o menos respetable por la crítica (le gusto más a esta que al propio Kubrick) el director pudo continuar soñando y seguir dirigiendo proyectos. Su segunda adaptación sería “El beso del asesino”, una película de corta duración (poco más de una hora) que serviría a Kubrick para seguir cimentando la leyenda. También como Fear and Desire, su tío farmacéutico, Moris Boussel, fue clave para el apoyo económico del film, invirtiendo cuarenta mil dólares en él. Finalmente la película recaudaría poco más de lo que llegó a gastar, así que podemos decir que paso sin pena ni gloria en temas de taquilla (de hecho se estrenó en septiembre pero no llegó a navidades). La crítica fue ligeramente más dura con esta que con “Fear and Desire” y con razón. La película carece de alma y se trata más de una recopilación de momentos claves del género, que construir una personalidad propia. Cierto que tiene una factura mucho más acabada que “Fear and Desire”, pero le falta alma y garra.

La historia bebe mucho sobre los films franceses llamados Noirs, películas de cine negro que se acostumbran por tener tramas sórdidas que incluyen delincuencia, prostitución, violencia en calles inundadas por la niebla (lo que permitía una fotografía muy distintiva) y secuencias de persecución por tejados (no es broma, son muy abundantes en este tipo de películas). Pese a que el trabajo de guión sigue formulando en los títulos de inicio, acreditados al propio Kubrick, en realidad no llegó a escribir la obra totalmente, sino que se sirvió del escritor Howard Shackler. El director le pidió a este que realizara un guión con una serie de indicaciones (escenas que había de tener el guión como un combate de boxeo, una persecución etc..), Shackler no quería firmar él mismo el guión porque no creía que la película le fuera a dar el prestigio suficiente, ya que él estaba intentando ganarse un hueco en el mundo teatral. No sólo son las situaciones las que son sacadas del género, sino también la ambientación y parte de la iluminación (a destacar el gran final, lleno de luces y sombras, rodado como ballet, seguramente la parte más interesante de la película)

De todas maneras el guión contiene todo lo que pidió Shackler y lo que Kubrick necesitaba para la película, que no deja de ser un compendio de clichés sobre el cine negro. Evidentemente el director poco podía hacer en cuanto a creatividad porque andaba sobre la cuerda floja. Un paso en falso y el director se habría tirado al vacío. De todas maneras hay una diferencia notable entre esta segunda película y “Fear And Desire”. Aquella, aparte de ser una idea totalmente original de Kubrick, se trataba de un ataque a la ideología conservadora de Hollywood, mientras que el beso del asesino tiene más de complaciente con la industria. No es que Kubrick se rinda ante ella, porque de hecho es un claro ejemplo de cómo no rodar el glamour, pero Kubrick tiene un factor que si interesa a la industria, el púbico.

Kubrick nunca renegó de él. Él siempre quiso llegar al máximo número de espectadores posibles. Esto no quiere decir que el director se vendiera a la industria, ni mucho menos. Como humanista, él intentaba en cierta manera educar el gusto del espectador, mostrando en sus películas una serie de imágenes de gran belleza para que se quedaran grabadas en su retina. También es cierto que el ego hay que alimentarlo, y Kubrick tenía uno de los más grandes.

Para los actores, Kubrick se sirvió de un reparto que se ajustaba a su prespuesto económico. Al igual que pasó con “Fear And Desire” no pudo pagarles a todos de primeras, sino que se vio obligado por necesidades a realizar diversos plazos, de hecho Kubrick recicló alguna que otra imagen de cuando había realizado pequeños documentales sobre boxeo para sus primeros trabajos para la revista “Look” y “Life”. Uno de ellos se trató de “Day of the fight”, documental sobre un púgil amateur, de 16 minutos de duración, Kubrick cogió alguna imagen de ahí. Volvió a contar con Frank Silvera, que ya había participado en su primera película, y también el reparto incluye su pareja de entonces, Ruth Sobotka.

http://neokunst.wordpress.com/2013/04/03/ciclo-kubrick-el-beso-del-asesino/

El beso del asesino de Stanley Kubrick, es una cinta de intriga. Dirigida, producida, fotografiada y con el guion de Kubrick. La dirige con un ritmo dinámico, y ya se ve en ella atisbos de gran cineasta. Novedosa para la época, en cuestión de planos, cámara y fotografía, y con un resultado capacitado y correcto dentro de su filmografía.
Los movimientos de cámara y planos, están muy trabajados y son innovadores, con cámara en mano, subjetiva y travellings con grúa, que dan gran realismo y dramatismo a las escenas, estudiados y trabajados en detalles y dejando patente su calidad cinematográfica.
La fotografía, tampoco se queda atrás, con un gran trabajo de luces en blanco y negro. Y obtiene un resultado sensacional y llamativo, que sorprende por su estética elaborada y bella. Y la música, es hermosa y competente, acompañando el film en todo momento de forma acertada, ya que le imprime un ritmo apropiado y vigoroso.
También la narrativa clásica y simple, usada por los protagonistas con voz en off, explicando la trama, es intrigante y misteriosa. Y el montaje de la misma, utiliza el flash-back y el flashforward durante todo el film, el cual por cierto es casi un mediometraje.
Para finalizar, cabe destacar el guion interesante, atractivo y sustancioso. Y señalar unas actuaciones sin caras conocidas, con Jamie Smith aceptable pero poco expresivo, Irene Kane apática y sin brillo, y Frank Silvera cumplidor y destacable.
En definitiva, un film que sin ser de los mejores de Kubrick, es digno de destacar por tener varios detalles excepcionales de calidad cinematográfica, y por estar hecho prácticamente al completo por Kubrick. Al cual, por aquel entonces, le quedaba por delante una soberbia e inigualable carrera cinematográfica.

Hubo un tiempo en que Stanley Kubrick tenía que ganarse su (legendaria) reputación y cuyas películas se hacían con cuatro duros. Su primera película se estrenó en 1953 y al futuro realizador de 'Senderos de gloria', '¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú' o '2001: una odisea del espacio' pareció no gustarle demasiado porque intentó destruir casi todas las copias de 'Fear and desire'. Aún quedan algunas copias. Dos años más tarde, un 1 de octubre de 1955, se estrena en Estados Unidos la segunda película de Kubrick y esta vez no lo mandó destruir.

En 'El beso del asesino', Kubrick nos enseña en poco más de 1 hora la historia de cine negro entre un boxeador fracasado y una historia en la que se verá envuelto por una mujer.

Y en poco más de una hora y con un presupuesto no holgado precisamente, se ven maneras al por entonces imberbe realizador de largometrajes. Los actores, a pesar de no ser de lo mejorcito del mundillo, interpretan sus respectivos papeles con un mínimo de calidad, el guión está bien estructurado y no deja apenas que la película decaiga en el aburrimiento. Y la labor de fotografía es igual de aceptable.

Con Stanley Kubrick ocupándose de la producción y sabiendo como de perfeccionista era, no es de extrañar el correcto resultado para una película hecha con pocos recursos y con algún problema que otro en su rodaje. Más que nada, esta película queda como una interesante obra que sirve para ver como era el principiante Stanley Kubrick antes de alcanzar la fama mundial y ser considerado uno de los grandes directores de toda la historia del cine.

Con estos argumentos queda claro que este largometraje merece la pena verlo por ver los principios de un mito.