Un gángster para un milagro

Pocketful of miracles (Un gánster para un milagro), es una película dirigida por Frank Capra en 1961, sobre el guión de Jimmy Cannon, Hal Kanter, Harry Tugend y Robert Riskin a partir de la historia de Damon Runyon, música de Walter Scharf y fotografía de Robert Bronner. De origen italiano, Capra legó al cine una cincuentena larga de largometrajes de gran factura cinematográfica, entre los cuales ‘Sucedió una noche’ (1934), Arsénico por compasión (1944), o ¡Qué bello es vivir! (1946).

Algo debió ver el realizador en ‘Dama por un día’ (1946) para que más de una década después se lanzara a hacer su propio remake con la enternecedora ‘Un Gánster para un milagro’ desde la experiencia conseguida y madurada hasta ese momento junto a un diversificado elenco superando de largo los cien intérpretes, en una historia donde todo gira alrededor de dos realidades enfrentadas por la inoportunidad del destino: la insalvable realidad de Annie Manzanas (Bette Davis) y la inesperada visita de su hija Louise (Ann-Margret) ,junto al Conde Alfonso Romero (Arthur O ‘Connell) y su hijo Carlos Romero (Peter Mann), con el propósito de sellar un compromiso de altos vuelos.

Los acontecimientos se suceden de forma tan vertiginosa que al Dandi (Glenn Ford) le mantienen en vilo constante gracias al enfurruñado Alegre (Peter Falk), al servicial Chico (Mickey Sahughnessy) y a la voluntariosa optimista Queenie (Hope Lange) junto a los acertados consejos de Annie y sus colegas Cabeza Buque, Muda o Risueño entre otros, completando así el círculo de influencia más cercano a las decisiones del jefe.

La puesta en escena de una mentira bondadosa se hace necesaria con el único fin de convertir por unos días la realidad en efectiva alegría válida a los ojos de tan ilustres visitantes y rubricada por, entre otros, el mayordomo Hudgins (Edward Everett Horton) y el Juez Henry G. Blake (Thomas Mitchell) mediante su infinita capacidad para salir airoso de situaciones embarazosas entre las cuales el noble juego a siete bandas, o el dilema sobre la menudencia de una dote en liza.

Asistimos pues al visionado de una comedia en la que Capra revaloriza la alta comedia aumentando su interés hacia el atractivo y entretenido remake de Pocketful of miracles que el espléndido cuadro de interpretes llevó a cabo en su día para beneficio de la cinematografía actual, haciéndolo realidad por el gran número de escenas donde la narrativa fluye sabiamente ligera ante la fragilidad de una línea divisoria entre buenos y malos convirtiendo Un gánster para un milagro en necesaria referencia a problemas emocionales que han de hacerse realidad pese a quien le pese sin distorsionar el entorno más de lo necesario.

Como película para Navidad no está nada mal. Una película de buenas acciones y de buen humor, gracias a Peter Falk. Interesante el papel de Bette Davis, donde al principio de la película se la ve fatal y luego resurge, creo que es un papel a su medida.

Capra ha sabido mezclar bien a los personajes y darles su toque de personalidad propio para el personaje.

Última película de Frank Capra, un director con cierta tendencia al azúcar que a mí personalmente la mayoría de las veces me sabe a demasiado dulce e idealista. En este caso, "Un gánster para un milagro" no es que me haya entusiasmado, ni mucho menos, de hecho en algunos pasajes puede cansar, evidentemente sus 136 minutos de metraje son demasiados. Sin embargo, se salva por los pelos por el excelente reparto que atesora, en concreto Glenn Ford está muy gracioso, en el que hay reseñar el debut en el cine de la joven y atractiva Ann-Margret; porque tiene cierto estilo, buenas intenciones y algunos puntos divertidos. En cambio la historia en sí deja de sorprenderte en cuanto se destapa el leitmotiv, se hace un muy discutible elogio a la mentira y al engaño, y la ambientación del año 1933 es inexistente del todo. Especialmente la moda femenina, que es de 1960 sin ningún disimulo.

La película tiene más cosas que comentar. Por ejemplo, que con la excusa del buen rollo, asistimos a una serie de atropellos, como el secuestro de periodistas, pero sobre todo al peloteo del poder y el dinero, políticos que hacen la vista gorda ante la corrupción por una buena causa o mafiosos reciclados en dulces hadas madrinas. Pero no, me voy centrar en lo que más me ha llamado la atención, que es esa bandera que aparece en el puerto en el coche del cónsul. Resulta que nos dicen que el prometido es un conde italiano pero la bandera tricolor republicana lo delata: el conde no es Rómolo sino Romero. En efecto, que él y su padre son españoles, lo que me lleva a preguntarme por qué les han cambiado la nacionalidad. No lo sé pero no dejo de pensar que es para evitarles que los del Frente Popular los asesinaron junto a su futura mujer en la inminente Guerra Civil, lo más seguro al ser nobles.

Me aburrí mucho. Tiene una excelente recreación de la época, los actores a pesar de estar algunas veces pendientes de las cámaras no decepcionan, aunque son demasiado histriónicos; también se pueden destacar algunas escenas corales que están muy bien y algún chiste suelto. No dudo del mensaje, al contrario, lo comparto; si uno puede ayudar a alguien porqué no hacerlo; pero la película es un tostón, con "Qué Bello es Vivir" (6) ya me llevé otra decepción pero no tan grande como ésta.

Dr. Hackenbush.