Frances Ha

Película de agradable visionado, provoca numerosas sonrisas y alguna que otra carcajada.
Gira en torno a las dificultades de una desastrosa veinteañera aspirante a bailarina para sobrevivir en la gran manzana, pagar el alquiler, y mantener su círculo de amistades en armonía mientras cada cual intenta posicionarse en el mundo de los adultos.

Habla de amistad, de sexo, de amor, de soledad, de los recuerdos de la infancia.
Interesante sin duda, aunque hay algunos minutos un tanto repetitivos.

La nouvelle vague ha sido para Woody Allen lo que éste es ahora para Noah Baumbach, situación que queda patente en la nueva obra de este prometedor director de la denominada “generación del 69” (junto con Wes Anderson y Spike Jonze, con los que, curiosamente, coincide actualmente en cartelera, aunque se trata de una obra más cercana a otros estrenos, como "Oh boy" o, incluso, "Oslo, 31 de agosto").

Ya desde la secuencia inicial se observa las características formales que predominarán a lo largo de toda la película, a la vez que describe a la perfección la situación de su personaje principal: Frances, una joven, ya no tan joven, cuya vida es tan impredecible y abrupta como el montaje de la película, con elipsis tan grandes como los saltos que da de casa en casa, corriendo de un lado a otro de la ciudad (como Denis Lavant en “Mala sangre”, de Leos Carax, el gran heredero de la corriente cinematográfica francesa antes nombrada), sin terminar de encontrar su sitio, pero incapaz de dejar de luchar por sus sueños y “sentar la cabeza”.

Comienza, por tanto, un viaje introspectivo, inicial y erróneamente enfocado en un sentido literal, lo que la lleva a descubrir que el error del sueño está en su planteamiento. Todo ello, teñido por un claro tono agridulce, de engañosa improvisación, mezclando drama con humor de una manera tan sutil como efectiva, creando una atmósfera de aparente ligereza, apoyándose en el carácter excéntrico de la protagonista (una fantástica Greta Gerwig, pura naturalidad, con unos contrastes tan radicales como los de la bella fotografía en blanco y negro), a la que trata con tanto cariño como dureza, tejiendo un personaje con carácter y profundidad, imperfecto pero apasionante, y, ante todo, entrañable.

Sin embargo, su arco dramático se antoja algo escueto y difuso, y los secundarios quedan desaprovechados y ciertamente desdibujados, obligándonos a rellenar las lagunas narrativas de las relaciones que establece con éstos. La película va aminorando el ritmo y el interés poco a poco, y, a la hora de metraje, parece metida en un callejón sin salida, pero sólo lo parece: en su parte final, retoma toda su fuerza inicial y consigue cerrar un estimable relato sobre la madurez, resumido en su plano final. Tan aparentemente intrascendente como potente.

Ésta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/

Con “Frances Ha” estamos ante otra película que se ve superada por su personaje principal. Frances, la protagonista a la que deducimos que Greta Gerwig aporta bastante más que su propio físico, absorbe y desprende todo lo bueno y lo malo que ofrece esta comedia de marcado carácter independiente. Y es a través de ella que observamos los entresijos emocionales de esos eternos adolescentes que se resisten a dar el paso definitivo a la edad adulta y que pueblan la cinta de Noah Baumbach estableciendo un retrato generacional más amable de lo que podría ser previsible. Mediante unos ágiles diálogos y una puesta en escena sencilla pero efectiva, que refuerza en su blanco y negro su autoafirmación como comedia alejada del poder mainstream, “Frances Ha” se impregna de la esencia de Frances, un personaje del que es difícil no sentir complicidad, cuando no fascinación. Inmadura, impulsiva y caótica Frances nos acaba atrapando en su optimismo vital no exento de vulnerabilidad y cierta melancolía. Y es ahí donde está, bajo mi punto de vista, lo mejor de la cinta de Baumbach. Porque más allá de fiestas, pisos compartidos, dificultades laborales y ligues ocasionales, es en la soledad de Frances donde encontramos los componentes esenciales que Baumbach caza en toda su patética dimensión. Unos pies desnudos corriendo sobre el asfalto tratando de alcanzar un tiempo que se ha transformado en pasado.

Lo mejor: su irreductible optimismo.

Lo peor: su tramo final.

Noah Baumbach guía a su querida pareja, Greta Gerwig, en una simpática pero no por ello menos dramática historia en la que se refleja como nos negamos a hacernos mayores estirando como cada uno quiere y económicamente puede su juventud.

Un guión que nos narra a la perfección la vida de Frances y sabe escoger bien y sin saturarnos los momentos en los que su personaje da más de sí.
El hecho que sea en blanco y negro es un total acierto reflejando claramente la sociedad que envuelve el mundo de Frances, así como marcar los capítulos con las calles. La música como no podía ser de otra forma tiene un papel clave en la obra.

Con un fantástico y genial final, Baumbach sabe ponerse en la piel de numerosas personas que de una manera u otra tratan de sacar su vida soñada adelante y luchar por lo que realmente quieren hacer, aunque el destino se lo ponga realmente difícil.

Aceptamos el film como un guiño a cosas conocidas. Es verdad que Frances. en muchos momentos, nos parece un poco no sólo infantil con sus 27 años, sino estúpida. Es verdad que conocemos poco de sus amigos y que son clichés neoyorkinos, pero se lo perdonamos, es verdad que llegamos a entender poco de la amistad con Sophie, pero.. son tan encantadoras..es verdad que todo discurre dentro de la mas aterradora nadería y parece que conduce al desastre.. pero al final nos reconciliamos con Frances, porque ha conseguido su pequeño lugar en el mundo.. ¿porque se lo ha dado el guionista-director?.. es verdad que parece que por el film discurre el espíritu del Woody Allen neoyorkino, es verdad que hay un guiño fuerte y sofisticado a la Nouvelle Vague - Un viaje a Paris, como el no lugar por excelencia. Pero nos queda la certeza de que Woody Allen lo "hizo" mejor, que Rohmer tambien y que esta Frances tiene algo de trampa de lugares conocidos, pero mal y algo tramposamente descritos.. pero con un guiño a Cortazar... ¡"Queremos tanto a Greta"!