Atracción fatal

Lo que me ha gustado

Un par de personajazos, bien actuados por Michael Douglas, pero aún más destacada Glenn Close, entregada y neurótica en un personaje que pone los pelos de punta. Y es que hay que sentir lo que esa mirada logra en el espectador. Es cierto Glenn en tu pared hará falta el Oscar pero de que sos una de las mejores actrices de los últimos 40 años, lo sos.

Una dirección lograda, Lyne, un director habitual en estos temas de los bajos deseos humanos y lo que ellos provocan, no deja que el filme caiga en lo barato, aunque el final con todo y lo emocionante que es, se le salga un poco de las manos.

Genial banda sonora Maurice Jarre

El filme tiene suspenso, y lo sabe mantener casi en todo su metraje. Nunca un simple teléfono sonando genero tanta intriga.

Es un filme que enfrenta a sus personajes con sus deseos precaminosos, pero genera en el personaje de Douglas ese flagelo de culpa, ese peso por el error cumplido. A nivel de disección es hasta interesante para hacer un cine foro sobre los micromachismos reflejados en la película.

El filme se mueve bien entre lo erótico, el suspenso y el drama.

Lo que no me ha gustado

Ya a la hora ha pasado demasiado, y el director no parece saber que hacer con eso. Entra en convencionalismos como lo legal y la policía que no llega a ningún lado más que generar metraje.

De alguna manera, posiciona a la mujer en lugar cuestionable. Puedo y pudo prestarse para estereotipos odiosos.

El final es un tanto, algo más que Intenso-Dramático.

Opinión Final: Filme que hay que poner aquellos patas vueltas que quieran jugar de listos con una infidelidad, la gran moraleja de la película es que todo tiene un precio, que nuestros deseos carnales nos pueden llevar a cometer errores irremediables. Es cierto exagera en la exposición de algunos eventos, pero no se siente ridícula. Tiene secuencias muy bien logradas y Close está genial y comprometida.

Una alteración en el final original convirtió a Fatal Attraction (1987), dirigida por Adrian Lyne y pensada como un denso drama erótico y familiar, en una película de terror. Fue una de las obras más polémicas de su tiempo. Glenn Close sigue repudiando el cambio en el desenlace.

Por Nicolás Bianchi

Al día de hoy Glenn Close reniega del final de la película que la consagró como estrella de Hollywood. Cuando el rodaje había terminado y todo estaba listo para el estreno, las devoluciones que la productora recibió de las proyecciones previas llevaron a la toma de una decisión tajante. Para que Fatal Attraction fuera un éxito había que cambiar el final. La leyenda cuenta que en las tarjetitas que esos espectadores, supuestamente diversos y pre seleccionados, llenaron se repetía una frase: ‘kill the bitch’ (maten a la perra).

La película primero presenta al protagonista masculino. Dan (Michael Douglas) es un abogado de una compañía editorial. Es exitoso en su vida profesional, al parecer sus jornadas de trabajo son arduas, y vive en un muy coqueto apartamento en New York junto a su familia. En las primeras escenas, que comparte junto a su esposa Beth (Anne Archer), sutilmente se lo muestra un tanto agobiado por las pequeñas tareas cotidianas como pasear al perro o ver interrumpida la intimidad junto a su mujer por la presencia de su pequeña hija.

Dan tendrá un fin de semana de supuesta soledad, ya que su esposa y su hija partirán a pasar unos días en el campo y él permanecerá, por cuestiones laborales, en la ciudad. En una reunión en la empresa en que trabaja vuelve a cruzar su camino con Alex (Glenn Close), a quien había conocido muy brevemente en una fiesta. Del trabajo pasan a tomar una copa en un bar y de allí al departamento de él.

La primera escena de sexo entre ambos los muestra en la cocina. Ella está subida a la mesada, durante la relación abre el agua de la canilla, se mojan, todo es exageradamente apasionado. Luego, ya en la cama, y durante un intervalo, ella le propone seguir con el plan nocturno. Van a bailar salsa y luego a la casa de ella, donde esa exagerada pasión se traslada a un ascensor. Al día siguiente se encuentran en un parque y ella comienza a mostrarse un tanto alterada con la posibilidad, más que cierta, que esa relación se termine junto con el fin de semana. Antes de que Dan, más tarde, se vaya del departamento, Alex se corta las dos muñecas. La situación finalmente es contenida pero está más que claro que para ella el vínculo con él no terminó allí.

Alex está mostrada en la película en permanente contraste con Beth. La mujer de Dan es la mujer realizada, que formó una familia. En Alex, en cambio, habita la desesperación. Tiene 36 años y la posibilidad de conseguir todo lo que Beth tiene se le escurre entre las manos. Esa pasión que había mostrado en el sexo era un síntoma también de su realidad, de querer aferrarse a Dan a como dé lugar.

Cuando ella una y otra vez vuelva a buscarlo, Dan se mostrará frío pero cortés. El personaje interpretado por Michael Douglas jamás siente remordimiento por lo que hizo sino que simplemente quiere evitar que su mujer se entere de lo sucedido. Cuando Alex le diga que está embarazada, y que no quiere abortar, todo se complicará aún más. Dan, a pesar de no querer hacerse cargo de su desliz, empieza a ser mostrado como una víctima de Alex. Ella, a su vez, también podría ser pensada como una víctima de una exigencia social que si no se concreta puede llegar a frustrarla de por vida.

Una cinta que admite muchas lecturas y puntos de vista, pues desde el punto de vista de la mujer (Alex), forzosamente es diferente del la visión de la situación del hombre que ve amenazada su seguridad doméstica y su perfecta familia. Entonces si todo es perfecto, ¿por qué lo hace? Pues para estropearlo, seguramente, porque está cansado de estar demasiado bien.
Lo que me fastidia es que todos dicen que ella está loca, pero nadie se da cuenta de que el punto de vista de ella es tan válido como el de él y no es tan egoísta, porque ella está en su derecho de tener a su hijo y el otro (Douglas), quiere privarla de ello. Muy egoísta de su parte.

En una de las escenas clave de la película, podemos ver a la calculadora y destructiva Alex Forrest mirando fijamente a Dan, esbozando una torcida sonrisa y advirtiéndole "Si juegas limpio conmigo jugaré limpio contigo".
No hay nada más que añadir, y mientras yo con los pelos como escarpias. Lo cierto es que "thrillers" que te pongan los nervios a flor de piel como este clásico de los '80 no hay muchos.

El guionista y director James Dearden transformó un cortometraje realizado por él para la televisión británica tiempo atrás llamado "Diversion" en lo que sería el futuro argumento de "Atracción Fatal". Por mediación del productor Stanley Jaffe, quien le pidió que retocara la historia incluyendo un nuevo final, conoció en poco tiempo al responsable de "Flashdance" y la muy controvertida "Nueve Semanas y Media", Adrian Lyne, cuyo característico cine, salpicado de intrigas sexuales y repleto de personajes obsesivos, encajaba a las mil maravillas con el guión de Dearden.
La historia empieza con un abogado de Manhattan llamado Dan Gallagher felizmente casado, padre de una niña y poseedor de un pisito de lo más apañado, es decir, que tiene una buena vida y no se puede quejar de nada; pero todo su mundo va a verse trastocado sin remedio cuando conozca a una mujer por casualidad, Alexandra Forrest. Sus miradas se cruzan en mitad de una fiesta, la atracción entre ellos ha nacido, y sin haberlo previsto dicha atracción se convierte en infidelidad de un plumazo cuando la esposa y la hija de Dan se encuentran de viaje.

El misterio de "Atracción Fatal" se construye en base a uno de los elementos más clásicos del "thriller", la infidelidad, poniendo Lyne de manifiesto su mano maestra para crear el clima idóneo de tensión y desasosiego que circula por todo el metraje combinándolo con buenas dosis de erotismo y drama de tintes psicológicos, mostrándose el conjunto como un matrimonio perfecto entre el cine negro de Hitchcock y su alumno más cercano, Brian DePalma, y la esencia de "Fuego en el Cuerpo", además de inspirarse Dearden en el debut como cineasta de Clint Eastwood, "Escalofrío en la Noche", con el que comparte varios puntos en común.
Comienza un tórrido romance clandestino de dos días, todo es pasión y desenfreno...pero para Alex no es suficiente. Su obsesión por Dan crece, éste no sabe qué hacer con ella aunque su decisión es firme: la desea, pero, por desgracia, ya está casado. Así que lo que antes era aventura deriva en acoso, y poco a poco en tortura; el psicótico, cambiante y retorcido comportamiento de Alex acorrala a Dan, quien está dispuesto a hacer lo que sea con tal de proteger su núcleo familiar, algo que amenaza con desmoronarse de forma inminente.

Es cierto que muchas veces nos a pasado a muchos de nosotros, tanto directa como indirectamente, nos hemos cruzado alguna vez con una mujer "Alex Forrest" (me incluyo en ese grupo, por desgracia). Con ellas es difícil hacer predicciones, desconoces lo que va a pasar a continuación si tienen el mando; desde el primer momento en que Alex pone los ojos en Dan sabemos que algo bueno no va a salir de ese encuentro. En ella, fascinante y ardiente, descubre el lado opuesto de su esposa Beth, pero el rechazo despierta la parte inestable, maníaca y peligrosa de la amante.
En incógnita permanece su pasado. Ni Dan ni nosotros sabemos (todo un acierto) qué tipo de traumas sufrió Alex para ser así; cuando observa por la ventana la bonita escena familiar siente celos y náuseas al mismo tiempo (de niña no se crió en el seno de un cálido hogar, o tal vez sufriera algún tipo de abuso en él). Esa seguridad y tranquilidad de la que Dan puede gozar, la que da la clásica y feliz familia americana (mujer, niños y un perro), es lo que Alex pretende manipular, para así reemplazar a Beth...pero como vemos en ese final lleno de moralina, la buena esposa es la que acaba ganando a esa especie de invasiva mujer-monstruo, encarnación de los miedos atávicos del hombre.

Gran retrato de personajes el que plantea Lyne. Michael Douglas, Anne Archer y una Glenn Close que pone la carne de gallina cada vez que aparece en pantalla, conforman un triángulo de emociones cruzadas con el que el público se puede identificar fácilmente. Destaca también la pequeña Ellen Hamilton Latzen, que para su edad ofrece una brillante actuación. Su predecible final, resultado de un cambio que Dearden realizó por exigencia de los productores, peca de convencional y moralista.
Y hay más de una incongruencia por ahí (la secuencia en la que Alex se lleva a la niña al parque de atracciones no se la cree nadie), pero "Atracción Fatal" sigue permaneciendo como el gran "thriller" psicológico que es, tan violento y provocativo como la propia Alex Forrest. De su costilla saldrían películas como "Instinto Básico" y "Calma Total" o esas que presentan a personajes invasores del hogar, en la línea de "La Mano que Mece la Cuna", "Falsa Seducción" o "De Repente un Extraño".

Y una última reflexión personal de la que daré cuenta en la Zona Spoiler...

En muchos momentos te parece incluso un film de terror, es increible como pasa rápidamente a la angustia , el suspense máximo y la violencia. La mejor pelicula de Adrian Lyne en mi opinión. Douglas se encuentra como pez en el agua, en un papel que ha repetido de manera más o menos similar en otras películas posteriores y Glen Close fantástica, en su papel más recordado posiblemente. Uno de los thrillers más famosos y de mayor calidad de los 80 sin duda. Marcó estilo.