El plan

¿Qué pueden planear tres antiguos compañeros de trabajo actualmente en paro? Ese es el punto de partida de esta película que tenemos entre manos, inspirada en la obra teatral homónima firmada por Ignasi Vidal.

Tres amigos desempleados se reúnen en casa de uno de ellos para llevar a cabo un plan. Los imprevistos y giros que van surgiendo irán destapando las máscaras que cada uno lleva puesta.

Película muy teatral –se desarrolla prácticamente en su totalidad en la casa de uno de los protagonistas– con un exquisito guion que, moviéndose entre la comedia y el drama, nos va destapando sin darnos cuenta las capas ocultas de sus personajes a través de unos interesantísmos diálogos.

El director madrileño Polo Menárguez cuenta con tres magníficos actores, Raúl Arévalo y Antonio de la Torre, conocidos por todos, que siempre aportan calidad al producto del que forman parte, y un sorprendente Chema del Barco, del que no tenía muchas referencias, que está totalmente a la altura de sus compañeros.

Una fresca y sorprendente película que en sus apenas 80 minutos de duración mantiene la tensión hasta su álgido momento final.

Sudando Cine

Grata sorpresa. No siempre un buen reparto asegura una buena película. En este caso se junta tres actores entregados a sus personajes y un buen guión, adaptación de la obra de teatro homónima.
Quiero resaltar a un Antonio de la Torre el cual, podría meterse en la piel de un oso polar y ser convincente.
Esta es una película para verla tranquilamente, paladeando cada frase y cada gesto de los actores.
La trama es a temporal; lo que le sucede a los protagonistas hace decenas de años que sucede, pero ellos tienen un plan. Un plan que merece ser contemplado.

A ver, el final me ha dejado bastante descolocada, el ejercicio me parece bueno, interesante, es muy Polanski, en cierto modo me ha recordado a Un dios salvaje, cuando empieza cada uno a sacar sus miserias, y momentos de buen royito.
También han hecho participe a terceras personas, eso también me gusta, son personajes que debes imaginar, hasta ahí, la cosa no pintaba mal porque en realidad sabemos que no es nada fácil jugar con un solo escenario sin que decaiga la tensión y entre la historieta de Arevalo y De la Torre, me parecía correcto, además las interpretaciones son buenas, pero ese giro rocambolesco de la historia del barbas, ufff

Buen trabajo de los tres actores. Está claro que la película está basada en una obra para teatro, pero no es para nada "teatro filmado", sino que está bien tratada con elementos cinematográficos. Hace falta talento en la historia, diálogos, interpretaciones, planificación y forma de narrar, para lograr un largometraje que transcurre prácticamente entero en el interior de un piso con tres actores, y que se sigue con interés en todo momento.

Además, los actores son tan buenos que se entiende todo lo que dicen, sin incurrir en un gran defecto de películas españolas desde hace ya bastante, donde la mitad de lo que hablan los actores es ininteligible, y no es cosa mía: lo he comentado con gente a la que le ocurre igual. Aquí no ocurre. Los tres actores interpretan sus diálogos de forma perfectamente inteligible y sin perder naturalidad.

Por supuesto que no se trata sólo de un buen ejercicio de puesta en escena. La película tiene mucha conexión con la realidad actual, pero ya me da un poco de miedo extenderme con eso. Además, una crítica no debe ser más que una impresión y, aparte de no desvelar nada, debe ser breve. Para más, estarían ya los debates entre gente que ya ha visto la película.

Y me dejaba una cosa: el acierto de la duración, durando lo que debe durar, sin tratar de hinchar la historia a dos horas o más, como muchas veces hacen algunos, recargando falsamente y estropeando la película. Bien aquí esto también.

Tres amigos unidos por un gran problema común al que se le suman tres problemas individuales. Este planteamiento, aunque parezca simple, se puede mostrar muy complicado a la hora de solucionarlo. No es el caso.

Se trata de un guión de obra de teatro, como demuestra el reducido número de actores y de escenarios. Y seguramente su representación en una sala de teatro aumentaría el impacto emocional de la obra. Pero, sin menospreciar el antiquísimo arte teatral, el hecho de que sea una película permite al director jugar con más puntos de vista, dar una mayor realidad escénica y, en definitiva, imbuir de lleno al espectador en la historia. Sobre el aspecto emocional; el final es tan desgarrador que su representación causa sensación en cualquiera de sus puestas en escena. Además, las grandes interpretaciones de dos gigantes del cine español, como son Antonio de la Torre y Raúl Arévalo, más un Chema del Barco (nominado a mejor actor revelación por este filme), que se muestra casi a su altura, ayudan de manera mayúscula a avivar la realidad y crudeza de la historia.

El aspecto narrativo de este filme es muy importante, pues, aunque pueda tener momentos que parezcan lentos y que no se entiendan bien, la intensidad de la historia va increscendo hasta que termina por explotar y dejar al espectador boquiabierto.

Pocos peros se le pueden encontrar a este filme en el que llama la atención hasta la manera de plantear el objetivo del filme. Se muestra una clara crítica social en la que lo importante no es lo que causa la situación o el problema, sino las consecuencias que conlleva, perspectiva que no se suele tomar. Y todo esto sin hacer mención directa al problema inicial de los personajes.

Consejo: no hacer caso del título, pues este filme jugará con el público de principio a fin.