Interiores

Esta película supuso un cambio radical en la trayectoria de Woody Allen, después de un montón de comedias y de un drama (Annie Hall) con toques de hilarantes. Como novedades podemos señalar: no hay humor, protagonismo femenino exclusivo (los masculinos son secundarios) y no sale él como actor.

Se trata de un drama psicológico, con influencia clara de Bergman (uno de los grandes maestros de Woody). Una madre desquiciada porque la ha dejado su marido y unas hijas que están frustradas (una por su matrimonio, otra por su profesión, otra porque es incapaz de ser creativa). Existe una competencia insana y una falta de entendimiento brutal entre ellas.

Debe destacarse la hermosa fotografía, la música y (como es habitual en Allen) los excelentes diálogos. No es nada aburrida, todo lo contrario, te transmite un montón de reflexiones acerca de la complejidad de las relaciones humanas (de pareja y materno-paterno filiales).

La puesta en escena también está muy cuidada y la acción se desarrolla, claro, en Nueva York.

Muy recomendable, recordemos las tragedias griegas de antaño, como catarsis espiritual. Los que no hayan visto ninguna película de este director se sorprenderán, y a los que sólo conozcan su faceta de director de comedias igualmente les impresionará.

Por suerte, Allen no se quedó en él, pero parece, a juzgar por esta Interiores, que el paseíto por el anverso tenebroso de la fuerza no le fue, ni nos vino, mal.

Durante un primer tercio parece que tanta domesticidad no puede ser buena y que si el resto de la peli va a ser así no es que vaya a decir "apaga y vámonos" pero a lo mejor me aburro un poco. Sin embargo, la obra va al interior del espectador, y el espectador va al interior de la obra, poco a poco, pero eficazmente.

Un Allen deprimido y desolador nos guía por los entresijos de las vidas de una panda de infelices, con un realismo descarnado, que acongoja. Una auténtica tragedia contemporánea.

Es increíble cómo Woody Allen consigue que una película que consiste en un diálogo continuo no solo NO se haga aburrida, sino que se hace hasta corta. Con unos personajes tan elaborados incluso se podría hacer una serie a partir del propio filme.

No hay elementos que llamen la atención sobremanera, pero lo interesante de esto es que ese carácter sobrio hace que te integres fálcilmente en su mundo y que incluso identifiques a los personajes con los de tu propia familia.

En definitiva, una gran película que ha superado mis expectativas.

PD: Yo vería la serie ;)

Corría el año del setenta y siete cuando un comediante único en su especie era galardonado con los Oscars a la mejor dirección, mejor película y mejor guión original. La película se llamaba ‘Annie Hall’ y, pese a pertenecer también al género cómico, su calidad poco o nada tenía que ver con la de sus antecesoras. A mí, que me encanta fantasear con estas cosas, me resulta inevitable imaginarme a un Woody Allen henchido de orgullo, sabedor de que su momento había llegado. Era hora de pasar página, dejar atrás la comedia y embarcarse definitivamente hacia las tempestuosas aguas del melodrama picado por toda clase de inquietudes existenciales; era hora de seguir los pasos de su ídolo confeso, el irrepetible cineasta sueco Ingmar Bergman.

Pajas mentales a parte, el hecho es que, por una razón o por otra, en su octava película los registros cambian por completo. Técnicamente impecable como el resto, en esta ocasión el siempre desternillante Allen gasea con saña todas las estancias de las que se compone ‘Interiores’, con la idea fija de borrar en ellas todo atisbo de humor, su seña de identidad hasta entonces. El resultado no podía ser otro que el de una historia de caras largas, inmisericorde con el espectador. Agobiados todos, personajes y público asistente, con los complejos, inquinas y reproches vertidos en todas las direcciones posibles, uno no puede evitar echar en falta esos personajes absurdos que abundan en su filmografía, anterior y posterior, pero vestidos de muchos más matices que los que exhiben estos otros que Allen insiste en desnudarnos. En fin, que la pretendida nueva línea a seguir por el neoyorquino, sin ser ni mucho menos un fiasco, nos sirve a algunos más que nada para remarcar, por ausencia, los puntos fuertes que hacen único su cine.

Hoy he visto por primera vez Interiores y ya tengo mis impresiones listas.
La verdad es que me habían hablado fatal de esta película, pero he descubierto con mucho agrado que estaban equivocados. Me ha parecido una película muy buena, es actual, cuenta una historia que nunca pasará de moda porque son problemas humanos que siempre existirán y, además, emula a uno de mis directores predilectos, quizás por el único que siento auténtico respeto, Ingmar Bergman. El genial director sueco que me conquistó con 'El Séptimo Sello' y más tarde con 'Fresas Salvajes'.
Para mí esta película está a caballo entre 'Sonata de Otoño' y 'Como en un espejo' ambas películas de Bergman, por cierto. Aunque 'Interiores' es más soportable que ' Sonata de Otoño' y no llega al grandísimo nivel desplegado en 'Como en un espejo'. Es una película dramática, pero no amargante y creo que Woody hizo un gran trabajo.
Después los actores me han parecido geniales aunque tengo que sobresalir a Diane Keaton y a Mary Beth Hurt por sus soberbias actuaciones.
Veredicto final: mucha gente dirá que tiene tintes europeistas, y es verdad, pero al igual que Bergman consigue crear algo más que un simple drama. Aunque en el caso de Bergman era distinto porque es que encima de todo el hombre metía un humor ligeramente negro en 'alguna' de sus películas. De cualquier manera es un cine sugerente que expone las angustias de Allen quien no temerá hablar del amor o de la muerte si hace falta. La película es todo guión, y excelente, sin embargo el tempo de ésta es muy distinto a las actuales y por eso a mucha gente no le gustará. Yo la recomiendo porque es otro tipo de cine hecho de manera inteligente.