Llevar una novela a la gran pantalla es una tarea ardua y complicada. Si se trata, como en este caso de una excelente novela, que ha tenido mucho éxito (bueno, toda la trilogía) y millones de lectores, más difícil aún. Adaptar una obra supone ofrecer una visión que es distinta a la de la autora y, a su vez, diferente a la que cada lector tiene en su cabeza. Se trata ahora de la interpretación de los guionistas y del director de la película. Una adaptación supone una selección.

Con todo, la película me ha gustado mucho. Los actores están todos creíbles y lo hacen francamente bien, especialmente Marta Etura, en el papel de la inspectora Salazar, un personaje complejo, lleno de traumas, sensible, herido pero a su vez, inteligente y decidida. Muy conseguida la atmósfera del valle del Baztán y los pueblos de la zona. Adecuada la música. Escenas impactantes y bien recreadas.

Eso sí, la novela y la película son diferentes. La película capta lo esencial pero la novela recrea y da muchos más detalles de los escenarios, de los personajes y de la personalidad de Amaia Salazar.

Por cierto, en la novela hay aspectos que son más explícitos que en la novela (en esta última aparecen de forma más ambigua). Por supuesto, que no los voy a contar. Los que hayáis leído la novela y veías la película, seguro que os percatáis.

En definitiva, me ha parecido una muy buena película pero la novela es mejor.

Recomiendo ver la película y leer la novela (incluso si primero veis la película).

Lo mejor de la película es la extraordinaria interpretación de Tosar, pues logra hasta que el espectador llegue a sentir cierta empatía por el degenerado personaje. Además tiene un excelente guión, alejado de los manidos tópicos a los que nos tiene acostumbrado cierto cine comercial norteamericano. La historia es terrible, pero creíble, con giros insospechados y nada previsible. Tiene pocos personajes pero con mucha enjundia. Los escenarios también son exiguos, la calle apenas aparece de soslayo. No importa, lejos de ser un inconveniente, estos aspectos contribuyen a crear el ambiente lóbrego, intimista y oscuro que precisa la trama. El personaje desarma y vence a sus víctimas con la palabra(salvo una excepción): con una engañosa pose de buenas maneras y cierta adulación ( a Clara) y con la hiriente y terrible verdad ( a su propia madre
, a la vecina mayor y a la niña). Hay algún momento de humor, pero es una película desconcertante con momentos angustiosos que atrapa al espectador desde el comienzo.

Se trata de una película patética,sin gracia alguna,sin química entre los protagonistas, con chistes que sonrojan, situaciones que producen vergüenza ajena. Pretende ser una comedia gamberra y se queda en bodrio sin parangón. Personajes surrealistas pero de los que producen pena más que hilaridad. Un error más en la mediocre carrera de Camerón Díaz y una confirmación de que la interpretación no es lo de Timbarlake.

Esta película me hipnotizó desde el principio hasta el final. Es una película misteriosa,que jerce una extraña atracción y fascinación, con un guión excelentemente endiablado y una actriz en estado de gracia. Los celos, los límites entre el arte y la vida, las rencillas en el mundo del ballet...Pero esta peli es-sobre todo-la lucha entre el bien y el mal, el cisne blanco y el cisne negro, el lado claro y oscuro de la vida, las luces y las sombras, y la locura.

La película se tendría que haber titulado BRICK (ladrillo) y no STONE (piedra). Es aburrida de principio a fin, los tres grandes actores que la protagonizan no están a la altura esperable. Es que no pasa nada en todo el metraje, salvo conversaciones insustanciales que no llevan a ninguna parte. El guión es pésimo y con errores insalvables.