Girl

Ni lo que se cuenta es algo inaudito ni es la primera película que lo aborda de manera tan efectiva como artística, pero Girl te atrapa, te involucra en el devenir de su protagonista, en su drama vital, en su capacidad de lucha y también en la tan dolorosa pero entendible falta de resignación que te pone el bello de punta y sirve de broche al filme. ¿El mérito? Un Víctor Polster inmenso y una dirección magistral, con una cámara que no solo filma lo que sucede sino que es parte de ello. Nada sobra. Nada falta (ni han siquiera el minimalista uso de la música).

A la hora de ver "Girl" el verdadero desafío es librarse de todo aquello que condiciona la percepción de una historia tan potente como ésta. Librarnos de prejuicios sociales, de alegatos antidiscriminación, de la inevitable carga política. Quedarnos con el potentísimo retrato que componen en su mayor parte Victor Polster y Lukas Dhont. Retrato de la determinación y la inseguridad, la fuerza y la flaqueza, el sacrificio decidido y el castigo inmerecido. Haciendo de la danza el canal a través del que seguimos un relato de tensión sorda y permanente, que no decae en ningún momento.
Todo esto es lo que hace de ´"Girl" una gran película. Y lo demás está bien, pero para el postureo.

Una película que relata los sentimientos y dificultades de un adolescente que quiere cambiar de sexo.
Hecha con dignidad y de forma amable, aunque no deje de resultar dramática.
Se echan de menos mas dato sobre la información médica de efectos secundarios y posibilidades de quedar satisfecho.

Buena fotografia, sin ser excelente.
Excelente interpretación de sus actores.
Merece la pena verla

El joven Lukas Dhont debuta en el largometraje por la puerta grande con esta historia inspirada en un caso real sobre una chica de quince años, en el cuerpo de un chaval, que hará todo lo posible e imaginable para realizar su sueño: convertirse en bailarina. Los esfuerzos y sacrificios que tenga que realizar no son una barrera para ella. Lara, su nombre en la película, sabe que es una mujer y quiere que su cuerpo se adapte lo más rápidamente posible a su realidad.
Hay varios films que tratan de personajes transexuales o homosexuales que tienen que lidiar contra una sociedad que les rechaza pero en este caso, la joven es aceptada por su familia y compañeros de clase, a excepción de una incómoda escena con las chicas del ballet. Lo que hace singular esta película es la lucha interna de una chica que ha nacido en un cuerpo equivocado, que trabaja con su cuerpo para llegar a ser bailarina profesional pero al mismo tiempo lo rechaza porque no está satisfecha con su cuerpo masculino y desea ser operada lo más pronto posible. La cámara, naturalista, sigue y gira entorno a Lara, ella es la película. Afortunadamente, cuenta con el gran hallazgo de Viktor Polster (de mismo nombre que el de la protagonista en su origen), un bailarín profesional que ofrece una interpretación contenida y con el que el espectador enseguida empatiza fácilmente. Las escenas de clase de ballet en que la cámara sigue sus movimientos llegan a ser inmersivas para un servidor, y en algún momento se parecen a las “Cisne negro” de Aronovsky aunque son películas distintas. Este film honesto no rehuye en mostrar aspectos que pueden ser incómodos sobre el cuerpo de Lara y la dura escena en el desenlace es la consecuencia del dolor que ella sufre al querer tener un cuerpo totalmente femenino. Pero hay que decir que la intención del director no es hacer una película de cine de autor minoritaria sino llegar al gran público para contribuir a hacer más visible y aceptar una realidad aunque sea diferente.
El largometraje triunfó en la sección Un certain regard del pasado festival de Cannes al ganar la Cámara de oro a mejor ópera prima, el premio de actuación para Polster y el FIPRESCI de la crítica. Además, ha recibido el premio del público a mejor película europea en el festival de San Sebastián, ha sido la seleccionada para representar a Bélgica en los próximos Oscar y esperemos que continúe un buen recorrido también en los premios del cine europeo.

Valoración: 8

Lo mejor: el trabajo de Viktor Polster y cómo está tratada su lucha interna.

Lo peor: el visionado puede ser agotador pero vale mucho la pena.

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Lara. Te odio. Es más: Me caes como el mismísimo culo. Considero bajo mi criterio y opinión personal que la sangre no te llega al cerebro y que por eso eres jodidamente estúpida. Si no, no me lo explico. Hala. Ya está. Ya lo he dicho.

No sé si el número de neuronas del tipo que ideó el guion se pueden contar con los dedos de la mano de un pingüino. O si a apenas nacer lo amamantaron con Redbull, porque no puede existir guion más absurdo en la historia del cine.

A ver, la película me parece lo más decente como para ponerle un 5. Pero aquí el problema es Lara, que es idiota. Por qué no piensa, ni su padre, ni la maestra del ballet, ni siquiera la doctora que estudia su caso, ¡maldita sea, todos los personajes son miserablemente estúpidos!