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La mejor oferta

Intriga. Romance. Thriller. Drama Virgil Oldman (Geoffrey Rush), un hombre solitario y excéntrico, es un experto en arte y un agente de subastas muy apreciado. Su vida transcurre al margen de cualquier sentimiento o emoción hasta que conoce a una hermosa y misteriosa joven (Sylvia Hoeks) que le encarga tasar y vender las obras de arte heredadas de sus padres. Esta joven, que sufre una extraña enfermedad psicológica que la mantiene aislada del mundo, transformará para ... [+]
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Críticas 161
Críticas ordenadas por utilidad
5 de diciembre de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tornatore tocó el cielo con “Cinema Paradiso” y, tras haber creado la que para mí es la obra cinematográfica más excelsa desde el nacimiento del cine, ha seguido dando muestras de su enorme potencial. Versátil, haciendo gala de su prodigiosa imaginación, ha abordado registros radicalmente diferentes entre sí, no solamente como director, sino también como guionista.
En esta ocasión ha rodado íntegramente en inglés (su fichaje estelar, Geoffrey Rush, lo merecía) la historia de un hombre de mediana edad muy rico y solitario, consagrado a su profesión de tasador de obras de arte y subastador, oficios en los que es uno de los mayores expertos mundiales. Se tiñe el pelo para ocultar las canas, usa guantes continuamente para no tocar directamente nada ni a nadie, es maniático, meticuloso hasta el vértigo, y su mayor afición consiste en coleccionar pinturas de todo tipo de artistas en las que aparecen mujeres guapas de cualquier época. Posee decenas, todas cubriendo hasta el techo las paredes de un cuarto secreto en el que a Virgil Oldman le gusta recrearse en sus ratos libres. Todos estos cuadros los adquiere a buen precio en complot con un viejo amigo, Billy (Donald Sutherland).
Virgil en sus bastantes años no ha tenido relaciones sentimentales con mujeres porque las teme tanto como las admira. Para él son como esas figuras de los cuadros, hermosas, enigmáticas, imposibles de conocer ni comprender. Todas esas féminas de pincel lo miran desde una dimensión que él se siente incapaz de alcanzar, tan misteriosas como una lengua arcana cuyo significado se haya perdido en el transcurso de los siglos. Por lo tanto, Virgil tiene pánico al género femenino, tanto como lo tiene a tocar con las manos desnudas.
Y este casi misántropo de vida extremadamente ordenada, que apenas tiene un par de amigos, conoce por su trabajo de tasador de arte a una joven (Sylvia Hoek) que es tan misteriosa como las chicas y damas de sus pinturas, una joven con agorafobia con la que se comunica por teléfono o a través de una pared. Él se siente cada vez más fascinado e intrigado por ella y consulta a su amigo Robert (Jim Sturgess), un manitas con gran talento para reparar y reconstruir mecanismos (y con mucho éxito con las mujeres), para que lo aconseje sobre la manera de proceder con Claire.
Vamos asistiendo al deshielo gradual de un hombre que empieza a surgir de su caparazón (el pavor de Claire a salir fuera y contactar con el exterior no es la única manifestación de la fobia a relacionarse e involucrarse con la gente, también lo es la rutina de solterón empedernido de Virgil, que se siente más cómodo con los objetos antiguos que con las personas), con no pocos toques de excentricidad (por ejemplo, la mujer del bar de enfrente que nunca olvida nada y que recita ante los curiosos parroquianos retahílas de números y datos), muy propios de Tornatore, que enriquecen la realidad. Poco a poco se van dejando pequeñas pistas en un drama con potentes ecos de thriller de intriga que, como mínimo, consigue tenerte enganchado mientras experimentas el desconcierto de Virgil, su enamoramiento primerizo y su transformación.
Y ya no se debe añadir más sobre el argumento, porque esta es una de esas películas en las que no conviene desvelar demasiado. Si acaso, diré que la fotografía es primorosa, la banda sonora de Ennio Morricone está como siempre al nivel requerido. Y que Geoffrey Rush se sale. Es uno de mis actores maduros preferidos, no sé qué tiene ese hombre en la mirada que te atrae como un imán.
¿Se puede distinguir lo falso de lo verdadero? Por muy experto que uno sea en obras de arte... No es posible tasar de un vistazo la autenticidad de las personas.
Vivoleyendo
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20 de septiembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De una nueva colaboración entre Tornatore y Morricone, no se podía esperar sino una película sensible y poética por parte del director, y de una exquisita banda sonora por parte del compositor. Pero estos dos genios aún ofrecen más en "La mejor oferta". El primero, una trama prácticamente "hitchcockniana" que se basa en el thriller con toques de drama romántico sobre el arte y lo humano; el segundo, una música que combina los tres pilares del argumento: La ansiedad, la emotividad y el misterio.
Inmenso Geoffrey Rush, junto a dos actores jóvenes que lo secundan muy bien como son Jim Sturgess y Sylvia Hoeks. Y ello, pese a que el gancho inicial para atraer a Virgil Oldman hacia la villa, con su fuerte temperamento e intransigencia como experto tasador, no me convenció demasiado. Sin embargo, poco a poco vas empatizando con el personaje de Rush a pesar de su excentricidad y su lado oscuro como mentiroso en beneficio propio. Incluso una relación tan poco convencional y progresivamente obsesiva como la que mantiene con la chica heredera consigue fluir de manera muy natural y creíble, quizá de lo más difícil de lograr en el guión (y la verdad es que Hoeks es una actriz muy atractiva).
Por su escaso reparto "La mejor oferta" casi podría ser una obra teatral, pero se mueve en tantos escenarios que resultaría complicado representarla sobre uno único.
Y sobre todo, cuando parece que empieza a hacerse larga y repetitiva, llega ese final inesperado que hace subir enteros a la película.
Mi nota: 8,2
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis Miguel
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10 de junio de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absorvente historia , que te mantiene en vilo durante todo el metraje.Desarrollada en tres actos , nos presenta a unos personajes y nos va envolviendo en una trama de intriga. Sorprendiéndonos a cada paso , llegando a ser apasionante.
Una mujer que no quiere que la vean, un hombre metòdico, escrupuloso y endiosado y un confidente.
Añadanle incluso el M'guffin, y ahí tienen un film que bien podría haber filmado el mejor hitchcock..
elnotarino
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11 de julio de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Geoffrey Rush protagoniza casi de principio a fin el artículo número 206 de este humilde rincón cinéfilo. No es para menos, teniendo en cuenta lo bien que lo ha hecho bajo las órdenes de Giuseppe Tornatore (cuyo éxito más destacado fue “Cinema Paradiso”, de 1988) en un film que cautiva y embriaga a partes iguales: La mejor oferta.

Antes de continuar leyendo has de saber que: en este thriller más dramático que romántico ambientado en el coleccionismo de piezas de arte no hay ni tiros, ni persecuciones, ni asesinatos, ni juicios, y tampoco le hacen falta. Sin ellos logra atraparnos incluso más que otros films del género que sí cuentan con escenas de ese tipo.

Rush interpreta a un hombre tan corrupto como obsesivo (Virgil Oldman) que siempre ha vivido solo sin contemplar amar nada más que no formase parte del arte. Su vida da un giro de 180 grados cuando aparece en ella una misteriosa joven llamada Claire (Sylvia Hoeks), que sufre una extraña enfermedad llamada agorafobia.

A lo largo de la película vemos un Oldman cada vez más obsesionado por ésta, que no duda en pedir consejos – dada su inexperiencia – a uno de sus mejores amigos, Robert (Jim Sturgess), personaje que va desprendiendo desconfianza durante el metraje.

Mientras Geoffrey se come la pantalla con su sublime interpretación, dejándonos con ganas de verle actuar una y otra vez pese a su edad, Jim parece estar un tanto desaprovechado*, al igual que Sylvia (desde mi punto de vista, claro).

*Con tanto “cachivache”, al verle no podía hacer más que recordar su papel en “Un amor entre dos mundos“.

Y por otro lado está Donald Sutherland, que también forma parte de esta interesante película italiana; él es Billy Whistler, el mejor amigo de Oldman, quien pese a no intervenir demasiado contiene el toque más sensato de la historia, y deja huella en ella con frases como estas:

“Siempre hay algo auténtico oculto en cada falsificación.”

“Las emociones son como las obras de arte, pueden falsificarse. Parecen idénticas a la original, pero son falsas.”

“Todo puede falsificarse; la alegría, el dolor, el odio, la enfermedad, la recuperación… hasta el amor.”

Caso aparte, música (del gran Ennio Morricone) e imágenes seducen hasta el punto de hacernos sentir inmersos/as en una trama que, a fuego lento, va ganando intensidad llegando a sorprender incluso, cuando parece que todo está resuelto.

Concluyendo, a mi parecer, La mejor oferta es una de las mejores películas que han pisado los cines en este 2013, una joya cuyo mayor atractivo es, sin duda alguna, la gran interpretación del protagonista.

Fuente: http://eselcine.com/la-mejor-oferta-critica/
irenukii
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26 de julio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que impresiona por su realismo y que nos recuerda que en esta vida hay muchas cosas que son tanto o mas importante que la riqueza material.
También recuerda que con independencia de la profesionalidad, de la experiencia y de la seguridad que tengamos, siempre somos vulnerables.
Excelente trabajo del director y de los actores.
Excelente música y fotografía.
Excelente entorno del rodaje.
Una película de nota 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Calin
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