Proyecto Rampage

Hasta un imán de carisma como Dwayne ‘La Roca’ Johnson echa de vez en cuando un borrón y le sale un pufo. Lo curioso es que fuese en su propio terreno, en una película de aventuras, monstruos gigantes y efectos especiales hasta en los créditos en lugar la comedia boba o el dramita romántico en el que ocasionalmente todos los actores de acción acaban cayendo cuando les calientan la cabeza con tonterías de que se están encasillando o que están preparados para mayores empresas. No. Como es normal, “Proyecto Rampage” tiene su habitual cuota de romance en la que el protagonista se queda con la chica y los esperables chistes y gags, pero en esencia es una película de acción, de esas que estando ‘La Roca’ de por medio deberían ser un valor seguro entretenimiento.

Y, sorprendentemente, “Proyecto Rampage” no funciona. O no funciona todo lo que debiera o se esperaría. No es por falta de presupuesto, porque no se escatima en pólvora ni efectos ni escenas de acción. Tampoco es un problema de ejecución, porque los monstruos están bien hechos, el rodaje en el espacio es creíble, la destrucción de ciudades no racanea en edificios que se vienen abajo y en los momentos álgidos, no ahorra en armamento de última generación empleado con profusión. Quizá es que la película llegó en un momento en el que mercado y espectador habían alcanzado sus puntos de saturación y estaba un poco cansados de tanto Johnson por aquí y Johnson por allá (es que el hombre iba a más de una película por año). O quizá la historia de megamonstruos destripaedificios es algo que funciona muy bien en Japón pero en Occidente nos da un poco más de cosa. O puede que, en conjunto, “Proyecto Rampage” sea simple hasta para los estándares que maneja un género en el que el listón ya está bajo de por sí. Como si hubiera un punto de confianza, de relajación en que haciendo lo mismo o menos de siempre, sota, caballo y rey, un chiste aquí y una explosión allá se pudiera cubrir el expediente, dar al espectador lo que espera y esperar a que pase por taquilla.

Es verdad que a “Proyecto Rampage” no le fue mal en taquilla y obtuvo los resultados esperados. Incluso a nivel de crítica, no veo ensañamiento, más bien una desidia en forma precisamente de pensamiento generalizado de «más de lo mismo». Pero a nivel de público ni es la película que se viene a la cabeza cuando hablan de ‘La Roca’ ni es la película que te quedas a ver cuando la reponen en TV. Es que no sé, es como anodina, como hecha por rutina, porque tocaba. Los momentos de acción son espectaculares, pero lo que hay entre ellos cansa. No hay química entre lo protagonistas, los villanos sobreactúan y los chistes son refritos de otras películas.

Agradable a la vista, pero aburridilla e intrascendente.

Y me perdí ver esta salvajemente entretenida frikada en el cine que es donde merecen ser disfrutadas este tipo de películas cargadas de efectos especiales y pirotecnia variada.
Y lo digo muy en serio: Si una frikada como esta esta bien hecha y es consciente de que tiene que tener un deje de autoparodia, como lo tiene, sin dejar de lado un poco de seriedad merece la pena, es entretenimiento del bueno.
Es un homenaje (además de una adaptación de un videojuego arcade) a las películas clásicas de King Kong, Godzilla y demás derivados que nacieron en los 50’s y que tienen un hueco en la cultura popular y en el corazón de miles de cinéfilos que encuentran en el género de los kaijus y los monstruos gigantes mutantes un placer culpable, que no solo de dramas y películas serias y en blanco y negro vive el amante del séptimo arte.
Además, pocas consiguen que el espectador empatice con al menos uno de los monstruos que campan por las escenas de destrucción y en esta ocasión se trata de uno de los ejemplos con los que más fácil es empatizar: Un gorila albino y que habla mediante lengua de signos y que encima aumenta de tamaño hasta ser casi como el mítico King Kong (Dato curioso: En el 33, después del éxito de “King Kong” hicieron secuela: “El Hijo de Kong”, en la que el simio protagonista, de nombre Kiko, es albino y mas pequeño que Kong).
Dwayne “The Rock” Johnson disfruta del papel equilibrando muy bien seriedad y comedia, es un tipo duro: SI, pero también le gusta bromear y así es mejor, porque repito, la autoparodia ayuda a aligerar la trama (aunque "The Rock" sabe muy bien como se juega a ese juego). El elenco de secundarios es interesante: Naomie Harris, a la que ya reconocemos como la nueva Moneypenny, es una ingeniera genética de pasado conflictivo y Jeffrey Dean Morgan, el genial Comediante de la genial (pero infravalorada) “Watchmen”, interpreta a un misterioso agente del gobierno que da muchísimo juego en la trama. Y los villanos son dos siniestros hermanos (bueno, ella es la siniestra, él simplemente es un idiota…) dueños de una malvada empresa interpretados por Malin Akerman (muy bien de mala leche) y Jake Lacy (lo de idiota se le da bien).
Yo sinceramente la recomiendo para pasar un buen rato de acción, caos y destrucción estilo old school.

Hace unas semanas ya os comenté la película Ready Player One, dirigida por Steven Spielberg, que es de las que merecen ser vistas por primera vez en pantalla grande, en el cine, ya sea por la espectacularidad de sus imágenes, por la acción, por sus efectos especiales y/o por el sonido. El caso es que con este Proyecto Rampage ocurre tres cuartos de lo mismo. Tras verla en una gran sala de cine y disfrutarla como un enano durante todo el metraje, mi opinión es que uno no debe perdérsela si le gusta la acción y la fantasía. Si se ha podido ver el tráiler, el que va a verla en el cine ya sabe a dónde se mete, sabe con lo que se encontrará. Mucha fantasmada por fotograma, pero para el que esto escribe no le ha molestado en absoluto.
El director Brad Peyton vuelve a reunirse con el actor Dwayne Johnson, por tercera vez tras Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa (2012) y San Andrés (2015), para que sea el protagonista de esta aventura fantástica, visualmente majestuosa, llena de acción, efectos visuales generalmente decentes (aunque, en algunos momentos canten bastante y sobretodo algún doble de Johnson inclusive) y un sonido brutal. Junto a él nos podemos encontrar, entre otros, a Naomie Harris (vista en la película ganadora de los Oscar, Moonlight), Jeffrey Dean Morgan (el actor que encarnó a John Winchester en la serie Supernatural y el Negan de The Walking Dead), Joe Manganiello (me hubiera gustado verlo más en pantalla de lo que se le ha podido ver, pero bueno) y Malin Akerman y Jake Lacy como los antagonistas de la función.
Como he dicho antes, viendo el tráiler ya sabes en qué berenjenal te vas a meter, y aunque esté basada en el vídeo juego "Rampage" hay fantasmadas, sí, para dar y tomar. The Rock parece sentirse a gusto en este tipo de films. No hay más que ver el excelente resultado taquillero del reboot-remake de Jumanji. Espero que esta cinta, que ahora nos ocupa, corra la misma suerte. La verdad sea dicha, porque se deja ver con muchas ganas y no te deja ir de la butaca durante los ciento siete minutos, minuto arriba minuto abajo, de metraje. Sinceramente, no es de las que lleguen a aburrir para nada, pero sí que hay situaciones, hay momentos que llegan a causar vergüenza ajena con bromitas aquí y allá. Por cierto, se me olvidaba, para crear el guión de esto se han necesitado cuatro guionistas, cuatro, entre el que se encuentra, el co-creador de la serie Perdidos, Carlton Cuse. No sé qué tal funcionará en la taquilla, pero espero que le vaya bien. Mi nota final es de 8/10.

Pues con mi título lo digo todo. ¿cómo es posible? ¿quién hace las votaciones? Este bodrio al que me niego a llamar peli tiene todos los clichés posibles de todas pelis clásicas de monstruos: Los monstruos malos más grandes que el monstruo bueno, los militares son los personajes más inútiles, el plan de los malos absurdo no sino lo siguiente y a The Rock ya le pueden pegar, disparar o bombardear que va a seguir en pie sin inmutarse...

podría seguir pero ni siquiera vale la pena.

Ni los más entregados fans de ‘The Rock’, ni los que disfrutaron con el clásico videojuego de mediados de los 80 en el que se basa la película, encontrarán en ‘Proyecto Rampage’ un título que pueda saciar sus anhelos. El nombre de Dwayne Johnson es para muchos sinónimo de buen cine de entretenimiento puro y duro, uno de los nombres de moda más cotizados de Hollywood que acostumbra a participar en blockbusters que suelen reventar taquillas.

Pese a que son muchos los que aborrecen esta clase de cine típico y tópico ‘The Rock’ sabe aportar un toque muy personal que va más allá de sus bíceps. Títulos como ‘Fast & Furious’, ‘San Andrés’ o la más reciente ‘Jumanji’ tienen algo más que sobredosis de acción con toques de humor facilón, emanan de manera sutil un agradable aroma de cine cien por cien palomitero capaz de hacerse con el corazón de millones de espectadores. Es precisamente eso de lo que carece ‘Proyecto Rampage’.

Un sinfín d efectos especiales con un argumento exageradamente plano y un guion que lo apuesta prácticamente todo al lucimiento de una excesiva digitalización. Sin gracia ni encanto la típica premisa de salvar el mundo del ataque de gigantescos monstruos se pierde en la más absoluta simpleza, dejándolo todo al disfrute de los yonkis de las películas de acción visualmente notables pero sin cerebro alguno, todos los demás abstenerse.

Lo mejor: los efectos cumplen siendo el epicentro de un ligero entretenimiento.

Lo peor: Un ‘Proyecto’ sin alma ni fuerza que se pierde entre demasiadas horas de ordenador.

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