Torrente 2: Misión en Marbella

No es una película larga, pero puede hacerse un poco pesada. ¿Por qué? Porque es exactamente igual de principio a fin. No hay variables, están siempre las mismas bromas groseras que SÍ hacen gracia, pero quizás cuando llevas casi dos horas de chistes incesables sobre obesidad, sexo y tontos, te hartas. Aun así, la película de Santiago Segura te hará reír mínimo 10 veces.
No hablamos de actuación porque no hay actores, hay freaks, y éstos no son grandes actores.
Recomendable para pasar una noche con amigos, pizza y cerveza. Reiréis.

Torrente 2 empieza a verse como un elemento del pasado más que una comedia que merezca la pena. Empieza a atravesar esa frontera entre la comedia que es y la nostalgia que puede llegar a desatar en un determinado público de una determinada edad. Ver Torrente 2 es casi como cuando ves imágenes de programas que se dedican a repasar los grandes éxitos de la televisión de todos los tiempos. Un desfile de caras que hace que en cada plano se vean actores reconocidos por cualquiera que haya vivido en España los últimos veinte años.

Más allá de eso, Torrente es una película que va de un extremoa a otro demasiadas veces. A veces el humor es gracioso, tanto como soez, y es como debe ser. Ese humor sigue haciendo gracia y no da vergüenza ajena. Sin embargo, a veces parece que la película pierde toda la chispa de una y nos encontramos con un humor insulso que pretende sacar la carcajada de una moda pasajera. Bromas puntuales que parecen sketches que a día de hoy han perdido todo sentido llenan la película en demasía, y la convierten en más mediocre de lo que podría haber sido.

Ver a José Luis Moreno hacer de malo es una de las mayores sorpresas que depara la película, y el resultado es inmejorable. Su sentido de la maldad propio de un magnate de la coca americano unido al propio escenario paradisíaco de la película junto a la pareja protagonista policíaca hacen de Torrente 2 un capítulo largo y castizo de Miami Vice.

La segunda parte de las aventuras de Torrente nos deja la mejor secuela de las realizadas hasta el momento. El escenario glamouroso de Marbella, un rival brillantemente interpretado por José Luís Moreno y un inolvidable Tony Leblanc que da un giro interesante a su personaje colaboran para realizar una película que merece la pena ver. Loca, pero entretenida y que no nos da en absoluto sensación de perder el tiempo.

En esta película, que precisamente es la que más pasta ha recaudado, Segura se preocupa más por elaborar un guión al margen de los consabidos cameos de famosos. Unos más célebres y otros más casposos. Son divertidas las escenas de persecución y algunos guiños a la realidad social y política como al final.

Poco puedo decir: inferior a la primera entrega, pero superior a la tercera.

Film torpe, chusco y escrito a toda prisa.

Destacan: Gabino Diego, Tony Leblanc y la extrañamente paródica interpretación de Jose Luis Moreno.

Pasada la originalidad de la primera película de Torente, que podía tener su aquel, esta segunda parte no añade nada de nada. Las mismas bromas pesadas, humor zafio y alguna que otra visión de carne, debe ser que para atraer público???

En fin, totalmente prescindible.