Bienvenidos a la casa de muñecas

Bien Solondz, que no se deja llevar por los análisis simplistas y acomodados que buscan victimizar a los más débiles, y que conducen al entendimiento erróneo de la realidad. En una radiografía interesante sobre la vida de algunos adolescentes, y más en detalle de la adolescente Dawn, se nos muestra una realidad distinta a la típica que nos suelen ofrecer, aquí los miembros débiles se desfogan y abusan de los aún más débiles. Adolescentes que reproducen los malos hábitos de los adultos, tanto de las propias familias como de otras influencias arraigadas socialmente y que mucho tienen que ver con la industria del ocio.

Dawn vive en el primer mundo, el mundo civilizado, en el mundo de una familia de clase media, esto es, de lo más común. Un mundo en el que la fealdad rebasa todos los ámbitos, tanto en el familiar, como en el escolar, como en el social. La televisión no ayuda precisamente. En estas condiciones, y cargando ella con un lastre asegurado (ser fea, retraída, reservada) se va a enfrentar a sus primeros impulsos sexuales.


Quién te ha visto y quién te ve,
te han colgado por los pies,
al encuentro sola y despistada,
has tallado una katana.

Es un sálvese quien pueda. Los centros escolares no nacieron para hacer mejores personas, nacieron para moldear las mentes nada más. Moldearlas y dominarlas.

La familia que se nos muestra está dominada por la estupidez, sobre todo de los padres, en el futuro los hijos seguirán el mismo camino. El paisaje que pinta Solondz es demoledor, quizás algo extremo y en exceso caricaturizado, pero válido como reflejo de importantes verdades. Sobre todo para ver que nuestra maravillosa sociedad moderna es muy buena para fabricar juguetes rotos. Y lo peor es que quienes han diseñado esta fabulosa estructura de vida y comportamientos, alegando que contienen algunos "fallos" y que hay todavía nocividades que solucionar (que han creado ellos), van a seguir moldeando las mentes con sus brillantes programas ideológicos en los años venideros. Véase la nueva educación sexual, ideologías de género, etc. Se ve que la asignatura de "humanidades" se les ha quedado corta.

Caminando por los empedrados
de una ciudad adusta,
tienes la cara vetusta
y aún no has cumplido años.

Interesante el enfoque de Solondz en cuanto a que la buena de Dawn está pasando de la inocencia a la adolescencia. Todavía le queda algo de aquella, se le nota en el rostro cuando no sabe apenas reaccionar a lo que le sucede. Pero conviene no equivocarse, es una inocencia tontorrona, pues está infectada de la estupidez de los comportamientos que vive en su casa.

A pesar del trazado colorista y desenfadado que hace Solondz, la realidad que subyace es devastadora. Buen trabajo también de la joven actriz Heather Matarazzo, que no conocía. Un 7,4 que responde a una buena película.

En la crítica que escribí a Palíndromos (última película que hizo este director) dije que aunque no me convenció su estilo para contar historias, pensaba darle otra oportunidad. Porque intuía que podía hacer grandes cosas, solo que en aquella ocasión creí, como diría Chiquito, que una mala tarde la tiene cualquiera.

Con "Bienvenidos a la casa de muñecas" me decanto por afirmar que nada de mala tarde; a este Solondz se le acabaron las oportunidades por lo que a mí respecta. Sencillamente pienso que el tío está como una regadera o como muy poco se le ha caído algún tornillo por el camino. Sus fábulas ni me dicen, ni me marcan. Lo único que consigue es aburrirme soberanamente por lo estúpido y extraño de las situaciones que crea dentro de ellas.
Este director es el típico que se gana los dieses antes incluso de rodar la película. Y curiosamente te sientas, la ves, y te preguntas qué ven los demás en donde tú solamente ves disparates. Y es que, porque un cuadro con tres garabatos de colores sea considerado arte no significa que lo abstracto en el cine también lo sea.

Escenas que no te llevan a ningún sitio. Universo desequilibrado. Niñas que pasan de pesar 40 kilos a pesar 120 de una escena a la otra. Muchachas que quieren ver como cagan las compañeras de instituto. Adultos que piensan como monos. Secuestros ridículos. Niños que sólo quieren follar (por no decir violar) ... todo esto y mucho más es lo que te espera en el universo Solondz si te atreves con él. Y es que este debe ser el Almodóvar de la adolescencia. Una de dos; o tuvo una muy extraña o la pasó en coma. Porque no tiene ni puta idea.

Un consejo, si encontráis este tipo de películas absurdas no ponedle un diez. Os prometo que nadie pensará que sois unos ignorantes de la vida.

El freak Todd Solondz produce, escribe y dirige esta película de bajo presupuesto, con aspecto de tv movie, que triunfó en Sundance.
Dawn es una adolescente feucha, solitaria y sin amigas que inicia su primer año de instituto. Es objeto de todo tipo de burlas en el instituto, y en el seno familiar solo encuentra olvido y ostracismo. Solo tiene un amigo y un refugio en una caseta de jardín sede del club de la gente especial.
Solondz maneja el tema muy manido de la crueldad en los años de instituto, del perdedor, del lado opuesto al triunfo social y la popularidad. No es tremendista, ni excesivamente condenatoria con los verdugos de la felicidad de la chica. La venganza personal de Solondz con sus años de instituto tiene más de cariño con los sufridores que de venganza con sus verdugos.
El espectador se identifica automáticamente con la niña interpretada con gran naturalidad y expresividad por Heather Matarazzo, que como el director parece marcada por su físico.
Interesante obra que le llegará más hondo a quién haya sufrido los años de instituto y provocará la reflexión de quién estuvo en el otro lado: dulces niños angelicales.

Lo que me sumerge en la historia es la indiscutible familiaridad que me provocan algunos aspectos de los personajes, de su psicología.Tengo la total impresión haber sufrido algo similar, o por lo menos haber temido sufrirlo, tanto en el caso de la victima como en el caso del agresor, que siempre se mezclan en la misma persona.

Y es precisamente el ahondar en el sufrimiento , sufrido y provocado, lo que me aporta un cierto morbo al ver esta película, ¿me recuerda que también yo me convierto en agresor cuando me siento agredido?, probablemente, ¿es por eso que esta película se me hace cruda y difícil de digerir?, probablemente, ¿es por que me sirve para darme cuenta de eso y que me pueda ayudar a evitarlo por lo que me gusta?, probablemente.

Una historia de soledad y aislamiento, centrada en la eterna búsqueda de la aceptación de la sociedad durante la pubertad, de relaciones familiares y sociales y de cómo el odio genera odio, que vuelve a generar más odio; alguien tendrá que poner cordura y cerrar la espiral.

Welcome to the Dollhouse es una mezcla de humor negro, cine independiente norteamericano, comedia dramática y cine indie. Definitivamente no es una película recomendable a cualquiera, pero eso es lo que la hace especial. Cada escena, cada personaje, cada dialogo, cada injusticia, cada mierda que el espectador ve, es una abierta crítica a la sociedad norteamericana, a sus leyes y normas, a su sistema educativo, a su sistema reformatorio, al promedio de sus familias, al comportamiento de sus ciudadanos.

Está muy claro que el sistema educativo norteamericano falla hasta el día de hoy, sigue habiendo dos grupos muy marcados: los populares y los que no lo son. La mayoría de gente no popular, especialmente los que son denominados “nerds” son víctimas de bullying y es que eso es normal en ese país, donde en cada producto enlatado se fomenta eso, en cada serie televisiva, en cada película, en cada spot publicitario, si no eres deportista o rey del baile no eres nadie, eres una mierda. Y el que diga que es una exageración, que pasa el mismo problema en todos los países, ¿entonces por qué solo en Estados Unidos se ve que hay asesinatos en las escuelas, que niños enfermos por la sociedad deciden tomar venganza de los que no son iguales a ellos?

Dawn (interpretado perfectamente por Heather Matarazzo) es una niña proveniente de la típica familia de ensueño: padres unidos que tienen 20 años de casados, una hija bonita que ama el ballet, un chico adolescente que saca buenas calificaciones y bueno… Dawn. Asiste a una escuela donde tiene problemas para socializar, es molestada por todos sus compañeros, no tiene amigos y es incomprendida por los adultos. Cuando conoce al compañero de su hermano mayor, se enamora de él y crea unos sueños imposibles de realizar que al poco tiempo se irán derrumbando uno tras otro.