Cara de ángel

Este film cuenta con el cártel de clásico del cine negro, y la verdad es que elementos no le faltan, sin embargo, y aunque pueda pecar por decir esto, es una película que me suscita algunas dudas.

La historia está bien, pero discurre con una placidez y facilidad excesivas, todo el desarrollo transcurre sin imprevistos, y en el desarrollo de la película tanto Robert Mitchum, como su personaje demuestran ser planos y estar a merced de lo que se les indique, sin mostrar el más mínimo atisbo de personalidad y conflicto. Todo esto provoca que la trama no impacte, ni sorprenda, aunque por supuesto mantenga buenas dosis de interés, y aunque está lejos de aburrir, no cabe duda de que falta una chispa, quizás un punto de sordidez, o sorpresa, como si demuestran otros ejemplos del género negro de la época.

Robert mitchum es una estrella, y punto, pero no puede llamársele un actor con mayúsculas, y quizás ni falta que le hace, pero en esta película su falta de matices interpretativos, perjudica un ya de por si poco explicable y escasamente convincente comportamiento del protagonista. Respecto a Simmons, todo lo contrario, aparte de que su belleza se nos muestra sublime, y muy actual, se come a Mitchum en todas las escenas que comparten.

En cualquier caso, y pese a las dudas. es un buen ejemplo de cine negro, eficaz, pero creo que en este caso, no genial

Tournier, Lang, Wilder… Muchos cineastas probaban tarde o temprano el fabuloso género del cine negro. Era inevitable la entrada de Otto Preminger en el género, y lo cierto es que aprueba con nota, sin embargo, explora el género desde una vertiente diferente dando importancia a la figura de la “femme fatal” con sus maquinaciones y engaños pero dejando de lado subtramas paralelas complicadas y oscuras. Su única premisa es mostrar el poder que puede llegar a ejercer una mujer sobre los demás para conseguir sus propósitos.

Este prototipo de mujer, que fue muy visto en aquellos años, recae sobre Jean Simmons, que, sin duda, ella es lo que nos depara lo mejor de esta cinta, logrando aprobar, y con nota, ese arquetipo de mujer dominante, que en esta ocasión planea el asesinato de su madrastra.

Dejando de lado la más que notable actuación de Simmons, nos encontramos con un plantel de actores que saben cumplir sobradamente con su cometido, aunque, pese a ello, la actuación de Robert Mitchum se me antoja algo limitada en comparación con el resto del reparto.

La cinta arrastra consigo algo de ingenuidad, algo totalmente normal, fruto del paso de los años. Esa inocencia se vislumbra en el rol de Mitchum, cuando éste se da cuenta de que ha sido manipulado, y también de la propia Jean Simmons hacia el final de la película.

Pese a ello, no deja de ser una cinta interesante del género de recomendadísima visión para todo aquel que aprecie el género o quiera adentrarse en toda la filmografía de Preminger, que pese a tratarse de un film suyo algo menor, su calidad está fuera de toda duda. Eso sí, lo mejor del film, y de largo, es la gran actuación de Simmons.

Una rica heredera seduce a un chófer y lo pone al servicio de la familia, con objeto de que éste le ayude a acabar con su odiada madrastra.

Otto Preminger dirige su único trabajo para los estudios RKO, un film de encargo cuyo guión se reescribía a diario con el permiso del productor Howard Hughes. Jean Simmons borda el complejo personaje protagonista, pura maldad bajo rostro angelical, mientras la música de Dimitri Tiomkin acentúa cada uno de sus matices.

"Cara de ángel" representa un importante título tardío dentro del Cine Negro.



"¿Qué hombre está seguro con una mujer como tú?"

He de decir que simpatizo mucho con esas películas cuyo título aporta bastante sobre lo que nos vamos a encontrar a continuación y me explico. Cara de ángel refleja exactamente el ingrediente principal en esta historia de amor-odio.

Reconozco que el comienzo de la película no tiene nada que ver con lo que nos encontraremos a posteriori, una llegada de una ambulancia a una mansión, para llevar a cabo un trabajo rutinario, se convierte más tarde en un rocambolesco juego del gato y el ratón, entre una hijastra, una madre millonaria y un amante de los coches. Jean Simmons con esa "cara de ángel" cautiva al espectador desde el mismo momento que aparece en pantalla. Dulce, hermosa, sensible y aparentemente débil. Esconde sin embargo detrás de esa máscara, a una chiquilla caprichosa, celosa del amor de su madrastra hacia su padre y con el único propósito de quedarse sola con el amor de su padre. Para ello ha ido tramando diferentes planes que han fracasado uno detrás de otro, hasta que por pura casualidad, aparece la pieza que le hace falta para terminar el puzzle. Es ahí cuando Robert Mitchum cobra protagonismo desde esa atalaya de 1.85 verá como la mocosa arpía intentará no solo seducirlo, sino manipularlo a él y a su novia para llevar a cabo su macabro plan.

La película funciona perfectamente y eso que Otto Preminger, no juega al despiste con el espectador, desde el primer momento deja todo muy claro, no hay posibilidad de engaño ni juego sucio. Eso lo hace aún más interesante porque no sabes que se le estará pasando por la cabeza a la joven. Eso si, la cortina de humo de la intriga que planea en el ambiente se quedará instalada por largo tiempo durante el metraje.

Me ha parecido un guión maravilloso, todo bien presentado y estructurado y con un remate final poco esperado, al menos para mi. Es una pena que Robert Mitchum alias muñeco de cera, sea tan poco inexpresivo. Da igual que llegues a atender una urgencia, que bebas en la barra de un bar, que te ofrezcan el dinero para abrir un negocio, que te acusen de asesinato o que tu novia te deje por otro...porque siempre tendrá la misma cara.

RESUMEN
Diane (Jean Simmons), una chica de veinte años, vive con su padre, un famoso novelista, y su madrastra, una mujer rica y autoritaria. Las relaciones entre las dos mujeres son tensas. Una noche aparece Frank Jessup (Robert Mitchum), un conductor de ambulancia, alertado tras un accidente en casa de Diane. A partir de entonces, Diane intentará seducir a Frank para…

COMENTARIOS
El encuentro empieza con una bofetada (la del enfermero, Franck Jessup, Robert Mitchum, a la hijastra Diane, Jean Simmons, que ha tenido un ataque de llanto). A partir de ahí, hay enganche; ella le persigue y… él no tiene problema en anular la cita con su novia para ir con su nueva conquista (que, por cierto, insiste en pagar la cena, o por lo menos su parte).

Qué diálogos más fluidos y bonitos. La trama discurre con sus vericuentos de propuestas, mentiras, insinuaciones. ¿Pero qué está tramando Diane?

Y se produce una muerte. ¿Accidente? ¿Asesinato? Empiezan las escenas del jucio, como toda película americana que se precie, con los dos abogados y el jurado popular al que hay que covencer. Y, finalmente, el jurado declara… (no voy a desvelar).

El suspense crece porque ella es capaz de cualquier cosa. ¿Se dejará arrastrar Frank?
Si, arrastrar es la palabra. Y nadie sale ganando.

Una fotografía en blanco y negro elegante y llena de contrastes, como el alma de la protagonista; una música que acompaña los estados de ánimo, un guión tan sencillo y complejo como el título: ¿qué esconde la cara de ángel?