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Tres anuncios en las afueras

Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
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Críticas 386
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2018
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que el cine une que no lo divida la realidad. Forma parte de su magia. La capacidad de la ficción de convertir en entrañables personajes que odiaríamos si formaran parte de nuestro entorno más cercano. Frances McDormand se ha especializado en encarnarlos. Mujeres fuertes, fastidiosamente punzantes, lo suficientemente asqueadas con la vida como para recordar al resto lo miserables que resultan sus existencias. En pantalla, la adoramos. En el día a día, seguramente formaríamos parte de ese nutrido pueblo que no la comprende, que le da la espalda, que murmura perplejo e incómodo tras cada una de sus salidas de tono. Actriz y personaje son necesarios. Nos reflejan en formato grande cuán hipócrita puede llegar a ser nuestra actitud.

Martin McDonagh realiza un enorme salto cualitativo con Tres anuncios en las afueras. Resulta imposible no rendirse ante una premisa que capta enseguida la atención y que se desarrolla de manera impecable, gracias a un guion en el que hay hueco para todo y en el que nada chirría. Una mezcla arriesgada pero perfectamente hilvanada que logra sus múltiples efectos gracias al trabajo de un casting redondo. McDormand, pero también Woody Harrelson y Sam Rockwell, consiguen lo que parece imposible, hacernos empatizar con tres personajes que en mayor o menor medida nos parecerían deleznables.

Y es que la causa de Mildred Hayes es universal. Cualquiera se identificaría con la lucha de una madre desesperada por encontrar al asesino que violó y quemó a su hija. Pero la fraternidad se desdibuja cuando la afectada no responde al perfil de víctima, cuando saca las uñas y altera el orden establecido, sobre todo el orden en un microcosmos donde el racismo y la justicia por la mano campan a sus anchas. Es en ese instante cuando la víctima se convierte en verdugo, por obra y arte de una sociedad que vive ajena a las realidades incómodas.

Tres anuncios en las afueras reproduce a la perfección ese pequeño universo en el que conviven la venganza, la culpa, los complejos y la intolerancia. Podría contentarse siendo un mero reflejo de esa América profunda mil veces retratada. Pero prefiere ser más honesta con sus personajes y profundizar en sus debilidades para transmutarlas en fortalezas. Podría acomodarse en un estado contemplativo, hurgando en la herida dramática, y en cambio ofrece un arsenal de giros imprevistos que la convierten en toda una experiencia emocional. Podría ser un thriller, un drama intimista o una comedia negra y se convierte en todo eso y mucho más. Género inclasificable para un cine de gran envergadura.
polvidal
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31 de marzo de 2018
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya he visto las dos joyas que ha coronado los premios Oscar este año y no puede sentir otra cosa que no sea una total decepción. La forma del agua y la arriba referenciada me han parecido dos bodrios, pero de los grandes. No entiendo en absoluto la facilidad que tiene la gente para puntuar con nueves o dieces cualquier película, lo que hace que el listón como recojo arriba, esté tan bajo. la película es un despropósito sin pies ni cabeza con situaciones totalmente inverosímiles, es más, la protagonista, lejos de empatizar con ella, cae bastante mal. Lo dicho, creo que ha bajado alarmantemente el nivel de la crítica en general. El Cine hoy en día ha bajado en calidad en relación a décadas anteriores, hoy en día prima el éxito de las series, y no en muchas ocasiones porque sean de gran calidad sino porque estan concebidas para enganchar aunque sea en la mediocridad.
Carlos
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7 de enero de 2018
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ganador de un Oscar por el cortometraje "Six Shooter" (2004), el británico Martin McDonagh, prosiguió su filmografía con los largometrajes, manteniendo en las narraciones su peculiar sentido de humor negro, y concediendo a los personajes protagonistas una dudosa linea de conducta a la hora de conseguir un objetivo, siempre involucrados en alguna actividad ilegal o medida inapropiada. Primeramente con "Escondidos en Brujas" (2008), luego con "Siete Psicópatas" (2012) y ahora con Tres Anuncios en las Afueras.

Una estupenda Frances McDormand en su mejor papel en la pantalla desde "Fargo" (1996), interpreta a Mildred, una madre que acaba tomando una actitud inusitada tras meses de espera y de ver como la investigación por la muerte de su hija no avanza y todavía no hay rastro del culpable. Siete meses atrás, Mildred perdió a su hija víctima de un brutal crimen que sacudió la ciudad. Como el caso estaba siendo dejado de lado tanto por los medios de comunicación como por la propia policía, ella decide alquilar tres vallas publicitarias para presionar al sheriff (Woody Harrelson), que aparentemente parece estar demasiado relajado y poco involucrado en la resolución del asesinato.

Sin embargo, el Sheriff Willoughby reacciona y se reúne con Mildred para explicarla que lo ha intentado todo, además de pedirla que retire los carteles porque no se siente con fuerzas para batallar ya que se muere de cáncer. Mildred se niega, una decisión que, en un principio, pudiera verse como de una mujer sin corazón, fría, enseguida comprenderemos que la realidad es muy diferente, simplemente no puede permitirse el lujo de ser amable. Vemos a una mujer que lo ha perdido todo, a su hija, a su marido, ahora saliendo con una estúpida adolescente de 19 años y, a su hijo, enojado, porque las vallas le han vuelto a reabrir las heridas por el recuerdo de su hermana. De ahí que, a nuestra anti heroína Mildred, solo le quede la ira y mantener el asesinato de su hija públicamente.

El siempre carismático Woody Harrelson, interpreta al poli bueno, el jefe de policía Willoughby, una figura incorruptible de Ebbing, ciudad pequeña perteneciente a Missouri. Por lo tanto, es visto como un hombre ejemplar y muy respetado por los habitantes de la localidad, por lo que el gesto de Mildred, se convierte en todo un escándalo público y desata la ira de la comunidad y de su ayudante, el oficial Dixon, interpretado extraordinariamente por Sam Rockwell (el poli malo). La interpretación de Woody Harrelson brilla a una gran altura aunque ligeramente por debajo de Rockwell y McDormand.

Dixon es un sujeto torpe, racista, homófogo y completamente inmaduro. Sam Rockwell aporta profundidad a un personaje que sería un arquetipo de villano en cualquier otra película. Sin embargo, Martin McDonagh consigue realizar un increíble ejercicio de contorsionismo en el guion para jugar de manera prodigiosa con la evolución y el desarrollo de este personaje, como si se tratara de un fascinante truco de magia. La presencia de Sam Rockwell centra toda la atención de la pantalla cuando McDormand no aparece en escena.

Tres anuncios en las afueras atrapa al espectador desde un inicio por su impecable desarrollo narrativo. Apenas se siente el peso de la película en las espaldas de la actriz Frances McDormand, a pesar de que acapara cada plano, cada escena con su espectacular interpretación, debido a que está muy bien arropada por un vasto elenco de buenos actores. Alejada de lo políticamente correcto, Mildred es todo un ejemplo de mujer batalladora que cree en sus convicciones y no teme nada.

Los personajes de McDonagh están maravillosamente dibujados, todos, incluso los personajes secundarios, son ambivalentes, tridimensionales y van más allá de los clichés con los que inicialmente fueron creados. A través de diálogos absolutamente magníficos, inteligentes y dolorosamente honestos.

La venganza puede traer consecuencias inesperadas. Mildred Hayes ha sido violentada y debe ser expiada. No utiliza armas para castigar a los perpetradores, sino tres grandes vallas publicitarias. Ella no utiliza las balas para combatir sino las palabras. Las comparaciones con thrillers donde el tema de la venganza está encima de la mesa son obvias, sin embargo McDonagh intenta transmitir en Tres Anuncios en las Afueras un sentido de la venganza diferente a lo acostumbrado en películas sobre este género. Durante mucho tiempo, el cine estadounidense nos ha enseñado que la violencia es la mejor arma para hacer justicia. Martin McDonagh no está muy convencido de ello y encontró una manera magistral de compartir sus dudas.

Al mismo tiempo, Tres Anuncios en las Afueras, es una película donde se hace una sutil crítica al abuso de poder de las fuerzas policiales estadounidenses, las cuales parecen demasiado ocupadas haciendo la vida imposible e insoportable a las personas de color, en lugar de preocuparse por mantener la ley y el orden. El personaje que mejor encarna la ambigüedad de la relación de los estadounidenses con su fuerza policial es el interpretado por Sam Rockwell que aparece  (al principio al menos) como un individuo particularmente detestable.

Martin McDonagh siempre da el tono correcto en su acto de equilibrio narrativo, por lo que ni una sola de las chispas humorísticas parece fuera de lugar o inapropiada.

Al principio, Tres Anuncios en las Afueras es irónico, mordaz e incluso con escenas que provocan risas, mostrando el ser bondadoso de los habitantes de Ebbing. Posteriormente, la película se convierte en el pensamiento lógico de la inutilidad de la violencia. Para llegar al final, donde varios personajes soportan un dolor emocional y físico extremo. En el desagradable y sangriento desenlace hay momentos de expiación y redención.

https://cinemagavia.es/tres-anuncios-en-las-afueras-pelicula-critica/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eduargil
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3 de marzo de 2018
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres anuncios en las afueras es una película interesante cuanto menos, con una historia curiosa, intrigante y que te transmite esa sensación que debe producir este tipo de cine que es la de saber más acerca de la historia. Tiene unas actuaciones excelentes, una fotografía magnífica y un par de peros en la trama con su exmarido que me han parecido algo cantosos, pero por lo demás redonda, con un final genial y un nivel de detalle en cuanto a las referencias a el número 3 (el número de los carteles que además es el de la Santísima Trinidad y digo esto debido a la conversación con el párroco) siendo por ejemplo el número de veces que sale un columpio moviéndose en la parte izquierda de la pantalla en un plano de cerca del final del film. Una de las películas más interesantes y peculiares del año, 100% recomendada.
PD: Los toques de humor negro son brutales.
Fernando
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23 de enero de 2018
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Martin McDonagh —“Escondidos en Brujas” (2008), “Siete Psicópatas” (2012)— se ha ganado su puesto destacado en esa familia de la que hablábamos aquí hace nada, con motivo de “Suburbicon” (George Clooney, 2017), la de los renovadores brutales y satíricos del género negro, cuyo máximo exponente es el dúo formado por los hermanos Joel y Ethan Coen.

“Tres anuncios en las afueras” nos traslada de nuevo a la Norteamérica sureña, palurda y racista, el escenario predilecto del cine negro en los últimos tiempos. Olvidémonos ya de los detectives en gabardina seduciendo a ritmo de saxo y martini en ristre; ahora quienes lo petan son los sheriffs campechanos y abotargados de bourbon y donuts. Y, por supuesto, nada de perversas maniquíes y vampiresas con un 38 en el liguero; en el género negro del siglo XXI las mujeres son más listas, más bravas, salen de casa sin maquillar, sangran como seres humanos que son, y además llevan el mando.

El empeño de una madre por resolver el caso de la violación y muerte de su hija la lleva a desafiar a la policía del pueblo, incapaz de haber encontrado al culpable. Este es el punto de arranque y la trama central, casi una simple excusa para darnos un paseo por este rincón del salvaje Oeste contemporáneo e ir conociendo a la fauna y la escoria que lo habita.

Un guion perfectamente trenzado y dosificado (aunque a primera vista pueda parecer lo contrario), de una comicidad admirable teniendo en cuenta el panorama dramático, y rematado en un desenlace insólito, no por giro sorpresa o golpe de efecto, sino por el riesgo de alejarse de lo previsible, lo políticamente correcto y lo presumiblemente comercial.

La película es además un ejemplo de cómo construir y desarrollar personajes, de cómo impedir etiquetarlos o prejuzgarlos desde cualquier extremo o postura tajante, con actuaciones fabulosas de Frances McDormand y Sam Rockwell, ella una madre coraje que lo mismo planta cara a toda una comisaría que les patea la entrepierna a un par de adolescentes membrillos: y él, un tarugo enmadrado a lo Norman Bates que parece una versión de Torrente parida por Donald Trump.

Ya la tengo en mi lista de favoritas del año, y estamos aún en enero.
Más información en http://ambigugarcia.blogspot.com
Nacho Ambigú García
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