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Tres anuncios en las afueras

Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
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Críticas 386
Críticas ordenadas por utilidad
26 de enero de 2018
28 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que la comedia negra es uno de mis “géneros” favoritos en el cine. Autores actuales como Alex de la Iglesia, Los hermanos Coen, Tarantino y en menor medida Woody Allen aparecen entre las películas con dosis mayores de ese tipo de humor, incomprendido por muchos y rechazado por otros tantos.

“3 anuncios por un crimen” es la apuesta para la temporada de premios. La película tiene un montón de aciertos y virtudes, pero también varios fallos. Respecto de lo primero, el casting fue preciso, los tres actores principales (Harrelson, Rockwell y McDorman) están a la altura de un guión que flaquea por varios lados, pero que en ningún momento termina por desmoronarse. Según mi apreciación es lo mejor de la película. Hay un desarrollo de personajes que es paulatino y evidente y que le da coherencia a la historia. Existen algunos flashbacks que le dan fuerza a las motivaciones de los personajes, necesarios (Como en “Manchester frente al mar” por ejemplo) y reveladores de las motivaciones y sentimientos de los personajes, insisto, muy bien interpretados.

El problema de la película es justamente, según yo, la sobre utilización del humor negro. Hay momentos que resulta excesiva, poco creíble, desubicada y mal “encajada”. He ahí la diferencia con los maestros que nombré anteriormente, que dominan ese ámbito como nadie. El drama-comedia es atractivo a mis ojos, pero sin excesos y sin caer en lo burdo, sobre todo cuando se “pretende” construir un drama que a todas luces es brutal.

Y siguiendo en el tema del guión, que sin dudas es el aspecto a criticar, hay personajes tan estereotipados y que van de la mano con lo mismo que decía anteriormente. La película enfatiza y subraya demasiado aspectos en base a los personajes, que terminan siendo caricaturas, y eso al final de cuentas, y en el objetivo que pretende la película, terminan por dañar o mejor dicho, convencer al espectador que lo visto no impacte o provoque.

Respecto del mensaje, que lo dice el personaje más sobrante e imbécil de la película, resulta evidente. El odio, el arrepentimiento, el orgullo y el dolor asoman como sentimientos conductores de la trama y obviamente generan ese tipo de desenlace, que resulta acertado y contundente en lo que se pretende.

“3 anuncios por un crimen” no destaca principalmente por su labor técnica. Su director, que se caracteriza por comedias negras, pero no dramáticas, evidencia defectos, a pesar que ofrece momentos de verdadera maestría frente a la cámara. Hay un plano secuencia que es una delicia. Resumiendo, la película es buena, pero no excelente. Obviamente, en el cine, como en cualquier arte, todo es subjetivo y personal. También es cierto que existen parámetros objetivos para evaluar una obra, y en este caso, según yo, la obra de McDonagh resulta disfrutable, pero no recordable.
Juan Antonio
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27 de enero de 2018
84 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mujer golpeada y maltratada por su marido (como todas, por lo menos en potencia), ¿abandonada además al irse (¡¿no quería que se fuera?!) con una de diecinueve? (qué cabrón), madre de hija, muy joven, brutalmente violada y asesinada (otro peligro lacerante y constante) se enfrenta, emprende una cruzada libertaria, verdadera y salvaje contra todos los hombres malos (prácticamente la unánime mayoría, salvo quizás los negros y homosexuales, probablemente, seguramente sea así, eso creo), "Un hombre bueno es difícil de encontrar", diría Flannery O'Connor, especialmente centrada su lucha contra los policías (todos, o casi, homófobos, racistas, violentos y muy lerdos) y los curas (pasaban por allí pero son pederastas de raíz y querencia), con el fin de encontrar/atrapar al malnacidohijodeperra asesino y violador de su querida niña.
Ella es nuestra amada heroína. Amante vocacional y sincera de los animales (condición sine qua non para ser una buena persona, si no pasas esa prueba, mereces el infierno, hay que acreditar esa bondad con algún gesto fehaciente), los enanos (más bien discapacitados métricos), los negros (por supuesto, la duda ofende) y del bien (aunque disimule a veces, es más buena que el cielo, las estrellas y Nevada Las Vegas, lo que pasa es que la pobre arrastra un dolor tan grande que a menudo se pierde, pero ya decimos que es santa y generosa, valerosa y bondadosa como el sol y todas las galaxias, como Oregón, Nueva York, Madagascar y Formentera).
A ver, nos falta algo. Violencia de género, racismo indiscriminado, violaciones, agresiones, mutilaciones, estupefacciones...
Ah sí. Humor del bueno. No todo iba a ser llanto y crujir de dientes. Es también necesario el relajo. Un engrasante para que el pueblo trague. Vaselina que es cosa fina. Entre horror y desgracia algún chiste o comentario ingenioso que anime la fiesta y aliñe el guiso.
¿Y la construcción de personajes, la lógica narrativa, la mesura, el tiento, la coherencia, el pudor, la vergüenza, la honestidad, la franqueza?
Jaja. Nada. Son paquetes, meros instrumentos para introducir tres o cuatro ideas boyantes, óptimas, respetables y pertinentes.
¿Qué harías si fueras un director con algunas pretensiones y grandes ambiciones?
a) Cuestionar el mundo actual con sus monsergas, propagandas e ideología dominante. Debatir, dudar, replantear, preguntarse, desnudar, valorar, temblar, sutilizar.
b) Montarte en el carro de los vencedores. Volverte un esbirro o nada más que comercial. Dar forma al discurso oficial. Ser parte del paisaje. Ponerte en la foto y recibir premios por tu buen comportamiento. Amar a los perros fieles.
c) Ni lo uno ni lo otro. Lo que te surja o te apetezca. Algo libre y personal. Una observación particular. Una extrañeza insólita. Sentido común. La vida misma. Lo que sea.
Este director ha elegido...
Spoiler:
Para que la oferta fuera completa me faltaban unos cuantos detalles o temas muy interesantes que habían quedado en el tintero:..., unidad de quemados y lanzados, malvados aterradores, palizas insospechadas y habituales, descubrimientos casuales y abismales, enfermedades terminales, suicidios impactantes, madres acojonantes...
Veamos. Unos cuantos asuntillos curiosos más:
- ¿Cómo es posible que tras tirar a un tío por la ventana y agredir a otra persona a plena luz del día y delante de todos (delante del recién jefe negro, por ejemplo), no te detengan inmediatamente y se te caiga el pelo?
- ¿Cómo es posible que a continuación el agredido salvajemente te encuentre casualmente en la habitación del hospital y te ponga la pajita en señal de paz? ¿Es homosexual, buena persona evidentemente? ¿Calmado, reflexivo, gay, obvia, oficialmente?
- ¿Cómo es posible que de cenutrio, cernícalo y troglodita que no tiene ni medio milímetro de cerebro con luz o sano pase a redimido hombre bueno y política y humanamente concienciado y generoso en lo que tardas en beberte ese refresco tan jugoso con pajita mediante?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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13 de octubre de 2017
29 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las 12:00 volvimos a las perlas en el Victoria Eugenia: la ganadora del mejor guión en el último Festival de Venecia Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri, tercera película del director irlandés Martin Mcdonagh. Mildred Hayes (una gran Frances Mcdormand), seca y solitaria madre divorciada, compra tres pancartas de anuncios abandonadas para recordar con unos incómodos mensajes que recuerden a la policía local que siguen sin investigar la muerte y violación de su hija ni encontrar al culpable, dirigiéndolos expresamente al mayor Willoughby (un excelente Woody Harrelson). Una decisión que no será recibida con buenos ojos en el pueblo, pues este padece un terrible cáncer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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25 de enero de 2018
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tres Anuncios en las Afueras" es una interesante y brillante tragicomedia, dirigida por Martin McDonagh y protagonizada por Frances McDormand. Un drama sobre el dolor y la ira con mucho humor, todo se mezcla en simbiosis fabulosa, deriva en un fresco punzante de la América profunda. Una magistral (Frances McDormand) en su mejor papel en pantalla, interpreta a Mildred, una madre que acaba tomando una actitud inusitada tras meses de espera y de ver como la investigación por la muerte de su hija no avanza y todavía no hay rastro del culpable. Siete meses atrás, Mildred perdió a su hija víctima de un brutal crimen que sacudió la ciudad. Como el caso estaba siendo dejado de lado tanto por los medios de comunicación como por la propia policía, ella decide alquilar tres vallas publicitarias para presionar al sheriff (Woody Harrelson), que aparentemente parece estar demasiado relajado y poco involucrado en la resolución del asesinato. Sin embargo, el Sheriff Willoughby reacciona y se reúne con Mildred para explicarle que lo ha intentado todo, además de pedirle que retire los carteles. Mildred se niega, una decisión que, en un principio, pudiera verse como de una mujer sin corazón, fría, enseguida comprenderemos que la realidad es muy diferente, simplemente no puede permitirse el lujo de ser amable.

Vemos a una mujer que lo ha perdido todo, a su hija, a su marido, (ahora saliendo con una adolescente de 19 años) y, a su hijo, enojado, porque las vallas le han vuelto a reabrir las heridas por el recuerdo de su hermana. De ahí que, a nuestra anti heroína Mildred, solo le quede la ira y mantener el asesinato de su hija públicamente. Sin embargo, la venganza puede traer consecuencias inesperadas. Mildred Hayes ha sido violentada y debe ser expiada. No utiliza armas para castigar a los perpetradores, sino tres grandes vallas publicitarias. Ella no utiliza las balas para combatir sino las palabras. El director intenta transmitir en esta cinta un sentido de la venganza diferente a lo acostumbrado en películas sobre este género. Durante mucho tiempo, el cine estadounidense nos ha enseñado que la violencia es la mejor arma para hacer justicia. McDonagh no está muy convencido de ello y encontró una manera magistral de compartir sus dudas. Al mismo tiempo, hace una sutil crítica al abuso de poder de las fuerzas policiales estadounidenses, las cuales parecen demasiado ocupadas haciendo la vida imposible e insoportable a las personas de color, en lugar de preocuparse por mantener la ley y el orden. El personaje que mejor encarna la ambigüedad de la relación de los estadounidenses con su fuerza policial es el interpretado por (Sam Rockwell) que aparece como un individuo particularmente detestable.

Una historia abrasiva, en la que se entrecruzan personajes desgarrados y amargados, salpicada de humor cáustico y de momentos de ternura profunda, y en la que asistimos a ciertos pasajes de lucidez extrema. Diálogos secos, sin ninguna concesión a envoltorios suavizantes. El film se mueve en dos planos. Uno individual, en el que se deslizan las historias de los personajes y otro más coral, en el que el director satiriza la parte más reaccionaria no solo de la América profunda, sino de todo el mundo. Y en medio de toda esa rabia y estulticia, asistimos a la evolución de un personaje que, en cierta forma, abre un atisbo de inteligencia y redención de la que tan necesitado está a veces el ser humano. La Banda sonora es fundamentalmente country de gran nivel y que enlaza perfectamente con ese pueblo sureño, con vestigios de racismo, homofobia y violencia. Todos los aspectos de la cinta tienen una factura exquisita pero me gustaría destacar especialmente su fotografía. Ben Davis hace un magnífico trabajo en el trato del color oscureciendo los momentos tristes, llenando de luz los alegres o incomodándonos con esos sutiles toques rojos cuando algo malo amenaza con ocurrir. Todo, en cada plano, acompaña el sentido y sensaciones de la historia y, en consecuencia, el espectador lo toma como suyo viviendo todo como si realmente fuera un habitante más de ese pueblo.

Las actuaciones son inmejorables, los personajes están maravillosamente dibujados, incluso los secundarios, son ambivalentes y van más allá de los clichés con los que inicialmente fueron creados. A través de diálogos absolutamente magníficos y dolorosamente honestos, atrapando al espectador desde un inicio por su impecable desarrollo narrativo. Apenas se siente el peso de la película en las espaldas de Frances McDormand, a pesar de que acapara cada plano, cada escena con su espectacular interpretación. Alejada de lo políticamente correcto, Mildred Hayes es todo un ejemplo de mujer batalladora que cree en sus convicciones y no teme nada. Woody Harrelson, interpreta al "poli bueno" el jefe de policía Willoughby, una figura incorruptible de Ebbing, ciudad pequeña perteneciente a Missouri. Sam Rockwell es el (poli malo) ayudante de Willoughby, encarna al oficial Dixon, con una interpretación extraordinaria. Dixon es un sujeto torpe, racista, homófogo y completamente inmaduro. Sin embargo, McDonagh consigue realizar un increíble ejercicio de contorsionismo en el guion para jugar de manera prodigiosa con la evolución y el desarrollo de este personaje, como si se tratara de un fascinante truco de magia. La presencia de Sam Rockwell centra toda la atención de la pantalla cuando McDormand no aparece en escena.

En definitiva, es una película que toca varios palos a la vez, no sólo el tema de la violencia dentro de la familia, sino también habla de racismo, de amistad, del amor... Un film irónico, mordaz e incluso con escenas que provocan risas, mostrando el ser bondadoso de los habitantes de Ebbing. Posteriormente, se convierte en el pensamiento lógico de la inutilidad de la violencia. Para llegar al final, donde varios personajes soportan un dolor emocional y físico extremo. En el desagradable y sangriento desenlace donde hay momentos de expiación y redención.
DavidFilme
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7 de enero de 2018
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mildred Hayes es la madre coraje, vestida con un mono de trabajo, de América y Martin McDonagh, guionista y director de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, papel hecho por y para Frances McDormand. Con aires del John Wayne de Centauros del Desierto de John Ford, McDormand construye un personaje carismático, agrio y valiente como pocos vistos, sobre todo en el género femenino. No es para menos la gran interpretación de Sam Rockwell, como el agresivo policia racista y lector de cómics a tiempo parcial y su evolución emocional dentro de la historia. La colección de personajes deja su poso.

Comedia negra, aderazada con humor ácido y con envoltorio de drama, narrada con inteligencia y diálogos punzantes, que atraparán sin remedio al público por su ritmo. Sin obviar la exquisita dirección de McDonagh, (ese plano secuencia de la paliza al gerente de los carteles por parte de Dixon, simplemente fantástico). No deja de ser una historia desgarradora, contada en tono de Western moderno por estética y música.

Evoluciona en matices de guión. Aunque el humor ya lo tiene desde los primeros compases, la muerte y el suicidio están representados de forma socarrona, va creciendo con el ritmo de la historia y la evolución de los propios personajes. Es algo que también se percibe en el cine de los Hermanos Coen como Fargo o Nebraska de Alexander Payne, más recientemente.

TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS es una de las películas del año. Retazos de los Coen en un drama de la América profunda, con tintes de comedia negra, a ratos más divertida de lo que cabría esperar, con aire de Western moderno. Frances McDormand y Sam Rockwell tremendos.
Paco Garrido
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