Luna de Avellaneda

Con diferente argumento y diferentes diálogos, Campanella imprime el mismo estilo en todas sus obras, estilo que embriaga y que emociona sin necesidad de sentimentalismos de mercadillo.
Darín, con su eterno papel de necesitar un abrazo, vuelve a convencer y a hacer creíble cada gesto y cada frase. Nos deja, también a nosotros, sin aliento mientras lo escuchamos.
Eduardo Blanco, también como siempre, hilarante.

Si te gustan las películas emotivas con una brillante interpretación "luna de avellaneda" es lo que estas buscando. Para mi Ricardo Darín es un genio que cada vez que interpreta nos regala un pedazo de su vida.

De los mejores actores del mundo, y seguramente el mejor de habla hispana, Darín podría sostener esta película por él solo como ya ha hecho en otras ocasiones. Pero en este caso la película viene acompañada de buenas actuaciones y una historia entrañable y dura a ratos que refleja la crudeza de un país en crisis (Argentina, pero podríamos extrapolarlo a muchos en estos momentos). Sabe tratar muchos temas que se derivan de un país empobrecido, sin recrearse en exceso en ninguna situación dramática.

Juan José Campanella es un director argentino que me gusta mucho, y Ricardo Darín uno de los actores que más me interesan del cine sudamericano.
"Luna de avellaneda" era una película que tenía muchas ganas de ver, y aunque he de reconocer que la historia es bonita, que la película está bien, que las interpretaciones son buenas y que la trama es atrayente; hay que decir que el film no llega a despegar del todo.
La película se encuentra en ese fino hilo que separa la admiración por ella y la decepción. Cuenta con escenas y momentos realmente brillantes, pero también se ven algunas escenas que son totalmente prescindibles.
Es extraño observar en una película que haya momentos únicos, que te hacen llorar y reír. Momentos con los que uno puede pensar: "que buena película". Y a la par existan otros que te hagan bostezar y plantearte si realmente es tan buena como uno cree.
No obstante, debo decir que es una película tierna y dura a la vez. Narra una historia del pasado que lucha por hacerse un hueco en el presente, y así poder respirar en el futuro. Nos describe un lugar que ya no volverá a ver su esplendor de antaño. Y como dice una canción: "al lugar donde has sido feliz no debieras volver". Esta es la frase que definiría perfectamente a "Luna de avellaneda". Un local de encuentro donde cada vez se encuentra menos gente. Una pena que algunas veces tampoco se encuentra el interés en el film.
En fin, película interesante de ver que cuenta con grandes momentos e impresionantes interpretaciones (aunque a veces cueste entender el acento), pero que en sus casi dos horas y media de duración también cuenta con momentos que no son nada atrayentes; dando como resultado final una sensación de rabia de no cerrar un círculo bien comenzado.

Excelente comedia dramática (y también romántica) de Juan José Campanella, que ya empieza a crearse un estilo propio a la hora de hacer cine. Sus películas siempre son agridulces, divertidas, conmovedoras, encantadoras y presentan personajes con los que es muy fácil identificarse. Además, tiene un gusto exquisito para elegir a los actores que les darán vida, y aquí vuelven a aparecer sus dos intérpretes fetiche: Ricardo Darín, uno de los mejores actores del mundo actualmente, capaz de resultar memorable en todo lo que hace (aunque siempre haga cosas muy similares), y Eduardo Blanco, que le da un halo melancólico a su personaje verdaderamente magistral. La relación que le une al personaje de Graciela es además extraordinaria, una de las mejores historias de amor que jamás he visto en pantalla, y muy bien llevada por Campanella.
Lo único malo que tiene la película el maniqueísmo que presenta (los protagonistas son buenos, y el que quiere vender el club para hacer un casino es malo) y el exceso de metraje. La película no daba para hacer dos horas y trece minutos. Con 95 habría ido que chutaba, y nada me impediría ponerle el sobresaliente. De todas formas, gracias, Juanjo.

Lo mejor: Darín, Blanco, y la historia de amor entre Amadeo y Graciela.
Lo peor: Es demasiado larga