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El emperador del norte

Drama Oregón, 1933. Entre los vagabundos sin trabajo que, durante la Gran Depresión, se desplazan de un estado a otro viajando clandestinamente en los trenes, el número uno es el Emperador del Norte (Marvin), llamado así por su astucia para burlar a los ferroviarios. Dos hombres aspiran a arrebatarle el título, pero para ello tendrán que llegar a Portland en el tren de Sack (Borgnine), un sádico e implacable maquinista. Inspirada en las ... [+]
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2016
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Excelente película de Aldrich con unas actuaciones espectaculares del trío protagonista.Ambientada en 1933, en plena depresión norteamericana.Unos vagabundos viajan de polizones por todo el país. Se palpa la miseria, el hambre y la maldad por parte del responsable del tren número 19,quien prefiere acabar con la vida de cualquier vagabundo antes de que suban en su tren. Todo vale en esa época, incluso se aceptan apuestas por parte de los trabajadores del ferrocarril a ver si el jefe es capaz de cazar algún vagabundo. Todo un clásico que hay que ver.
mitchum
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24 de abril de 2019
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Era una primavera salmantina de mi época universitaria, cuando junto a dos amigos cinéfilos con los que vivía en un piso, decidimos ir al ya desaparecido cine-teatro Bretón, a visionar esta película que se me quedó grabada para siempre por su fiereza, su tensión in crescendo y un enfrentamiento entre los dos titanes protagonistas, a la sazón personajes anti heroicos guiados por un afán supervivencial y el poder brutal como motivos precipitantes.

El celebérrimo Robert Aldrich recrea con una dirección que roza la perfección un drama en la época de la Gran Depresión económica norteamericana, época en que los vagabundos se desplazaban de un estado a otro en forma clandestina, en trenes que iban y venían. Uno de los personajes principales es el denominado Emperador del Norte, un menesteroso astuto y conocedor del terreno protagonizado magistralmente por un Lee Marvin inconmensurable. Compitiendo para arrebatarle la fama de tan ilustre apodo, otros dos indigentes encarnados por un Keith Carradine genial al igual que Charles Tyner; y en la contraparte, el terrible y fiero revisor del tren que odia a los polizontes, interpretado por Ernest Borgine en uno de los papeles más importantes de su filmografía. Camino a Portland los personajes habrán de jugarse la vida a lomos de un tremendo tren a toda velocidad, escondidos en los últimos vagones e incluso en los bajos de la diabólica máquina.

Lo dicho, una dirección-Aldrich sobresaliente a lo que se une un guión genial de Christopher Knopf que se inspira en las aventuras de Jack London, música acorde a la cinta, muy buena, de Frank De Vol (bonita canción, “A Man And A Train” de Marty Robbins: https://www.youtube.com/watch?v=--FdrpXV9iA), y excelente fotografía de Joseph F. Biroc. Y por supuesto un duelo interpretativo de primera magnitud entre Marvin y Borgine que a mí me dejó una huella imborrable, pues encarna la violencia, la crueldad y el instinto de supervivencia de dos personas fuertes en posiciones de poder distintas.

Se podría decir que es una película social en la que Aldrich enfrenta a la clase más humilde imaginable (los mendigos itinerantes) y el poderoso revisor representando el Staff, que en el fondo es igual de desgraciado que sus enemigos mendigos, aunque él asume el rol de guardián brutal que golpea sin piedad a quienes osan subirse a “su” tren, pues en verdad el tal revisor sanguinario considera suya la maquinaria que regenta.

También la cinta canta a la libertad e incluso a la liberación, al romanticismo, en esa ansia de volar por encima del mal feroz y subsistir a las más impensables calamidades que el mundo puede deparar a un hombre: la pobreza, la persecución y el hostigamiento sin límite.

Cine de tren y violencia con escenas espléndidamente rodadas, bien montadas y secuenciadas, que crean un clima emocional palpitante que provoca angustia. Película sobre los desheredados, obra sobre cómo subsistir en un mundo hostil, que concluye con un duelo en la cumbre, cuando el espectador desea ya que acabe tanto suplicio, maldad y encarnizamiento.

Obra injustamente olvidada y poco reconocida.
Kikivall
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19 de diciembre de 2021
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Película de aventuras (Robert Aldrich, 1973), ambientada en la Gran Depresión, que narra las duras condiciones de vida de los vagabundos que fueron condenados a cruzar los EEUU en busca de trabajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
filmactivity
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30 de agosto de 2022
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A veces pícara, a veces cómica, a veces cruel y a veces muy violenta, "El emperador del Norte" es en mi opinión una de las mejores películas de su director y una peculiar "road movie" que cierra el díptico centrado en los años de la Gran Depresión, abierto poco antes con "La banda de los Grissom" (The Grissom Gang, 1971). Se trata de una película que recupera y reelabora, además, temas, personajes y preocupaciones de la previa filmografía de Aldrich. Por ejemplo, el personaje de Lee Marvin, un vagabundo llamado "Número 1", es parecido al personaje interpretado por este mismo actor en "Doce del patíbulo" (The Dirty Dozen, 1967), en cuanto que cumple con el mismo rol de guía o mentor. Lee Marvin aconseja a Keith Carradine casi como si ambos fueran personajes de una novela picaresca española, aunque el discípulo no esté siempre a la altura de su maestro...

El enfrentamiento permanente entre Lee Marvin y Ernest Borgnine es una pugna entre los integrados en la sociedad y los expulsados de la misma y por la misma, por lo que aquí se hace más evidente la especie de lucha de clases que ya aparecía en "La banda de los Grissom", y si esta lucha entre dos bandos es muy propia del cine de Aldrich, aquí adquiere una dimensión simbólica y también mítica, que trasciende la pequeñez social del revisor de tren y del vagabundo, eso sí, ambos muy resabiados y provistos de todo tipo de trucos. El sádico revisor defiende su tren como si fuera su casa, y el vagabundo defiende un concepto de libertad y de transgresión frente a la autoridad y la propiedad tan de 1933 como de 1973. Ambos defienden su reputación a fuerza de golpes. Y, pese a ir en un tren en marcha, ambos están embarcados en un viaje sin fin y sin destino claro, de ahí...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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8 de febrero de 2007
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película estupenda, con una fotografía asombrosa, excelente actuación del actor ERNEST BORGNINE. Muy bien desarrollada.No tiene nada de efectos especiales y es estupenda, la escena de los dos trenes es fantástica. Me gustó mucho.
Nata
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