Legend

Para entender porque una película tan normal como "Legend" se cuela entre las grandes películas del año hay que entender que esto es un producto que parece fabricado para el (doble) lucimiento de Tom Hardy quien compone un estupendo personaje como el de Reggie y resuelve con ingenio el personaje (aqui menor) de Ron. Lo sorprendente es que sabe otorgar diferente personalidad a cada uno de ellos (siendo el mismo actor) y sabe colocarlos en un tono entre macarra, divertido y peligroso. Pero ahí quedan todos los méritos de "Legend", una película de gánsters donde la narrativa es demasiado simple, como una copia británica de las películas de mafiosos de Scorsese aunque sin conseguir la intensidad necesaria, quizás porque hay momentos en que parece que la película se enfoca mas en la recreación (de una época) que en la creación (de una historia). Buen diseño de producción y buenos interpretes pero mala dirección y pobre guión. Hay momentos excelentes, de acuerdo, pero el conjunto es irregular, le falta pulso narrativo y le sobra metraje. Pero claro, cada vez que vemos a Tom Hardy todo se nos olvida y disfrutamos de lo que tenemos delante. El guión es correcto aunque la película languidece poco a poco en la parte sentimental y la relación de Reggie con su mujer. Puede que esta parte simplemente no sea tan interesante como el resto (por centrarse solo en uno de los Kray) o quizás porque a Helgeland no le importa demasiado esa parte y parece el peaje que debe pagar para hacer una película de gánsters simplemente estética. Pero, lo dicho, entonces vuelve Tom Hardy a aparecer en la pantalla y se nos olvida todo. Porque parece imposible disociar esta película de los dos personajes que logra recrear con sorprendente intensidad y humor. Quizás esa sea la parte que mas me ha gustado, el humor de muchas de sus escenas que Tom Hardy aprovecha para componer una divertida recreación de los gánsters que interpretaban Cagney o De Niro. Pero seamos claros, "Legend" sin Tom Hardy no pasaría de ser una película entretenida y poco mas igual que lo fue "Los Krays" (Peter Medak, 1990). Y es entonces cuando uno imagina lo que podría haber sido de la interpretación de Hardy con un guión mas denso y un director como Scorsesse. Pero no, es una película muy entretenida aunque huela a prefabricado, huela a cadáver sin alma y huela a pólvora mojada.

Aún lejos de poder imitar, con convicción, a Scorsese.

El administrador soberbio y rotundo de esta película es, sin duda alguna, Tom hardy, coronación de un progresivo actor que se supera a cada papel interpretado y cuya magnífica configuración, como impresionante intérprete, hace tiempo que se va perfilando para disfrute y reconocimiento unánime de un espectador encantado con su presencia pues es sinónimo de entrega, voluntad, perfección y simbiosis exquisita con el personaje que represente.
En esta ocasión, sin ser su mejor trabajo, le tenemos por partida doble; los hermano Kray, gangsters gemelos que dominaron el este de Londres de los 60 hasta caer en el infierno de su propia desgracia, desde ese alto cielo que con tanta soltura coronaron y tan espléndidamente gozaron; un Caín y Abel, tan antónimos como parecidos, cuyo amor y lealtad hacia el otro será el principio del odio y repugnancia hacia si mismos; locura veraz de relato, no tan fantástico, que atrapa tu atención por momentos e instantes, unos más poderosos/otros más endebles, pero que no pierde la apetencia de una audiencia interesada por el ojeo en el devenir auto destructivo de quien lo tenía todo, pero cuya corona de rey se fundió por el ego, simpatía y complacencia de una manera de ser y proceder marca de nacimiento de la casa.
Suculento intento de un guión desbordante, mordaz e ingenioso en su crueldad que pretende estallar en pantalla con esa adrenalina pura que conmocione, aturda y apasione; sólo que, se queda en proyecto destartalado que no hilvana con coordinación y maestría sus puntos y simplemente narra, con adecuada conveniencia, lo anticipado con facilidad hasta ese resolutivo devenir de una ciudad sin ley, pero con dueños ambivalentes, que no esperan pues “con paciencia no obtienes lo que quieres” ni deseas.
“La vida no siempre es como queremos que sea”, por ello estos parientes de cordón umbilical, intocable y perpetuo, se la construyeron a su gusto y estilo; el cabal y enamoradizo Reggie/el esquizofrénico y violento Ron, dos caras de la misma moneda que adquiere valor y apetencia por quien da vida a dichos papeles, pues su exposición y recorrido, idas, regresos y vueltas de nuevo a la ruleta trucada de la fortuna no encierra más que lo ya visto mil veces; aquí sin tanto brío, energía ni convulsión como se desea pues su fuerza narrativa se diluye, evapora y no desaparece gracias a quien da rostro a estos familiares sanguíneos, pero no por la escritura y dirección de Brian Helgeland, quien lo intenta y realiza correctamente aunque...,
..., no es un aprobado apropiado lo que se busca en estas intensas historias reales, sino la notable valentía y acierto de plasmar esa inquietante y frenética existencia con la misma pasión, ardor, alegría y miseria que sus andantes héroes caídos tuvieron el apremio, antojo y osadía de llevar a cabo.
“La reina sobrevivirá pero ¡Dios salva al resto de nosotros!”, sólo que la investida dama cae, y con su frágil majestad, todo un imperio que no salva a nadie; un adalid con puños y pistola que realmente creía que “el centro de la tierra podía ser donde tú quisieras”, pero se olvidó de la inestabilidad de un equilibrio a tres bandas, cuyo camarada de apellido estaba fuera de control y en constante lunático desquicio.
Del cielo al infierno un amor perdido, y otro que no cesa en su empeño de estropear y mancillar todo lo construido; se observa con curiosidad, que no con absorbente complejidad de fascinación hipnótica; tal vez ya van muchos relatos sobre cofrades de traje y pistola de tiempo pasado, amos incuestionables de la calle, o puede que sea la falta de garra y tino en su escritura y rodaje; lo cierto es que no llega a potencia máxima, caldea por zonas, instruye en conjunto, ameniza en redondo pero no deja de ser un comedido refrito de tiros, sangre y golpes de puño, con verdadero amor de alto coste.
Sin inspiración, sin entusiasmo, sin colmar expectativas, contenta del descubrimiento de la historia ¡sin más!; ¿bueno o malo?, hay gemelos para repartir, podemos aceptar ambas respuestas como válidas.

Lo mejor, la firme y dual interpretación de Tom Hardy.
Lo peor; la composición narrativa de una mano que tampoco mejora con la cámara al hombro.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es

No me gustó esta película y me lleve una gran decepción porque pensaba que iba a ser muy buena pero no, es lenta, aburrida, confusa, mal dirigida y los personajes protagonistas me parecieron bastante regulares, especialmente los dos Hardys. Lo que más me gustó fue el afiche promocional.

El guionista de L.A. Confidential y Mystic River, Brian Helgeland, nos narra la historia de los gemelos Kray, unos gángsters que controlaron el Londres de los años 60. Tom Hardy es el único capaz de dar algo de gracia a este convencional relato, encarnando a los dos: a Reggie, el seductor, el elegante cerebro de la banda, la mente fría, el organizador de todo, y a Ron (Ronald), el esquizofrénico paranoide, agresivo, homosexual. Narrada de manera incoherente por la voz en off de Frances, futura mujer de Reggie que interpreta Emily Browning.

Legend es la típica historia sobre el ascenso y caída de unos gángsters que llegaron a controlar el corazón del Swinging London. Una película más, un relato como tantos otros sobre la mafia, la familia y la relación entre estos dos hermanos. La capacidad camaleónica del actor británico es un valor añadido a una historia que no avanza y que se queda en la capa superficial, sin profundizar demasiado. Hardy logra transformarse en dos perfiles completamente distintos y consigue dar riqueza a la historia, es quien la surte de matices distintos, de sensatez y serenidad en Reggie, y de continuo peligro, cuando se trata de Ronnie, al que recrea con una mirada perdida e inquietante.

Con ‘Legend’ recuperamos, una vez más y para el cine, las historias de gánsteres y/o mafiosos, así pues, pocas o ningunas novedades vamos a encontrar aquí, y más si se conoce la historia real de los gemelos Kray (Ronald y Reginald). Unos hermanos que se hicieron con el poder en el Londres de los años 50 y 60. Cualquier “cinéfilo/a de pro” ya sabe de qué va el tema en este tipo de films, a saber: seguimientos policiales, salas de fiestas, extorsiones, protecciones, palizas, entradas y salidas de la cárcel y demás… En este sentido, insisto en que lo que ofrece el film a nivel argumental no es nada nuevo, si acaso, la novedad deriva en conocer a estos dos gemelos tan populares en el crimen londinense.

Un aspecto en el que la película luce mucho es en el de la ambientación en los años 60. No hay más que ver el vestuario, los coches o los peinados y trajes que luce Frances (Emily Browning) para darse cuenta del buen trabajo conseguido en este apartado del film. Aquí hay que hacer también una mención a la BSO de la película obra de Carter Burwell. En ella se han utilizado con total acierto exitosos temas como “Sissy Strut” de The Meters, el piano de “The In Crowd” de Ramsey Lewis, o las melancólicas e inolvidables melodías de las guitarras de “Sleep Walk” de los hermanos Santo & Johnny.

A nivel interpretativo destaca y mucho Tom Hardy dando vida a la vez a los gemelos Kray, luciendo especialmente como Roland Kray que es, sin duda alguna, el gran triunfo de Hardy en este film, porque con un individuo de estas características habría sido muy fácil caer en el hoyo del ridículo más absoluto. Sin embargo, el intérprete inglés sabe llevarlo sobresalientemente bien aplicándole unos buenos, necesarios e innegables toques grotescos y cómicos… pero sin llevarlo a la parodia descontrolada a la que el personaje invitaba claramente. Además, Hardy también se ocupa de dar vida con gran seguridad y elegante porte a su hemano gemelo, Reggie Kray.
También francamente buenas son las interpretaciones de Emily Browning, David Thewlis, Taron Egerton y Chris Manson, y Christopher Eccleston en el “ingrato” papel del inspector de Scotland Yard Leonard ‘Nipper’ Read. Para Chazz Palminteri queda un pequeño papel como representante de la mafia norteamericana que querrá hacer tratos con los Kray.

En definitiva: La verdad es que no tenía las expectativas muy altas con esta película y me mostraba bastante escéptico ante el experimento de la “doble actuación” de Hardy. Ahora bien, como suele suceder en estos casos, al final salí complacido del visionado del film y altamente satisfecho con la labor de Tom Hardy. En consecuencia, no veo motivo alguno para que ustedes amigos/as lectores/as le den una oportunidad a este film, y más si les va el cine de gánsteres con trasfondo histórico/biográfico.

-Lo mejor: El doble y sensacional papel de Tom Hardy que vale por toda la película (especialmente su rol como Ronald Kray). La ambientación y la BSO.

-Lo peor: Todos los tópicos y demás de los films de gánsteres están aquí. Se hace un poco larga. ¿Dónde está Charlie Kray?

-Más en: www.cineycine.com