The King

Hal (Timotheé Chalamet), es un príncipe que ha abandonado las responsabilidades reales para vivir en libertad entre la plebe. Sin embargo, ante la muerte de padre, el loco se ve obligado a ser el nuevo rey: Enrique V. Después de su coronación, el joven monarca tendrá lidiar con la corrupción, una guerra que le viene de arriba y mil responsabilidades.

Viniendo de Netflix, mucho no podemos pedir, pero ésta película es de las muy pocas que aprueban, su producción es bastante correcta, como así también el guión y una cinematografía de época espectacular.

Sorprendentemente, las escenas de guerra están muy bien logradas, y a todo esto se suman unas muy buenas actuaciones, tanto de Chalamet, como de Joel Ederton, y llegando al final se suma Robert Pattison que suma un cierre del film muy digno.

De las mejores adaptaciones de Enrique V que podés encontrar.

Entre la calidad de las series y películas de Netflix existía una diferencia de proporciones abismales, hasta su punto de inflexión; 'ROMA'.

Desde entonces Netflix ya no solo destaca por sus series si no por películas como 'La Balada de Buster Scruggs', 'The Meyerowitz Stories', proximamente 'El Irlandés' y 'Marriage Story' y actualmente 'T H E K I N G'.

'The King' no es cualquier adaptación de 'Enrique V' del mítico Shakespeare, 'The King' es una de las mejores producciones del año, una aventura que recorre el jovencísimo actor de 23 años Timothée Chalamet, un ya consagrado actor que aporta allá donde va una carisma a sus personajes que actores de 20 años de carrera no conseguirían dar.

Las actuaciones, a pesar de un guión lejos de asemejarse al pie de la letra a los diálogos Shakespirianos son abrumadoras, Robert Pattinson vuelve a demostrar que es uno de los mejores de su generación y continua apartando todo tipo de tópicos de su afamado personaje en 'Crepúsculo'.

Y es que como no podía ser de otra manera para atraer a un público más elevado a una de las batallas más increíbles y realistas del año que David Michod y Joel Edgerton adaptan una obra de la manera más actual posible dentro de sus condiciones.

La fotografía de Adam Arkapaw y los planos de David Michod son exquisitos y preparan una de las batallas mejores grabadas del cine, con un realismo puro, con la suciedad y patetismo de la guerra.

'The King' trae probablemente una de las mejores producciones y diseño de producción de este año y asombra con su manera de transportar al siglo XVI.

Un relato medieval ambientada a principios del siglo XV que en primera instancia logra convencer al espectador de que el drama que se cuece en la obra es tratado con una brillantez absoluta. Joel Edgerton, Timotheé Chalamet y Robert Pattinson simplemente están tremendos, estos actores hacen un trabajo espectacular y es muy divertido verlos en pantalla. El carisma de los personajes y su desarrollo argumental es brutal. Todo gira en torno a la corona y la herencia maldita que deja el anterior rey hacia su primogénito, de esta manera vemos cómo evoluciona a peor un primerizo rey el cual se despoja de todas las buenas intenciones que tenía al principio para con su pueblo. El guion de la obra es muy bueno, hay una constante argumental en la que uno puede percatarse de lo que irá pasando, sin embargo el manejo de la épica y la resolución de problemas es visto de formas geniales y cautivadoras. Añadir además que la banda sonora es simplemente espectacular, y en las mejores escenas del filme se eleva y mejora aún más los momentos narrativos que acontecen. Si tuviésemos que hablar del final, podríamos comentar que hay una clara moraleja. La franqueza en una monarquía (y no la de España) y la responsabilidad social para otorgar al pueblo protección y esperanza como un medio y no como un fin para conseguir lucrarse de las desgracias ajenas. Este filme podría dar paso hacia un ensayo metáforico sobre la monarquía. En su momento Juego de Tronos extendió esta dialéctica y creó de la serie un espacio crítico para ensayar en términos ficticios y literarios sobre la política entre territorios y los grandes poderes ejecutivos. En resumen, Michôd realiza una labor estupenda y provoca una película que posiblemente pueda servir de debate intelectual sobre la consolidación de la monarquía y su estructura de poder, así como un digno tratamiento hacia los conflictos bélicos y lo que suponen en sociedad.

Espléndida película basada en el perfil del rey Enrique V de Inglaterra que nos dibuja William Shakespeare en algunas de sus obras.
Al contrario de lo que pueda sugerir en un principio, la obra es una crítica profunda al poder establecido, a la violencia como medio de llegar a él, a la corrupción cortesana y a la distancia con el pueblo llano. Un perfil de rey que se sale de los cánones contemporáneos y que ha de pasar por diferentes situaciones que desbordan su concepción de la vida.
A destacar los últimos minutos del film en donde aparece quien va a ser su esposa, Catalina de Valois (Francia), como un medio eventual de pacificar las siempre tensas relaciones entre las dos potencias europeas, y en donde se dirimen varias cuestiones que subyacen en la película, como las traiciones internas, la violencia política y la ilegitimidad de la monarquía.
Buenos actores y una puesta en escena digna de un drama shakesperiano. El valor de la honestidad y las relaciones humanas ensombrecidas por las estructuras sociopolíticas de una época que no difieren tanto de la nuestra.

Cada vez estoy más desapegado de la épica histórica en su vertiente más puramente dramática, y cintas como "The king" ayudan entre poco y nada a sobreponerme.
En "The king" David Michôd se pone al frente de un guion, firmado a cuatro manos entre él y un Joel Edgerton que, menos mal no dirige ya que, tras la soberbia "El regalo" (2015), hubiera sido un bajonazo. Enrique V es el protagonista del mismo, y no anticipo algo de en qué anda inmerso el personaje porque igual me duermo escribiendo.
Le suceda lo que le suceda a Quique, "The king" es un film de encefalograma plano. Un trabajo sin alma, sin personalidad, sin cambios de rasante. Un producto cuya única función es rellenar catálogo. Y toda vez que surge esa palabra adivinamos que, efectivamente, algo de Netflix nos ocupa.
Al final son los personajes secundarios, y sus respectivos actores, los que medio salvan la papeleta de un Timothée Chalamet tan insulso como la película. El propio Joel Edgerton, o Robert Pattinson en dos míseras escenas, acaban zampándoselo con patatas. Por no citar al siempre solvente Sean Harris componiendo un papel curiosamente inverso al que ya interpretara en la, de similar índole aunque infinitamente más estimulante, "Macbeth" (Justin Kurzel, 2015).
En fin, poco más que aportar.