Cariño, he encogido a los niños

Algunas películas simplemente te marcan y se quedan grabadas en la memoria. Pueden ser mejores o peores, pero cuando la originalidad entra por la puerta la calidad sale por la ventana. Aquí estamos frente a una cinta que supuso mucho para muchos jóvenes, entre los que me incluyo. Siempre la recordé con cariño, valga la redundancia, y volver a verla después de tantos años es como viajar en el tiempo.

La película ya cuenta con 31 años a sus espaldas, es mucho tiempo, pero en su día fue lo máximo en cuanto a técnicas visuales. Hay que entender que en aquellos años no había todo lo que hay hoy en día, y éste producto impactaba a todo el que la veía. Si te tocó vivir esa época viviste la mejor, ya que crecer en los 80 y 90 significaba crecer en un ambiente distinto.

La historia es muy conocida dado el enorme éxito que cosechó. Un padre científico inventa una máquina para encoger cosas. Un día sus hijos, y los del vecino, acaban experimentando esa disminución y perdiéndose en el jardín trasero. Puede parecer simple, y lo es, pero en aquellos años era ingenioso y muy divertido de ver. Un jardín que era como una jungla, en la que muchas de sus secuencias se nos quedaron grabadas a todos. La escena de la abeja, el río de barro, la hormiga, la pieza de Lego, el escorpión o la cortacésped; todas ellas forman parte de la cultura pop de muchos de aquellos jóvenes.

El reparto está encabezado por Rick Moranis, un actor mítico de la época y muy conocido en este tipo de cine. Los demás cumplen su papel y quizás a más de uno se le quedasen los personajes, pero con los años todos ellos fueron desapareciendo. Ahora, después de tanto, es fácil acordarse de sus caras de entonces, pero a día de hoy nadie sabe qué fue de ellos.

Y destacar unos efectos especiales asombrosos. Para alguien de ahora, verla por primera vez, quizás sea extraño, pero a quienes crecimos con ésta película nos dejó con la boca abierta. Un atrezzo a escala, que hacía que los personajes encogidos se notasen reales conseguía que muchos de nosotros viviésemos esa aventura con ellos, soñando que nos pasase alguna vez. Sueños de niño.

En resumen ''Cariño, he encogido a los niños'' es cine familiar con todas las letras. Hoy quizás esté algo desfasada en determinados puntos, pero lo que significó para muchos niños de la época nunca se desvanecerá. Personalmente crecí con ella, me encantaba y le guardo un aprecio especial. Es ideal para ver con vuestros hijos pequeños, para que les haga disfrutar tanto como nos hizo a nosotros. Muy recomendable.

Lo mejor: La idea principal, los efectos especiales y varias escenas muy bien hechas.
Lo peor: Nada importante.

* Un 6 *

Hacía muchos años que no visionaba esta maravilla de finales de los ochenta. Nostalgia pura y dura, así la resumiría yo. Un disfrute de película protagonizada por un magnífico Rick Moranis que, además de contar con otros actores adultos como son Matt Frewer, Marcia Strassman y Kristine Sutherland, está aupado por un, por aquel entonces, elenco de jóvenes actores. Realmente,y aunque el reparto lo encabece Moranis, el peso del film lo llevan los cuatro jóvenes actores y los cuales durante cien minutos de metraje les suceden toda clase de aventuras. Muy buen trabajo del director Joe Johnston, gracias a un divertido guión escrito a cuatro manos por Ed Naha y Tom Schulman. La partitura del fallecido James Horner ayuda a amenizar loda la trama y la buena combinación que se traen con los efectos visuales, los efectos prácticos y la stop-motion cumple bastante bien. Al menos, teniendo en cuenta que han pasado algo más de treinta años de su estreno en cines. Sí, vale, los efectos visuales no es que sean perfectos, pero se dejan ver y tampoco te sacan de la trama. El visionado, sin lugar a dudas, ha merecido mucho la pena. Mi nota final es de 9/10.

Él es un entrañable padre de famila, cientifiquito de gafas gruesas y corazón despistado que idea una máquina para adelgazar que se le va de las manos. Los niños son traviesos y entran en el laboratorio de papá por algo relacionado con una pelota de rugby. ¡Yunnn! la máquina se dispara y las criaturas quedan reducidas al tamaño de un alfiler o de un jilguero muy muy pequeño. Ahora pueden espiar a chicas cambiándose de ropa sin ser vistos o ir al instituto a lomos de una hormiga. Pero no todo es bonito, una simple gota de lluvia quizás te ahoge o si acabas en un after ligando con una mujer yonki y simpática puede venir una araña y devoraros a ambos y convertiros en una misma y única sustancia proteínica durante la digestión. ¿Es ese el futuro que queremos para nuestros Krastis?

El film bebe mucho de "El increíble hombre menguante" para no morir de sed (tucutú pchuss)

En definitiva, película con ligeros toques de humor pequeño, que puede hacerte algo de gracia si eres muy joven o aún no has nacido.

¡Abajo spoiler!

Me divertí viendo esta película, con unos efectos especiales que, siendo el año 89, fueron muy buenos.

De niño me parecía un poco tonta esta película y ahora de grande, me sigue pareciendo un poco tonta pero esta bien, es algo interesante y entretenida, lo que me fastidia es que los adultos actúan como idiotas y los mocosos son repelentes todos. El perrito fue quien se robó el espectáculo, lindo, tierno y gracioso. El vecino de Wayne era desesperante, que personaje más asqueroso, daban ganas de mandarlo a callar cada vez que abría la jeta.