El planeta salvaje

Bueno, al principio creí que se trataría de una película extraña, y pensé que no entendería la trama porque quizás estaba demasiado inmersa en la animación occidental cuyas historias no son muy difíciles de entender. Pensé que solo disfrutaría la técnica de animación y no vería más allá, y pensé, además, que sería muy larga, lenta y algo bizarra.
Para mi gozo, la duración no es de más de una hora, el ritmo está muy bien, es increíblemente imaginativa y la historia pude entenderla casi al completo a la primera mirada. La película nos lleva a un futuro muy lejano en el cual los seres humanos ya no vivimos en nuestro planeta sino en un lugar en donde somos considerados una plaga. Aquí la especie dominante son los "draggs", unos seres humanoides gigantes que dan mucha importancia a la espiritualidad mediante la "meditación", y domestican "oms", que es como llaman a los hombres. Si bien somos tratados como mascotas, a lo largo de la trama se demuestra que los draggs no saben que esperar de nosotros. No saben que tan inofensivos somos o si tenemos la inteligencia suficiente como para revelarnos contra ellos. Por supuesto que la tenemos, y el protagonista, Terr, será el om encargado de demostrárselos.
A pesar de mis resquemores antes de verla, considero que esta película es una obligación para cualquier fanático de la animación. Puede verse algo alocada, pero si se está atento su trama es muy interesante y un deleite visual. Ahora, quienes prefieran una película no tan cabezona, sino algo liviano para pasar el rato, esta no es una película que les recomendaría. Primero porque considero que se debe evaluar por lo que es: una película artística, y en nuestros días la animación está muy enclaustrada en los estudios de Disney, Pixar, Dreamworks y derivados, pero "El planeta salvaje" tiene un estilo completamente diferente, tanto de manera argumental como de técnica de dibujo, así que no es en absoluto comparable con películas como "El planeta del tesoro" o "Lilo y Stitch". Segundo, el tremendo mensaje que se encuentra oculto en sus 72 minutos de duración. En este lugar somos una alimaña, y nos tratan como tal. Hacen que los hombres luchen entre ellos, los lanzan por los aires, los pisan como hormigas... no muy diferente a lo que nosotros hacemos en nuestro propio planeta con NUESTROS PROPIOS animales. Pero ver a extraterrestres hacer eso con seres humanos se siente diferente, ¿por qué? porque ya no son los animales quienes sufren sino nosotros. También se pueden rescatar muchas más enseñanzas, pero decirlas sería hacer spoiler, así que deberán verla para sacar sus propias conclusiones.
Desde mi perspectiva, es una pieza magnifica de animación, y me alegra tener la oportunidad de apreciar algo así entre tanta animación por computadora. Los fondos son preciosos y cada detalle hace que sea disfrutable. En distintas escenas se aprecian diferentes especies de las más creativas características, y aunque no aporten significativamente a la trama permiten que comprendamos mejor a qué clase de planeta ha llegado la humanidad, y, cómo no, admirar la infinita imaginación de René Laloux... o de Stefan Wul, quien fue el autor de la novela de la cual se basó la película.
Si tienes la oportunidad de mirarla, ten en cuenta de que no será algo a lo que quizás estés acostumbrado, pero aún así, no prejuzgues antes de verla. Puede que te lleves una grata sorpresa.

La película de R. Laloux se apoya en sugerentes divagaciones expuestas con suavidad y buen gusto para elaborar un esbozo de antropología cuyos planteamientos inquietantes llegan a la pantalla con naturalidad y firmeza.
Como en el texto de S. Wul.
Desde el punto de vista cinematográfico, se efectividad se basa en un dibujo animado de factura sencilla y de colorido excitante que atrae por la inesperada versatilidad.
Se trata de una iconografía novedosa que sirve bien a los intereses de una narrativa fértil y elocuente que combina el talante épico con una propuesta sutil pero contundente.

Al rebufo de producciones similares como 'El planeta de los simios', esta 'El planeta salvaje' vendría a ser como un remake alucinógeno de aquel filme con Charlton Heston y acompañantes peludos.

Si bien digo que es alucinógeno no significa que sea una fumada total y una pérdida de tiempo. Realmente se nota una intención de contar algo serio, otra cosa es que pases o no por el aro.

En esta historia de dominadores y dominados se aprecia una animación hecha en estilo muy básico con cierto atractivo en el que se contemplan edificaciones y vegetación sacadas de mentes con mucha imaginación en el que habitan dos razas. Una, los 'Draags', seres altos de color azul con su estilo de vida basado en la meditación, principalmente; por el otro, tenemos a los 'Oms', una raza de pequeños seres humanos.

Estas dos razas serán el centro de atención en una narrativa ya contada anteriormente a la llegada de este largometraje, pero con el suficiente estilo propio para no recordar excesivamente a ninguna otra. Todo lo que se sacan René Laloux y Roland Topor en su libreto está construido de forma ingeniosa para que digas "me es familiar y, aún así, siento como si fuese nuevo".

Una valoración curiosa en general donde hay buenas ideas y técnica, con un relato que a pesar de sus elementos de fantasía tampoco hace volar la cabeza.

Bellísima película de animación, en las antípodas del estilo Disney y que recuerda un poco al estilo visual de las animaciones de Terry Gilliam para el Monty Python Flying Circus. Cuenta la historia de Terr, un humano entre miles que vive como animal de compañía de una joven Dragg, unos seres gigantescos que habitan en el planeta Ygam. Pero Terr tiene suerte, muchos de sus semejantes viven escondidos en oscuros jardines como si fueran una peligrosa plaga que hay que erradicar. Pero el destino de Terr va mucho allá de ser un mero divertimento de su dueño.

Sin duda, en conjunto es la película más extraña que he visto en mi vida. Lo cual es un enorme acierto y constituye un igualmente enorme mérito, ya que no cae (casi nunca) en los clásicos paralelismos entre sociedades extraterrestres y la nuestra. Es decir, realmente da la sensación de que te está mostrando unos seres que no tienen que ver con el ser humano o lo que le rodea. Esto es dificilísimo de conseguir, solo hay que leer unas cuantas novelas de ciencia ficción (o ver películas del mismo género) para ver que las razas extraterrestres que muestran solo se diferencian de los humanos por el aspecto exterior y poco más, olvidándose de diferenciar comportamientos, funciones...
Esta falta de referencias puede hacernos sentir muy extraños mientras vemos la película, pero como digo es esa precisamente la sensación que debe transmitir una película con una trama de este tipo. Solo por esto merecería una nota aún más alta de la que le he puesto, si bien la dejo en un ocho porque a veces se cae un poco el ritmo.